The Closer (ChaBin)

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Narra Hongbin

Desperté sólo en la cama de mi hyung, cosa extraña luego de que me durmiera con él entre mis brazos.

Salí del cuarto solo con el pantalón que traía la noche anterior, justo al momento que abría la puerta Hyuk salía de su habitación seguido por Ken, un canturreo bajo provenía de la cocina, acompañado de un delicioso aroma.

Los cinco nos asomamos a la cocina (En el camino Ravi y Leo también salieron de su habitación) para encontrarnos con la mesa servida y llena de de varios platillos para el desayuno: cada uno de los seis lugares tenía ya servido su tazón de arroz blanco y al centro varios platos con diferentes guisados.

En ese momento N servía un gran platón de carne rebanada en el centro de la mesa, al vernos llegar dejó el plato con cierta fuerza sobre la mesa y la rodeó para quedar frente a nosotros.

—Buenos días niños... yo... bueno, espero que esto sirva como una disculpa... —desvío la vista, su voz era algo temblorosa—, Una disculpa por... el malentendido de ayer...

Soltó un suspiro y bajó la mirada, parecía aún algo triste y deseé ir a abrazarlo para borrar esa tristeza de su rostro. Pasaron solo unos segundos antes de que típica jovialidad de Ken aliviara el ambiente.

—¡Yei, comida deliciosa! —gritó sentándose en uno de los lugares, Hyuk pronto se le unió y comenzaron a atacar los alimentos ya servidos.

—Nos acabaremos todo antes de que los hyung puedan probarlo, —bromeó también el maknae, era bueno tener miembros tan alegres.

Pero yo estaba más preocupado por N pues en ese momento Leo iba pasando a su lado pero se detuvo justo frente a él, temí que fuera a decirle algo malo y por la mirada atemorizada que levantó Yeon él temía lo mismo. Aunque Leo solo recargó la frente en el hombro del más bajo y creo que le susurró algo pero con su voz tan baja no lo pude escuchar, luego fue a sentarse a su lugar seguido por Wonsik, este último solo le dio una palmadita rápida en el mismo hombro pero no dijo nada.

Creo que soltamos el mismo suspiro de alivio, luego de lo cuál él por fin me miró y me dedicó una sonrisa que parecía más sincera y tranquila, podría jurar que aquella sonrisa me golpeó directamente en le pecho pues sentí la presión en él.

Sin mediar ninguna otra palabra HakYeon volvió a la estufa donde aún había algo friéndose. Fui a ocupar uno de los lugares vacíos, observando la comida servida que en efecto presentaba un aspecto bastante prometedor, un empujón en el hombro me sacó de mi admiración.

—¿Por qué te has puesto así de rojo Binnie? —me molestó Ken.

Ignoré su pregunta y comencé a servir algunas verduras para acompañar mi arroz, no pasó mucho tiempo antes de que se volviera una desayuno normal, con Hyuk molestándonos, Leo sirviendo un poco de comida en los platos de los otros y N cuidando nuestros modales.

En ese momento pensé que éramos en efecto como una familia... aunque la broma era que Leo y N eran los padres, suponía que ya no sería así, reí de pronto ante la idea.

—¿Qué ocurre?

—Es solo que no puedo imaginar a Ravi como la mamá del grupo, —expliqué con una sonrisa, ocasionando la risa de la mayoría.

—Yo no soy la mamá —pareció pensarlo un poco—, soy la madrastra ricachona y elegante que viene a robarse al papá.

Todos reímos ante la pose de diva que hizo Wonsik, incluso Leo sonrió animadamente. Algunos minutos después N se levantó con su plato vacío en las manos.

—Debo... ir a comprar algo —me miró cuando dijo eso, aunque no sabía qué significaba—, volveré en un rato. JaeHwan te toca lavar los platos.

Ken hizo una cara de puchero.

—Haz caso a tu madre, —seguí con la broma, por lo que me gané un golpe en el cuello de N.

Al final N se fue, entre todos recogimos la mesa y me tocó ayudar a Ken con los trastes. Cuando terminamos todo Leo y Ravi fueron a meterse al estudio, según ellos para comenzar a escribir las canciones para nuestro comeback. Ken y Hyuk prefirieron salir a comprar algunas chucherías y cosas para comer, alegando que N no traería ese tipo de comida chatarra así que era mejor conseguirla por su lado; así terminé sólo.

Intenté distraer mi mente tomando un baño largo y relajante. Una vez que estuve limpio salí del baño aún terminando de secarme el cabello cuando me llamó la atención una canción proveniente de la sala de prácticas.

