𝘤 𝘢 𝘱 𝘪́ 𝘵 𝘶 𝘭 𝘰 | 28

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Las personas siguen día a día su propio camino, abriendo sus propias oportunidades y yendo detrás de algún posible futuro que se construye todos los días.

Así como pasó el primer año para los hermanos Kim lejos de su ciudad, el tiempo siguió transcurriendo más rápido de lo que pensaron.

Ya eran 2 años desde que se mudaron, y la vida de los tres había tenido ligeros o drásticos cambios que a la larga los habían ayudado.

Jungkook seguía trabajando, y ya empezaba a hacer planes para mudarse a su propia casa, la cuál claramente estaría en su ciudad natal. La relación del pelinegro con su novio había tenido algunos bajones durante este año, sin embargo, los dos habían tenido la fortuna de la madurez, y luego de hablar las cosas, su relación seguía siendo igual de buena.

Del lado de Hoseok, las cosas sí que cambiaron más, todo este año lo dedicó a hacer un autoanálisis, saber qué es lo que faltaba y sobraba en su vida, lo que tenía y lo que deseaba.
Ya ejercía su trabajo en una empresa, él mismo había deseado empezar desde 0 y subir por su propia cuenta, había estado dando lo mejor de si en este año y eso se veía reflejado en su crecimiento laboral.
A este paso, el castaño no tardaría en tener un puesto muy alto y seguir con los planes de crear su propia empresa.

Seokjin, el menor, parecía que todo giraba a su favor.

Empezando con que, después de años de estudios y sistemas educativos que a veces lo hacía llorar; Jin se había graduado.
Y no solo eso, el menor de los Kim había sido encontrado varias veces por las cámaras, hasta el punto en el que un día simplemente le llegó una oferta de modelaje y no pensó en desaprovecharla.

Entonces, Jin trabajaba en la empresa familiar como un importante gerente destinado a ser director en unos meses, y también era un modelo descubierto que se atrevió a cautivar a muchas personas. Jin era un chico con una apariencia elegante y muy sofisticada, por lo que muchos lo creían perfecto para llamar la atención de sus líneas de ropa.

Durante este año empezó a viajar mucho, a conocer muchas personas, ahora era Jin quien pasaba más tiempo fuera que en casa, ahora eran sus hermanos quienes lo esperaban durante la noche.

En su defensa, le costaba tener tiempo de sobra porque aún practicaba el modelaje, es decir, pese a lo agradecido que estaba de la oportunidad tan fácil de ser modelo, él quería hacer el trabajo bien y eso ameritaba aprender a modelar en pasarelas.

Por fortuna, tanto Jin como sus hermanos estaban a punto de tomar la decisión que iba a cambiar esto que vivían ahora. Y esa decisión era regresar a la ciudad, reunirse con sus padres, con Yoongi, con Jaebeom y con los Lim para discutir el tema del divorcio.

—Llegué, llegué —indicó el nuevamente castaño, que entró a la sala de estar principal de la mansión, en donde Jungkook y Hoseok lo habían estado esperando durante la tarde hasta esta hora de la noche.

—¿Dónde estabas? —preguntó el pelinegro, recostado a lo largo del sofá.

—En una reunión, les dije que mejor se fueran a casa, no quería que pasara más tiempo y regresar aún más tarde.

Tomó asiento a un lado de Hoseok, estaba cansado de todo lo que había realizado este día, sin embargo, sabía que esto era su vida.

Jungkook ya tenía 28 años. Hoseok ya tenía 26 años. Y Jin tenía 22 años.

Se sentaron a hablar un poco de otras cosas, hasta que el tema de discusión real salió de la boca de Jungkook.

—¿Entonces? ¿Ya saben si van a quedarse aquí?

—¿Tú lo harás? —preguntó Hoseok.

Negó sin problemas. —Me gusta esta ciudad, pero prefiero regresar, allá hay mejores oportunidades para ustedes y para mí, estaremos cerca del trabajo y cerca de las personas que ya conocemos.

