Capítulo 22

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Capítulo dedicado a rositabonita57  muchas gracias por todo. 💜

          La distribución del Departamento de Narcóticos, en la Estación de Policía de Seúl, era bastante similar a la de Homicidios. Jungkook caminaba rumbo a la oficina de Hoseok, fijándose en que todo era tal y como recordaba, a pesar de que hace mucho no venía. Las miradas curiosas y poco disimuladas no le eran indiferentes.

          Siempre había sabido que resultaba atractivo para omegas y betas, recibiendo todo tipo de propuestas, pero las rechazaba educadamente, al no estar realmente interesado. Si buscaba algo sin compromiso y casual, era mejor salir de copas y pasar la noche con un desconocido, a enredarse con alguien de su centro de trabajo. Le gustaba mantener las posibles fuentes de problemas, alejadas de su ambiente laboral.

          Sin embargo, las miradas de hoy eran un poco distintas a las que recordaba, aunque se trataba de las mismas personas. ¿Eran resignación y enojo disimulado, lo que se mezclaba en la curiosidad? ¿Cuál era el motivo?

          —¡Jungkook! —llamó Hoseok—. Hasta que al fin te dignaste a visitar a tu amigo. ¿Es que si no te llamo, no puedes venir? Eres tan frío.

          —Lo siento, Hoba, sabes que siempre me dejo llevar por el trabajo. —Sonrió culpable.

          —Menos mal que me tienes a mí, para sacarte de tu monótona rutina. Venga, vamos dentro, tenemos una salida que planear.

          Jung Hoseok, Teniente de Narcóticos y antiguo miembro de la Milicia, a sus treinta y cinco años, era una de las piezas fundamentales en la investigación del tráfico de drogas en la capital. A pesar de su rostro amable y siempre sonriente, su astucia y perspicacia siempre estaban bien despiertas y camufladas en su animosidad. Este mismo intercambio casual y público entre ambos, a pesar de no ser falso, era también un método de alejar ojos curiosos y entrometidos.

          —¿Qué tienes para mí? —Jeon se sentó frente a él, separados por el escritorio.

          —Siempre directo al grano. Por qué no me confirmas primero lo que tu olor sugiere. ¿El corazón del inalcanzable Jeon ha sido robado? Todo el Departamento habla de cómo estás impregnado de un aroma ajeno. Las chicas se preguntan si deberían darse por vencidas. Están furiosas y tristes por haber perdido su oportunidad —rio.

          «Ah, así que es por eso que me miraban de ese modo», pensó Jungkook.

          —Por muy raro que pueda parecerles, me enamoré. Así que sí, deberían darse por vencidas, soy un hombre fiel.

          —¿Tendré el privilegio de conocer a la afortunada? ¿O es un afortunado?

          —Es un hombre, y diría que el privilegiado soy yo —dijo, su expresión llena de cariño—. Lo conocerás pronto.

          —Eso espero. Volviendo al punto: ¿por qué estás investigando Beowulf, otra vez? El caso anterior fue cerrado y no hemos recibido ningún reporte nuevo. ¿Hay algo que deba saber?

          —¿Sigue siendo seguro hablar aquí?

          —Por supuesto —aseguró—. Nadie instala cámaras o micrófonos en mi oficina, sin que lo note. Mi instructor me patearía si eso pasara —se refirió a su tiempo en las Fuerzas Especiales.

          Jungkook suspiró, escogiendo las palabras adecuadas en su mente.

          —Creo que el caso anterior sí se trata de Beowulf. Sospecho que hay un traidor, por eso las cosas terminaron de este modo.

          La mirada seria en los ojos de Jeon dio a entender a Hoseok cuán seguro estaba de su teoría. Sabía que la capacidad deductiva y el olfato de detective de Jungkook eran de primer nivel. Algo debió alertarlo para llegar a esta conclusión.

          Jung sentía algo de rabia hacia sí mismo. Se suponía que este era su campo de trabajo, su territorio. Tenía que haber sido él quien se percatara. Sí le había parecido demasiado rápida la resolución del caso, y que la mayoría de las pruebas fuesen dadas como no concluyentes. Aun tratándose del FBI, había sido muy pronto. Pero, justo por eso, revisó varias veces más los expedientes y pruebas, sin encontrar nada fuera de lugar; era todo tan perfecto que parecía irreal, para una escena del crimen tan compleja.

