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Cuando finalmente salí, noté lo diferente que era mi habitación de la otra parte de la enfermería a la que no me dejaban acudir.

Todavía existía ese color grisáceo aburrido que recubría el 90% de las paredes en mi habitación pero notablemente notablemente más vivo.

Seguramente la causa era la cantidad de personas que corrían de un lado a otro entrando a otras habitaciónes con heridos de diferentes batallas.

No solo habían Lifesavers en la multitud sino otra clase de reploids que también cuidaban de los heridos.

Me quedé estático del asombro y de la cantidad de ruido que emanaban los reploids agitados.

Zero me miró profundamente entendiendo que era una nueva experiencia y me ofreció su mano. Yo la tomé un poco dudoso pero consciente de que esta solo era una fracción de lo que podía ser algo más grande según la necesidad de calmarme de Zero.

-Vamos.- Habló suavemente mientras tironeaba mi mano hacia una puerta corrediza.

Antes de la revelación, cerré fuertemente mis ojos. Tenía miedo.

Algo no andaba bien en mi interior, podía sentir que temblaba un poco incluso cuando Zero apretujó suvemente mi mano para darme confianza de abrir mis ojos.

-Esta bien si es demasiado para ti, el lugar no se va, mañana podemos intentar de nuevo.- Susurró, callando el sonido de un peor ajetreo que el del ala médica.

-Yo, puedo, solo...- Suspiré profundamente, aferrandome más a Zero mientras intentaba sentirme seguro.

Zero solo se relajó y acarició mi cabeza con tranquilidad. Tomó todo con mucha calma, parecía estar acostumbrado a mi comportamiento y la verdad no borro la idea de que hayamos sido más cercanos antes de que pasara lo de mi "enfermedad".

Sin embargo, lo estaba tomando demasiado en calma y cuando finalmente abrí los ojos lo escuché reir suavecito.

-Pareces un ciervo bebé intentando sostenerte en tus piernitas inestables para dar tus primeros pasos.- Rió otro poquito.

-Oye, es bastante difícil, he estado alejado de todo esto desde quién sabe cuando.- Contesté enojado de a mentiras.

-Lo sé, solo se me hace... Lindo.- Terminó la oración mirando tímidamente al suelo volteando de manera que no podía ver su cara.

-Oh... Oye Romeo, como el que sufre te digo que no lo es. Tengo naúseas.- Solté mi agarre, agrandando mi espacio personal.

-Lo siento.- Volteó a verme. -Lo tendré en cuenta Bambi.- Rió suavecito.

Odié su "disculpa" y se lo iba a hacer saber de la mala manera hasta que escuché como alguién limpiaba su garganta frente a nosotros.

-¿No creen que es demasiado temprano para que anden coqueteando de esa manera?- Una chica rubia nos regañó.

-Alia, no estamos coqueteando.- Respondió Zero.

-Aja.- Contestó despectivamente la chica.

Ya no se quisieron decir nada más hasta que yo, en la confusión decidí preguntarle quién era.

-Alia, una navegadora.- Amablemente me repondió la chica. -Y patea traseros de tórtolos que coquetean en el pasillo.- Bromeó. -Para eso están otros lugares mejor ambientados y a parte no antojan cuando uno está bien soltero.- Rió fuerte.

-Por algo estás soltera.- Contestó molesto en broma, Zero.

-Ayy ya, no empieces.- Respondió Alia con un tono bromista pero molesta.

Hubo un silencio bastante incómodo en el cual ambos se dedicaban miradas con lo que parecían indirectas y una notable molestia hacia el otro. La verdad quería huir pero seguramente me perdía.

No lo había notado antes pero el lugar era mucho más grande de lo que pensé. Calculando habían minimo 200 personas caminando en el pasillo solamente y otras 100 se veían al fondo donde parecía se encontraba un lobby. Eso sin contar lo ruidosas que eran.
Podía escuchar sus conversaciones gracias al terrible eco que la estructura del pasillo aportaba al diseño.

Iba a seguir admirando el lugar cuando Zero tironeó de mi mano, notando rápidamente que la chica se había desvanecido del lugar.

-¿Y ella?- Pregunté algo preocupado.

-Tenía trabajo, otro día se nos va a unir al tour.- Contestó Zero, comenzando a caminar hacia el lado contrario del lobby, en una intersección que todavía no había logrado apreciar bien por el hecho de que estaba frente a Zero y Alia peleandose cuando quería evitar ser parte de su batalla de incomodidad.

Al otro lado de la puerta no había más que otro pasillo con un ventanal al lado derecho donde se podía ver un jardín improvisado que estaba a punto de marchitarse. Sin embargo, como el pasillo no era muy grande, el cuarto adjunto donde estaba el jardín tampoco lo era así que no tuve tiempo de ponerle atención.

Pronto nos encontramos en otra habitación, a diferencia de las anteriores todo se encontraba en silencio y si pasaban personas lo hacían de una manera cautelosa.

-Bienvenido al cuartel hunter.- Dijo Zero con una sonrisa de oreja a oreja. -Finalmente.- Se rió, suspirando con esperanza.

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