—¿Y tú? —ahora fue Seokjin quien se dirigía a Hoseok.

Alzó los hombros. —No tengo problema con volver, puedo quedarme aquí si quiero, pero sería más aburrido si estoy solo.

Seokjin miró a Jungkook, Jungkook miró a Seokjin.

Bueno, no habían tocado el tema de Yoongi desde hace mucho, y no sabían qué pensaba exactamente Hoseok respecto a saber si Yoongi iba a divorciarse o no.

—¿Qué hay de ti? —añadió el mayor de los tres al menor.

—También puedo ir o quedarme, es fácil transferir mi puesto en la empresa a la otra ciudad.

—¿Y tus contratos en pasarelas?

—No son muchos y son cerca de nuestra ciudad, siempre puedo decirle a mi representante que cancele los contratos que alguien quiera presentarnos.

—Entonces... ¿qué quieren hacer?

—Ustedes pueden pensarlo hasta dentro de una semana, yo voy a regresar. Tae me está esperando y ya planeé todo para vivir solo —Kook puso sus brazos cruzados debajo de su cabeza, encontrando comodidad en el sofá—, de todas formas tenemos que ir a esa reunión con los Lim, depende de ustedes si regresan o no.

Debía suceder algún día; que Jungkook decidiera buscar su independencia y que a su vez, Hoseok también empezara a pensar en ello.

Hoseok y Seokjin no tenían mucho qué perder aquí o qué ganar allá, y en realidad no querían tomarse el tiempo de recordar lo que pudo pasar si no se hubieran marchado.

✦━━━━━━━━━━━━━━━✦

La decisión de volver a la ciudad no fue complicada, en aquel vuelo a su ciudad natal, los hermanos Kim pasaron casi todo el viaje divirtiéndose con un juego de cartas, los tres tuvieron buenas partidas, pero Jungkook terminó llevándose la mayoría de victorias.

Las maletas de Kook estaban en el avión, pues ya no planeaba volver de dónde salieron.
Creyó que tal vez Hoseok y Seokjin no subirían sus maletas, se llevó una gran sorpresa cuando observó al personal del servicio ayudarlos a subir su equipaje a una limosina.

Entonces, la decisión era definitiva; ellos volverían a su ciudad, independientemente de la decisión del divorcio, ahora sus "intereses" eran otros.

La reunión se llevaría a cabo en dos días, los hermanos tenían tiempo de hacer otras cosas antes.

Jungkook ya sabía a quién visitar. Hoseok se ocuparía de conseguir su mismo empleo en otra empresa. Y Seokjin tenía una importante reunión con cierta empresa, cosa que le inquietaba.

Llegaron a su destino, los dos menores estaban un poco nerviosos por volver, Jungkook se hallaba más confiado, tenía tantos sueños y metas por cumplir, y claro, una persona con la que quería compartir todos esos momentos.

El primer lugar al que pararon fue en la casa de sus padres, Jungkook no se molestó en desempacar, solo Seokjin estaba consciente que aún estaría tiempo ahí, al igual que Hoseok.

Habían extrañado su ciudad, los edificios e incluso las personas que vivían aquí, pese a tal vez nunca haberlas conocido.

Sus padres notaron el cambio en los tres, ya no eran jóvenes que peleaban a cada momento, ya no eran personas que pensaban en el alcohol y las fiestas.
Tenían una mentalidad diferente desde que aparecieron por esas puertas, cosa que a los padres les alegraba mucho.

Por supuesto que todos tenían sus propios planes en cuanto llegaron, nadie sabía que ellos ya estaban de regreso.

En esta misma ciudad, el sol iluminaba perfectamente a las 3:00 p.m. sobre un pequeño edificio de dos plantas.
Era de un diseño moderno y bonito, un castaño de rulos abría nuevamente la puerta de entrada después de haber terminado su hora de descanso para comer.

Taehyung había luchado mucho el último año para tener su propio consultorio psicológico, trabajó en decenas de lugares para conseguir dinero y poder hacer este sueño realidad.

