Capítulo 15

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El día de la cita doble estaba llegando por fin, el par de amigos se encontraba en plena fila listos para adentrarse en la feria junto a un montón de gente más; al notar a sus otros amigos, Marco era quien avanzaba primero dirigiendose al lado de Tom con una sonrisa en cara, el pelirosa lo abrazaba por los hombros totalmente animado por su presencia y entregaba su boleto al castaño mientras Will avanzaba a Janna mirándola actuar avergonzada y dudosa entre el apretar la tela de su ropa.

—Ey —levanta la mano entre su saludo.

Ella asentía avergonzada y sus manos iban a su nuca entre el arreglar de su gorro; con una sonrisa Will la miraba atento admirando cada línea del vestido y de aquel rostro enrojecido de vergüenza.

—Tienes... Un lindo vestido el día de hoy, el café claro resalta tus ojos.

Con sorpresa ella reía levemente admirando su vestido, marrón decolorado, y dedica una sonrisa más tranquila al peliazul mientras lo sujeta por el hombro avanzando a su lado.

—Gran intento de cumplido —observa al frente —pero... Necesitas ver más de cerca mis ojos, ya que... No acertaste con el color.

Entre su risa divertida lo sujeta con fuerza haciéndolo avanzar, él la sigue sin lucha. Al estar adentro diversos sonidos llenan el lugar, los gritos ante los juegos, el llanto de algunos niños, las risas, el chirrido mecánico, los cuatro amigos ríen y acercándose a sus parejas comienza a susurrar entre una charla con el contrario; Marco ríe ante el acercamiento de Tom y lo mira atento en espera de sus palabras.

— ¿Que juego te apetece ver? —apunta con el pulgar —la casa de los sustos se ve prometedora.

Con una sonrisa en cara asiente y ahora es él quien rodea el oído de su pareja, Tom sonrie animado mirando atento aquellos ojos avellana.

—Quiza más tarde, creo que aún es temprano para la casa de los sustos —se aleja tranquilo.

— ¡Will quiere ir al carrusel! —grita entre su acercamiento.

— ¡Solo dije que sería lindo subir! —apela avergonzado.

Ambos varones se miran divertidos, y cada uno sujeta el hombro del peliazul haciéndolo avanzar, Janna ríe animada y entre empujones hace avanzar a Will entre empujones a su espalda. Con el pase pagado, Janna sujeta el brazo de Will haciéndolo avanzar a pesar de su vergüenza, él la sigue con tranquilidad subiendo a un caballo al lado de su chica; en el lado contrario Tom obtenía sus boletos y una vez dentro Marco parecía avergonzado ante las miradas sobre suyo, al notarlo el pelirosa tendió su mano sorprendiendolo, pero la mirada tranquila y confiada de aquel chico lo empujaban a hacerlo, animado subía al caballo que Tom le había recervado y observa al pelirosa reír cerca del tubo entre el mirarlo.

—Lo siento, te ves tan lindo sobre un caballo así.

Sonriente, el joven se acercaba al rostro de aquel pelirosa y ante el jugueteo de sus dedos sobre el mentón ajeno, obtenía el sonrojo de Tom.

—Te aseguro que tú... También te verías muy lindo sobre uno de ellos.

Aún ante su vergüenza, el pelirosa trataba de mantener su sonrisa intacta y subía detrás del castaño en el mismo caballo, algo sorprendido, Marco aceptaba las manos de aquel chico que se posaban bajo las suyas en el poste de metal, y mirándolo por sobre su hombro se mantenía atento a aquellos labios.

—Me veo lindo —susurraba sobre su oreja.

Marco tragó grueso ante la seguridad de aquel pelirosa, y solo sonrío fingiendo calma.

—Mucho... 

Sin querer el castaño mordía su labio inferior atento a aquella mirada, Tom suspiro entre una sonrisa y levemente se acercó sintiendo aquellos labios frotar los suyos, pero entonces un grito estruendoso lo hizo detenerse; Janna pedía del otro lado de aquel juego que la diversión iniciará rompiendo el ambiente de aquellos chicos que solo reían algo cabizbajos. Las vueltas de aquel juego no eran tan veloces, pero las parejas reían animadas bromeando sobre los otros, y Marco y Tom se miraban de reojo, animados ante su nueva cercanía.

Apenas el primer juego acabo, las parejas corrieron rumbo a los puestos de juego, entre tirar con armas de juguete, lanzar aros, tiro de canicas, los chicos seguían avanzando de un juego a otro entre una competencia que llenaba a Will y Marco de premios, al principio todos bromeaban y se divertían juntos, pero poco a poco, aquello se volvía en una lucha por vencer a su adversario y Will con Marco solo se mantenían detrás de ellos mirandolos jugar. Poco a poco el castaño se iba impacientando ante la poca atención del pelirosa y solo suspiraba sobre aquellos premios.

