Nathe me toma de la mano y me guía hasta donde está Troy, al llegar a su lado siento como mis nervios atacan de nuevo.

-Hey amigo- dice Troy al vernos.
-Oye, creo que tú y Meg deberían hablar, los dejo solos- suelta Nathe y se va sin decir nada más.

¡¿Acaso está loco?! Ni siquiera se quedó 2 segundos, y yo no se ni como iniciar una conversación.

-¿Así que te llamas Megan cierto?- pregunta sacando tema de conversación.
-Así es, pero me puedes decir Meg.
-Genial, ¿quieres bailar?
-No, soy malísima bailando.
-Siendo sincero yo también, tengo dos pies izquierdos- dice divertido y no puedo evitar reír.
-Pues tenemos eso en común.
-¿Te parece si vamos a otro lado más silencioso para hablar? Aquí hay mucho ruido.
-Bien- ¡¿Bien?! ¡¿Por qué dije bien?! Ahora me iré con un total desconocido a no se donde.

Troy junta nuestras manos haciéndome estremecer y me guía hasta no se donde.

Pasamos por la cocina y bajamos por unas escaleras. Parece la típica escena en donde el psicópata lleva a la ingenua niña a su guarida donde mata y descuartiza adolescentes, diganme paranóica.

Paranóica.

Al terminar de bajar las escaleras en las que está todo oscuro abre una puerta, pasamos y luego enciende la luz dejando ver un salón de juegos enorme, tiene una mesa de pull, un mini bar, una terraza y un jacuzzi... millonarios.

-¿Estudias en el instituto? - me pregunta mientras caminamos hacia el bar. Él sirve dos tragos, me ofrece uno y nos dirigimos hasta la terraza donde se ve un hermoso paisaje de la ciudad de noche.
-Sip.
-¿Cómo es posible que jamás te haya visto?- por que soy una asocial.
-La verdad soy bastante callada y tiendo a estár nada más con Nathe.
-¿Son buenos amigos?
-Si, así es.
-¿Nada más, cierto?- pregunta y lo miro confundida.
-¿Por qué piensas que podríamos ser algo más?
-No lo sé, Nathe nunca trae chicas a las fiestas, es más de conocerlas en la misma fiesta y ya.
-Bueno, somos solo buenos amigos- aclaro.
-Me alegra saberlo, no quería pensar en que a la chica que quiero besar ahora mismo estaba con otro- dice acercándose peligrosamente a mi.

Nervios atacando todo mi cuerpo en... 3... 2... 1.

Troy corta el espacio entre los dos y se queda mirándome a los ojos.

-¿Estás nerviosa?- pregunta.
-Puede ser- digo tímida y él sonríe.

En ese momento junta nuestros labios en un beso lento y luego carga mi cuerpo subiéndolo a un murito que estaba justo detrás de nosotros. De un momento a otro el beso se intensifica y él empieza a meter su mano por mi camisa, no se cuando ni por que pero empecé a desabrochar su camisa y besarlo más apasionadamente.

En ese preciso instante me doy cuenta de lo que estoy haciendo y me arrepiento. Paro el beso de golpe y él me mira confundido.

-¿Qué sucede?
-No puedo hacer esto- digo bajándome del murito.
-¿Por qué? Me dijiste que no estás con Nathe, ¿tienes novio?
-No, no es eso- tomo aire- es que simplemente no quiero.
-¿Qué mierda te pasa? ¿Vas por ahí poniendo caliente a los chicos y después dejándolos?- dice molesto haciéndome sentir culpable, creo que Troy es un poco más impulsivo de lo que parece.
-Troy lo siento, no se en que momento se puso todo así- digo apenada pero él me mira con desprecio.
-Vete a la mierda Megan- me mira mal y sale de la habitación.

En ese preciso momento siento como las lágrimas amenazan con salir, me apoyo del murito y arrastro mi espalda en él hasta quedar sentada en el piso. Bebo todo mi trago a fondo blanco y saco mi teléfono del bolso para escribirle a Nathe.

"Sala de juegos" escribo y lo envío.

Subo mis rodillas, coloco mis brazos allí y hundo mis cabeza en ellos.

Unos minutos después escucho a alguien bajando la escaleras pero ni siquiera volteo ya que deduzco que es Nathe.

-Hey, ¿qué sucedió?- escucho su voz, se sienta a mi lado y paso su brazo por mis hombros- ¿estás bien?
-Dañé todo Nathe.
-¿Qué pasó? ¿Te hizo algo?- escucho su tono preocupado.
-No, estuvimos a punto de tirar Nathe- digo volteando a verlo y veo su cara de impresión- creo que bebí de más y por eso estuve a punto de hacerlo pero lo paré, él se molestó por que sintió que jugué con él y se fue enojado conmigo... soy una idiota- concluyo sintiendo algunas lágrimas salir de mis ojos, ni siquiera se por que lloro.
-No te preocupes Meg, está todo bien. Si no quisiste hacerlo él no tiene por qué molestarse, y si se molestó es un idiota- me consuela y me abraza haciendo que yo hunda mi cabeza en su pecho mientras él acaricia me cabello- estoy aquí para ti Meg, no te dejaré sola jamás.
-Gracias Nathe, por todo- tomo su mano libre y la entrelazo con la mía.
-No hay de que, para eso estamos los amigos- dice tierno- ¿Quieres que te lleve a casa?- pregunta.
-Quedémonos un rato más así- susurro.
-Bien- dice bajo y sigue acariciando mi cabello.

Esa noche simplemente nos quedamos allí en silencio, presenciando la noche mientras él acariciaba mi pelo y yo acariciaba su mano. Esa noche me di cuenta de que por más que intentara evitar mis sentimientos y encerrarme en mi misma, estaba enamorada de Nathe, el único chico que me ha ayudado en absolutamente todo y no me ha dejado sola.