Rizos rubios...ojos claros...mejillas rosadas.

Ella era la definición de una perfecta hija y de  felicidad
O eso creían todos...

Después de varios meses pasandome sola en el pequeño parque del vecindario ella logró acercarse hacia mi con nada mas que su sonrisa cariñosa.

"Como te llamas?" me pregunto sentandose a mi lado;con una muñeca con quien andaba a todas partes.

"Anita."

Probablemente mi contestación fue muy corta. Pero ella sabía como dejar fluir las conversaciones.

"Anita! mi nombre es Teresa. Vengo de la casita azul casi alfrente de la tuya,siento que te he visto en alguna parte pero nunca fuera de tu casa."

Sonreí, no había nada mas que pudiera hacer. Una sonrisa no muy satisfactoria acompañada de silencio incomodo,  empezaron a correr nervios por mi cuerpo pero de maneras como cuando vez peliculas de terror..la ansiedad,una adrenalina de muy mal gusto . Esos nervios similares a el miedo, tal vez a el pánico.

"Estas bien? no dije nada malo." Ella respondió hacia mi silencio.

Mi mente empezo a dar vueltas.

Que digo? Ya arruiné su día? Tal vez me hablaba por pena.

Salí a correr a casa. Con la garganta hecha un nudo, mi oportunidad para tener una amiga fue arruinada por mi propio acto.

Teresa permanecía sentada confundida y triste, observandome huir. Tal vez era yo quien intimidaba a los que se acercaban a mi ambiente.