En este punto, su trabajo iba tan bien, que ya comenzaba a pensar en contratar un ayudante para organizar sus citas y demás.

Luego de abrir nuevamente su consultorio, pasó a la oficina para revisar su cuaderno con todas las citas que tenía el día de hoy, siempre las agendaba igual; alguien llamaba, Tae confirmaba día y hora, además de indicar la dirección.

Dejó la puerta de la oficina abierta, entró un momento al baño para limpiar sus manos luego de llevar todos los desechos de su comida a la basura.

Escuchó que alguien tocó la puerta de la oficina, ya había llegado aquel paciente.

—Pase, salgo enseguida.

No recibió respuesta, Tae salió del baño limpiando sus manos con un poco de papel, observó que esa persona estaba de espaldas, mirando decoraciones de un mueble con varias de estas.

Esa chaqueta la conocía, esa espalda y esa cabellera negra las conocía.

—¿Desde cuándo usas las plantas como decoración? —dicho pelinegro se dio la vuelta, encontrándose con la mirada de Taehyung.

Y ahí estaba de nuevo, Jungkook enfrente de Taehyung.

El menor dio una sonrisa gigante, sus ojitos se hicieron más grandes, su corazón latió a más no poder y aceleró a los brazos de Kook.

—¡Amor! —se lanzó a un abrazo, Jungkook lo recibió con la misma alegría, cargandolo desde su cintura.

Pronto se unieron en un tierno beso, Kook se encaminó a un sofá y se sentó para que Tae pudiera estar sentado en su regazo, sin despegarse un segundo de su entrañable abrazo.

Estaban tan felices, más allá de sentir una alta adrenalina, fue una paz la que los inundó. Jungkook cumplió lo que le prometió; volver.

—Me da miedo preguntar, pero quiero saber si fuiste tú la persona que hizo una cita desde un teléfono público —preguntó el castaño, encantandose con esa sonrisa juguetona de Kook.

—No creo que deba responder eso. Eres muy educado cuando de pacientes se trata.

Rieron un poco, hasta que finalmente sus rostros parecieron decirse demasiado con solo sus simples sonrisas.

—¿Viniste de visita?

Negó. —Vine a decirte que pronto podré invitarte a mi propia casa. Ya no me iré, Tae.

—¡Al fin! —levantó los brazos—, ¡Cuéntame todo! Tenemos una hora de sesión.

—¿Una hora? —el mayor levantó una ceja—, aún tenemos tiempo de hablar cuando salgas de trabajar. Cerré la puerta de allá fuera cuando entré.

Taehyung entendió, Jungkook entendió.

—Nunca cambias, Kookie —con esa travesura, Tae volvió a besar a Jungkook, y para nada iba a convertirse en el mismo beso tierno de hace minutos.

Sus pechos estaban muy felices de verse de nuevo, porque sabían que ahora sí se tendrían más cerca. Jungkook acarició la cintura de Tae por debajo de ese suéter de lana que llevaba.

A los pocos minutos, la temperatura empezó a elevarse entre besos y suspiros. Ambos sabían bien en qué iba a terminar este reencuentro: igual que todas las visitas que ha hecho Jungkook a la ciudad durante estos dos años, en sexo románticamente salvaje.

✦━━━━━━━━━━━━━━━✦

—¡Hermano! —Yugyeom abrazó y golpeó a Hoseok de la manera más leal posible. Extrañó a su mejor amigo—, pensé que me habías olvidado, ¿hace cuánto llegaste?

—Hoy por la mañana, cuando llegué pensé que había dejado a tu cargo una tienda —Hoseok también estaba alegre, más de ver a Yugyeom mejor que nunca.

Porque sí, Yugyeom ya no atendía una tienda de víveres, ahora estaba a cargo de su propio gimnasio, lo cual siempre fue su objetivo, la tienda fue algo hereditario que con el tiempo dejó de darles lo que necesitaban para vivir a él y a su familia.

Claro que esa fue la excusa perfecta para hacer lo que quería; abrir su gimnasio y ser entrenador.