—Oye —empuja levemente su brazo — ¿Quieres ir por algo de comer? La verdad ya me ha dado algo de hambre, y no creo que ellos vayan a parar pronto.

Sonriendo con levedad asentía y se alejaba de aquel par mientras Will les informaba que pronto regresarían, pero el par de jóvenes no prestaba atención. Frente al puesto de patatas fritas, Marco suspiraba entre el sujetar un pequeño conejo rosado en sus manos.

— ¿Por qué estás tan cabizbajo? —cuestionaba tranquilo.

— ¿Ha? —subia la mirada atontado.

—Aqui tienen sus patatas —sonreia amable.

Recibiendo sus cosas, Marco paradeaba como buscando una explicación mientras Will comía con tranquilidad dejándolo pensar.

—No es nada... Solo —rie nervioso —supongo que... Ya no es como antes el venir a estos juegos.

—No creo que estés aburrido —declara entre su avanzar —No lo estabas en el carrusel, y tampoco antes de que ellos iniciarán con esa competencia por ver quién es mejor.

Siguiendo su camino encontraron una banca vacía dónde tomar asiento para comer tranquilamente, pero el castaño seguía cabizbajo y hundido en su mente.

— ¿Él te gusta?

La sorpresa hizo levantar la mirada de Marco, pero entonces una sorpresa aún más grande lleno el lugar, de pronto las luces de todo el lugar se apagaron, la gente susurraba nerviosa, y nerviosos ambos jóvenes se levantaban tratando de comprender que ocurría, las únicas luces que llenaban el parque eran las de objetos pequeños de diversos colores, gafas, diademas, varitas luminosas (y no era la sensura de penes en Facebook) toda la gente se cuestionaba sobre lo que ocurría y miraban en todas direcciónes, gente había quedado atrapada en juegos mecánicos así que los encargados corrían para buscar una solución.

—Bueno... —comia curioso —esto es nuevo, jamás me había ocurrido ésto antes... —observa al peliazul a su lado —que bueno que no entramos a la casa de los sustos, ¿No lo crees?

Entre una leve sonrisa el peliazul asentía y solo continuaban comiendo en espera de algún aviso o que la luz volviera; apresurados Janna y Tom los buscaban a la lejanía, y por fin Tom daba con aquel cabello despeinado y sudadera roja.

— ¡Marco, Will! —levantaba la mano — ¿Están bien?

La mirada de ambos chicos se dirigía a aquel llamado, pero de pronto todo fue terror, el suelo comenzaba a moverse y el pánico se hacía de la gente mientras la alarma de la ciudad se encendía. La alteración causaba que una manada de gente avanzanara en su terror empujando y llevándose consigo a la demás gente; padres buscaban a sus hijo, los gritos de quienes estaban atrapados en los juegos, gente buscando más gente, el terror... Sin remedio Marco y Will eran empujados por un tumulto de gente, el temblor aumentaba la intensidad y el éxtasis de terror, apenas y ambos jóvenes podían mantenerse juntos.

— ¡Agh! —se queja dolido —demonios.

— ¡Ey, Marco! —intenta volver — ¡Marco! 

Sin poder regresar solo podía observar como su amigo se encogia dolido y seguía intentando volver. Dolido, Marco trataba de seguir el paso hiriendose en el proceso de pisar debidamente. Ante la poca visibilidad y la irracionalidad de la gente, Marco había pisado el vidrio restante de una botella rota que se le encajaba con cada paso que daba, la gente seguía en pánico, el temblor seguía y los gritos de la gente atrapada en los juegos no ayudaba a tranquilizarse a la multitud. Tratando de mirar por sobre la gente, Janna por fin visualizaba a Will y llamaba a Tom para que avanzaran a él, el chico seguía intentando retroceder, pero la gente se negaba a detenerse ahí.

—Ey —lo sujeta del brazo — ¿Dónde está Marco?

—Lo perdí por allá atrás —apunta nervioso —lo escuché quejarse y de pronto solo se agachó entre la multitud, no pude volver... Todos siguen empujando, no pude...

Ante la culpa de aquel chico, el pelirosa solo avanzaba empujando a la gente para hacerse paso, gritaba el nombre del castaño entre el buscarlo con la mirada, hasta que por fin pudo dar con él y esa sudadera roja.

— ¡Marco!