Se me hacía conocida pero no pude terminar de reconocerla, una voz femenina cantaba en inglés. Con curiosidad bajé y me asomé por la puerta para encontrarme con una imagen bastante llamativa: N estaba justo en medio de la sala, practicando sus pasos de baile completamente concentrado y con los ojos cerrados.

Sus movimientos eran tan fluidos y elegantes como siempre, de pronto eran rápidos y algo violentos para convertirse después en eróticos y lentos. Siempre me había gustado verlo bailar así, tan concentrado y entregado a la música, aunque a veces le hiciera burla de eso en verdad lo disfrutaba,

Y ahora tenía una nueva especia que agregar a aquella imagen, pues no dejaba de recordar su rostro el día de ayer a medio éxtasis. No pude contener la sonrisa ante aquel recuerdo, otra parte de mi anatomía también se alegraba la recordarlo.

Entrecerré la puerta para ir a sentarme tranquilamente pero N me atrapó a medio camino, me tomó de la mano para que me detuviera, no me dijo nada y pareció que ni siquiera hubiera abierto los ojos pero no me soltó y en cuanto me detuve comenzó a danzar a mi alrededor.

Respire profundo mientras su cuerpo se movía a mi alrededor, sus manos rozando mi cuerpo por aquí y por allá, su olor rodeándome cada vez más. Noté entonces los pequeños parches en su playera holgada, en efecto en cuanto la sujeté esta se desprendió y terminó en mis manos, N no dejó de moverse, como si aquel gesto fuera parte de su presentación.

No pude dejar de admirar su piel, por mucho que siempre le hiciéramos burla a causa de ella yo siempre había pensado que parecía espolvoreada por azúcar morena; la noche anterior había descubierto que sabía tan dulce como si lo hubieran hecho y para ese momento deseaba volver a probarla.

Justo cuando iba a tomarlo él puso su brazo sobre mi hombro, acercándose bastante a mi, ladeó la cabeza como si fuera a besarme y seguí la misma inercia, pero no bien sentí su aliento sobre mis labios, sus dedos se enredaron en mi cabello y jalaron hacia atrás, obligándome a mover la cabeza en un círculo.

Aquella sensación que rayaba ligeramente en el dolor terminó por ponerme al cien, incluso me arrancó un gruñido bajo más relacionado con la pasión que con la molestia. Cuando pude volver a mi posición original él ya había pasado su propio rostro a mi lado, recargándose en mi hombro.

—En mi bolsillo... —murmuró muy bajo, su aliento jugando en la piel sensible de mi cuello.

Sin entender muy bien lo que significaba aquello comencé a buscar en las bolsas de su pantalón. el primero estaba vacío pero en el segundo sentí algo como un pequeño contenedor, como si de una pequeña pasta de dientes se tratara.

Pudo entonces más mi curiosidad y saqué aquel botecito para poder observarlo de cerca.

"Lubricante en gel, con anestésico."

Quedé tan sorprendido que dejé caer el pequeño contenedor, tomé a N por los hombros y lo alejé un poco, todo aquello estaba a punto de volverme loco.

—Hyung... -comencé pero ¿qué podía decir ante aquella situación?

—Quiero que lo hagas Hongbin, quiero que de nuevo me quites el peso del control... quiero que esta vez tomes todo de mí, —suplicó con voz sumamente baja antes de inclinarse a recoger el lubricante.

Si antes había estado a punto de volverme loco aquellas palabras terminaron por romper cualquier rastro de cordura que pudiera permanecer en mi mente. Puse ambas manos a los lados de su rostro para besarlo con toda aquella pasión que había estado intentando contener.

Su cuerpo, caliente luego de que había estado bailando, se pegó más al mío mientras sus brazos me rodeaban y él se entregaba por completo a aquel beso. La sensación era por demás satisfactoria, pronto mis manos comenzaron a cobrar el mismo valor y a recorrer su piel suave.

Sin romper aquel beso intenso y sin dejar de acariciarlo nos movimos lentamente hasta que su espalda chocó contra una de las paredes/espejo, me atreví a explorar entonces por debajo de su pans, lo suficientemente holgado como para facilitar mi camino. Utilizando aquel nuevo agarre lo empujé más contra mi cuerpo, haciendo que nuestros sexos se rozaran aun por sobre la ropa.

Mis labios recogían los jadeos que salían de su boca, logrando que viajaran por todo mi ser. No podría esperar mucho más, quería y necesitaba sentirlo por completo. Di un paso hacia atrás, separándome de nuestro delicioso beso solo bajo la promesa de que vendría algo mejor, extendí mi mano derecha.

