03. Tarde

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Tres horas y media en espera del maldito transporte, cayéndose por las pocas horas de sueño, en plena madrugada. Seis horas en una incómoda silla logro llenar de dolor su trasero. Una hora varados en medio de la nada, con la esperanza de que apareciera algún milagro y volvieran al camino principal. Dos horas en un remolque dirigido a la gasolinera más cercana, soportando el peso de un hombre de 45 años, gordo y babeante, que se quedo dormido en su hombro. Una pequeña parada para comer y reparar el pinchazo del coche antes de seguir su camino. Justo entonces es que pudo realizar una "video llamada", que de video no tuvo nada, puesto que la pantalla verde impedía que la mirada de su niño y la suya se encontraran.

Aun así el haber escuchado la voz de Ouma fue más que suficiente para darle energías de continuar el viaje, de cuatro horas más en carro. Incluso después de continuar el camino en la misma incomoda silla, soportando ahora las burlas de Kirigiri sobre su reacción y los llantos de la hija del conductor pues cuando almorzaron ella estaba dormida. Rebuscando un poco entre sus cosas saco un par de caramelos que tenia guardados para el camino y que hasta el momento se habia olvidado de su existencia, la sonrisa de la niña le logro enternecer, dándole cada vez más ganas de llegar a donde su pareja y comérselo a besos.

En la academia Ouma estaba más que emocionado, no habia quien le sacara de la entrada, esperando a su querido Saihara-chan parecía que en cualquier momento soltaría arcoíris y brillos. A su lado estaban "La Guardia Real", así les apodo Saionji por su manera de proteger al embarazado.

—Cuando llegara~? Cuando llegara~?—canturreaba a medida que se balanceaba sobre la silla

—Espera un poco—dice entre risas Hinata, la forma en la que el menor demostraba que estaba feliz le daba mucha gracia

—Ya no quiero esperar!!—se molesta mas al momento cae en depresión—Y si no nos acepta…—tenía su punto, el miedo le inunda al pensar en Shuichi rechazándolo por ser diferente, lo que no se espero fue el abrazo de Nagito

—Seguro que lo hará—"hay que tener esperanza", se ahorra lo ultimo a propósito, no quería comenzar otra discusión con la modelo, quien también quería animar a Ouma

—Si no lo hace me encargare de hacer que pruebe la mas profunda desesp- —intento afirmar la chica con una sonrisa algo tenebrosa pero no logra terminar de hablar ante el golpe que recibió de parte de Izuru

—Contrólate—es lo único que dice

—Si~—alarga infantilmente la vocal, girando los ojos a otro lado, eso hace que unas risas se escapen del mini dictador, que rápidamente son contagiadas alrededor

Hasta el momento en que la perilla de la entrada comienza a girarse, antes de que nadie pudiera detenerle y la puerta se terminara de abrir ya se encontraba Saihara tumbado en el piso de la entrada con un enano encima, abrazándolo. Al fin habia vuelto, y aunque Ouma tuviera muchas cosas que preguntarle por el momento aprovecharía el abrazo, temiendo que sea el último, las hormonas del embarazo lo tenían negativo, mas ahora que recordó la razón por la cual estaba más ansioso de lo normal. Al momento Tsumiki entra en escena, levantando a Ouma, buscando algún daño, antes de revisar al que en verdad recibió el golpe.