La mirada de dolor de aquel joven le hizo apresurar el paso, el temblor por fin disminuía su intensidad, pero aún así la gente seguía histérica. Encogiendose lo tomo por los brazos mirando su rostro, y la herida en su pie, con suma preocupación.

—Demonios —musitaba tratando de ver mejor —esta saliendo mucha sangre... Parece grave —lo miraba de frente.

—Creo que era una botella —menciona entre el levantarse sosteniendose del hombro ajeno —Estaban empujando mucho y esa cosa estaba en el suelo, solo sentí como se encajo y... ¡Agh! —se aferraba dolido —tuve que seguir andando... Se encajo con cada paso.

Tragando grueso observa el dolor de aquel moreno rostro y dándole la espalda dejaba comprender al castaño lo que quería, Marco no tardó demasiado en comprender y sujetarse a la espalda de aquel chico que lo levanto con un poco de esfuerzo, dispuesto a avanzar a la salida del lugar.

—Perdi a Will no muy lejos de aquí —busca preocupado con la mirada — ¿Y Janna? —lo mira por sobre su hombro — ¿Has visto a alguno de los dos?

—Estan juntos, así que no te preocupes mucho —arrepentido volvía la mirada atrás —lamento haberte dejado solo.

Algo sorprendido, Marco solo reía aferrándose al cuerpo de aquel joven que mantenía su caminar firme a pesar de la gente que aún corría en busca de un lugar seguro.

—No fue tu culpa que temblará, mucho menos que terminara herido entre la locura de la gente, simplemente paso.

—Si, lo sé... Pero si hubiera estado ahí contigo, hubiera evitado que la herida fuera tan profunda.

—Pero ahora estás aquí —se acurruca en su hombro —fuiste por mí, y ahora me estás ayudando.

Permaneciendo en silencio, Marco notó como aquel chico se alejaba del grupo de gente que había salido del parque y avanzaba por la calle sin dudar.

— ¿No deberíamos esperar a los chicos? —se separa dudoso.

—Estaran bien, necesitamos tratar tu herida.

—Me preocupa que vaya a haber alguna réplica —expone aferrando su agarre —es mejor si estamos todos juntos —se acerca buscando la mirada del contrario —Tom... —ante los oídos sordos, frunce el entrecejo separandose con brusquedad —Oye, basta, bájame.

Empujando la espalda del pelirosa logra bajar con dolor haciendolo tambalear, aunque estuviera a punto de caer, Tom regreso para sostener al castaño con prisa manteniendolo de pie. El castaño se parta preocupado y solo comienza a buscar el contacto de su amiga para marcar cuánto antes.

—Oye... —sujeta su brazo —Necesitamos tratar tu herida Marco.

—Dejamos a Janna y Will solos.

—Marco —exige apretando su mano.

— ¡Detente! —lo empuja molesto —Janna —habla aliviado — ¿En qué parte del parque están?...Tom me encontró, estamos fuera del parque... Si, a tres cuadras de distancia a la derecha... Si claro, los esperamos aquí, no se preocupen mucho.

Apenas colgó se pudo encontrar con una mirada molesta y desesperada, sin tomar importancia el castaño avanzó entre cojeos hasta una banca tomando asiento.

— ¿Que te pasa? —cuestiona dudoso.

—Es solo que... —gruñendo se pone de rodillas frente a él —Estas herido y esta saliendo mucha sangre —expresa preocupado —debemos hacernos cargo cuanto antes.

—Tom... —sujeta su mano —Eres un idiota.

Ante esas palabras el pelirosa se quedaba callado y cabizbajo sin comprender la razón de aquello, al subir la mirada podia mirar esos ojos avellana sobre los suyos.

— ¿Porqué soy un idiota?

—Estoy bien, no está saliendo tanta sangre —sonrie inclinandose a él —y la verdad estoy mucho más preocupado por saber de Janna y Will que de ocuparme de mi pierna.

Vencido, el pelirosa sonreía ante aquello y solo descansaba su rostro sobre las manos del castaño suspirando a placer.

—Eres el peor Marco Diaz, puedes estar desangrándote a chorros y aún así —se levanta para mirarlo —estas más preocupado por otras personas —sonrie divertido —bueno... Cómo se, te dejare hacer lo que quieras, pero enserio debemos evitar que pierdas más sangre.

— ¿Y que piensas hacer?

La mirada del pelirosa bajo, y de un momento a otro sonrío hacia los ojos avellana que lo miraban para comenzar a sacarse la camisa y sorprender a Marco que enseguida lo detuvo entre el apretar de su labios y el sonrojo de su rostro.

