Capítulo 6

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Título: Tienda de pociones.

Llaman a la puerta.

Anna ha llegado más rápido de lo que esperaba, apago la pantalla del teléfono una vez leído el mensaje, oculto en libro en el armario, me apresuró a abrir la puerta.

—Hola.

—Hola, entra —Anna ingresa en la casa— Puedes dejar tus cosas en el cuarto, estoy a punto de preparar la cena, ¿me ayudas?

—Claro, ¿qué preparamos?

—Pollo al curry con zanahorias. Ya he mirado y están todos los ingredientes, no es muy difícil.

Cocino junto a Anna la receta acordada.

David está de guardia en la comisaría, hoy solo cenaremos mi amiga, Dorothy y yo.

Abuela disfruta de la cena para después ir a dormir, las pastillas para calmar el dolor de los golpes la mantienen sedada todo el día.

—Marcus no ha publicado fotos en su instagram con Maddy desde la fiesta del sábado —Habla Anna mientras observa la pantalla de mi ordenador.

—¿Aún no han regresado?, no lo puedo creer —Digo asombrada, acercándome a la computadora a corroborar lo que cuenta mi amiga—. ¿Qué hay de Fer?

—Él sí que no se separa de Melody, No sé qué ve en ella.

Mi teléfono vibra sobre la cama.

Grace: Estoy fuera de tu casa.

Cuando en la tarde se refirió a que hablábamos luego nunca imagine que se presentara aquí en la noche.

Hilary: Estoy con Anna, no puedo salir.

Grace: Déjame entrar, me encargaré de ella.

Hilary: ¿Qué le harás?

Grace: No temas no le haré daño, ni siquiera sabrá que estuve ahí.

Hilary: No sé, será mejor que nos veamos otro día.

La aplicación indica que Grace está escribiendo, pero su respuesta pasa de demorar a nunca llegar.

Un ruido llama mi atención, proviene de la sala, seguido la puerta de mi cuarto se abre.

—Duerme —justo en el momento que Anna iba a girar a ver quien abrió la puerta, cae dormida sobre el teclado de la laptop—. No me gusta esperar. Ya resuelto lo de tu amiga, ¿nos vamos?

—¿Y dejarla así?— levanto la cabeza de Anna, pero esta no parece tener intenciones de despertar.

—Levítala hasta la cama —habla sin más.

Despegar el cuerpo de Anna del suelo cuento más de lo que esperaba, mañana le recomendaré ponerse a dieta, después de lograr sostenerla apenas un centímetro de suelo la muevo cuidadosamente de no estamparla contra nada o se me caiga.

—¿Dónde quiere ir? —pregunto una vez Anna está en la cama, cubro su cuerpo con una manta.

—Iré a comprar un poco de palo santo, y de paso te muestro donde encontrar lo que necesites para tus pociones.

—¿Palo qué?

—Palo santo, es similar a la salvia pero más potente. Vamos.

Salimos de casa.

Tomo asiento en el puesto de copiloto del auto de Grace.

—¿No crees qué vamos algo rápido?

—Y eso que no traje la moto —ríe mientras rezo por mi vida.

Entramos en un bar rústico de llamativas mesas rojas.

Extraños escalofríos golpearon mi cuerpo haciendo que los bellos de todo mi cuerpo se erizarán nada más atravesar la puerta del pintoresco local.

—¿Sientes eso? —pregunta Grace.

—Como no sentirlo ¿qué es?

—Otras criaturas mágicas —Grace observa detenidamente a todos los que se encuentran en el bar —. Eso sentirás cuando estés cerca de alguno.

—¿Todas ellas lo son?

—Es un bar publicó, también hay algunos humanos, pero solo son la minoría. Ves ese símbolo —señala un caldero dibujado en una pared— significa que el lugar es una tienda, aquí encontraremos lo que queramos para las pociones.

Nos acercamos a la barra.

—Hola, Grace, ¿cómo has estado? —saluda un señor mayor detrás de la barra.

—Hola, Lorenzo te presento a una amiga, Hilary —Lorenzo seca sus manos con un paño y toma mi mano sobre la barra que nos separa.

—Mucho gusto, siempre es bien recibida una bruja por aquí, más si es amiga de Grace.

—Muchas gracias, el gusto es mío.

—Por ser tu primera vez aquí las invito a la primera ronda, ¿Qué quieren tomar?

—Dos cervezas estarán bien, ahora, a lo que realmente vinimos, necesitamos algunos ingredientes.

Recibimos las botellas de cristal frías y seguimos a Lorenzo por un pasillo.

Entramos en una habitación bastante amplia llena de armarios abarrotados de cosas.

—¿Qué buscan?

—Palo santo. Y para Hilary todo lo necesario para hechizos básicos.

Lorenzo se pierde entre los armarios apareciendo minutos después con bolsas con todo lo pedido por Grace.

Los tres regresamos al bar.

—Espera aquí, iré a guardas las cosas en el coche no me demoro —asiento sentándome frente a la barra mientras Grace atraviesa la puerta de salida.

—Hola —Giro para quedar frente al desconocido que me saluda.

—Ho... Hola —respondo indecisa, la piel de gallina delata que no es humano.

—Nunca te había visto por aquí, ¿visitas mucho este lugar?

—Es la primera vez que vengo —El chico que me habla es atractivo, pero su belleza no supera la de Marcus.

—¿Has venido sola o estás acompañada?

—Estoy... —Mi frase es interrumpida y terminada por Grace, siquiera note cuando regrese.

—Acompañada.

—No sabía que andabas con una Swayer, lo siento —El chico se retira dedicándonos una mirada de desprecio.

—¿Por qué ha huido de nada más verte? Hasta le temblaba la voz.

—Te descuido cinco minutos, y te encuentro hablando con un vampiro. Verás a lo lejos se nota tu inexperiencia en esto de lo sobrenatural, algunas criaturas intentan aprovecharse de otras, no puedes confiar en nadie por más linda que sea su sonrisa.

—Él, era un vampiro, no tenía ni idea —hablo nerviosa jugado con los dedos de mis manos.

—Aún debes aprender muchas cosas, pero poco a poco, ¿quieres otra cerveza?

—¡Sí! Por cierto me preguntaba, ¿dónde puedo encontrar un lugar para practicar la preparación de pociones? En casa no puedo, mis abuelos sospecharían.

—Tienes razón, puedes venir a mi casa .

—No sabes cuánto te agradezco tu ayuda.

Terminamos de beber nuestras cervezas y aunque Grace insistió en quedarnos, eran las tres de la mañana y en unas horas tendría clases.

Una vez en casa cambio mi ropa a algo más cómodo y acuesto al lado de Anna quien duerme como un ángel sin percatarse de mis horas de ausencia.

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