Conversaron un poco mientras Hoseok veía a todas esas personas entrenar en dicho gimnasio, al final de unas cuantas horas, Yugyeom le pidió a su ayudante que se hiciera cargo de cuidarlo, mientras él podía salir a tomar unos tragos con Hoseok.

Se juntaron en un bar costoso, era costumbre que Hoseok siempre invitara los tragos, y Yugyeom pagaba el combustible adicional a cualquier botana que les cobraran.

El atardecer comenzaba a aparecer, la tarde se les había ido muy rápido, Hoseok no tenía ni idea de en dónde estaban sus hermanos, a él solo le importaba poder hablar con su amigo sobre estos dos años, y quizá con él sería la única persona con la que podía hablar del tema de cierto ex-mayordomo.

—A todo esto... ¿no hay nada además del trabajo que tengas planeado hacer aquí? —el castaño más alto rompía un pistacho sobre un recipiente en la mesa de barra.

—Jungkook planea comprar su propia casa o departamento en los próximos días, o semanas. Ya había hablado con él en el avión, y tal vez vaya por el mismo camino.

—Me gusta esa noticia, ¿qué has pensado? ¿Casa? ¿Apartamento de soltero?

—Las personas ya no se molestan en vivir en casas, no quiero un lugar grande. Prefiero algo para mí y con un espacio extra si es que vivo con alguien más -bebió de su trago.

—Mmh, define "alguien más".

—Cualquier persona que necesite vivir fuera de su casa. Seguro encuentro a alguien de mi clase en mi nuevo trabajo.

El menor asintió, aunque tenía un poco de curiosidad sobre algo más.

—¿Cuándo decidirán eso del divorcio entre Yoongi y Jaebeom?

—Pasado mañana, pero no creo asistir a la reunión -miró el interior de su vaso.

—Suena como si no te importara lo que puedan decidir.

—No es eso... pero tampoco es mi problema, la decisión depende de ellos.

Yugyeom hizo una expresión de inconformidad, no le creía ni un poco a esa actitud despreocupada de Hoseok, él solo era así cuando había un problema que quería evitar. Había dos formas de las que él se deslindaba de algún asunto.

Una de ellas era la natural, en la que Hoseok solo negaba meterse en esos asuntos con una actitud tranquila e incluso simpática.
Pero cuando Hoseok quería evitar algo, se postraba más serio, con más indiscreción, se notaba que Hoseok aún tenía algo pendiente con cierta persona que no había dejado atrás del todo.

Yugyeom como su mejor amigo, pensó que tenía que escucharlo, habían estado casi 2 años lejos, muchas cosas estaban de por medio para poder contarse mutuamente, y este tema era uno de esos, sin duda alguna.

—¿Vas a hablar con Yoongi?

Hoseok ya esperaba que le hiciera esa pregunta.

El proceso mental por el que el castaño pasó durante estos dos años, le había servido mucho para tomar una decisión al respecto esto, se dio cuenta de algo que quizá ya sospechaba, pero le había costado aceptar.

Se fue de la ciudad creyendo que lejos de Yoongi podría olvidarlo, que al fin Min podría tener una vida propia que no tuviera que ver con los hermanos, y que Hoseok lo dejaría en paz y tendría esa tranquilidad mental que necesitaba respecto al tema.

Estar lejos de su ciudad solo le había dado las fuerzas internas por tomar la decisión definitiva, si aún quería volver por Yoongi o no.

La respuesta era sí.

Hoseok comprendió que lo que sintió por Yoongi por tantos años no era casualidad, él quería a Yoongi en verdad, y pese al rechazo que estaba propenso a sufrir, él estaba dispuesto a intentarlo una vez más.

Mentía cuando decía que no quería ir a la reunión, se moría por ver a su pelinegro de nuevo, saber cómo ha estado, si ha cambiado o no, pero seguramente cuál sea su cambio, era igual de lindo o más.

Realmente Hoseok nunca dejó de quererlo, y posiblemente no lo haría dentro de muchos años cuando tenga que aceptar que Yoongi no quiere nada con él, ya que iba a dejar toda la decisión en manos de él, Kim estaba dispuesto, ¿pero Min? Aún estaba pendiente lo que él podría decir.

