Capítulo 5

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—Nagisa, ¿estás bien? —preguntó Karma ya liberado acercándose al nombrado.

—Sí, estoy bien.

—¡Tami-san! ¡¿Golpeaste a mi hijo?! —exigió Hiromi enojada.

—Y-Yo puedo explicarlo... Es que él se estaba metiendo en una discusión entre yo y mi hijo.
—explicó.

—¡Eso no es razón para golpearlo! ¡Y no obligues a tu hijo a hacer algo que no quiere! —mencionó subiendo mas la voz la peli-azul—. Ahora vete de mi casa —ordenó señalando la puerta de la habitación.

—Vamos Karma —Lo llamó con voz fría.

—No mamá, yo no voy contigo.

—Claro que sí, ¡Vámonos! —ordenó con la poca paciencia que le quedaba. Estaba a punto de tomar a Karma del brazo, pero Hiromi tomó su muñeca impidiendo que continuara.

—Solo tú te vas de mi casa
—pronunció Hiromi molesta haciendo el agarre más fuerte. Tami solo asintió siendo soltada por Hiromi y no le quedó de otra que salir de la vivienda. Pero haría lo que fuera para recuperar a su hijo y "sacarlo de esa horrible situación".

—Chicos, ¿están bien? —preguntó la peli-azul angustiada acercándose a ambos.
—Sí, estamos bien —respondió Nagisa con una sonrisa.

—Muchas gracias por eso Hiromi-san —mencionó esta vez Karma.

—De nada, no quiero que ella los lastime.

•••

Había pasado una semana aproximadamente desde ese último encuentro con la progenitora de Karma.

Hiromi envió a alguien para que fuera por las cosas necesarias que usaría Karma en la casa de esta. Obviamente Tami se negó en dejar entrar a ese hombre a su casa, pero luego accedió después de usar un poco de fuerza. Finalmente Karma podía quedarse en casa de su novio sin ningún problema... o eso creían.

Ahora se encontraban ambos chicos saliendo de la escuela. Les pareció extraño ver a tres hombres uniformados, muy altos y —por su apariencia parecían— fuertes, cerca de la entrada. Ambos chicos los observaron concentrados, tratando de buscar por que estaban allí. Pero su sorpresa fue mayor cuando vieron que estos se acercaban a ambos.

—Akabane Karma, ¿verdad? —Le pregunto uno de los hombres seriamente.

—Sí, ¿por qué?

—Tienes que venir con nosotros.
—anunció el mismo hombre esta vez tomándolo del brazo sin hacer presión aún sobre el agarre. Nagisa ya estaba subiendo su guardia.

—¿Por qué? —jaló su brazo haciendo que el hombre lo soltara.

—Ordenes de tu madre —Oh, era cierto. Su madre al ser una de las integrantes del gobierno tenía cierta cantidad de guardaespaldas y asistentes, parecía que ellos hacían parte de eso.

—No pienso ir y muchos menos con ella —replicó Karma con el ceño fruncido. Sin decir nada más, dos de los hombres lo tomaron de sus dos brazos impidiéndole moverse y lo arrastraron con él. Nagisa obviamente trato de detenerlos, pero el tercer hombre lo agarró fuertemente sin dejarlo mover y casi lastimándolo.

—¡Karma! ¡Karma! ¡Sueltenlo! —gritaba Nagisa viendo como se alejaban esos hombres sujetando a su novio—. Suéltame imbécil —Le dijo esta vez al hombre que lo agarraba con fuerza, pero no podía liberarse. Esos hombres sinceramente eran muy fuertes.

•••

—Muy buen trabajo, chicos
—Los felicitó Tami al ver que los hombres trajeron a su hijo exitosamente, sin ningún inconveniente.

—De nada Tami-san, solo es nuestro trabajo —respondió uno de ellos.

—Bien, pueden retirarse. Solo dejen a mi hijo esposado en la sala —ordenó y ellos acataron a la orden. Luego de eso se retiraron de la vivienda dejando a madre e hijo solos allí.

Tami tomó asiento frente al sofá en el que se encontraba Karma y aclaró su garganta para empezar a hablar.

—Espero que hayas disfrutado tus últimos días con Nagisa, hijo
—mencionó sin siquiera pensar en como se sentía Karma en ese momento.

—¡Suéltame! —Le gritó.

—Claro que no —respondió sin más—. Bien, primero te cambiaré de escuela para que no puedas volver a ver a ese mocoso.

—¡Estúpida, no lo llames así! —Tami solo continuó sin tomarle atención a la palabra que mencionó.

—Segundo, estarás con guardaespaldas para que no te acerques de nuevo a la familia Shiota y para que ellos no se acerquen a ti —Obviamente si Karma estuviera liberado ya habría ido en contra de su madre físicamente—, y tercero, iremos con la psicóloga para que arreglemos esa horrible enfermedad que te consume —¿Trataba de ser comprensiva o qué? Porque para ser sinceros no lo parecía—. Empezaremos con todo eso a partir de mañana —agregó levantándose del sofá y mirando con una sonrisa a su hijo.

Estaba bien hacer eso ¿eh?
¿Está bien quitarle lo que ama,
Obligarlo a hacer algo que no quiere y quitarle una enfermedad que no tiene?

Esperaba poder tener apoyo de al menos una persona. Aunque sabía que Nagisa quería ayudarlo, pero no podría de la manera que querían.

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