Él entendió la indicación sin necesidad de palabras, con manos temblorosas desenroscó la tapa del botecito para luego dejar que una gran cantidad de gel transparente, en cuanto estuvo listo lo tomé por la nuca con la mano izquierda, inmovilizándolo para poder devorar su boca a mi voluntad, mientras mi mano derecha se dirigía al lugar que me prometía el mayor placer de mi vida.

Comencé rozando solamente el inicio de aquella piel que sería sumamente sensible, en efecto todo su cuerpo temblaba y cuando dejé que uno de mis dedos explorara más profundo todo su cuerpo se tensó, intentó alejarse gimiendo pero mi mano izquierda no se lo permitió.

—Relájate, sólo relájate y disfruta, —ordené con suavidad.

Bajó la cabeza para recargarla contra mi pecho, sus manos se sujetaban con bastante fuerza de mis hombro, de su boca salían agudos gemidos que aumentaron de intensidad cuando agregue un segundo dedo a mi juego.

Para el tercero N había perdido por completo el control de sí mismo, su cuerpo ondulaba exáctamente al ritmo que yo marcaba y los jadeos que escapaban eran bastante sonoros.

Ya casi no podía sentir la piel en mis tres dedos aunque podía moverlos con facilidad, estaba todo listo. Saqué aquellas extremidades pues estaba ya demasiado deseoso de ocupar su lugar. Busqué en el mismo bolsillo donde tenía el lubricante, tal como esperaba también había un par de condones.

Saqué solo uno y se lo tendí a N, que tenía la mirada nublada por el placer.

—Pónmelo, —le ordené.

De inmediato se arrodilló para desabrochar mi pantalón, cuando por fin quede libre de aquella molesta presión jadeé de satisfacción, aunque era otra la presión que en esos momentos deseaba.

Aún tembloroso N se apresuró a su tarea, en cuanto estuvo listo volvió a ponerse de pie pero no hizo nada más, me encantaba como se entregaba por completo aun para las decisiones más sencillas.

Le di la vuelta para que recargara las manos contra el espejo, de manera que los dos quedamos de frente al mismo pero N bajó la cabeza por entre sus brazos, quizá avergonzado de ver su propio reflejo.

—No, no lo hagas, —me estiré para enredar mis dedos entre su cabello y obligarlo a que levantara la vista, nuestras miradas se cruzaron a través del espejo—. Así, quiero verte y quiero que tú te veas, quiero que veas el placer que te provoco.

Y así comencé a entrar en él, teniendo que utilizar cada gramo de voluntad que me quedaba en el cuerpo para no adentrarme de un solo golpe como era mi deseo. En su lugar dejé que cada centímetro fuera saciando esa voracidad que ambos teníamos. Cada vez que en su rostro aparecía algún signo de dolor me detenía y esperaba hasta que él mismo se movía, entonces continuaba mi camino, así seguí hasta que estuve completamente dentro.

Allí me detuve pues me sentía a punto de explotar y no quería que aquel encuentro se terminara tan rápido. Pero N me estaba rogando aun sin mediar palabras, solo con la mirada que me dedicaba por el espejo me pedía que le otorgara el placer que necesitaba tanto como yo.

Me sujeté con fuerza de su cintura para tener un mejor agarre, saliendo poco a poco solo para volver a introducirme con un solo movimiento. El sonido de satisfacción de ambos parecía sincronizado.

Ambos perdimos la razón entonces, en nuestra mente no había otro pensamiento que no fuera el de satisfacer la necesidad de placer tanto nuestra como del otro. Atacaba con fuertes estocadas mientras su cuerpo ondulaba en consonancia, respondiendo en la misma medida a mi ardor.

Pronto la sala de prácticas se llenó con el sonido de nuestros gemidos sumado al de nuestras pieles chocando y nuestro aliento jadeante. Y allí estaba de nuevo aquella cara entregada completamente al placer de N, por un momento me llegó la idea de que no quería que nadie más viera ese rostro, no quería que nadie más que yo fuera capaz de provocarlo.

Seguimos así hasta que sus puños se cerraron y echó la cabeza hacia atrás, buscando mi mirada diréctamente.

—Hong... Hongbin voy...

Hasta para eso tenía yo el control y vaya que lo disfrutaba, lo enderecé para que su espalda quedara recargada en mi pecho sin dejar de bombearlo, él recargó la cabeza en mi hombro y alzó los brazos para rodearme con ellos.

—Hazlo, terminemos juntos, —jadeé pues yo estaba en la misma situación.

Todo su cuerpo se tensó a mi alrededor, comprimiendo de tal manera que le seguí en la caída a aquel delicioso abismo.

