Capítulo 5

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Multimedia: Game of Survival- Ruelle.


Si llegamos a mil comentarios, el próximo capítulo puede que salga antes de lo previsto.

Narra Evil Liam

¿Así que el estúpido profesor cree que aceptaré cualquier trato que ofrezca?

Podría soltar una carcajada, pero eso le daría a entender que no pienso tomar en serio su propuesta. Tomaré ventaja de la desesperación que veo en sus ojos y la usaré en su contra, como hago con todas las personas que me aburren.

—¿Qué tipo de trato tienes para ofrecerme?

Liam se aparta y camina hacia mi derecha, lo sigo con la mirada; mientras intento contener otra carcajada. Es claro que intenta esconder nuestra presencia del resto de personas.

—Vamos a otro lado, no conviene que nadie nos vea.

—¿Te avergüenzas de mí? —digo de repente. —¿Qué hay de malo en hablar conmigo aquí? Al menos yo no construyo maquinitas raras para poder viajar y perseguir a mis alumnas.

—¿Crees que es momento adecuado para tus bromas absurdas? La mujer que amo, se encuentra secuestrada por un grupo de terroristas... no sé si alguna vez te haya importado alguien en tu vida, pero deberías aprender a callarte cuando no tengas nada bueno que decir.

—¿Y qué quieres? ...—Sigo al profesor de pacotilla hacia donde sea que quiera llevarme. Podría ser una trampa y eso bien lo sé, pero siempre encuentro la forma de salirme con la mía, esta vez no será distinto. —¿Quieres que llore a tu lado y compartamos clínex como si fuéramos una hermandad de tipos idénticos?

—Evitemos conversar hasta llegar a nuestro destino, será lo mejor. —concreta e imagino que agitó la cabeza, pues el corredor por el que transitamos se torna cada vez más cetrino y angosto. Incluso el aire se siente más pesado, como si acabáramos de entrar a un sauna atestado de personas.

—Pues hoy amanecí conversador, así que no tendrás más remedio que seguir escuchándome.

—Creí que los asesinos eran tipos fríos que hablaban poco, pero tú no te callas.

—Soy de los carismáticos. —digo orgulloso. —De los que le caen bien a todo el mundo, nadie pensaría que oculto cosas muy turbias. Oh, espera, tú también eres así.

Lo oigo soltar un gruñido. No tiene cómo responderme, porque no es precisamente una buena persona, por mucho que intente serlo.

—Hablas demasiado, me sofoca escucharte.

El profesor está débil, vulnerable y preocupado por lo que pueda sucederle a su amorcito, lo noto en su tono de voz fracturado y casi susurrante. Por más inteligente que sea, sigue siendo humano, sufre como uno; cae como uno y se abruma como uno. Agreguemos más problemas a su tazón, total, nadie lo mandó a dejar su hogar para venir aquí.

—¿Por qué has estado siguiendo a Violet? —curiosea, parece incapaz de dejar de parlotear.

—No tengo que darte explicaciones, Liam.

—¿Acaso te gusta, Violet?

—¿Temes que te la quite? —cuestiono y rio.

—Por supuesto que no, ella no tiene tan mal gusto.

—Se fijó en ti. —bufo. —Eres cursi, moralista y seguramente muy aburrido. A nadie le extrañaría que ella se sintiera atraída por un poco de oscuridad.

—Sé que estuviste con ella, alguien del servicio secreto te vio entrar al baño y me preguntó al respecto ¿Qué buscas? —cuestiona, sonando mortalmente frío. —¿Cuáles son tus intenciones con Violet?

Las peores.

—¿Celoso?

—Ya dime qué diablos le dijiste o qué pasó entre ustedes. —murmura entre dientes. Su forma de hablar me indica que está a punto de girarse para meterme un puñetazo.

—¿Te asusta que le cuente a tu adorada alumna que viniste a esta dimensión para arruinar su estabilidad?... Tal vez podría contarle que estás intentando encontrar una fuente de energía, que pueda revertir las anomalías producidas en la tierra por culpa de tu llegada. Tranquilo, tus dramas no me interesan y no soy un soplón.

El sonido que la suela de sus zapatos produce a cada paso que da se detiene, espero pacientemente a que diga algo, pero en su lugar se queda en silencio.