—Estoy bien Tsumiki-chan—afirma con una sonrisa—creo que deberías ver a Saihara-chan en mi lugar—ante lo dicho la enfermera mira a un lado y reprime un grito, por el susto se olvido que acababan de llegar

—Que gran recibimiento—dice Kirigiri sarcástica, recibiendo un asentimiento por parte de los demás

—Bienvenida de vuelta Harumaki-san~—con voz cantarina saluda Junko a la niñera, que ganas tiene de hacerle ver que gano, mas tiene que esperar a que Saihara lo sepa, aun así no dejara pasar una oportunidad de burlarse de ella

—Hola…creo—devuelve el saludo Maki, algo extrañada, no le daba muy buena impresión esa expresión burlona en el rostro de la modelo, sabe que trama algo, lo que le molesta el no saber que es

—Contrólate—de nuevo la misma frase por parte de Izuru, lo que esta vez en vez de ser un golpe ligero, tiro con control de las coletas de Junko, buscando que se alguna forma dejara de intentar molestar a su compañera

En tanto Tsumiki comienza a explorar la cabeza de Saihara, Kirigiri se acerca a Ouma en busca de un informe detallado.

—Y bien…?—pregunta algo impaciente la detective con los brazos cruzados sobre su pecho y el golpeteo del tacón en el suelo, tratando de apresurar ligeramente a  Ouma, aunque fue inútil pues el mismo siguió sonriente antes de hablar

—No hubo problemas~—solo ellos saben a lo que se refieren, es un pequeño secreto que tuvieron antes de que los detectives tuvieran que salir de viaje—Que tal Saihara-chan~?—por fuera mostraba una seguridad abrumadora, mas en realidad le asustaba que la respuesta fuera algo como: "Estaba con otras personas" o "Dijo que no quería volver", sabía que todo era provocado por las hormonas, ya Tsumiki se lo confirmo, así como le confirmo otras cosas que luego tendría que hablarlas con Saihara, eso sí les aceptaba a pesar de que Ouma comenzaba a considerarse un fenómeno

—Parecía un imbécil enamorado, te lo digo, las veces que quería tomar la almohada y ahogarlo no eran pocas—la irritación de no poder dormir porque su compañero extrañaba a su pareja volvió a ella, recordar los murmullos a medianoche eran suficientes para quiere romper algo, pero decidió calmarse, no funciono, cuando volvió a alzar la vista Naegi habia salido a recibirla, siendo seguido de cerca por Togami, ignorando al aliviado Ouma se decide a enfrentarse, una vez más, a su "rival", como ella considera a el rubio de espejuelos

Termina el chequeo de emergencia, al momento todos entran de nuevo a la escuela, encontrando una gran pancarta de bienvenida y la pequeña fiesta montada en conmemoración a su regreso, aunque Saihara supo que habia algo diferente, pensó en ignorarlo y aprovechar el haber vuelto para estar junto a Ouma, mas cuando el queque no necesito de la ayuda de Junko para alcanzar un dulce que realmente no estaba tan alto en un momento dado de la fiesta se preocupo realmente. Si a Ouma le habia pasado algo él no se quedaría de brazos cruzados.

—Ouma-kun—le llama desde un lugar algo apartado, al instante "la guardia de Ouma" se alerta, ya llego el momento de revelarle a Saihara la verdad, en el momento en que el menor esta a su lado pregunta—Paso algo mientras no estaba?—la preocupación que demostraba el detective registrando hasta la última esquina del menor le hacía algo más feliz de lo que debería ser

—Tengo algo que decirte…—detiene bruscamente las manos de su pareja, aun con la cabeza gacha busca la sepia mirada para darse la seguridad que no tiene—es muy importante…—continua dándole vueltas sobre si será bueno o no decirle, si bien se paso casi todo el día corriendo es algo que no debería haber hecho, ahora sentía como todas sus fuerzas menguaban sin piedad—yo…tu…—simplemente tira de los brazos del mayor para que este quede a una altura donde puede poner sus brazos tras el cuello de este sin necesidad de hacer esfuerzo físico—seremos padres Saihara-chan…estoy embarazado…—

En ese momento supo de debería haber dejado que la información fluyera más lento, pues al momento Saihara comenzó a cambiar de expresión, por momentos asustado, en otros muy nervioso, preocupado, hasta que perdió el conocimiento. Ouma comenzó a llorar al sentirse rechazado en cierta forma.

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