          —Te daré toda la información en mi poder, sé que la usarás sabiamente. —Puso un USB en el escritorio—. Pero con una condición.

          —Te escucho.

          —Quiero que me llames cuando tengas hecho tu storyboard, escuchar tus teorías y saber qué has encontrado. Eres mi amigo, te considero un hermano. Te confiaría mi vida y lo sabes. Por no hablar de la deuda que tengo contigo por lo de Jiwoo. —Sintió algo amargo asentarse en su boca—. Ver a mi hermana casi enloquecer de dolor por culpa de un estúpido celo, a punto de salir a la calle y dejar que cualquiera se la follara para aliviarlo, es algo que no quiero volver a experimentar.

          »No dudo de tus capacidades, eso jamás. Sin embargo, Narcóticos sigue siendo mi especialidad. Nunca me perdonaría que algo te pasara, por no haberte ayudado, teniendo la capacidad para hacerlo.

          —No podría pedir mejor refuerzo. De hecho, tenía pensado pedírtelo antes de que te ofrecieras. —Jungkook vio a su amigo sonreír con suficiencia—. Pero eso ya lo sabías. Te llamaré esta misma tarde, o mañana. —Se puso de pie y se despidió, con un apretón de manos.

─━━━⊱✿⊰━━━─

          El suelo estaba lleno de papeles, así como el escritorio y algunos muebles. La pantalla de la computadora no había sido apagada por horas y un sinnúmero de documentos con información y bases de datos, estaban abiertos a la vez. La pared libre, destinada justamente a hacer stoyboards, tenía varias fotos fijadas con pinchos de papelería, siguiendo un patrón de identidades, tiempo, espacio y relación. Había hilos rojos, amarillos y negros, conectando la evidencia con relación evidente, posible y no demostrada. La palabra «Beowulf» era el centro, que se ramificaba a los distintos hechos.

          Jungkook, en el centro de la habitación, observaba el resultado de horas de trabajo, complacido por sus avances, teorías renovadas y nuevos hallazgos. Mantenía la idea de que el tráfico y prostitución de omegas estaba relacionado con Beowulf. Simplemente, en el momento en que llevaron a cabo la operación, no estaba sucediendo. ¿Era algo que ocurría solo en Underground, o en el resto de las ubicaciones también sucedía? Al no haber estado personalmente, no podía estar seguro, pero no lo descartaba.

          Las jaulas desaparecidas, el olor característico y las muestras de ADN recogidas en los alrededores boscosos debían ser de alfas transformados usando la droga. En sus documentaciones previas, cuando leyó que la evidencia circunstancial en numerosos casos sin resolver de los últimos cinco años, incluía pelaje de lobo, se sorprendió de mala manera. ¿Por cuánto tiempo había estado pasando esto?

          El uso de omegas para calmar el deseo sexual y los instintos violentos de los lobos transformados continuaba siendo una suposición sin fundamentar; Jeon esperaba que continuara de esa manera. Sería demasiado cruel.

          El intento de asesinato de Namjoon todavía era un misterio, pero estaba en lo alto de su lista, por supuesto. No solo porque la investigación había sido totalmente infructuosa, a pesar de ser llevada a cabo por dos de los mejores agentes del Servicio, sino también porque él había parecido ser el verdadero objetivo en esa ocasión y su compañero había resultado un daño colateral. Debía hacer justicia. Además, el hecho no podía ser una simple coincidencia, teniendo en cuenta las circunstancias. Habían estado buscando silenciarlo específicamente a él, a ambos, justo en su jurisdicción, donde habían visto y sospechado de más.

          Sin embargo, era el examen de toxicología de Jimin lo que ocupaba el lugar más alto en la lista de hipótesis por resolver de Jungkook. Jamás pensó que llegaría a estar relacionado con el caso que investigaba, pero teniendo en cuenta el recientemente descubierto vínculo de Park Minhyuk con Beowulf, sumado a lo encontrado en los documentos proporcionados por Hoseok, era algo contundente a demostrar.

