Capítulo 30

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Un sentimiento.

Era extraño sentir ese cambio en el pecho, pero durante los últimos días había notado una conexión con el chico moreno y pelirojo que había ido a visitarla regularmente, y Pacífica notaba ese alejamiento de ella. Esa mañana Pacífica había salido a correr desde temprano mientras escuchaba variaciones en las inversiones de una página que seguía, al llegar a su mansión se quitó el audífono derecho encontrándose a Mabel en la entrada de la casa metida por completo en su móvil, Pacífica trago grueso y avanzó sonriendo lo mejor posible.

—Mabel —la mirada de la castaña subió —Buenos días.

Mabel sonrío resplandeciente y fue hasta pacífica depositando un beso en su mejilla y luego uno en sus labios, Pacífica sonrío enternecida por tal gesto y solo arreglo un poco sus cabellos admirando a la sonriente chica delante suyo, a esa chica que siempre había "odiado" la que le enseño a disfrutar el mundo fuese como fuese, sin poder retenerse abrazo a su pareja descansando su rostro sobre su pecho.

—Wow... Cuánto amor —rie acariciando sus rubios cabellos —buenos días a tí también Paz.

La rubia ríe y simplemente suspira admirando los ojos avellana de aquella chica, Mabel sonreía acariciando su cara y arreglando sus cabellos detrás de sus blancas orejas.

— ¿Vamos dentro? Quiero darme un duchazo.

—Dios... —la abraza por la espalda —Eso suena tan bien.

—No seas una pervertida —rie animada.

Al subir Mabel tomo asiento en el borde de la tina dejando fluir el agua caliente mientras pacífica se quitaba la ropa frente a ella, su sonrisa se ampliaba mientras admiraba ese blanco cuerpo frente a ella, Pacífica suspiró notando esa mirada sobre su cuerpo y delicadamente saco su ropa interior dejándola en el suelo, la chica se giró mostrando su cuerpo con algo de vergüenza y sintió las manos de su pareja sobre su cintura atrayendola.

— ¿Cómo fue la reunión?

Suavemente besaba entre sus pechos y bajaba sus labios mientras sus dedos acariciaban la piel perla de aquella joven.

—Bi... Bien, bueno... —pasa la mano entre sus cabellos sintiendo el calor subir por su cuerpo —ammm... Tus puntos de vista sirvieron mucho —suspira llevando sus manos entre los cabellos castaños de su pareja —ahora tenemos un plan si algo así llegará a... ¡Mngh! Pasar...

Los labios de la castaña subieron a sus pechos mientras los acariciaban con cariño y mordía levemente aquellos pezones, Pacífica soltaba pequeños quejidos mientras Mabel sonreía alejandose de esa zona tan erógena de su cuerpo.

—Bien, bien —se levanta quitándose la sudadera — ¿Quieres que me duche contigo?

— ¡Oh, pero claro que sí!

Divertida Mabel comenzaba a desvestirse dejando su ropa aún lado mientras Pacífica se adentraban en la tina suspirando relajada. Mabel le siguió colocándose detrás suyo para abrazarla por la espalda mientras la rubia suspiraba aliviada sintiendo como su cabello era tratado con suavidad y amarrado con cariño, los labios de Mabel terminaron sobre la nuca de la rubia y entre su relajación recargo su barbilla de aquel hombro.

—Eres tan dulce que me vuelvo loca —rie mirando de reojo a la castaña — ¿Me dejas besarte?

Divertida levanto sus labios causando la risa de la rubia que sujetaba su barbilla besando sus labios con suavidad y dando un último "pico" para volver a descansar entre sus brazos.

—Me gusta tanto estar contigo Paz, de verdad me gustas bastante, eres hermosa, inteligente, tienes un cuerpo hermoso y en secreto eres dulce y romántica...

—Aguarda —se sienta correctamente mirándola —eso se escucha muy mal Mabel... Es como si... Me fueras a decir que no soy lo suficiente y me fueras a dejar, e visto muchas películas "románticas" como para saber que cuando un hombre dice cosas así es porqué a hecho una idiotez.

Entre su risa la abraza más fuerte — ¡Y eres sumamente sincera! No es eso... —exhala un suspiro —de verdad siento algo por tí, me vuelves muy loca Pacífica, pero... Se que es raro y se escuchará mal, pero hay alguien que me hace sentir casi de la misma manera que tú.

— ¿Te gusta alguien más? —aprieta sus labios dolida — ¿Me dejaras por esa persona?

Ante la triste voz de aquella chica Mabel siente como se aferra a su cuerpo como si no quisiera dejarla ir, y solo sonríe haciendola mirarla, Pacífica tiene los ojos cristalinos y su nariz roja como la de un reno; cariñosamente Mabel acaricia su rostro besando sus labios con cariño.

