Luck in the Dice: 32

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Las últimas cartas se repartieron en la mesa, cuatro de tréboles, jota de tréboles, ocho de picas y jota de diamantes. A la pobre mujer le rechinaban los dientes y extrañamente tu compasión no salió a flote esta vez, ¿Será la suerte? No era por sentirse bien al ganar, si no... Era el forzado control que esta tenía sobre tu vida y seguramente esta le habías podido dedicar mucho más significado.

-Dos al punto, baccarat a la banca, carta para ambas.

Reina de diamantes y tres de tréboles.

-Gana la banca tres a dos.

El silencio se apoderó del lugar. No te habías percatado de la cantidad de personas que se agolpaban tras de ustedes dos, atentos de cada moviminto de las cartas, hipnotizados por la casualidad de cada jugada. La mujer cayó de rodillas al piso y la gente dió un paso atrás para darle espacio. Pronto la gente rompió en habladurías y conversaciones ininteligibles.

-Mi señora -dijo su acompañante-. ¿Se encuentra bien?

-Tu... ¿Cómo...? -Te miró la mujer, ignorando las buenas intenciones de su compañero.

-¿Te llamo la atención que estuviera ganando partida tras partida?

La mujer se levantó con ayuda de su acompañante, este te entregó el bolso para usar los dos brazos. El mayordomo te facilitó ayuda llevándose el bulto ganador  cambiándotelo por una copa y se retiró. Diste un sorbo a tu trago.

-Dime... -Te acercaste a su oído para susurrarle- ¿Crees que soy un fraude?

-No eres mas que una tramposa... ¡No es posible que no seas capaz de perder, de adivinar todas y cada una...!

-Esa es una acusación muy grave... -Hiciste una pausa para ubicar a Dice encaminándose a la mesa, el tumulto le había llamado la atención como al resto de personas presentes-. 

-Claro que lo sé,  desde el momento en que llegaste nunca has perdido una partida, deberías haber sido llamada la atención por el casino.

Respirando profundamente, negaste con la cabeza y le sostuviste la mirada.

-Cuando un apostador pierde con frecuencia, cree erróneamente que hacer trampas es la única forma de ganar, en especial cuando la suma es fuerte y se debe tener cuidado... Sin embargo puedes usar estrategias, cada juego tiene su propio recurso para 'intentar' mejorar las posibilidades.

-T-Tramposa...

-No señorita, se llama estrategia -rió una masculina voz detrás de ti con suavidad- el problema es que debes hacerlo en silencio porque se considera un tabú... 

No hacía falta que te voltearas para saber de quién se trataba.

-Hacer trampas es una estrategia efectiva, pero con el tiempo el casino empieza a sospechar de quienes van teniendo una considerable buena racha -Continuó Dice ajustándose los guantes- Lo que me deja en claro a quien hay que expulsar... He estado viendo que como usted también ha tenido bastante buena suerte como la dama aquí -Dijo refiriéndose a ti, mirándote por el rabillo-  ¿Quisiera una partida de dados?

Apretándola la mandíbula, la dama estiró los pliegues de su vestido y se marchó, siendo seguida por su asistente. Poco a poco la multitud prefirió no entrometerse, Dice parecía a punto de invitar a cualquiera a perder el cuello y los botones. De una sola mirada, la gente se retiró hasta volver a sus juegos y espectáculos.

-Veo que no soy el único que quiere ganarte una partida- Dijo Dice poniendo una mano sobre tu hombro.

-Lo siento Dice, pero he estudiado cada juego con cuidado antes de osar poner un pié aquí -Reíste por lo bajo- La suerte solo es un complemento a mi parecer. 

-Por supuesto, y por eso estás aquí.

-Oh, calla- Le diste una palmada con el reverso de tu mano en el brazo - Y bien ¿como va la noche?

-Joven -dijo al momento que ambos mayordomos se ubicaban frente a ellos con las ganancias de ambos sostenidas en una bandeja.