          Dentro de los materiales entregados por Jung, hubo un listado que cobró importancia monumental: las familias fundadoras encargadas de la creación de Beowulf. En dicha lista, figuraban los nombres de clanes sumamente influyentes y con una larga carrera militar, que abarcaba generaciones. El apellido Park estaba entre los primeros. A pesar de ser bastante común, no había muchos Parks en el mundo militar, o de los negocios.

          Al revisar más a fondo, Jungkook descubrió que, tal y como había sospechado, se trataba del bisabuelo de Park Minhyuk. Dos generaciones después, cuando el abuelo de Jimin se volvió cabeza de familia, se separó de la larga carrera militar de sus antecesores y utilizó su inteligencia y poder para abrirse paso en el mundo de los negocios. Creó una compañía de cimientos fuertes y capacidad arrolladora, que desplazó a la competencia con rapidez. La corporación fue heredada por Minhyuk, treinta años después, tras un inesperado paro cardíaco de su padre.

          Jungkook levantó la vista de los documentos, había terminado leyendo de más. O quizás no. En un mundo como el de los negocios y el bajo mundo, cualquier información, por trivial que fuese, podía resultar decisiva.

          —Kim Jaebum y Park Minhyuk. Ambos siguen relacionados con Beowulf. ¿Qué pasa con el resto de los implicados? —susurró para sí.

          En total, hubo diez familias inmersas en la creación de la droga. La información que tenía en la mano no hablaba nada en particular de ninguna de ellas. Obviamente, los Park estaban involucrados en el lado oscuro e ilegal de su uso; pero ¿estaban solos? Imposible. No se podía borrar la evidencia de algo a una escala tan monumental trabajando sin apoyo, más aún habiendo cortado lazos laborales con el ejército.

          Según lo dicho por Jackson, Kim Jaebum trabajaba con el ejército para la investigación y eliminación de cualquier resto de la droga, a nivel nacional e internacional. Sin embargo, no podía descartarlo como sospechoso, estando la posibilidad de un traidor de por medio. Jaebum estaba en una posición perfecta para ser el héroe, o el villano, según sus intereses. Debía investigar al resto de los implicados antes de dar por sentada esa idea. No era prudente acomodar sus teorías en base solo a la información reunida, hasta ahora. Necesitaba eliminar la mayor cantidad de cabos sueltos posibles.

          —Jungkook, ¿estás en casa? —La voz de Jimin se escuchó desde la sala de estar. Debió ver su auto fuera.

          Había algo de lo que Jeon tenía que encargarse antes.

          Más tarde, cuando Namjoon y Hoseok llegaran, y con el tema «Minhyuk y Beowulf» sobre la mesa, los documentos sobre la droga en el cuerpo de Jimin saldrían a la luz. Ocultar evidencia no era lo más prudente, mucho menos algo tan útil como eso. Pero tampoco podía exponer datos tan privados de Jimin, sin su previo consentimiento. Tampoco le había dicho con exactitud a su novio sobre la presencia de Beowulf en el conjunto de sustancias en su organismo.

          En aquel entonces, por la reacción de Jimin, no quiso ahondar más en el tema. Pensó esperar a que Jimin estuviera listo para compartirle lo que sea que le hubiese sucedido, no deseaba ver a su alfa preso del pánico, ahogado por recuerdos y traumas. Sin embargo, si un momento difícil podía dar paso a hacer justicia por lo ocurrido, el sacrificio valdría la pena. Solo esperaba que la confianza que se iba cultivando entre ellos, fuera suficiente para que la comunicación fluyera. Por más que necesitara la información, no lo obligaría a ofrecerla.

          —¿Jungkook? —volvió a preguntar Jimin, esta vez tocando la puerta del estudio.

          —Aquí estoy, cariño. Puedes pasar —instó.

          —¡Vaya! Veo que has estado ocupado. —Observó los papeles por doquier y la pared llena de fotografías unidas por hilos—. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

          El detective miró su reloj, para verificar. Había perdido completamente la noción del tiempo. Se sorprendió al percatarse del tiempo transcurrido.

          —Cuatro horas, aparentemente.

          —¡¿Cuatro horas?! Lunas... —Se pasó la mano por el rostro—. ¿Por qué no me llamaste? Tal vez habría podido ayudar en algo.

          —Tienes mucho trabajo del que ocuparte, también. Necesitabas descansar, no has parado en los últimos días.

