Capítulo 4

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Multimedia: Imagine Dragons- I bet my life

Capítulo 4

Narra Evil Liam 

El jaleo que se está produciendo en el aeropuerto es irritante, porque no me aporta una sola pizca de diversión. De hecho, me pone de malas no ser quien lo provoca.

Miro hacia uno de los televisores de la cafetería a mi derecha, que transmite lo sucedido y me percato de que Violet se encuentra encerrada en un local, junto a un montón de buenos para nada disfrazados de: ¿Terroristas?

Agito la mandíbula y me acerco para evaluar mejor los detalles de la escena.

Los idiotas no paran de gritar que acabarán con todos los políticos del país y que empezarán por Violet, el eslabón más débil.

Ay, por todos los cielos.

Búsquense otro juguete que ella ya es el mío.

Me llama poderosamente la atención lo que veo en la cara de Violet, es una mezcla de terror, valentía y desconcierto. Sus mejillas bronceadas están muy apretadas y sus labios conforman una línea tan fina como temblorosa. Es como si estuviese intentando convencerse a sí misma de que saldrá bien parada de esta situación.

La policía rodea el área, mientras me siento en un local cualquiera para examinar con lujo de detalles de lo ocurrido.

Violet parece un imán para los problemas, aunque extrañamente se las ha ingeniado para salir de pie. Dudo que en esta ocasión todo termine bien.

¿Debería intervenir y evitar que le hagan algo a la chica que tanto he esperado para torturar?

No veo a mi otro yo por ningún lado. Seguramente está desesperado por venir a salvar a su adorada alumna y los del servicio secreto le impiden exponerse demasiado.

Debe estar abrumado por la culpa, porque todo lo malo que le está ocurriendo y le ocurrirá a Violet él lo causó al venir a esta dimensión.

No hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta de que él es el verdadero villano de esta situación.

—Esa chica es muy valiente. —A pesar de las amenazas de los terroristas, algunas personas han decidido mantenerse aquí.

—Y yo que creí que sólo era una cara bonita a la que habían obligado a relacionarse con el hijo del presidente, para ganar votos latinos. —expone una mujer robusta, cuya cabeza está cubierta de trenzas verdes.

—¿Y si la familia presidencial montó todo este circo para obtener más aceptación?

—Es una posibilidad, una muy descabellada, por cierto. El presidente acaba de asumir el cargo como mandatario, la gente lo quiere y lo respalda. Esto parece más una movida de la oposición que quiere dejarlo ante todos como un incapaz que no puede proteger ni a su nuera.

—Piénsalo bien, estamos en un aeropuerto y es difícil hacer este tipo de cosas aquí. Sólo alguien con demasiada influencia podría entrar con armas, encerrar a la pobre Violet y conseguir que lo transmitan las cadenas televisivas más importantes. La prensa ni siquiera tardó en llegar, es como si les hubiesen avisado que algo malo iba a ocurrir. —La contradice una chica morena, que también lleva trenzas en el pelo, pero las de ella son del color del carbón.

Ella dio en el clavo. Sólo alguien con demasiado poder y dinero, podría orquestar algo así con suma facilidad.

Pero no es mi padre quien haría este tipo de cosas, él es demasiado "correcto" para recurrir a tácticas cuestionables.

Un sólo nombre me viene a la mente al instante.

Rachel Hathaway.

Ella odia a Violet, y ahora que descubrió la verdad sobre quiénes son los verdaderos padres de la chica, debe estar peor.

Tomo mi celular y le marco, ella contesta al segundo pitazo.

—Hola. —saluda. —¿Liam? —Está tanteando el terreno, el profesor le dio a entender que sufre de un trastorno que deforma su personalidad. En ocasiones la tratará con sumo respeto y otras veces se comportará como un verdadero hijo de puta. No me molesté en aclarar nada, por considerar que podría ser entretenido jugar con ella.

—Soy yo, déjate de formalidades tontas.

—Hasta que al fin te acuerdas de marcarme, creí que te estabas arrepintiendo de que les "acompañara" a su viajecito.

Ella sigue sin saber que hay dos Liams en esta dimensión.

—¿Tú estás detrás del supuesto atentado terrorista que mantiene a Violet encerrada en una tienda de artículos tercermundistas, junto a un montón de facinerosos?

—Para no estar interesado en ella, te preocupas demasiado por lo que le ocurre, cariño. —contesta celosa y a la vez sarcástica. —Bueno, llevas meses viviendo con ella. Supongo que algún tipo de cariño debes tenerle. Es la primera vez que vives por tanto tiempo con una de las mujeres a las que planeas matar por diversión. ¿Acaso te enamoraste, Larsson?

—¿Es eso un reclamo?

—Lo es.

—No digas tonterías, sabes perfectamente que yo no me vinculo sentimentalmente con nadie. ¿En verdad estás celosa de una insípida chica sin memoria? —resoplo, estando a punto de colgarle. Odio cuando se pone así de insoportable.