— ¿¡Que haces!? ¡Y en plena calle!

Riendo seguía sacando su camisa, el cuerpo de aquel chico estaba bien trabajado, su cintura era algo delgada y su pecho y espalda eran anchos, Marco no podía evitar mirar aquellas marcas cerca del borde de su pantalón y eso lo hacía avergonzarse aún más, desviando la mirada al cielo ni siquiera se podía percatar de que aquel chico comenzaba a amarrar su camisa alrededor de la herida.

—El vidrio es grande, y fue profundo, no me quiero arriesgar a sacarlo y herirte... Por el momento ésto es solo para detener el sangrado...

Al terminar de atar aquello el castaño soltó un leve quejido y al subir la mirada a ese rostro moreno, Tom pudo notar una vergüenza absoluta, Marco permanecía con los ojos bien abiertos, tragaba grueso y sobre sus mejillas se pintaba un leve color carmesí al igual que en sus orejas, su mirada se desvío enseguida, y Tom sonrío complacido.

—Oye...

— ¿Si? —evitaba mirarlo.

— ¿Me veo... Bien?

Ante esas palabras Marco cerraba los ojos sin poder creerlo, ese chico se estaba burlando por completo de él, mirándolo de frente trataba de evitar observar su cuerpo, pero no podía evitarlo.

— ¿Y si te pones mi sudadera? —comenzaba a sacarla.

—Aww... —decia con tristeza — ¿Eso significa que no me veo bien?

Tragando grueso el castaño entregaba aquella prenda y solo volvía a desviar la mirada.

—Te ves... Muy bien, pero... Quiero que te cubras... Hay niños en las calles.

Sonriente se ponía de pie y de pronto sujetaba la barbilla de aquel chico acercándose a aquellos labios, con sorpresa Marco recibía aquel beso y miraba a aquel chico sonreír mientras se colocaba la sudadera roja.

—Oh, creo que ya los ví —se gira levantando la mano — ¡Janna, Will! —sonriente mira al castaño —Bien, vamos, sube a mi espalda.

Aunque aún se encontraba avergonzado, Marco subió sin rechistar siendo cargado por Tom, una vez estuvieron todos juntos el pelirosa se encargó de explicar lo sucedido y sin hacerse esperar más, todos avanzaron rumbo al doctor más cercano.

—Muy bien.

Sonríe ayudando al pelirosa con su amigo, una vez Marco estuvo en la silla de ruedas Tom lo saco al pasillo donde sus amigos ya los esperaban, Janna y Will se pusieron de pie en seguida esperando por la información.

—Muy bien chicos, les repito lo mismo que le dije a éste par —sujeta el hombro de ambos chicos —el señor Díaz se encuentra bien ahora, pero deberá utilizar muletas por almenos dos semanas, la prescripción de los medicamentos la tiene en mano, ahí están anotadas las horas y los días, por suerte el vidrio no hirió tan gravemente su pie, él sufre un tema con la sangre que lo hace perder mucha de ella con una simple cortada así que por eso se veía tan grave, pero —choca sus manos entre si —todo está bien, solo —se gira al castaño —tenga cuidado al bañarse e intenté por todos los medios no forzar el pie herido.

—si, lo comprendo, muchas gracias doctor.

—Muy bien, que les vaya bien.

Con el doctor alejándose Janna suspiraba aliviada al igual que Will.

— ¡Ahora tengo unas cuantas puntadas en el pie! —rie animado mostrando el músculo de su brazo —me veo más rudo ¿No lo cree? 

Inclinando su cabeza hacia atrás busca la aprobación de Tom, quien solo ríe y aprieta su mejilla para enseguida ir frente a él dispuesto a cargarlo, el castaño no lucha por aquello y solo sube a la espalda de aquel chico con una leve sonrisa en labios, mientras Janna y Will se ponen de pie, con una sonrisa burlona en cara Janna se acerca sujetando el hombro del pelirosa.

—Quizá esta vez no fuiste tú quien lo puso en silla de ruedas —sonrie victorioso ante la pena ajena —pero para la otra seguro que será tu logro especial —rie avanzando.

Ante aquello todos los chicos a encuentran avergonzados, pero solo les queda avanzar detrás de aquella chica que ya espera la llegada de un taxi.

—Bueno... —dice con tranquilidad —Creo que nuestra cita se ha terminado.

Riendo asiente —Si... Que mal que tembló y todo eso... Por cierto, ¿Crees que haya causado mucho daño el temblor? Mis padres deben estar preocupados y por llamar.

—Fue algo fuerte... Pero no tanto, aunque... Lo de tus padres, es seguro que te llaman dentro de poco.