          Al Jimin revelar su identidad como segundo mayor accionista de Park Enterprise, todos querían acercarse a él. El plan de regresar a casa tras la reunión con Kang, para descansar después de tantos días de esfuerzo y planificación, se había transformado en una pila enorme de contratos por revisar, papeles que firmar y reuniones por concertar. Jungkook estaba orgulloso de él, por haberse enfrentado a su padre y salir victorioso, a la vez que se ganaba el respeto y admiración de sus futuros socios comerciales. Sin embargo, le preocupaba verlo trabajar tanto. ¡Y eso que apenas era el primer día! Esperaba de todo corazón que el ritmo disminuyera, una vez que se adaptara.

          —Han sido días difíciles —coincidió Jimin—. Probablemente lo serán más a partir de ahora. Debo ser cuidadoso, mi padre es un experto en borrar su rastro. No puedo cometer un desliz, solo por sentirme en una posición medianamente segura. Sé, de primera mano, de todo lo que puede ser capaz ese hombre.

          Jungkook suspiró. Aprovecharía esas palabras para llevar la conversación que no tenía ningunas ganas de tocar.

          —Ven. Sentémonos —ofreció, señalando el sofá—. Hay algo que quisiera hablar contigo.

          Lado a lado, sumidos en el silencio, veían pasar los segundos en el reloj.

          —Me estás poniendo nervioso, Jungkook. ¿Qué pasa?

          La respuesta fue una mirada seria e intensa, antes de contestar verbalmente.

          —¿Recuerdas cuando te hablé de tus pruebas toxicológicas? —Recibió un asentimiento cauteloso como respuesta—. Bueno... Hubo cosas que no te dije. —Suspiró, reunió valor y declaró—: era Beowulf lo que estaba en tu sangre.

          —¡¿Qué?! —Jimin palideció, hasta el punto de parecer una hoja—. ¡Eso no puede ser! Tiene que ser un error.

          —No lo es. Está mezclada con otros componentes, pero Beowulf es el centro.

          —Recuerdo que me dijiste que llevaba años en mí, que ya formaba parte de mi información genética. ¡Mírame! ¿Qué podría haber hecho Beowulf en mí?

          Jimin se quedó en silencio por un instante, con la mirada fija en su reflejo, en la pantalla del televisor apagado. Su mente parecía estar sumergida en un análisis profundo, que lo había separado de la realidad a su alrededor.

          —Ya entiendo... Por eso soy su fracaso, su producto defectuoso —resopló, con una risa irónica—. Soy solo un experimento fallido.

          —¿Qué quieres decir? —Se preocupó. Sin embargo, la mirada vacía y perdida de Jimin le recordó que había algo más importante que hacer antes de continuar con más preguntas—. Lo siento. —Lo abrazó.

          »No debí ocultártelo, pero en ese momento no estaba seguro de cómo actuar. También lamento sacar este tema de nuevo, a pesar de saber que te hace daño. Pero estando tu padre involucrado con Beowulf, y sabiendo que pudo haberla usado en ti, no podía ocultarlo más. Es una evidencia útil, pero si no estás de acuerdo, no la mencionaré. Sé que es difícil para ti.

          —Es una investigación demasiado importante, como para preocuparte por trivialidades. —Sonrió triste, una lágrima escapándose por su mejilla.

          —Algo que hace llorar a mi alfa, no es una trivialidad. —Secó la gota salada en el rostro de Jimin—. ¿Por qué te llamaste un experimento fallido? ¿Puedes decirme? Si no estás preparado, no pasa nada.

          El joven Park solo sonrió y lo miró a los ojos, desbordando demasiado amor. Jungkook protector y dulce era su mayor debilidad. ¿Por qué no contarle? ¿Si no se lo decía a Jungkook, a quién, entonces?

          —Desde que me presenté como alfa, a los quince años, lo hice como un recesivo. Por supuesto, a mi padre no le agradó. Trató por todos los medios posibles de cambiar mi físico y aumentar mis feromonas; todo en vano. Después de un tiempo, cuando pensé que se había rendido, resultó ser que estaba preparándose para algo peor.

          »En ese entonces, hace poco más de cinco años, era un chico ingenuo, buscando la aprobación de su padre y encajar entre los demás de su edad. Acepté que probara sus inyecciones fortificantes en mí. Según él, sacarían a mi alfa dormido de su sueño.