—¿Te sorprende que sepa sobre la dichosa investigación que Rachel te está financiando? Estás utilizando lo que ella siente por mí, para que te dé dinero y luego el enfermo soy yo.

—Mi investigación no es asunto tuyo.

—Claro que lo es, estás usando mi vida para conseguir tus fines; tengo derecho a saber lo que haces con la posición que te otorgué. Que no se te olvide Liam, los lujos y comodidades que disfrutas son míos, lo que actualmente tienes me lo debes... y yo no hago nada gratis.

—Puedes destrozar el mundo si quieres, pero te quiero lejos de Violet. —enmarca tajante, y vuelvo a escuchar el sonido acompasado que sus zapatos emiten al andar.

—No puedes imponerme nada y lo sabes. Sólo basta un chasquido de mis dedos para que toda tu red de mentiras se haga añicos. Yo que tú no me mostraría tan grosero, porque tengo las armas suficientes para... que termines en la cárcel y allá no podrás proteger a Violet de nadie.

No me dice nada, pero estoy seguro que mis palabras están provocando un eco tormentoso en las paredes de su cerebro.

—Haz lo que quieras, pero a ella no la volverás a tocar. —manifiesta de forma ruda.

—Ya la toqué de todas las formas que quise. —acoto con esa malicia que tanto me gusta emplear. — ¿Crees que me interesa repetir con una chica que ya usé? No soy como tan aburrido como tú.

De pronto, siento un par de manos que se van contra mi cuello. Al segundo siguiente, el concreto choca contra mis costillas y los huesos de mi espina son restringidos contra la pared. Su ataque no me dañó en lo absoluto. Ni para eso sirve el profesorcete.

—¿Qué le hiciste, maldito psicópata? —La rabia, el desconcierto y la frustración flamean en su voz como llamaradas que ningún líquido puede apagar. El amor que siente hacia ella, le nubla el norte, la astucia y la dignidad.

—¿Con enfermo te refieres a ti mismo? Porque muy cuerdo tampoco estás, viniste aquí para perseguir a la chica con la que te obsesionaste. Suéltame o no tendrás ningún estúpido trato. —Le hago saber, metiéndole un manotazo.

Él se lo piensa un poco, la escasa luz que aún queda en el estrecho corredor, me permite ver en mi oitro yo algo semejante a un ceño fruncido y un mentón agitado.

Se necesita tan poco para que pierda el control.

—Te juro que cuando todo esto termine, voy a matarte. —Me asegura, la ferocidad late en voz. Me echo a reír, porque es como ver a un ciervo intentando asustar al león. —Haberte conocido es de las peores cosas que pudo pasarme al venir aquí.

—Tú no eres capaz de matar ni a una cucaracha. —Me burlo al toque. —Deberías estar agradecido, ya que por mí estás disfrutando de una vida cómoda y sin limitantes, misma que te permite impresionar a Violet y hacerle creer que puedes darle todo lo que una chica de su edad necesita: Dinero, un novio ejemplar y una familia política influyente.

—¿Qué es lo que se supone debo agradecerte? —manifiesta indignado. Creo que lo que más rabia le da, es que me atreví a manosear el coño que lo trae enamorado. —Implicaste mi cara en un asesinato, si alguien hubiese visto lo que ocurrió esa noche, ahorita yo estaría tras las rejas. Y por si fuera poco, intentas dañar a Violet. No creas que no conozco sobre tus tendencias asesinas, sé lo que quieres hacerle y no voy a permitirlo.

—No tienes idea de lo que en verdad pasó la noche que murió Hyla.

Lo que ocurrió con Hyla, es mucho más oscuro de lo que él imagina. Pero, no voy a entrar en detalles.

Lo cierto, es que el propio padre de la chica está implicado en lo que le pasó.

Otros pensarían que es triste, trágico y lamentable.

Yo en cambio sólo maté y ya, Hyla ni siquiera me resultaba una presa atrayente.

—No deberías seguir sacando conjeturas, cuando desconoces lo que pasó esa noche. —resoplo.

—Mataste a alguien, eso fue lo que pasó. ¿Por qué a Hyla?... —titubea. —Es decir, ¿por qué la asesinaste?

—¿Por qué no? —Me encojo de hombros y curvo la cabeza hacia la derecha, restándole importancia al asunto.

—Estoy harto de que respondas a cada cosa que te digo con una pregunta. Sólo los idiotas lo hacen, ¿sabías?

