Capítulo 2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Multimedia: La trampa es ley- Lit Killah


Capítulo 2

Narra Liam Larsson #2

Y es así, como la pequeña presa camina hacia mí.

Sus enormes e inocentes ojos me escudriñan desconcertados.

Saboreo la confusión que emana, mientras avanzo hacia ella como un león hambriento que planea devorarla de una forma dolorosa.

—Qu...¿Qué haces aquí? —trastabilla, retrocediendo un par de pasos.

—Vine a verte... ¿acaso no puedo?

Veo cómo traga en seco con la barbilla temblorosa.

¿Se dio cuenta de que no soy el Liam que conoce?

Imposible.

Ella perdió la memoria, por lo tanto, no recuerda que el profesor que tanto "adora" no es más que un patético viajero enamorado que viajó a esta dimensión para encontrarla.

—Ya estaba por salir, eh...—Toma un mechón sedoso de su cabello oscuro y juguetea con él, tratando de serenarse. Noto la leve agitación en sus rodillas, la aceleración respiratoria en sus pechos generosos y las sombras intranquilas que danzan en sus pupilas de obsidiana.

Está nerviosa.

Sublime.

Una gota de sudor perlado baja lentamente por el puente perfectamente arqueado de su nariz y sonrío imaginando lo mucho que llorará ante lo que le espera. ¿Me suplicará que la mate mientras la follo?

¿Acabará con su propia vida antes de que yo lo haga?

¿Me empaparé de sus fluidos mientras le arrebato la vida?

—¿Podemos jugar? —inquiero de forma casual.

Mueve la cabeza, mostrando una expresión de ruidosa sorpresa.

—¿A qué se refiere? —Su dulce voz se enronquece mientras intenta darle un sentido a mis palabras.

Me intriga que me trate de "usted"

¿No se supone que ella y el atorrante aquel llevan meses juntos?

¿Por qué no lo tutea?

—Cuando yo te lo indique, olvidarás todo lo que sabes sobre mí y fingiremos que somos extraños que sólo quieren una cosa.

Yo, destruirte.

—¿Qué es lo que más deseas de mí, Violet?

—Entenderte. —concreta ladeando la cabeza hacia una dirección desconocida.

Ciertamente, su respuesta no es lo que esperaba.

Cuando me percaté de que el estúpido viajero dimensional estaba obsesionado con ella, me propuse joderle los planes, pero no había podido ponerme a ello hasta ahora.

Entre Rachel y mi deseo de arrebatarle el control de Hathaway Enterprices, no había tenido tiempo.

Hasta ahora, finalmente puedo volcar gran parte de mis sádicos deseos en la demasiado luminosa Violet Hill.

Quiero destrozar esa luz, hasta convertirla en un manto perpetuo de oscuridad.

¿De qué forma podré enloquecerla con mayor facilidad?

¿Qué tan excitante será el aroma de su sangre?

¿Y si simplemente la enveneno y me deshago de lo mucho que su carita de niña buena me gusta?

—¿Qué es lo que más desea usted de mí?

Matarte.

Follarte.

No precisamente en ese orden.

—¿Qué piensas que es lo que deseo de ti? —Necesito indagar en sus sueños más platónicos y usarlos en su contra, incinerar su calma y atraerla hacia la llamarada para que se queme. Conocer a la presa a fondo es primordial cuando se es un gran cazador.

—No lo sé, realmente. No tengo grandes recuerdos sobre nosotros, pero eso usted ya lo sabe.

—¿Qué es lo que sientes cuando te miro?

—No las típicas mariposas. —Sus pupilas evitan posarse en mí.

—¿Entonces no te gusto lo suficiente? —Doy un paso al frente, disfrutando del conflicto que habita en su cara latina.

Violet se muerde el labio inferior y mi instinto depredador despierta instantáneamente.

Quiero probarte, Violet.

Soy el veneno que se convertirá en tu maldición.

La ponzoña que fragmentará tu piel.

La trampa en la que fácilmente caerás.

—Es decir, usted me gusta, pero lo que siento al verle es difícil de explicar con pocas palabras. —Ella suelta un suspiro conflictuado y frunce el labio superior. Mi polla la reclama apenas lo hace.

Qué mierda.

—Cuando te miro un fuego inestable me embarga, a veces es un incendio voraz que me consume y otras veces es un conjunto de llamaradas que me intranquilizan y me hacen dudar de todo lo que me rodea. Tengo recuerdos dispersos y me cuesta entender por qué no logro recordar lo que ocurrió durante cuatro meses de mi vida, pero...

—¿Pero? —Arqueo una ceja analítica. —Prosigue, que quiero escucharte a cabalidad.

—No entiendo por qué estamos discutiendo algo así en un baño. ¿Podemos hablarlo en otra parte? —Su cara se dirige hacia la puerta.

—¿Por qué no aquí? —Me encojo de hombros.

—Porque esto es un baño, profesor. Aquí la gente viene a hacer sus necesidades y no es precisamente el sitio más adecuado para expresar cómo me siento. No sé si entiende, este lugar ha sido testigo de gases, mierda y quién sabe qué otro tipo de cosas malolientes así que en definitiva no quiero hablar por mucho tiempo aquí.