—Voy a hacerlo —asintió—, no fue correcta la forma en la que lo traté el día de la boda, no sé si va a considerar las cosas, pero quiero intentarlo.

—Y eso, tonto; me hace sentir orgulloso. Estoy seguro que esos años en los que me prometiste vivir con Yoongi y hacerle su desayuno todos los días no será en vano. Hay que manifestarlo —levantó sus brazos y los estiró—, ¡Yo manifiesto!

El mayor sonrió, debía alegrarse de volver, de cualquier modo, muchas cosas buenas han pasado cuando Yugyeom lo manifiesta.

✦━━━━━━━━━━━━━━━✦

Seokjin tenía mucha influencia y oportunidad de entrar a lugares en los que no cualquiera podría solo por ser un ciudadano normal.

Debido a su familia, a su nuevo cargo en la empresa y a su reciente revelación en el modelaje, Jin podía llegar a su antigua universidad y solo explicar que no tardará, lo dejarían pasar sin muchos problemas siempre y cuando no estuviera aquí para realizar actividades dañinas.

Seokjin había logrado terminar su carrera antes de lo esperado, gracias a que en ese último año se exhilió de toda diversión distrayente que le impidiera concentrarse en sus estudios. Su compromiso llevó a que pudiera graduarse antes de lo requerido.

La cosa aquí era, que Jimin no era el mismo caso, pues él prefirió ser parte de quienes llevan una carrera universitaria tal como la universidad se los planea.

Entró a dicha universidad solo, al guardaespaldas que lo seguía no le permitió entrar con él, pues necesitaba la mayor discreción posible.

Jin caminó por los pasillos luego de preguntarle a alguien aleatorio sobre donde podría estar Park Jimin.
Siguió su camino entre la cantidad de personas, algunas que eran más atraídas por el mundo de la moda; llegaron a reconocerlo. Esmeradas en acercarse a él a hablar, nadie se atrevió a dirigirle la palabra a Jin, menos cuando este iba tan decidido a caminar en una dirección.

Finalmente, Kim estuvo frente a la clase de música, por fortuna, le habían comentado que solo Jimin se hallaba ahí, quizá con alguien más, pero al ser horas en donde sus clases ya habían terminado, ya no habría tantos que vean la sorpresa.

Escuchó la dulce voz de Jimin entonar una canción, el chico siempre ensayaba mucho tanto su canto como su danza.
Adicional a ese bonito canto, se escuchó una voz extra lanzar algunas expresiones como "Wow" "Qué bello", entre otras.

Abrió la puerta ligeramente, pudiendo notar de forma discreta que Jimin cantaba en medio del salón y Jackson lo veía con ilusión.

Jin entró un poco más, la mirada de Wang fue la primera en darse cuenta de él, abrió la boca y expandió sus ojos de sobremanera cuando Jin lo saludó en silencio.
Después de eso, Jimin se percató de la mirada asombrada del castaño, volteó al mismo sitio.

Y cuando Jimin volteó, su corazón se alegró demasiado.

—¡Jinnieeee!

Tanto Wang cómo Park se dirigieron velozmente a donde estaba Jin, lo envolvieron en un gigante y sincero abrazo, Jin sintió que todo estaba bien, sintió una gran alegría de poder verlos nuevamente.

—¡¿Cómo estás?! ¡¿A qué hora llegaste?! ¡Estás más lindo que antes! ¡Ven, cuéntanos todo! —Park volvió a abrazarlo, lo tomó de la muñeca y lo obligó a sentarse en una de las sillas de la clase—, amor, saca las galletas de mi mochila, esto amerita comer.

—Dijiste que ya no tenías galletas —Jackson sintió la traición, la decepción.

Fue por las galletas debidamente, volvió al lugar de los dos mejores amigos y a partir de ese momento, Jin supo que estaba en casa.