—No, jamás te dejaría.

—Entonces... ¿Qué es lo que me estás diciendo?

—Que... Bueno, la verdad no estoy muy segura, pero... Él me gusta, y tú me gustas, no he hecho nada con él, pero de verdad me gustaría y eso me causa algo de conflicto porqué no pienso traicionarte... Pero, me gustaría estar con él como estoy contigo, no lo sé, ni si quiera yo me comprendo del todo.

— ¿Estás hablando de una relación abierta? ¿Quieres una relación abierta?

—Haa... No sé si es como eso, es decir, no lo sé... No me molesta la idea de tener sexo con él o contigo, o ambos, pero.... Creo que no me interesa tanto lo del sexo es más como que... Me siento a gusto a su lado, al lado de él y al tuyo, pero... Contigo ya teníamos historia y la verdad al verte de nuevo solo desperté algo que estaba escondido en mi interior desde hace mucho... Y soy feliz con ésto.

—Pero también lo quieres a él.

—Lo siento si eso te incómoda, pero de verdad no he hecho nada con él, no lo he besado, simplemente tocamos nuestras manos un poco, pero si eso te parece mal puedo... Puedo evitar hacerlo.

El silencio lleno el lugar mientras la rubia permaneció pensativa en su lugar y Mabel se alejaba un poco de aquel cuerpo que seguro la estaba odiando. Pacífica suspiro incómoda con todo aquello y se abrazo a sus piernas algo pensativa, negativa, con el pecho encogido en la idea de ver a su chica en los brazos de alguien más.

—Aun soy una persona algo egoísta sabes... No me gusta compartir lo que es mío, el solo pensarlo me hace hervir la sangre, me enfada... Y es peor cuando se trata de tí.

—Si, lo comprendo.

La sonrisa de la morena se perdida un poco en el desanimo, y al percatarse de ello Pacífica solo suspiro incómoda con la idea.

—No tengo idea de lo que me hablas, déjame... Déjame un momento, lo investigare... Quizá encuentre información sobre lo que sientes y podría tratar de entender, mientras tanto... ¿Puedes quedarte aquí conmigo?

La chica asiente y ambas salen de la tina dejando fluir el agua, Pacífica se queda en la ducha bañándose de verdad mientras Mabel se seca poniendose una toalla encima.

— ¡Ha! De hecho pacífica, me iba a reunir con Dipper, Bill, y los chicos en el estudio de tatuajes para arreglar los puntos de la fiesta que se hará en el pueblo, y la fiesta aparte que haremos para nuestros amigos.

—Oh... Lo había olvidado —se gira tranquila —Si, está bien... Veré si puedo bajar más tarde a la cabaña, ellos llegan en unos días así que sera mejor que arregles todos los preparativos junto a los chicos estaré bajando más tarde para ayudarles un poco.

—No te fuerces demasiado —comienza a vestirse —nos vemos más tarde, y... Gracias por tratar de comprenderme, pero de verdad... Por mí está bien si no quieres que yo intenté lo que sea con él, me alejaré si es necesario.

—Verte triste no es lo que quiero...

La castaña suspira y solo se despide una última vez saliendo con mil dudas en el pecho, era una locura, pero no le estaba mintiendo a su pareja... Ciertamente sentía algo por Pacífica y al mismos tiempo sentía algo por Phill.

Al bajar al pueblo en su bicicleta no tardo en detenerse antes de llegar al estudio de tatuajes, frente a una peluquería podía ver a Phill que admiraba las fotografías de su cámara con una sonrisa. La castaña apretó el manubrio y simplemente paso de largo a toda velocidad obteniendo la mirada dudosa de aquel chico sobre ella, Phill sonrío y simplemente asintió mirando nuevamente la cámara. Al llegar al lugar pudo ver a Nate con Lee sobre su regazo, a Dipper y Bill al lado del otro bebiendo animadamente y a Candy que estaba en el lugar bebiendo con ellos.

— ¡Candy! —avanza animada — ¡Has llegado antes! —se une en un abrazo.

—Si, logré llegar mucho antes, pero para Glenda será un poco complicado, su esposo el ricachón —se aleja animada guiandolá al asiento —al parecer tiene un baile de algún evento tonto, así que Glenda dijo que vendría cuanto antes, pero posiblemente tarde un poco.

—Bueno —se encoge de hombros — ¿Que se le puede hacer?

Al volver la mirada se encontró con todos los chicos que elevaban la mano o simplemente levantaban fugazmente la barbilla como saludo.

— ¡Y bien! —se gira a su gemelo — ¿En qué quedamos durante la rifa del pueblo?

—La cabaña entera se hará cargo de la música del baile, —se pega a su compañero —Bill se nos une en eso... ¡Pero claro que tú eres la reina de la fiesta!