—¿Y qué esperas que piense después de verte vivir durante tanto tiempo con esa estúpida? ¿Qué diablos sientes por Violet?

—¡Ya basta! —aúllo malhumorado.

—Responde y me calmaré. ¿Es esto un síntoma de tu doble personalidad?, ¿Acaso tu lado "bueno" está enamorado de Violet?... Tal vez todo tú lo está.

El estúpido profesor, le hizo creer que sufro de bipolaridad, con tal de justificar que dos personas con el mismo rostro la tratan de forma tan distinta.

Ella no sabe que el Liam que la trata bien y yo, no somos la misma persona.

—¿De dónde sacas tantas tonterías, Rachel?

—No son tonterías, llamaste para acusarme de provocar un atentado contra tu amada Violet... ¿Por qué lo harías si se supone que ella no te interesa?

Corto la conversación. No voy a seguirle el jueguito. Su actitud a la defensiva, me confirma a medias que es la causante de todo.

El timbre resuena en mi oído y veo la llamada entrante de Rachel, la rechazo sin miramientos y me concentro en lo que dicen en la T.V. Cuando Rachel está en su modo de novia psicótica prefiero ignorarla hasta que se le pase la pataleta.

—En un extraño incidente, Violet Hill, la novia de Liam Larsson, el hijo del presidente de este país, ha sido acorralada por un grupo terrorista desconocido que la mantienen secuestrada en una tienda departamental ubicada en el aeropuerto de Amherst. Hasta el momento no se tienen noticias de Liam. El presidente condenó el secuestro de su nuera en twitter, catalogándolo de "vil intento criminal" y aseguró que harán lo que sea para rescatar a la encantadora chica. Rachel Hathaway, la heredera del imperio Hathaway también lamentó lo ocurrido en sus redes sociales y afirmó que sus oraciones están con Violet a quien considera una de las personas más dulces y maravillosas que ha conocido.

Si dieran un premio al cinismo Rachel sería la ganadora indiscutible.

Después de 35 llamadas perdidas por parte de Rachel decido contestar.

Es una maldita loca obsesiva y acosadora.

Tal vez por eso llevamos tanto tiempo juntos.

Nos parecemos demasiado.

—Está bien, sólo quería divertirme un rato con ella.

Justo cuando ella termina de hablar, veo en la televisión que uno de los tipos coloca una pistola sobre la frente de Violet. El rostro de Violet se cubre de lágrimas, mientras eleva el mentón horrorizada y mira de frente a su captor. Su quijada se mueve en un sentido tembloroso e intenta secarse el llanto que moja su cara con una mano.

Las cuencas de mis ojos se expanden y un raro sentimiento insano me recorre el pecho, acelerando mis latinos. Contorsionando mis entrañas, destrozando el poco control que siempre tengo.

Una rara opresión se aloja entre mis intestinos, quemando, contaminando.

Una ola de calor recorre mi garganta, como si acabara de tomarme el contenido de una botella entera de tequila.

Una minúscula parte en mi cerebro me grita que vaya por ella y la saque de allí.

La otra me pide que la mate y acabe con toda esta porquería confusa que siento desde que probé sus labios.

Trago duro y miro en derredor, un tanto perdido. El local en el que tienen a Violet, si mis conocimientos no me fallan queda en el otro extremo del aeropuerto. Aunque corra e intente llegar a ella, tal vez llegaré demasiado tarde.

Parpadeo y zarandeo la cabeza.

¿Qué coño me pasa?

¿Desde cuándo me dedico a rescatar niñatas en apuro?

Dejo caer el celular y elevo mi culo de la silla, muevo un pie hacia adelante; como si quisiera correr y rescatarla de quien desea lastimarla.

—Detén esta mierda, Rachel. ¿Acaso vas a matarla?

—¿Por qué no?

—Porque es mi presa y nadie debe dañarla más que yo. ¿Lo entiendes o debo hacértelo entender de la peor forma posible? —concreto irritado, intentando contener las ganas de ir a echarle ácido en la cara.

No sé qué cojones me pasa, pero no quiero que nadie la toque.

Si alguien va a ponerle una mano encima, seré yo y nadie más.

—Si tanto te importa ve y sácala de allí, no pienso mover un dedo a favor de esa imbécil.

Observo hacia la televisión de nuevo, no soy capaz de apartar mis ojos de la escena por mucho tiempo.

—Acabas de traspasar una línea muy peligrosa y deberás atenerte a las consecuencias. No debiste meterte con una de mis presas —zanjo y cuelgo. —No quieres tenerme como enemigo, Rachel.

—Liam espera, yo....—Cancelo la llamada antes de que termine de hablar.

Circulo en línea recta hacia el área donde tienen a la tonta alumna. Tiendas departamentales, letreros que indican sobre qué sección me muevo y uno que otro policía pasan a mi lado, sin detenerse a llamarme la atención por seguir aquí.

Me sorprende que no hayan conseguido evacuar completamente el aeropuerto. Algunas personas simplemente se negaron a irse y permanecen de pie frente a cualquier televisor que encuentren.