—Qué alegría verte, Jin. Fue una sorpresiva pero agradable visita —Jackson se sentó en una silla al costado de Jimin, posterior a eso, jaló la silla del ahora rubio para estar cerca de él.

—Gracias, también estoy feliz de volver. Y... espero les gusten las visitas largas porque seguramente no van a deshacerse de mi en un largo tiempo.

Jimin sonrió abiertamente, tanto que sus ojitos se escondieron.

—¿Vas a quedarte aquí?

Asintió.

—¡Sí! ¡Qué bueno! Han pasado tantas cosas. ¿Hace cuánto llegaste? ¿Tus hermanos vinieron contigo?

—Sip, vine con ellos, y apenas llegamos hoy por la mañana. Iba a avisarles pero me quedé dormido en el avión, preferí que fuera sorpresa.

Wang disfrutaba escuchando a su novio y a Seokjin hablar, pero no estuvo conforme con la distancia entre él y Jimin, por lo que optó en hacerlo cambiar de lugar, levantó a Jimin de su asiento y lo regresó a su regazo.

«Como debe de ser».

Conversaron por muchos minutos más, entre risas y más alegrías. Jin y Jimin habían hablado mucho durante estos años, pero nada se comparaba con hablar en persona.

Jin relató como pudo estar en donde está ahora, al igual que Jackson y Jimin contaban cosas de ellos.

Se sentía como hace años cuando hablaban después de clases, y vaya que era un lindo recuerdo.

A esto había que añadirle, que las galletas de Jimin eran deliciosas, su madre siempre le preparaba cuando iniciaba la semana, eran riquísimas.

Kim se alegró bastante cuando se enteró que Jimin ya no debía trabajar demasiado para pagar sus estudios y ayudar a sus padres, pues la universidad finalmente le concedió una beca, por lo que solo trabajaba algunas horas luego de clases.

Jackson, por otro lado, no había cambiado mucho su situación, él usualmente no tenía problemas mayores.

Lo que sí provocó la atención de Seokjin inmediata, fue cuando el chico de descendencia china le habló sobre algo o alguien más.

—Ahora es raro ver un mecánico normal por la ciudad, esa empresa despegó y está teniendo mucho éxito. El lado bueno es que esos mecánicos que tenían su propio negocio están entrando a la empresa, me parece que todo va bien para todos.

Jin tuvo mucha más tranquilidad, después de todo, sus condiciones al momento de firmar ese contrato sirvieron.

—Y... si quieres saber sobre Na...

—No, no -negó fugaz-, así está bien.

Wang lo respetó, Jimin también comprendía esa negación.

—Bueno... ¿él sigue trabajando ahí? Solo necesito una de las 3 posibles respuestas.

Wang asintió. —Sí, ahí sigue.

—Bien, gracias. ¿Les parece si terminamos nuestro encuentro mañana? Ahora tengo que asistir a una reunión y no me queda mucho tiempo antes de tener que partir, tampoco sé a qué hora puede terminar.

—Pero claro, ve a cumplir tus obligaciones, pequeño Jinnie. Que vean quién manda —sonrió Park—, hasta pronto, ¡Llámame!

Kim soltó otra sonrisita, se levantó de su lugar y salió por si mismo del salón de clases, al parecer ellos debían quedarse a limpiar.

Aceleró sus pasos hasta la salida de la universidad, agradeció la oportunidad de entrar al guardia, y automáticamente se dirigió a su limosina.
El chófer y el guardaespaldas eran la misma persona. En cuanto Seokjin subió al vehículo, este partió a la dirección a la que Jin le indicó.

En el camino le pidió algo especial al chófer, que pusiera una canción, específicamente; una canción de The Beatles.
Seokjin estaba tan nervioso y dudoso por lo que pudiera pasar, que su única idea fue escuchar la misma canción que puso el día en que fue a ese taller por primera vez.

Sabía de sobra que al llegar, ya no encontraría un taller mecánico común.

En todo el trayecto se mentalizó, no sabía bien si ese alguien estaría trabajando dentro o fuera ahora mismo, ni siquiera sabía si estaba en ese mismo edificio, ¿qué tal que ahora está en otro establecimiento?