— ¡Ya lo sabes Dip Dip! Pero... Esta vez no habrá Karaoke... —sonrie ampliamente —estaba pensando en montar una enorme  fogata dónde contar historias terroríficas —sonrie viendo la aprobación en las miradas —he visto que muchas personas tienen buenos cuentos de terror, así que montaremos un pequeño premió para quien tenga la historia más terrorífica de la noche... ¿Qué tal? ¿Que les parece?

—Suena muy bien —menciona tranquilo Lee.

—Pues nosotros —abraza a Lee orgulloso —estamos organizando el concurso de Miss Monster, y Miss mini mosnter —rie animado —vamos a dar por igual algunos premios a quien gane el concurso.

—Y lo demás a Sido tomado por diversas tiendas —informa Candy —ahora bien, con la llegada de sus amigos...

—El primer problema fue el lugar de la fiesta —informa Lee —Nuestra cabaña no es tan grande, y la cabaña del Misterio tendrá adultos y trabajará sin parar.

—Eso no lo dudes —rie el castaño.

—Candy no tiene casa propia aquí y la casa de Wendy es totalmente imposible así que...

Las miradas se dirigen al rubio teñido que levanta las manos con entusiasmo entre el cerrar de sus ojos; sonriendo muestra su mirada ámbar hacia los presentes mientras abraza al chico a su lado.

—Yo les dejaré libre todo mi patio delantero, es la ventaja de vivir en medio de la nada.

Los chicos empezaron a hablar más profundamente, añadieron unos cuantos invitados más y comenzaron a repartirlos entre la cabaña de Bill y la cabaña del misterio, además de que Mabel ofrecía la casa de Pacífica que estaba de acuerdo en todo aquello.

La chica Noroeste bajaba de su torre entre el leer un artículo sobre el poliamor en su móvil, iba tan perdida en su lectura que simplemente avanzaba sin mirar el camino pidiendo disculpas por cada vez que se topaba con alguien, pero entonces una mano le hizo frente deteniendola de su andar; la mirada azul profundo subió hacia esos ojos carmesí que la detenían.

—Phill Sceram.

—Oh —sonrie sorprendido — ¿Me conoces?

—Un poco, tengo que estar informada de quién mete mentiras al cerebro de mi novia.

— ¿Tu novia?

—Mabel Pines.

—Oh, ya, ya... Que raro —se inclina hacia la chica de baja estatura —que raro que ella nunca te haya mencionado como su novia.

La chica se sorprendió, pero solo desvío la mirada intentando disimular esa misma sorpresa

—Es más... ¿Cómo te llamas? La verdad conozco algunos nombres de sus amigos, Candy, Glenda, Star, Janna, Jackie, Wendy, Pacífica, ¿Cuál de ellas eres tú?

—La última.

—Oh... La chica que le hacía la vida imposible cuando era pequeña.

La chica se estremeció al escuchar aquellas palabras, pero simplemente suspiro asintiendo, no iba a flaquear frente a ese tipo; cansada de esa charla se cruzó de brazos mirando esos ojos carmesí frente a ella.

—La misma, y ahora su novia.

— ¡Mm! —asiente —pero sabes... Yo no metí ninguna cosa mala sobre tí en su pequeña cabecita, ni siquiera tenía en cuenta de que eras su amiga, novia, —añade sin interés —cuando le mencioné que iban a talar gran parte del bosque... Mucho menos sabía que eras la inversionista mayor que dirigía todo el movimiento... En todo caso —saca su móvil —quiza ella no confíe mucho en tí, ¿Sabes? De verdad siento que sea así.

La chica permanecía fulminando al joven con su mirada, pero el chico ni siquiera se inmutaba mientras enviaba mensajes, al final Pacífica suspiro y entonando la vista guardo el móvil.

—No entiendo porque le has gustado... No veo nada bueno en tí.

—Bueno... Ella dice que soy guapo —sonrie orgulloso.

—Tambien yo.

—Confiable.

—Tambien yo.

—Alguien que le da valor.

—Supongo que... También yo.

—Como un punto de partida, ella puede estar dudando de sus acciones y al verme decirle que debe hacerlo es capaz de ir y lograrlo sin pensar tanto, confía en mí.

—Tambien... Ella confía en mí.

—Bueno... No del todo si dudó sobre lo que harías en el pueblo.

La chica trago grueso y simplemente suspiró, asintió y tendió la mano al chico frente a ella.

—Pero aún así me ha dicho está mañana que no piensa dejarme.

—Bien... —toma su mano extrañado — ¿Y eso que quiere decir? ¿Piensas que estoy haciendo algo con ella?

