Luck in the Dice: 16

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-¿Ah?-Apoyándote con ayuda de una mano te levantaste mientras la otra sostenía la toalla tibia- Tu... El Rey de las apuestas ¿Ponerme nerviosa?

-Oh, rompiste el buen ambiente... -Se irguió para continuar, puso las manos en tus hombros esperando a que te volvieses a recostar.

Dice se había atrevido a tratar de cruzar la línea con tal de molestarte, no puedes resistir devolverle el favor ahora. El empezó después de todo. Negándote a bajar la espalda, le hiciste saber que te ibas a sentar. Acuclillándote frente a él, quedaste unos centímetros más alta que Dice. Aprovechando que el escote de la toalla quedaba tentadoramente cerca de su nariz, provocando que este apartara la mirada.

-¿Crees poder apostar en el juego del corazón y ganar...Dice? -Pegaste tu frente con la de él apoyando tus manos en sus hombros- Estás olvidando las consecuencias de una vida de apuestas basada en la suerte... Además...

Dice tragó saliva. Tenía la necesidad de enfrentarte, pero estabas demasiado cerca para mirarte a los ojos, a demás de toparse con el borde de la toalla, el quería hacerte una jugarreta, no faltarte el respeto. Quién diría que podía ser tan tímido cuando alguien lo encara dándole de probar la misma miel. Apartándote de él, tus labios dibujaron una sonrisa satisfecha, te sentaste en el borde de la camilla cruzando las piernas.

-¿A-Además...? -Comprobó el ajuste del cuello de su camisa tratando de mantener la compostura sin el valor de mirarte aún.

Sonreíste intentando aguantar una risa repentina mientras cambiabas de pierna.

-Aún no me has dicho para qué era ese tiempo a solas... Aquí estamos -Extendiste una mano al rostro de Dice, con un solo dedo lo acercaste con delicadeza al tuyo obligándolo a mirarte a los ojos- No hay nadie aquí más que nosotros dos...

-Oh, es... Es eso... Bueno, si tanto quieres saber... -A pesar de que parecía estar algo nervioso, trató de desviar sus emociones tomando una de tus piernas flexionándola para masajear del tobillo hasta el doblez tras la rodilla- Mañana se organizará un show al inicio de la noche, así que el casino estará cerrado por la mañana hasta media tarde para prepararlo...

- Y eso significa... ¿Tiempo libre para los empleados del casino?

-Exactamente...

-¿Quieres que salgamos a algún lugar en especial, Dice?

-¿...Ah? -Detuvo la presión de sus dedos sobre la piel, lo que aprovechaste para quitarle tu pierna y colocarla sobre la otra, volviéndolas a cruzar- Y-Yo... Pues...

-¿Qué tal... Si me haces compañía a las carreras?

-Espera... ¿Q-Quieres una cita? -Abriendo los ojos de par en par, miró hacia los lados para finalmente mirarte a ti- ¿...C-Conmigo?

-Creí que nunca lo preguntarías.

-Yo no te he... Uh... Que vergüenza... -Cubrió su cara con la palma de la mano.

Con una sonrisa negaste con la cabeza, era tan adorable de ver. Un leve rubor apareció por tu rostro, es un caballero y esa faceta seguía en pie frente a ti a pesar de que le gastabas bromas. Pensándolo bien, fue divertido en cierta forma, pero ya era suficiente, jugar con los sentimientos de alguien es de muy mal gusto. Pusiste una mano sobre la de él, quitando la suya de su rostro. Lo invitaste a sentarse a tu lado. King parecía no querer mirarte.

-¿Dice...?

-Creo que eres la única persona que es capaz de sacarme de mi zona de confort... -Tomando el cuello de su camisa, trató de airear el interior- ...Admito que no está nada mal salir de él, pero... -Apoyó los codos en las rodillas entrelazando los dedos, chocando los pulgares- Quería que fuese un poco más... Romántico...

Aquella palabra le tomó un minuto de su tiempo poder pronunciarla, no imaginabas que tanto significado cargaba para él. Como si algo te oprimiera el pecho, no solo sentías el peso de la culpa, también el de la responsabilidad de los hechos.  Quizás Dice desde un inicio estaba siendo franco contigo, y tu simplemente te aprovechabas de lo que pudiese surgir. Cerrando los ojos, tomaste fuerza y sujetaste su mano tratando de darle algo de suerte para que continuara, demostrándole que todo estaba bien.

-Bueno... ¿Qué tal si lo dices... ahora? Sin rodeos...

Levantando la cabeza, se topó con tu mirada, sentiste un suave roce de calor en tus mejillas a penas estas conectaron. El cambio de una expresión desalentadora a una más amable y encantadora era solo un regalo que él podría ofrecerte, estaba más tranquilo y eso te reconfortaba.

-...¿Quieres hacer apuestas en el derby?

-Será un placer, Dice...

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Perdonen los inconvenientes, voy a darle una repasada a los capítulos que faltan que se supone deberían estar publicados
U.u

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