Era poco probable, ya que Seokjin pidió por si mismo que no podían correr a ese hombre de su propio taller pese a estar remodelado.

Sus manos jugaron entre ellas todo este tiempo, empezó a sentir algo de sudoración en sus palmas, incluso su estómago llegaba a removerse un poco.
¿Por qué estaba tan nervioso? Da igual, tal vez era otra cosa.

Ansiedad, emoción o un ataque cardíaco. Pero algo de eso debe ser, seguro.

Seguramente ni siquiera lo verá y él solo se está haciendo ideas.

Después de tanto sufrimiento mental, la limosina llegó a un edificio más grande lo que recordaba, más moderno y con el gran logo y nombre de la empresa arriba de la entrada.

Jin bajó del auto después de que el chófer abriera la puerta, examinó de arriba a abajo la altura de ese edificio, su diseño y demás.
Era increíble... Seokjin recordaba que ahí había un taller, no esto.

Tomó aire, un bolso de cuero sintético parecido a un maletín, y agallas.

Su ropa estaba bien, le gustaba sentirse bonito y él era bonito, más cuando se ponía sus botines.

—Puedes esperar aquí o ir a otro lugar, no sé cuánto tiempo lleve esta reunión.

—Gracias, estaré aquí un poco más y vendré lo más rápido que pueda, llámeme si me necesita.

El chófer volvió a entrar al auto, Seokjin se adentró a la empresa, sintiendo todos los vellitos de sus brazos erizarse.

Era claro que todos debían conocerlo, la familia Kim era parte de la capacitación a cualquier empleado, y todos sabían que esa familia podía entrar y salir de esta empresa lo que quisiera, pues prácticamente ellos habían levantado este negocio.

Jin tenía muy seguro que esta reunión seguramente sería para tratar un contrato más extenso, tal vez incrementar o disminuir las acciones, o quizá aprobar innovaciones que requerirán de más inversión.

Muchos saludaron a Jin, sin creer que el nuevo próximo director de la familia Kim y sus empresas era tan joven.

En recepción, la secretaria era amable, indicándole todo lo necesario para la reunión, Jin no evitaba ver a los lados, creyendo que por ahí podría estar él.

—¿Sabe si aquí solo hay trabajadores de oficina? ¿Dónde están los mecánicos?

—Este es el edificio principal de la empresa de esta ciudad y en general, aquí se atiende todo sobre la parte teórica, financiera y de orden. No hay ningún taller en este edificio, todos fueron construídos en diferentes zonas de la ciudad, si usted desea, puedo proporcionarle una hoja de direcciones con todos los talleres de esta ciudad.

—Oh, no, gracias, solo tenía curiosidad —se limitó.

-Permítame suponer que está en busca de alguien en especial, si en este caso se trata de un mecánico, puedo decirle que el gerente de cada taller viene cada mes a presentar el reporte de trabajo. Y mañana es el día en el que la mayoría viene a entregar esos reportes.

Eso era un arma de doble filo para Jin.
Tenía nada qué perder, pero aún así estaba muy ansioso.
Podía volver mañana, o simplemente preguntar en dónde trabajaba ese hombre y ya.

Batalló mucho en su cabeza, pero no, al final pensó que si las cosas estaban bien así, era por algo, y él no iba a llegar y solo aparecer de nuevo frente a alguien que seguramente no quiere verlo.

Volvió a agradecer la información, segundos más tarde, la mujer lo guió por la empresa hacia la sala de juntas.
Se resignó a no verlo, prefirió que no le importase.

Seokjin era muy puntual, fue el primero y único en estar en la sala de juntas, los demás aún no llegaban, aunque la secretaria informó que todo se debía a un contratiempo.
La mujer dejó a Kim solo en dicha sala con mucha iluminación natural aportada por los gigantes ventanales de una pared que le daban vista a una parte de la ciudad.

Mientras estaba solo, se dio cuenta que le había dado mucha sed. A Seokjin y a sus hermanos se les había quitado gran parte de esa costumbre de esperar a que les hagan todo.