—Si... —afirma convencida —Estás haciendo algo con ella, no lo pienso, es lo que haces y no piensen que me engañas con tu carita de niño santo... Puedo ver a través de tí, y eres un maldito que simplemente me la quiere robar —divertida niega —pero hay un pequeño error en tu calculo, y es que Mabel es un sol, una persona llena de amor que me ha entregado su cariño primero que a ti... —presiona su pecho con frialdad —Ella no me dejará por tí, ella no te amará más que a mí.

El chico exhaló una pequeña risa de incredulidad y simplemente asintió encogiendose de hombro, y entonces su semblante paso a ser molesto, con rapidez se inclinó sobre esa chica haciendo chocar sus miradas que no cedían ante la contraria.

—Te apuesto a que Mabel terminará enamorada por completo de mi.

—Puedo apostar todo lo contrario... Mabel no me va a traicionar, y no necesito apostar por ello.

Sin más la chica Noroeste tomaba camino lejos de aquel hombre. Al llegar pusieron al corriente con la información a Pacífica que tranquilamente tomaba la mano de su pareja escuchando atentamente la conversación. Las horas pasaron y el sol ya se comenzaba a ocultar, los chicos comenzaban a despedirse y mientras Dipper y Bill tomaban camino hacia su respectiva casa juntos, Mabel y Pacífica se despedían de Lee y Nate quienes partían entre una animada plática. Las chicas rieron, y tomaron camino a la casa de Pacífica mientras Mabel sostenía su bicicleta de manubrio guiandolá a su lado.

—Yo... Investigué un poco y sorpresivamente —rie avergonzada —creo que hay algo que se asemeja a lo que sientes por mí y por ese chico... Le llaman Poliamor.

— ¿Poliamor? —cuestiona con una leve sonrisa.

—Es una relación de tres a más personas, es... Mm... ¿Cómo decirlo? Una... Convivencia sana y respetuosa entre todas las partes, algo así como que todos los miembros estén de acuerdo en que bueno... Digamos que tú y yo lo hacemos, accedo a qué ese chico entre en nuestra relación —asiente para si misma —pues yo tengo que estar de acuerdo en que tú y él podrán mostrarse afecto enfrente de mí, en que tú y él tendrán sexo tan normalmente como lo tengo contigo... —explica con algo de desgane —y él deberá estar de acuerdo en que tú y yo hagamos lo mismo, aunque... Si lo hiciéramos definitivamente yo no accedería a tener un trío o relaciones con él, eso estaría fuera de mis límites...

—Te incómoda —sujeta su mano —no te gusta la idea de todo eso —niega con una leve sonrisa —y a mi no me gusta verte triste por eso.

—No estoy triste, pero se me oprime un poco el pecho al pensar en... No lo sé... Verte entre sus brazos, besando sus labios... Teniendo sexo con él... La simple idea me enfurece.

—Bien —la sujeta por las mejillas —esta bien Paz, no lo haré —sonrie ampliamente besando sus labios —No lo haré, no es necesario y puedo vivir sin ello, además ¡Te juro que soy cien por ciento fiel!

La chica sonrie enternecida y simplemente comienza a reír mientras empuja a aquella chica un poco.

—Yo se que lo eres.

Sonriendo terminan por besarse y una vez Mabel sube a la bicicleta Pacífica le sigue con una sonrisa subiéndose atrás.

—Pero quiero intentarlo.

— ¿Qué? —rie incrédula —No, no quieres hacerlo Paz, te he dicho que no es necesario que te fuerces.

—No me fuerzo —se abraza a su cadera —quiero darle una oportunidad antes de decir que No, quiero... Que tengamos una cita en casa con él.

La bicicleta se detuvo y la mirada sorprendida de Mabel volvió sobre su compañera que sonreía levemente convencida de su decisión.

—Solo quiero intentarlo.

—Bien... Bien yo... Bueno, puedo comentarle, pero la verdad es que no somos nada y creo que primero necesito preguntarle algunas cosas, y explicarle algunas otras.

—Si, claro... Por mí bien, pero como te dije definitivamente yo no estoy dentro del juego con él, si viene o no quiero que dejes claro que a mí no puede besarme ni tocarme.

La chica castaña aprieta los labios y acaricia la mano que de sostiene a su cuerpo con miedo.

—Jamas dejaría que te haga algo, no si tú no lo quieres Paz... Siempre te voy a cuidar.

La chica ríe recargando su cuerpo del de su pareja, Mabel sonríe sabiendo que esa chica comprende sus palabras.

—Yo lo sé... Mabel, ¿Te quieres quedar a dormir conmigo hoy?

—Claro que si, nada me haría más feliz que eso.

—Te besaré mucho apenas lleguemos.

La castaña ríe y simplemente se ponen en marcha comenzando a adentrarse en el bosque para subir la colina.

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