Haría lo que fuese necesario para protegerlos a todos

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Verónica Rowell

—¿Qué es esto Thomas?— reclama Archie a su padre agrediéndolo a gritos. —¿Qué mierda haz estado haciendo?

—¿Yo? Yo no hice nada, todos estos amiguitos los trajeron tus compañeros desde Aftil.

Una sonrisa maliciosa se forma retorcidamente en su rostro mientras daba pasos lentos hacia atrás y los gemidos de los muertos se intensifican bajo nuestras suelas. La mirada de Archie cae al suelo como si, de culpabilidad se tratara y el resto nos juntábamos con temor. Tomé la mano de mi hermana; ella tomó la de Mike; él cargó a Bela en sus brazos; ella se aferraba con toda su fuerza; Daniel se encogió a mi lado; Charlie abrazó a Andrés y Amber puso su brazo alrededor de los hermanos; Nick puso a Jade en su pecho y Michelle miraba al doctor con el ceño fruncido. Mientras que Dulce junto a Karol, aguantaban a Archie, quien parecía que iba a caer al suelo desmoronado, y como si fuera un pequeño niño sus lágrimas salían corriendo a toda velocidad por sus mejillas, murmurando lo inentendible.

—Toda la ciudad de Aftil, está aquí.— Thomas comienza a reírse sin sentido y tomando sin a penas darnos cuenta el pomo de la puerta de la salida, baja nuevamente otra palanca y presiona un botón rojo. —Adiós, hijo mío.

El hombre desaparecía dándonos la espalda sin voltear tras unas paredes de hierro que tapaban las ventanas, las entradas y las salidas.

Una alarma estrepitosa nos hace llevar nuestras manos a nuestros oídos para cubrirlos de no reventar. Y cuando el ruido cesa, debajo de nuestros pies los muertos vivientes comienzan a esparcirse, desaparecían de nuestra vista.

—¡No se separen!— gritan Archie y Dulce al unísono.

Andrés había comenzado a llorar y Bela le siguió el llanto. El escandaloso sonido de los niños chillando pone de nervios hasta al más atrevido, pues sabes que tienes que protegerlos. En lo que Mike y Charlie trataban de calmar a los pequeños, el resto miraba lo que nos rodeaba con desesperación, buscando una salida segura.

Pero de pronto, una de las puertas de cristal de las tiendas del lugar se rompe y detrás de ella comienzan a salir zombies amontonados.

Uno detrás del otro.

Por instinto propio Jade sale corriendo sin control, yendo al segundo piso por las escaleras eléctricas —las cuales no funcionaban, o al menos estaban detenidas—.

Nick la persigue y Michelle lo duda pero también lo hace, Andrés escapa de los brazos de su hermana y va tras ellos.

—¡Andrés detente ahí ahora mismo!— grita Charlie, pero en vano.

—Vamos con ellos.— Agrega Mike y todos asentimos.

Archie aún procesaba la situación mirando atentamente el suelo, se encontraba perdido.

—Archie, tienes que levantarte.— reclama Dulce dándole suaves golpes en la espalda. —¡Que te levantes dije!— se pone frente a él de un salto, la mano de la castaña se alza tomando velocidad y en un impacto golpea su rostro.

El chico queda un poco atontado, pero sus pies reaccionan y nos alcanzan corriendo.

Jade actúa con desesperación buscando un lugar al que entrar, pero desde el borde la pequeña valla que está a los alrededores vemos como el primer piso en el que estábamos comenzaba a ser invadido por los muertos vivientes.

Archie saca de su pantalón un cuchillo de cocina y se lo ofrece a Michelle, mientras él jala el perno de un revolver asegurándose que la recámara se encuentre con balas, listo para lo que se aproxime.

Dulce me ofrece una escopeta la cual saca de su bolso, uno que no había notado hasta ahora a pesar de ser tan grande; y luego toma la catana de su espalda y la posiciona frente a sus narices, sujetándola con ambas muñecas.

—Karol no te vayas de mi lado.— la niña asiente y aprieta el puño en una navaja suiza que saco del bolsillo derecho externo de su mochila.

—Pero no se usarla.— Le protesto a la castaña.

—Debes sostener la escopeta con la mano con la que no disparas en el guardamanos, utilizando un agarre medio. Sostenla con firmeza, utilizando la "V" creada por tu pulgar y dedo índice. Sujeta la empuñadura del arma que se encuentra detrás del gatillo con la mano que utilizas para disparar. Sujeta el arma firmemente pero con suavidad, como si estuvieras dando un apretón de manos.— expone Archie a toda velocidad, señalando todo lo que explica y guiándome en menos de un minuto. —Apoya el arma contra tu hombro, manteniendo las manos en la misma posición, pero rotando el arma hacia arriba. Empuja la cantonera del arma firmemente contra tu hombro. Si no mantienes la escopeta con firmeza contra tu hombro el "golpe" que recibes cuando dispares será más fuerte. Ahora, asegúrate de que el seguro no esté puesto.

—Cuando estés lista, jala suavemente el gatillo.— completa Dulce terminando su exposición.

Increíble la coordinación y cooperación de este grupo.

Luego de la aparentemente extensa clase en menos de unos minutos, creí haber aprendido lo necesario así que siguiendo los pasos de quienes estaban armados nos quedamos un poco atrás cuidando las espaldas del resto.

Este definitivamente no era mi lugar dentro del rango de sobrevivientes en un apocalipsis, pero haría lo que fuese necesario para protegerlos a todos.

Con las manos temblando mantengo la firmeza y mi ceja se hunde en seguridad.

Unos muertos salieron de la parte delantera hacia donde Jade corría, dándonos un buen susto la chica frena y grita con todas sus fuerzas.

Andrés sigue de largo ignorando a todos y Charlie corre entre los zombies tras él. Como cubierta nos tenía a nosotros.

Michelle acuchillaba un par de cráneos y Dulce los partía por la mitad, Archie gastó dos balas directamente en las cabezas de dos de los reanimados, cuando uno de ellos cae al suelo crea un pequeño rasguño en la frágil pierna de Andrés. Y ahí es cuando el pequeño niño se detiene a llorar y Charlie lo alcanza.

—¡No vuelvas a hacer eso!— el pequeño llora más fuerte por el tono de voz de su hermana y la rubia lo abraza a modo de consuelo. —Me preocupé por ti.

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