Como por arte de magia los padres del castaño marcaron apenas el taxi se detuvo, y Marco trato de calmarlos durante todo su viaje de regreso a su apartamento, a final de cuentas sus padres terminaron la llamada a unos piso de su apartamento y por fin Marco pudo suspirar librandose de aquella preocupación.

—Lo siento chicos, ellos realmente se preocuparon mucho, dijeron que se sintió aún más fuerte en la ciudad Janna... Si es que quieres llamar a tu madre... O a Jackie...

—No —saca sus llaves —asi estoy bien Díaz.

Al llegar todos entrar a la habitación mirando como Janna arroja sus botas lejos, Will le sigue dejando el zapato de Marco en la entrada y sorpresivamente quitándose los suyos.

— ¿Por qué te los quitas? —cuestiona el castaño.

—Si Janna anda descalza por el apartamento será molesto para ella pisar la tierra de mis zapatos.

— ¿Quieres que yo también me los quité? —cuestiona dudoso el pelirosa.

—No, no —niega sobre su hombro —puedes usarlos dentro sin problemas, Janna limpia cada tanto.

Sin más el pelirosa se adentraba en la pequeña sala dejando con cuidado al castaño en el sofá mientras Janna pedia por la ayuda de Will en la cocina, y Tom tomaba asiento al lado de Marco.

—Vendre por tí cada mañana, en lo que conseguimos la muletas te cargaré de clase en clase.

—Oye, oye —rie avergonzado —eso es demasiado.

—Bueno —sonrie recargando el brazo del respaldo del sofá —pero lo de bajar esas escaleras en mi espalda se queda.

—Si, si —se gira hacia él mirándolo de frente —eso queda.

El silencio lleno la habitación mientras ambos chicos se miraban atentos, ambos sonreían con levedad y de pronto Marco sintió aquella mano tocar la suya, apenas y dudo un poco para volver la mirada arriba.

—Marco...

— ¿Si?

— ¡Muy bien! —sale con fastidio mirandolos separarse —Prepare... Un par de emparedados y...

—Té frío —sonrie a su lado.

—Vamos a... Buscar las muletas antes de que se haga más tarde, mañana tenemos clases y Tom no te llevará en su espalda todo el día.

—Aunque no me molestaría —bromea juguetón.

—Posiblemente si, ya que estarías llegando tarde a tus clases todo el día —expone el peliazul —Estamos en distintos edificios, desde el edificio de Marco al tuyo es una larga distancia como para llegar a tiempo luego de dejarlo en su asiento.

—Es verdad Tom —dice vencido —no quiero causarte problemas, mucho menos en tus clases.

—Ademas no quiero que lo lleves al baño —cierra sus botas —no pueden tocarse antes del matrimonio.

Ante la risa burlona de la chica, ambos jóvenes en el sofá se miran avergonzados con la idea y un divertido Will solo se la lleva fuera del apartamento dejándolos solos. Con la habitación en silencio ambos suspiran y divertidos se miran ante la acción repetida, entonces vuelven a mirarse de frente, una de sus piernas está sobre el sofá mientras sus sonrisas se mantienen sobre el otro.

—Me gustas.

Aunque sorprendido, Marco terminaba sonriendo con entusiasmó mientras aquel chico posaba su mano en su pierna para acercarse.

— ¡Janna vuelve aquí! —gritaba desde fuera.

— ¡Espera un momento! —abria con prisa mostrando una enorme sonrisa — ¡O bien! —expresaba exhausta —Ferguson podría llevarlo en su espalda todo el día, está más cerca y son tan cercanos que podría llevarlo al baño, y...

— ¡Cállate Janna! —arrojaba un cojín a su cara — ¡Vete ahora mismo!

Entre su risa y arrojar el cojín de vuelta, Will llegaba a su lado tomándola por el brazo y disculpándose entre el cerrar de la puerta.

—Muy bien, —sujeta su nuca incómodo —no quiero que eso pase.

Marco comenzaba a reír divertido y empujaba levemente el brazo de Tom para enseguida comenzar a bromear juntos sobre el regreso de Janna.

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Hola, está vez dejo un mensaje Porqué me costó un tanto éste capítulo.

Desde el inicio les había dicho que me estaba costando avanzar con está historia, los deseo juntos con cada fibra de mi ser, entonces las ideas se esfuman. Por suerte pude avanzar con ésto medianamente rápido.

Gracias por aún seguir ésta historia, y espero les haya gustado el capítulo, pronto iniciaré el siguiente capítulo.

Nos leemos luego, y no olviden dejar su estrellita por favor.

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