El placer explotó con demasiada intensidad, recorriendo mi cuerpo en constantes oleadas de éxtasis hasta dejarme totalmente extenuado.

Salí de él cuidadosamente, había terminado igual que yo así que en cuanto lo solté terminó arrodillado en el piso, aparentemente intentando recuperar el aliento. Lo dejé solo un momento para poder desechar el preservativo y limpiarme un poco, pero al regresar él seguía en la misma posición lo cual me preocupó.

—¿Estás bien? —pregunté mientras me arrodillaba a su lado.

—Sí... —intentó levantarse con mi apoyo pero sus piernas temblaban visiblemente, pronto perdió la fuerza y cayó contra mí—. Lo siento Binnie, mis piernas, parece que no piensan lo mismo.

Me dedicó una sonrisa apenada; antes de que dijera algo más o volviera a intentarlo pasé mi brazo por debajo de sus piernas para cargarlo.

—¡Hongbin! Esto no es necesario... —se quejó completamente azorado, cosa muy divertida luego de lo que habíamos hecho.

—Preferirías que te deje aquí hasta que venga alguno de los otros miembros y te vea en este estado.

Me abrazó con fuerza y ocultó el rostro en mi cuello, su aliento volvió a despertar el placer recién satisfecho de mi cuerpo, aunque ahora no era tan acuciante aquella necesidad, no sabiendo que podría tenerlo cuando quisiera.

Cuando salíamos del cuarto de prácticas me pareció ver algo de movimiento por el rabillo del ojo, pero preferí no decir nada para no alertar a N y ponerlo más nervioso. Con algo de trabajo logramos llegar hasta su dormitorio (A pesar de todo el ejercicio que normalmente hacemos y que estamos en forma, no es tan sencillo cargar a otro hombre por varios pisos)

Una vez allí lo dejé recostado en su cama e incluso me dí el lujo de arroparlo con la sábana, disfrutaba bastante de ver al normalmente autoritario Cha Hakyeon entregándose dócilmente a mis cuidados, y la idea de que sólo fuera así conmigo me gustaba aún más.

Al terminar de taparlo me enderecé para irme pero su mano voló hasta mi muñeca, deteniéndome.

—No te vayas, acuéstate conmigo. —Me pidió con voz adormilada.

—Iré rápido a recoger lo que quedó en la sala de prácticas, no quiero que nadie más lo vea.

Él abrió los ojos, asustado ante tal perspectiva, lo cual me arrancó otra sonrisa entre divertida y enternecida.

—Tranquilo, me haré cargo de todo.

Me incliné de nuevo para besar suavemente cada uno de sus ojos para que al fin los cerrara, también dejé un par de besos en su frente. En respuesta N suspiró y luego de algunos minutos su respiración se hizo pesada y calmada.

Seguramente tenía una sonrisa boba en mi rostro cuando salí de la habitación, ni siquiera cerré bien la puerta para no hacer ruido y despertarlo, quería que siguiera descansando con tranquilidad. Pero mi sonrisa se borró casi de inmediato cuando vi a Ravi y a Hyuk esperándome al final del pasillo; me acerqué a ellos algo preocupado.

—Lo tenemos —aseguró Ravi mostrándome una pequeña memoria USB—, y borramos el original de las cámaras de la sala de prácticas tranquilo.

Iba a tomar la memoria pero Ravi debió ver algo en mi rostro porque la quitó de mi alcance. Nos miramos por un momento, algo desafiantes hasta que Hyuk nos interrumpió, al parecer sin darse cuenta de nada.

—Fue bueno que lo hicieras otra vez, el primer vídeo se veía muy oscuro, podría no haber servido.

Levantó su celular mostrando el vídeo mencionado, donde solo se alcanzaba a ver mi silueta y la N la noche anterior, a pesar del sonido bajo podía percibirse nuestras voces.

—Con estos dos videos el plan funcionará, una vez que se los mostremos a N-hyung él no podrá oponerse más a la relación de Leo y Ravi.

Solté un suspiro pesado, en un inicio nos había parecido un buen plan, pero ahora...

—Saben, ya no estoy muy seguro de esto chicos. Él ya se disculpó y... —fui interrumpido por el sonido de la puerta exterior azotándose.

Hyuk y Ravi se asomaron a mi espalda y yo mismo me volteé, pero no había nadie, lo cual quería decir que la persona que había azotado la puerta había salido.

—Que locura, ¿Quién saldría con la tormenta que está cayendo ahorita? —comentó Ravi extrañado

La idea que cruzó entonces por mi mente me llenó de repelús, a paso rápido me dirigí al cuarto de N sólo para confirmar mi temor, su cama estaba vacía.

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