Verónica Rowell

—¿Y que hicieron para llegar hasta aquí?— cuestiona Amber cruzando las manos y llevándolas en su espalda junto a Mike.

—Pasamos por muchas cosas de las que seguramente no eres capaz de imaginar.— presume el rubio acomodando su cabello. Veo como un aire lleno de brillos goza danzando a su alrededor.

Mi hermana frena el paso al ver su gesto y va hacia donde estoy yo.

—¿Por qué actúa así?— cuestiona la pequeña celosa. —Pensé que teníamos algo…

—Creo, Gaby, que nunca dijeron tener nada.— le acaricio el pelo. —Quizás no es ese tipo de chico.

—Pero, está actuando otra vez como al inicio, presumido y egocéntrico, creía que había cambiado o que quizás estaba entrando en confianza con nosotros y mostraba como era realmente.

—Gabriela, escúchame.— nos alejamos haciendo el paso suave, le sonrío y ella pone total atención. —Mike tiene a penas ¿cuánto? ¿Dieciséis años? Y tú pues catorce, quince dentro de poco, ambos están pasando por la adolescencia, en estos momentos digamos que él es uno de esos zombies que están allá afuera, se van a la carne fresca y más fácil de atrapar.

—Que comparación más rara.— ríe mi hermana.

—Lo que trato de decir es que, cuando pase algo de su disgusto es que se dará cuenta que está haciendo daño por inmadurez, a veces tenemos que errar lastimando a quien si vale la pena para abrir los ojos, algunos tienen la suerte de ver como esa persona se queda y otras hiciste demasiado daño como para que permanezca a tu lado, pero es normal, después de todo somos humanos.

—No hermana, él es un zombie— ambas soltamos una carcajada y los chicos nos miraron, intercambiamos miradas de complicidad y ella me agradeció mirando hacia arriba y guiñando el ojo.

—Creo que ya casi deberíamos estar por llegar.— suspira Chris estirando su espalda.

Mi hermana se acerca al chico y lo analiza como escáner, creo que piensa en una venganza muy cliché.

[Ni lo pienses] le hago señas con la mano como si cortara mi garganta.

[Es un buen partido] me levanta el dedo pulgar señalándolo.

[No arreglarás nada] cruzo los brazos como equis negando con la cabeza y ella hace un puchero.

Bela sigue encima de mí y está bastante entretenida con el paisaje, además de ser tan solo una inocente niña parece no haberle prestado atención a la conversación que tuve con mi hermana hace unos momentos.

—Entonces…— agrega Daniel cortando la única conversación que había, entre Amber y Mike sobre quién sabe qué. —¿Ustedes de dónde vienen?

Charlie protesta con la boca, dando la señal de que ella no piensa decir nada. No ha dicho nada en todo el viaje; en cambio Amber deja de prestarle atención al rubio para responder la pregunta de Daniel.

—No somos de aquí— sonríe y vuelve a dónde estaba, al perecer cree que eso respondió la pregunta.

—¿Y de dónde son?— cuestiona esta vez mi hermana.

—De Brighton.

El aire de misterio que emanaban era imposible de ignorar, la chica por más bonita y alegre que fuera me daba un poco de escalofríos ahora mismo.

—Somos del pueblo pero estábamos de visita en Aftil, fue una de las peores ideas que hemos tenido.— rompe el aura tenebrosa riendo a carcajadas con esa frase.

Soy una adulta pero ahora mismo podría salir corriendo, tan solo con ver como nos da la espalda.

Las cosas se están poniendo raras

***

—Mira, se ve cerca ya.— Andrés señala a Brighton y todos seguimos su dedo.

—Se ve… ¿Normal?— comenta mi hermana dejando caer la cabeza de lado.

—Ella tiene razón, parece como si no estuvieran enterados de lo que se supone que está pasando.— Daniel acomoda sus lentes.

—¿Será que…? Aquí no ha llegado la infección.— hablo contribuyendo a la conversación.

—¿Creen eso?— agrega Mike.

—Bien, vayamos.— Amber camina hacia el pueblo sin comentarios sobre lo que acabábamos de mencionar.

Me parecía un tanto sospechoso pero quizá es por el hecho de que siguen siendo desconocidos para mí.

—¿Tus padres están en el pueblo?— rompe Mike contra el silbido del viento tratando nuevamente de comenzar conversación con la chica en la estaba repentinamente interesado. —¿Estarán bien?

Amber baja la mirada y aprieta su puño, luego veo como sus labios tiemblan, extiende los dedos y levanta la mano dejándola caer de inmediato y sin dejarnos pensar en la mejilla del rubio.

Del impacto a Mike le cuesta mantenerse de pie, era de esperarse la chica no es adulta y dio ese golpe como si hubiera reunido todas sus fuerzas para ello.

—¡No te importa!— grita y acelera su paso, Charlie y los chicos la siguen, dejándonos atrás.

—¿Qué carajos fue eso?— cuestiona Mike teniendo su mano en la mejilla.

—Yo sabía que esa chica tenía algo raro.—comenta Daniel observando como el grupo se aleja de nosotros.

—¿Otra chica mala?— Bela pregunta en mis hombros tocando suavemente mi cabeza.

—Eso parece.