Odio a las que hablan demasiado.

—¿Por qué no mejor te callas y separas esas piernas para mí?

Cierro la puerta a mis espaldas y le indico al personal de seguridad que se largue. Ellos obedecen automáticamente.

Rápidamente la acorralo contra la pared, enredando sus piernas alrededor de mis caderas mientras la beso ferozmente, poseyendo su lengua en una danza infernal en la que ella apenas respira. Yo no soy de besos amorosos, me gusta ser rudo, salvaje. Mis amantes lo saben y deben aceptarlo o irse.

Algo en mi hace corto circuito apenas la toco, como

Me empapo del aroma a fresas que despide su cabellera y durante un extraño y corto segundo, me siento avasallado por el torrente delicioso que recorre mi cuerpo al observar sus ojos.

Reúno aire y me enfrasco con la parte superior del vestidito virginal que carga. Con este tipo de atuendos que realzan su belleza juvenil, los deseos de robarle el aliento, la cordura y las lágrimas, se acrecientan en una espiral llameante.

Violet es tan dulce como la muerte misma y será delicioso acabar con su frágil esencia.

—Quiero probar a qué saben tus secretos, Violet y después destruirlos.

—¿Eso qué significa? —Su boca sabe a té negro y azúcar. Es una textura suave que me recuerda al campo y me hace regresar a la época en la que iba con mi familia a una casa junto al lago y me llevaba bien con papá.

Violet jadea cuando muerdo su labio con tanta dureza que se enrojece hasta casi sangrar.

Esperé que me apartara, pero en lugar de eso sus piernas se tensan y se afirman contra mis caderas, incitándome a repetir lo ya hecho. Todo el temor y la duda que experimentó al verme, se han disipado bajo una nube carnal que la incita a desearme.

Su cuerpo ha traicionado a su mente.

¿Tan fácil eres de manipular, Violet?

¿Tan fácil es tenerte?

—Dime que soy hermosa. —suplica mientras chupo el arco que une su cuello a sus hombros. Ella estalla en una serie de gemidos frívolos que ganan potencia conforme los segundos transcurren.

—Lo eres. —confieso, porque es una verdad más que universal.

La alumna latina es una belleza repleta de curvas que arruinar.

Le bajo la parte superior del vestido y magreo sus senos con deleite, apretándolos contra el alambre de su sostén hasta que la piel se cubre de un rojo precioso que me maravilla. Sus tetas se elevan como enormes montañas sobre la tierra y las presiono haciéndola chillar de placer. Ella gimotea y me pide que se los chupe. Es atrevida, me gusta

—¿Así que te gusta duro y salvaje? —Le meto la lengua en la boca y me enredo con lo que esto me produce.

—Acabo de descubrirlo, profesor. No me gustan los caballeros de blanca armadura, creo que muy en el fondo, los villanos son mi debilidad.

Después de haberla tocado, siento que puedo volverme adicto a la mierda tan bonita que ella me produce.

Imagino la delicada humedad que cubre su entrepierna, misma que voy a disfrutar cuando la clave por primera vez.

No planeaba encontrarme tan pronto con ella, pero me resultó entretenida la idea de follar a la pequeña y accesible Violet Hill, mientras el idiota aquel la espera pacientemente en la fila de niños buenos.

Poso la mano en su entrepierna y el alarido ronco y entrecortado que escapa de sus labios, es música para mis oídos psicópatas.

—¿Te excita llamarme profesor?

Que siga pensando en el idiota aquel y que no note que somos distintos me enoja, por esa razón, le quito el sostén bruscamente y empiezo a juguetear con sus pezones ya erectos de forma rústica y sin una pizca de amor.

En lugar de apartarme o renegar, la muy descarada se calienta y empieza a refregarse contra mi polla implorando por más.

—¿Quieres montarme? —indago.

El feroz asentimiento que me brinda no me resulta tan sorpresivo como esperaba.

—Eres preciosa. —El halago se escapa de mi boca sin que pueda detenerlo.

Qué diablos estás haciendo.

¿Por qué estás siendo tan blando con la presa?

—¿Quieres que ametralle ese pequeño coño que tienes?

—Me enciende que me hables tan sucio.

—¿Prefieres que te meta mi polla contra la pared o sobre el lavabo?

—En donde jodidamente quieras, pero hazlo.

Ella coloca las palmas sobre mis hombros y accedo a besarla, mientras se enfrasca con mi camisa y me desnuda.

Permanecemos así por varios segundos, ella besándome y moviendo su humedad contra mi polla que anhela entrar en su joven coño latino.

Magreo su pecho cuando su lengua me suelta, saboreando la cremosidad que hay sus tetas grandes. Podría decir que son las mejores que ha probado mi boca y por eso, es una pena que tenga que acabar con ella.

Pero, me he obsesionado desde hace tanto con detener su corazón, que ni siquiera la delicia hechizante que irradia su cuerpo, es suficiente para detenerme.