Jin se levantó por si mismo, él recordaba que en la esquina de ese pasillo había agua y vasos.

Salió de la oficina tranquilo, en el pasillo se acercaron dos hombres que lo saludaron apenados, pidiendo disculpas por la demora. Se trataba de los dos hombres que le ofrecieron el contrato.

No necesitó muchas excusas, les indicó que fueran a la oficina, y que él ya estaría ahí en unos segundos.

Siguió caminando por todo ese pasillo para llegar a donde se hallaba el agua, de verdad necesitaba una gota aunque sea.
En la esquina de ese pasillo, tomó un vasito en forma de cono y de papel extraño, sirvió agua y bebió.
No fue suficiente.

Volvió a servir en el vasito, esperando a que se llenara otra vez.

—Sí, el joven Kim ya está ahí esperando. ¡Mucha suerte!

-Gracias, recuerda posponer la revisión del taller de la avenida hasta dentro de una hora. Diles que no lo abran porque no ha sido revisado. Por favor.

Esa voz...

Jin alejó el vaso del contenedor de agua, retrocedió tan solo un paso, y cuando quiso inclinar su cabeza al pasillo con el que se conectaba la esquina, un gran y fuerte cuerpo de traje se impactó con él primero.

Aquel vasito de agua se cayó, y mojó un poco la camisa nueva de Jin, al igual que la camisa formal de quién chocó con él. Adicional a eso, la chaqueta del hombre que la llevaba colgada en su muñeca y parte de su brazo, también se cayó sobre el agua derramada.

—De verdad lo siento, no ví que usted venía tan rápido -se disculpó para agacharse a levantar la chaqueta mojada.

—Fue mi error, estaba muy apurado —el contrario levantó el vaso.

Solo el tono de sus voces fue suficiente para que supieran que se conocían.

Seokjin miró al frente después de levantarse, y aquel tipo miró al frente después de levantarse y retroceder unos centímetros.

Castaño con ondas revueltas que estaban algo largas, labios adorables y rosaditos, ojos hermosos, rostro angelical y prendas de ropa igual de lindas y sofisticadas que él. Seokjin se veía hermoso.

Castaño y bien peinado hacia atrás, tenía un cabello de tamaño mediano, labios más delgados pero notorios, con un par de ojos cuál dragón que siempre supieron hipnotizarlo, un rostro que gritaba madurez y poder, con una camisa formal que tenía las mangas hasta la altura de los codos, pantalones, zapatos y una chaqueta mojada igual de formales.

Ese cuerpo seguía igual o más sexy.

Namjoon se veía mejor que nunca.

Lo que Kim Seokjin y Kim Namjoon sintieron al verse nuevamente después de todo este tiempo, solo podía compararse con el sentimiento de ver una estrella brillar cuando pides un deseo.

El corazón de ambos se descolocó y al mismo tiempo volvió a su lugar para sentirse seguro.

Lo que pasaba por la mente de ambos era casi lo mismo; "Eres tú".

Claro, la situación era tan nueva, que ambos terminaron sintiéndose como un par de adolescentes experimentando el amor a primera vista.

Pero por supuesto, había un pasado que dividió este momento.

—Hola -—ue la discreta pero ilusionada voz de Jin.

Namjoon asintió. —Hola.

—Ah... yo, tu chaqueta, lo siento.

—¿Eh? No, no, tranquilo, no pasa nada —tranquilizó—, fue un accidente de mi parte.

Volvió a habitar otro silencio.

Seokjin no podía haberlo extrañado más. Namjoon no podía haberlo extrañado más.

Ahora se tenían frente a frente, aún después de todo este tiempo de desear verse, hoy se trataban como extraños.

Notas;

Solo quedan,
las ganas de llorar,
al ver que nuestro amor, se aleja.
Frente a frente,
bajamos la mirada,
pues ya no queda nada de que hablar 🎶🎶🎶🎶

Gracias por leer, espero les haya gustado<3

▃▅▆█ 웃 agata 웃 █▆▅▃

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