Uy, pero qué sensible.

—Si no te gustan mis respuestas a las tonterías que preguntas, entonces deja de preguntarme. Es algo muy básico, no sé si te ha ocurrido, profesorcete.

—Escucha, es claro que ni tú me agradas, ni yo a ti; pero Violet no tiene nada que ver en esto, así que aléjate de ella. No sé si también te gusta o qué, pero ambos sabemos que no eres algo beneficioso en su vida, así que haz algo bueno por una vez en la vida y apártate de ella. —argumenta con simpleza. —Aléjate de ella, es la última vez que lo diré de buena manera.

—¿Y qué harás para que me aleje?

Este tipo da pena ajena.

—Haré algo que no te va a gustar. —Me asegura y ambos nos quedamos callados.

Lo mío con Violet es más un mero deseo de acabar con su bonito y puro corazón, por eso no soy para nada como él. No poseo ninguna grieta cursi que me debilite o algún recuerdo preciado que conservar a su lado.

El viajero tiene sentimientos por ella y eso es una falla irremediable en un hombre.

A mí en cambio, me gustaría matar a Violet mientras la follo.

Caminamos en silencio durante un minuto, el ruido de los televisores que proyectan las noticias se va apaciguando hasta convertirse en un eco inteligible y soso.

—¿A dónde vamos? —inquiero, este puto callejón parece que nos va a llevar a China.

—A otro sitio.

—¡No me digas!

—Entonces no preguntes.

—Para estar sensible y al borde del llanto, actúas como un amargado.

—No sabía que quisieras ser mi amigo o algo así... no paras de hablar—responde cortante.

—¿Ser amigo de un viajero inter-dimensional obsesionado con un coño? No soy tan patético.

—Es muy fácil para ti juzgarme, aunque no sé con qué cara lo haces, después de haber asesinado a Hyla. No eres mejor que yo en ningún sentido.

Avanzamos por cinco minutos más, hasta que un bloque de luz nos abofetea a ambos.

Una calle vacía y una serie de cuartos en alquiler entran en nuestro campo de visión. Las ventanas de los locales están sucias, hay papeles sueltos y enrollados sobre el suelo. Este sitio es como el lado oscuro de cualquier aeropuerto y se nota que no le han dado mantenimiento en un buen tiempo.

Miro hacia la derecha y luego hacia la izquierda, preguntándome si fue por aquí que los terroristas que Rachel contrató, entraron.

Imagino que el servicio secreto se encargó de encontrarle al hijo consentido del presidente, un lugar para que hablase sin ser molestado. Me pregunto cómo consiguió que dejaran de seguirlo.

Liam es el primero en salir y se detiene para esperarme.

No he podido olvidarme de Violet, espero que los imbéciles que la estaban atacando hayan dejado de hacerlo o Rachel recibirá una gran dosis de mi veneno favorito: La Toxina botulínica Z, el más potente del mundo. Este a diferencia de su anterior versión, no tiene antídoto y una sólo gramo es capaz de acabar con la vida de 2 millones de cobayas al instante.

Una sola gota es capaz de paralizar cualquier corazón humano en menos de treinta segundos.

Soy ingeniero en toxicología, me fascina matar de formas terriblemente dañinas. Cuando era niño solía experimentar con insectos que recolectaba del patio, luego amplié mi rango y decidí probar con tarántulas, ratas y escorpiones. Mi padre se dio cuenta de lo que hacía y me ordenó parar con todo. Dijo que no quería tener a un hijo psicópata y me internó en varios centros psiquiátricos hasta que crecí y fingí estar reformado.

Cuando se llegó la hora de retomar mi vida y entrar a la universidad, le comuniqué que quería estudiar toxicología, obviamente se negó apoyarme en la carrera, él quería que estudiara algo relacionado al negocio familiar y cuando me negué, me hizo saber como es su costumbre, que soy la vergüenza de la familia.

Fingí hacerle caso, y me matriculé en ingeniería civil y toxicología, pero odiaba todo lo relacionado a la construcción. Finalicé mi carrera y decidí contarle a papá lo que había hecho, se puso histérico, renegó de mí y me obligó a regresar a Ingeniería Civil. Si no lo hacía, él iba a encerrarme en el psiquiátrico de nuevo, odiaba ese lugar y sabía que él tenía los recursos para encerrarme otra vez; así que le hice caso, me gradué y fui infeliz. Él estaba emocionado y me ofreció una plaza en la constructora familiar, justo en ese momento apareció el profesor y le ofrecí tomar mi vida. Quería ser libre, durante años había hecho lo que papá quería para evitarle más dolor a mamá. Pero cuando salí de mi propia vida y me sentí liberado.