-Entonces ya es hora de que recuperemos el casino.

-Que la suerte nos acompañe -pronunció entre dientes.

-Ya estoy aquí ¿Qué más quieres? -bromeaste.

Dedicándote una agradable imagen de su perfecta dentadura, te acercó el brazo para llevarte a tu próxima y última jugada de la noche. Para ti podría ser una broma, pero para King Dice, no era más que la pura verdad.

Junto a una botella de whisky, se encontraba un vaso a medio llenar junto a la mano del director, este estaba mirando el escenario desde la mejor posición que había encontrado en los asientos de la barra. Habían varios asientos que daban una mejor experiencia visual, pero ninguno tenía la ventaja de tener los licores tan de cerca. El pésimo aliento que le cobraba el tabaco entre las encías y el licor bajo la lengua le había hecho imposible acercar a una dama que quisiera gozar de su compañía. 

-Como dicen, mala suerte en el amor pero buena en el juego -dijo terminando en un hipo que casi termina botándole el vaso de la mano.

-Señor, yo creo que es hora de irnos... -le trató de convencer su acompañante.

-Estás loco, tengo todo este lugar para mí. Es mío.

Tomando al pobre joven del cuello de su camisa, lo levantó, soltándose la pajarita falsa que tenía enganchada. El chiquillo no pudo hacer más que tomarse de las manos del director y tratar de disculparse.

-¡L-Lo... Lo sé, señor...!

-Ugh, casi podría decir que está a la par de Devil -Comentaste a Dice llegando a las filas de los ultimos asientos.

-No lo creas, ese es un simple mortal, puede que sea ajeno al rubro de la magia, pero es el tipo de persona que al jefe le encanta proteger. Estoy seguro de que si esta no fuese una situación grave, él ya hubiese bajado con todo y tridente para arrancarle la cabeza.

-Veo que lo pensaste con calma.

Ayudándote con una mano, te hiso pasar a los asientos junto a la mesa de apuestas. No parecía haber mucho movimiento de juegos en aquella zona, la mayor parte de la clientela que estaba dispersa en el salón, estaba disfrutando de los actos de las bailarinas de can-can. Miraste a tu compañero, que como el resto, parecía interesado en el jugueteo de las prendas de las mujercitas en el escenario, alzando la falda de arriba a bajo mostrando un gran talento de coordinación y unas enormes y estilizadas piernas. Dice parecía hipnotizado por algo maculándose en su cabeza.

-Mañana por la mañana -Tarareabas la letra de la canción- te espero Juana en mi taller, te juro Juana que tengo ganas de verte la punta del pie~

Dice en seguida, con las mejillas encendidas te miró sorprendido, no de que te supieras la canción, si no de haberlo sacado de las nubes.

-No creerás que estaba imaginando cosas -se aclaró la garganta- tu sabes lo extravagante que es la música y esos pasos de baile... es difícil no mirarlo, no por nada tenemos el mejor entretenimiento.

-Te estás delatando, Dice -tomaste el primer asiento de la mesa- no problema en que admires a otras damas.

-Gracias, pero no hace falta -Con las manos en la espalda, volteó a ver al director aún ocupado con el whisky- Iré por tu contendiente.

-Que vulgar -reíste.

-¿Estás segura de que aceptará?

-Puedo apostar a que sí. Míralo, está borracho. Seguramente querrá restregarte la victoria en la cara una vez más.

-Buen punto -Se dirigió a los mayor domos chasqueando los dedos para captar su atención simultánea- quiero que cambien esas fichas por las especiales.

Ambos hombrecillos asintieron y se fueron perdiéndose entre la gente. Dice se acomodó el corbatín estirándolo de ambos lados y comenzó a caminar de vuelta en dirección al bar.

-Que empiece el espectáculo -dijo entre dientes.

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Perdonen que me tome algo de tiempo al actualizar~
La vida real es caótica xD

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