          —¿Qué fue lo que te pasó? ¿Qué te hicieron esas inyecciones? —El enojo contenido se filtraba en la voz de Jungkook.

          —No lo sé con exactitud. No recuerdo. Cada vez que mi mente trataba de traer los recuerdos, solo había fuertes dolores de cabeza, y nuevos ataques de pánico. Con el paso del tiempo, comencé a no pensar en ello. Si mi cerebro bloqueó los recuerdos para protegerme, llegué a la conclusión de que lo mejor era mantenerlos enterrados.

          —Pero ¿por qué te llamas experimento fallido? ¿Cambió algo de tu cuerpo? —Existía la posibilidad de que antes, Jimin hubiese sido más débil. Si ese era el caso, entonces tendría sentido que fuera Beowulf.

          —No. Al menos no físicamente. La última vez que usaron las inyecciones, fue en mi celo. Mi padre pensaba que si me la ponían en ese momento, cuando mis feromonas estaban en alza, lograría un mejor efecto.

          Un silencio triste se comenzó a prolongar entre ambos.

          —¿Qué sucedió? —El detective le sostuvo la mano.

          —Mis celos se volvieron irregulares, y algunos atípicos… Mis calores son cada tres meses, Jungkook, como los de un omega. Hay algunos en los que hasta... lubrico. —Se cubrió la cara con las manos, avergonzado, y se encogió en su sitio, lleno de incertidumbre, miedo y tristeza. Jungkook se había entregado a él, que no solo era recesivo, también tenía características omega—. Lo siento. Lamento no haberte dicho nada de esto —lloró.

          —Tranquilo, cariño. Me lo estás diciendo ahora, eso es lo importante. Significa que confías en mí y aprecio mucho eso. —Lo estrechó en su nuevamente entre sus brazos.

          —¿No estás decepcionado de lo que soy? Es peor que un recesivo —murmuró en su pecho.

          —Para nada. Eres el mismo Park Jimin de siempre, del que estoy enamorado, no veo diferencia alguna. —Sí estaba sorprendido por la revelación, pero no cambiaba nada de lo que sentía—. Me enamoré de la persona que eres. No importaría si eres alfa, beta, u omega. Podrías ser una ardilla, incluso así te querría.

          —¿Por qué una ardilla?

          —Fue lo primero que se me ocurrió.

          Ambos rieron, sin separarse. Se miraban a los ojos, con una expresión de felicidad y agradecimiento silencioso. Sin lugar a dudas, estaban con la persona correcta.

          Las lágrimas secas de Jimin continuaban manchando sus mejillas, incluso minutos después, todavía en el abrazo. El detective ni siquiera podía imaginar todo lo que había tenido que experimentar su pequeño y hermoso alfa, durante toda su vida, por culpa de su propio padre. Verlo tan fuerte ante las vicisitudes, a pesar de su vulnerabilidad, hacía a Jungkook sentirse orgulloso, como si se tratara de un logro propio.

          Sin embargo, las brasas de otra emoción, oscura y negativa, comenzaban a prenderse en el interior de Jeon. Para él, un alfa con férreo auto control, era algo muy poco común. Desde que recordaba, su deseo había sido convertirse en detective, resolver casos, salvar personas e impartir justicia a los criminales. Siempre pensó que el sistema de leyes había sido creado para alejar al ser humano de las costumbres bárbaras de tomar justicia por su propia mano, siempre con muertes de por medio. Hoy, por primera vez, su convicción dudó.

          A Park Minhyuk no lo perdonaría.

          «Ese hombre no merece perdón».

¡Holiwis! Estoy de vuelta. Perdón por el imprevisto de ayer, últimamente los viernes se me están complicando. Estoy pensando cambiar el día de actualización a miércoles. No sé si será esta próxima semana o la siguiente, pero lo tendré en cuenta según mi horario.

Capítulo un poco explicativo, refrescando y ordenando evidencia, para empezar a mover las cosas. También un par de detallitos sobre la condición de Jimin, porque pronto les estaremos dando uso 😈. Recuerden que ya casi han pasado casi tres meses desde su celo anterior buajajajaja. 💜

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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