Imagino que cuando Liam apareció en la vida de papá y se comportó como el hijo ejemplar que siempre quiso tener, no tuvo reparos en aceptarlo y en creer que finalmente me había reformado.

Mi infancia estuvo llena de doctores, reclamos familiares y bastante incomprensión. Mi madre era la única que realmente estaba para mí me veía como lo que era: alguien que se salía del molde.

Pero en fin, siempre tuve gustos distintos y el tener un padre complicado no tuvo nada que ver en que quisiera hacer las cosas de una forma poco convencional.

Amaba matar y me sentía estimulado ante la creación del veneno perfecto, uno al que jamás pudiera inventársele un antídoto.

—¿Y ese milagro que al fin te quedaste callado? —habla el profesor.

—En serio que eres bipolar, llevas todo el camino quejándote de que hablo mucho y ahora que no lo hago, empiezas a joder.

Entramos al local que nos queda más cerca.

Veo un par de sillas puestas al azar, una mesa en medio y un par de vasitos reciclables se acomodan sobre ella. El sitio tiene aspecto de no haber recibido una trapeada en años.

—Y bien....—digo de pronto. No voy a quedarme en un sitio tan desarreglado por mucho tiempo—¿Cuál es el trato?

—¿Tú tienes que ver con el supuesto atentado terrorista verdad?

Pongo una mano sobre mi pecho de forma dramática.

—¡Me atrapaste! —Le respondo con sarcasmo. —Yo soy el villano, soy el Lord Voldemort en tu vida de Harry Potter...

—Por favor, detén el atentado y deja las malditas bromas innecesarias... yo accederé a cualquier cosa que pidas a cambio de ello.

Arqueo una ceja y doy un par de vueltas alrededor de la mesa, que por cierto parece elaborada de un material muy barato, pues la cantidad de huecos que presenta, eso da a notar.

—Tú no tienes nada interesante que ofrecerme. —Dejo en claro y detengo mi tránsito.

—Te ayudaré a ocultar lo que pasó con Hyla.

Vaya, vaya, así que San Liam Larsson de otra dimensión no es tan puro y bondadoso como le hace creer a todos.

—Yo propongo algo mejor, hagamos un sorteo y si tú ganas, yo dejaré a Violet en paz, daré la orden para terminar el atentado que sufre... y si yo gano... tú te harás pasar por mí con Rachel durante 6 meses y yo te reemplazaré con Violet.

Liam abre los ojos como platos, cierra los puños y los coloca en jarras a ambos lados de la cadera, acto seguido parpadea con la cabeza, luego niega, bota aire y enfoca sus ojos sobre los míos.

—¿Perdón?... —El idiota parece que no está seguro de haber escuchado lo que expresé. —¿Un sorteo?

—¿Acaso no sabes lo que es un sorteo? Sabía que eras imbécil, pero no a este nivel.

Él se queda callado, me estresa su actitud tan políticamente correcta que le incita a no tomar decisiones rápidas.

—Debo pensarlo.

—Tienes 10 segundos para tomar una decisión.

—Pero...—Me detiene.

—Te quedan siete. —farfullo.

Intento descifrar su expresión, imagino que se va a negar, aunque viéndolo bien, es una excelente oportunidad. Si él gana se librará de mí para siempre y podrá seguir su cuento de hadas, unicornios, corazones con brillitos y mariposas rosadas junto a Violet.

—¿Qué tipo de sorteo? —inquiere, como si mi idea no le pareciera del todo descabellada.

—Somos dos caras de una misma moneda, así que hagámoslo algo poético y lancemos una moneda.

—¿Crees que arriesgaré la seguridad de Violet con tanta facilidad? —chasquea, negando con la cabeza.

—Es el único trato que aceptaré, es la oferta de tu vida.

—¿Cómo puedo confiar en la palabra de un asesino?

—Te dije hace años que si te hacías pasar por mí, no le diría a nadie y cumplí. —debato.

—Pero esto es diferente.

Coloco la muñeca a la altura de mi pecho y finjo que estoy mirando hacia un reloj imaginario.

—Su tiempo se ha vencido, gracias por participar. —Le hago saber con diversión.

Liam niega y se repasa el cabello con los dedos, es una manía que ambos tenemos en común. Luce como si le acabara de proponer que masticara vidrio.

—No puedo arriesgar a Violet así.

—Entonces me voy.

Doy la vuelta y me dirijo hacia la abertura en la que debería haber una puerta. Casi puedo sentir los engranajes en el cerebro de Liam moviéndose. Él sabe que lo que le ofrecí es una oportunidad de oro, hasta cierto punto soy un hombre de palabra.

Doy un paso, luego otro; mi corazón está calmado como casi siempre y mi cerebelo evalúa lo que posiblemente ocurrirá a continuación.

Espero que Liam sea del tipo de sujeto que cuando se siente acorralado toma las peores decisiones.

El aire sucio del exterior me latiguea la cara al salir, justo en ese momento escucho una voz que dice.

—Está bien, hagámoslo.

Liam hurga en su bolsillo.

—No tengo monedas, mierda. —expresa fastidiado.

—Yo sí. —Busco en mi bolsillo y noto que hay algo más. Una pequeña jeringa con la sustancia paralizante que perfeccioné hace dos días.

Le lanzo la moneda y ambos elegimos qué lado queremos. Él elige cara y yo sello.

Liam toma la moneda y la lanza por los aires. Mi corazón no se acelera, para mí el resultado de lo que va a ocurrir no es relevante. Para Liam en cambio, esto debe ser peor que una tanda de penales.

La moneda da un par de giros en el aire antes de caer, la luz dibuja destellos circulares al chocar con ella y cuando la gravedad empuja la moneda hacia abajo, el resultado es evidente.

Me encojo de hombros y me acerco para felicitarlo, ya que ganó el sorteo.

Me sentiría decepcionado, pero tengo otros planes.

—Parece que uno de nosotros tiene demasiada suerte. —Le doy una palmada en el hombro y un segundo después, le clavo la jeringa en el cuello. La vista del líquido amarillo entrando en su sistema me resulta estimulante.

—Pero no la suficiente para derrotarme definitivamente. —Liam cae al suelo, petrificado y con los ojos abiertos. Su boca está abierta y sus manos se han engarrotado. Lo que le inyecté, le impedirá moverse hasta que a mí me dé la gana. —Tal parece que para Violet, ahora yo seré más que su profesor. Debiste pensarlo mejor, antes de creer en la palabra de un asesino.

Le guiño un ojo y me preparo para retomar mi vida.

Pero, ahora, lo haré a mi modo.

Pequeña y diminuta Violet, jugaremos en la cueva hasta que el lobo decida probar tu inocente sangre. 

Este modelo de Liam se ajusta más al de mi imaginación, y quería mostrarlo

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Si te gustó el capítulo por favor, vota y comenta. Ayudas a otros a descubrir la historia y significa un montón para mí. Gracias por leer. Te recomiendo agregar la historia a tu lista de lectura, por si la aplicación falla y la historia se borra de tu biblioteca.

Instagram: Dariagne.

Booknet: Dariagne De Gracia C

Tik tok: Lectorasdedari

Grupo de Facebook: Lectoras de Dari

Como ya expliqué en mi otra novela: Perverso, mi computadora está cada vez más dañada.

La única forma en la que actualmente funciona, es sin batería. Si le pongo la batería colapsa, tiene un daño interno algo complicado y ahorita no puedo comprar una nueva,.

Por esa razón demoré con los capítulos, porque estuvo bastante tiempo sin funcionar.

Me disculpo y espero que mi computadora siga funcionando, recen para que siga siendo así.

Pueden unirse a mi grupo de facebook y mantenerse al día con las novedades.

¿Qué opinan de lo que pasó?

¿Se merece el Liam bueno lo que le pasó?

¿Creen que el Liam malo sí mate a Violet?

Esta es mi parte favorita de la historia, basé la personalidad de ambos Liams, en la de los hermanos Salvatore, creo que ya se dieron cuenta cuál sería Damon y cuál Stefan AJAJAJAJAJAJ

La novela a partir de este capítulo va a despegar y se viene lo bueno :3

Saludos y gracias por apoyarme.

Nos vemos la próxima semana :D

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro