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Anteriormente:

— Es simple, después de descubrir las identidades los portadores retienen entre ellos el sentimiento más fuerte y mutuo que sientan en el momento de revelar las identidades. Los demás sentimientos los absorbe el Kwami. Nunca nos habíamos peleado, debido a que el sentimiento mutuo que menos sentíais o el más debil lo habíamos absorbido nosotros y los demás portadores tenían un gran sentimento de decepción o angustia mutua.

— Eso lo explica todo Tikki.

•••

Adrien por su parte no trato de sacar a su kwami información que el consideraría valiosa. Todo tiene al menos una justificación y el hecho de no querer enfadar a su kwami más de lo que ya estaba era una razón de peso para no preguntarle sobre su contratiempo con la intranscendente criatura de color carmesí. Con el propósito de no comenzar ningún tipo de enfrentamiento con su kwami, el joven de hebras rubias prefirió ignorarle. Supo que Plagg enfadado era terreno ajeno, hecho que no aprendió de manera pasiva.

Sin más dilación, el modelo trato de descansar plácidamente en su cama aquella noche. Comenzó por fin a mentalizarse; probablemente hacía unas horas Adrien se había convertido en una de las personas mas famosas de todo Francia e incluso del completo planeta tierra. Es decir, el mismo por su carrera de modelo había alcanzado una fama la cual ni el mismo podía tratar de imaginar. Le era difícil pasear por el precioso Paris tanto de día como de noche pero hasta aquella noche, horas después de la gran revelación, no se dio cuenta de la fama que había adquirido añadiendo la de modelo a la fama que le correspondía como Chat Noir.

Adrien suspiró profundamente sabiendo que una etapa de su vida terminó unas horas atrás con su tan guardada identidad secreta. Según el Maestro Fu había citado:

— Lo que os esta ocurriendo es completamente común entre los portadores del Miraculous del Gato y la Mariquita. Todos los portadores lo han vivido. — Repitió el Maestro Fu dentro de la mente de portador del primero de los Miraculous.

Adrien se limitó a revisar su teléfono aunque para su mala suerte como portador del Miraculous de la destrucción solo le dio al botón de inicio y su teléfono empezó a descontrolarse debido a la gran cantidad de llamadas, mensajes y varios incordios de la vida moderna más en él.

— Ya me compraré otro teléfono. — Pensó rodando los ojos para después tumbarse en su cama. Respiró hondo y decidió irse de una vez por todas a dormir.

Horas después de que el de cabellera rubia se fuera a dormir un rayo de sol junto con algún que otro tipo de grito de ilusión y alguno de desesperación despertaban al modelo, que seguido de un bostezo, se dispuso a vestirse y bajar a desayunar aun con la sensación de que lo que estaba viviendo ni era mas que una pesadilla. Toda esa extraña sospecha que lo inundaba completamente se evaporó cuando Nathalie lo miró incrédula. Creía imposible que un niño tan atareado como era Agreste pudiera soportar tal responsabilidad como la de ser uno de los defensores de París.

Al girarse para sentarse en la aburrida mesa donde cualquier día casual desayunaba la secretaria del padre que le prohibió de cierta manera ser el mismo con otra ropa, es decir ser su querido alter-ego, lo visualizó corrió a sus brazos para abrazarlo de tal manera que no pudiera respirar. El sorprendido correspondió a su abrazo sorprendido por esa actuación de su mentora.

— Estoy muy orgulloso de ti. — Expresó Nathalie lo que sentía al descubrir tal secreto.

Salvo por eso la mañana en la mansión Agreste transcurrió como un día normal, antes de que Adrien preguntase algo Nathalie se pronunció:

— Por mucha rabia que me de el señor Agreste te obliga a ir al instituto. — Informó Nathalie con la misma expresión neutra con la que siempre le hablaba. Enojado , Adrien corrió a su habitación a llamar a Marinette mientras le ofrecía Camembert a Plagg. Por suerte, consiguió un teléfono que tenía de hace 6 años aunque no funcionase como el quería se conformó rápidamente.

— Coge My Lady, por favor. — Imploró Adrien hablando con su línea de móvil mientras el pobre Kwami que no cesaba de engullir su preciado queso lo miraba extrañado y pensando lo estúpido que era su portador.

— ¿Si?

— Uff, menos mal... — Suspiró en un tono de alivio.

— ¿Qué quieres gatito?

— Mi padre... Bueno... Me obliga a asistir a clase. — Tardó en decir el de hebras rubias.

— ¡Ugh! ¿Pero como te puede obligar a ir a clase sabiendo en el lío que estamos metidos? De veras que no lo comprendo. — Musitó Marinette en un tono de ira.

— No lo se... Nunca me a dejado elegir por mi mismo y... — Empezó a decir Adrien pero fue interrumpida por su princesa.

— No te voy a dejar en este marrón, ¡Voy contigo!

— Pero Bugaboo... — Susurró Adrien al teléfono en un tono audible para la peliazul, no quería que ella sufriera la presión de la prensa y todo el colegio, el estaba acostumbrado apoyo era una tanda más de personas ¿Qué le iba a pasar?

— ¡Voy y no se hable más! — Finalizó Marinette colgando la llamada.

— Que testaruda... — Suspiró Adrien para después decir: — Así la quiero. — murmuró al aire enamorado.

Adrien llamo al Gorila para que también fuera a buscar a Marinette en su limusina, para confirmar ello mandó un mensaje a la joven diseñadora diciéndole que la pasaban a buscar. Y así ocurrió, como vivían sumamente cerca del colegio no tuvieron ningún tipo de problema para ir a su casa, exceptuando la avalancha de periodistas por lo que la peliazul decidió transformarse y salir por la ventana evitando cualquier embrollo.

Al salir por su terraza todas las cámaras le apuntaron a ella y la siguieron hasta la limusina acompañándola de preguntas incómodas. Como: "¿Cómo se transforma?" "¿Tiene alguna relación sentimental con Chat Noir alias Adrien Agreste?" "¿Usted sabía su identidad?". Claro estaba que ella las iba a ignorar todas y cada una de ella pero la segunda no dejaba de intimidarle. ¿Adrien querría ser su pareja sentimental? Se preguntaba Marinette con tono embobado.

Nada más entrar a la limusina se destransformó y ella se apoyó en el hombro de Adrien.

— ¿Tu Kwami te lo ha dicho? — Pregunto la de hebras azules al modelo.

— ¿El que? — Contestó con otra pregunta curioso por qué se trataba.

— Lo de porque estan enfadados. — Dijo sin más pensado en como no se lo habría dicho su Kwami.

— He decidido, por mi bien, no preguntarle nada. — Dijo rascándose la nuca. — Digamos que cuando se enfada no es muy pacífico.

Marinette río tímidamente ante su comentario y dijo:

— Ya tendremos tiempo de hablar que ahora tenemos que conseguir bajarnos de aquí. — Finalizó Marinette la conversación mientras se preparaba para taparse los oídos ante tal escándalo.

Nada más bajarse de tal inmenso coche se escucharon dos voces en un tono de ira y enfado, chillando tanto que lo de taparse los oídos hizo que resultará un tanto tonto.

— ¡MARINETTE DUPAIN-CHENG Y ADRIEN AGRESTE!

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Espero que esté capítulo os haya gustado mucho, dejarme vuestra opinión en los comentarios y decidme ideas para continuar la historia, intentaré tomarlas en cuenta.

El anterior capítulo ayer de noche se me borro y mientras escribía este no os podéis imaginar la presión que tenía. Todo salió bien y recupere el capítulo. Uff.

¿Si tuvieseis que elegir el tipo de historia de MLB que quisierais que yo hiciera cuál sería?

Para la siguiente parte:

+30 votos ❤️ y +25 comentarios 🗨️


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