Le echo una mirada de soslayo a un aparato con pantalla plana y veo que la situación de Violet no ha mejorado. Al contrario, esto va en detrimento.

Ella encuentra tirada en el suelo, mientras un montón de imbéciles le patean el vientre. Violet se agita y recibe los golpes sin moverse demasiado. Como si fuera incapaz de reaccionar y defenderse. Tiene la mirada perdida, por desgracia las cámaras enfocan todo a detalle y el mundo entero está viendo el dolor que sufre.

Entrecierro los ojos y aprieto la boca, intentado contener la rabia que toda esta porquería me provoca.

Maldita seas, Rachel

—¡Vamos, perra, llora! —La grita el malnacido al que le arrancaré los ojos y los testículos. —Ya no tienes dignidad, todos están viendo que no sirves para nada. Ni siquiera puedes defenderte. Eres un desperdicio de oxígeno.

Voy a lanzar a ese desgraciado a los cocodrilos.

—¿Tan fácil es destrozar a una buena para nada como tú? —insiste, ante el silencio de Violet.

Violet no hace nada, no se queja; no suplica que la dejen en paz.

¿No vas a defenderte, maldita sea?

La toman por el pelo y la levantan bruscamente, un segundo después empieza a golpearle el rostro con extrema ferocidad. Los porrazos atacan su nariz, sus mejillas y su bonita boca. Los impactos dejan un rastro rojo que pronto se oscurece. Me sorprende la fortaleza que está mostrando al evitar que ellos vean cuánto le duele lo que le están haciendo.

—¿Dónde quedaron tus discursos de heroísmo? Las mujeres como tú merecen que las golpeen, porque son tan inservibles que ni para correr sirven.

—Es fácil decirlo, cuando le apuntas con una pistola, maldito gusano. —grazno, en un modo completamente destructivo. La sangre se agolpa en mi cara, mientras respiro agitadamente.

Estoy furioso y cuando agarre a esos imbéciles, van a desear no haber nacido.

Siento que la ira me va a provocar un ataque en el corazón.

Aprieto el puño contra el costado de mi pantalón y levanto la mano, para luego estrellar los nudillos contra el cristal que tengo frente a mí.

Rachel pagará por haber arruinado a mi presa de esta manera.

Cada patada que ella recibe agita al monstruo en mi interior, elevando mi instinto destructivo a un nivel espeluznante. Agarraré a los malditos que le están haciendo esto y convertiré cada segundo de sus vidas en una pesadilla.

Trituraré sus caras.

Destrozaré cada uno de sus huesos.

Les arrancaré la piel y los bañaré en alcohol, para prolongar su sufrimiento.

Los voy a torturar cada segundo que respiren y desearán morir con sólo escuchar mi voz.

Emprendo la carrera, e ignoro la agitación que se adueña de mis pulmones al correr como si no hubiera un mañana.

El aeropuerto se convierte en un montón de sombras borrosas que pasan frente a mis ojos sin que pueda detallarlas.

Oigo gritos a lo lejos, voces que al parecer me llaman, pero decido ignorarlas.

No sé qué me pasa, pero quiero sacar a la estúpida alumna de ese lugar.

Bordeo a la derecha, paso junto a una librería y cuando estoy a punto de entrar en la zona que da acceso directo a la tienda de ropa en la que mantienen a Violet, alguien bloquea mi camino y me empuja hacia una especie de corredor.

Perfilo una media sonrisa al ver al profesor, luciendo enojado y horrorizado en la misma medida. Sus ojos parpadean inseguros y su boca se abre, como si quisiera decir algo pero no se anima a hacerlo.

Suelto una carcajada irónica y quito sus sucias manos de mi camisa.

—¿Tú le hiciste esto, cierto? —Me acusa, su barbilla se agita como una bandera al recibir el golpe del viento.

—¿Yo?... Si quiero dañar a Violet lo haré y no recurriré a parafernalias y shows televisivos para hacerlo.

—Sé que estuviste siguiéndola. ¿Qué buscas, maldito enfermo?

Para variar, viste de azul. Parece un uniforme.

—¿Tú viniste a esta dimensión a pesar de que sabías que arruinarías la vida de Violet al hacerlo y yo soy el villano?

—No te estoy pidiendo tu opinión sobre mí.

—Y yo te la estoy dando porque mis bolas me incitaron a hacerlo.

—Detén lo que está pasando o...

—¿O qué? —Me río en su cara. —¿Le vas a decir a todos que eres una mala copia de mí?

—Al menos no soy un asesino como tú. Sé que mataste a Hyla y sé que estás tras el tiroteo.

—¡Bravo! —Lo aplaudo. —Descubriste América, ¿Cómo quieres que te diga, Liam Colón?

—Te propongo un trato.

—¿Por qué habría de negociar contigo? —debato.

—Porque te conviene.

Nos vemos la próxima semana.

Espero que hayan disfrutado el capítulo.

¿Qué les pareció el Liam malo?

¿Qué crees que le vaya a proponer Liam 1 a Liam 2?


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