¿O tal vez sí?

Mi cuerpo se estremece y vibra cada vez que sus uñas rasgan mi espalda.

Esta mierda no está saliendo como debería.

Durante meses la he contemplado a la distancia, y ahora que la tengo cerca, ha logrado confundir a mi mente como si tuviese poderes mágicos.

Es una maldita hechicera, una bruja de la peor calaña.

Sus labios me resultan alucinantes, pero no vine aquí para adorarla, ni para recorrerla con el empeño que estoy empleando.

Esos bonitos ojos me observan y se amplían cuando empiezo a morder todas las aristas en su cuello.

Violet gimotea, grita y aúlla cada vez que mis labios la tocan y se empapan de sus mil y un matices.

Ella pasa la mano por el bulto que hay en mi entrepierna y abre la boca al percatarse de que estoy jodidamente duro.

Me duele la polla de tanto que he contenido las ganas de ametrallar ese coño con todo lo que tengo. No sé por qué lo he postergado tanto, no sé qué mierda está haciéndome esta estúpida niña.

Mi boca vuelve a unirse con la suya y sumerjo un dedo entre sus labios vaginales empapados. Su canal gotea y se lubrica instantáneamente cada vez que lo recorro.

Pero, no voy a darle nada suave.

La tiro del pelo y le muerdo las tetas controlando la potencia al hacerlo, para que su sabor no sea estropeado por nada más.

—Sí, me gusta. —vocifera arqueando la espalda como si estuviera alcanzando el orgasmo.

—¿Qué es lo que te gusta, Violet?

— Usted, profesor.

Su respuesta despierta mi ira, odio que ella siga sin notar que no soy el estúpido profesor. Que soy el verdadero Liam Larsson, el único que debía existir en esta dimensión.

Soy quien asesinó a Hyla.

Fui quien dejó sin vida a Dayane.

Y acabaré contigo en cuanto logre apaciguar toda la mierda que generaste en mí cuando probé tus labios.

—¿Profesor?

¿Acaso no ves que ese imbécil no es capaz de darte la oscuridad que al parecer anhelas?

Me aparto de ella y la dejo en una esquina.

Me escudriña confundida.

Le doy la espalda, cabreado.

No debiste mencionar al imbécil que se quedó con mi vida.

Odio que a mi padre le agrade más.

Odio que encaje mejor en mi vida que yo.

—¿Qué dije?

Lo arruinaste con tu mierda.

—Nada, es hora de irnos. Vete primero, te alcanzaré después. —Le ordeno y ella empieza a acomodarse el vestido, mientras me mira con mucho rencor.

Los planes que tengo para ella empezarán a ejecutarse en Bahamas y no puedo apresurarme.

Un buen cazador sabe cuándo empezar a actuar.

—Debemos irnos, te prometo que te daré todo lo que quieras al llegar a las Bahamas.

Eso no parece contentarla.

Así que me acerco, le doy un besito cursi de boy scout y le digo que es la mujer de mi vida. Ese tipo de cosas que contentan a cualquier mujer.

—Es que tienes razón, nena. Este no es lugar para darte todo lo que mereces.

A ti te follaría en una puta cueva si se presenta la oportunidad, pero estropeaste mis ganas con tu mención a aquel pendejo.

—Adelántate.

—¿Entonces lo de fingir ser desconocidos ya pasó?, ¿Volveremos a ser los de siempre? —Veo que estar con la parte oscura en Liam Larsson le gustó demasiado.

—Así es, olvida lo que pasó en este baño. —Violet cruza los brazos sobre ese par perfecto de tetas que hace poco estuvo en mi boca. —Esto es un juego, Violet. Una que se pondrá turbio conforme pase el tiempo y empezará cuando yo lo diga.

—¿Por qué?

—Porque en este juego yo soy el cazador y tú, mi bonita presa.

—¿Acaso soy una especie de premio? —Hace un puchero que provoca que le robe un beso.

—Eres mucho más que un premio. —contesto y ella se va, tal como le indiqué.

Si te gustó el capítulo por favor, vota y comenta. Ayudas a otros a descubrir la historia y significa un montón para mí. Gracias por leer. Te recomiendo agregar la historia a tu lista de lectura, por si la aplicación falla y la historia se borra de tu biblioteca.

Instagram: Dariagne.

Booknet: Dariagne De Gracia C

Tik tok: Lectorasdedari

Grupo de Facebook: Lectoras de Dari

¿Esperaban que este señor narrara?

Como ya vieron narró el Liam malo.

Esta novela contará con más POV, porque  me resulta imposible contar la historia sólo con Violet como narradora.

¿Qué sintieron al leer al Liam #2?

Admito que escribir a este señor, fue como un gusto culposo. Me sentí conflictuada, porque me encantó el hp este JAJAJAJAJJAJAJ

El Liam #1 será el profesor, el viajero.

Actualizaré 1 vez por semana.

Perdón que este capítulo haya sido corto, planeaba subir algo más, pero he estado algo enferma y me costó un poco reponerme. Desde el miércoles ando así :c

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro