Capitulo 8

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Publicado: 04/ 05/ 2019
Editado: 30/ 09/ 2020

La mañana iniciaba algo apresurada para dos adolescentes en Gravity Falls, ambos salieron temprano en la mañana hacia sus respectivos trabajos pedaleando con prisa en sus bicicletas nuevas. Mabel estaba en la enorme mansión de la Noroeste terminando de preparar el desayuno para aquella rubia, era algo simple, una taza de café según las instrucciones que la rubia había dejado, con dos terrones de azúcar y claro, unas rebanadas de pan. Mabel inhaló con profundidad apenas acomodó todo en la charola y asintió para si misma dándose valor; la joven tomo aquella charola y comenzó a subir aquellas inmensas escaleras entre tambaleos con el terror de dejar caer todo al suelo, mordiendo su labio se miró llegando arriba, observó cada puerta a lo largo del pasillo y como decía la nota dejada por la noroeste tomó camino hacia la oficina de la rubia. Al escuchar tocar la puerta Pacífica se detuvo de su trabajo.

— ¿Puedo pasar pacífica?

—Si, si... —pronuncio sin ánimos —claro que si.

Al entrar en aquella habitación pudo ver como su amiga sonreía con su mayor esfuerzo posible, con un poco de preocupación ante las ojeras de la chica, Mabel se adentro en la habitación dejando el simple desayuno sobre su escritorio.

—Quizá... —pronunciaba la castaña dejando la taza de café frente a su amiga —hubiera estado mucho mejor un jugo fresco por la mañana.

Pacífica sonrío tomando un sorbo de café —Lo se, tienes razón, pero... —bosteza agotada —me desvelé toda la noche, realmente necesitaba un buen café lo más cargado posible.

Mabel asintió con calma dejando viajar su mirada por la desastrosa oficina mientras su jefa tomaba el desayuno con cansancio; pudo observar papeles regados por los suelo, libros y hojas sueltas, algunos lapiceros... De pura suerte no había tropezado con alguna de esas cosas. Dudosa regreso la mirada a la casta que parecía totalmente exhausta y a punto de caer rendida sobre el pan caliente.

En el pueblo Dipper apenas salía de la tienda de Linda Susan con más pedidos de desayuno en las manos, el joven suspiró luego de asegurar los pedidos y se puso el casco para comenzar a pedalear con fuerza; se sentía bien regresar a Gravity Falls, era realmente bueno volver a ver esas caras conocidas y conocer a la nueva gente que se había mudado ahí.

— ¡Oye chico cómic's!

Gritaron a su espalda haciéndolo volver la mirada. Dipper pudo notar al chico rubio teñido y su sonrisa pinto su rostro de inmediato, con tranquilidad elevó la mano haciéndose notar por aquel chico que ya se dirigía hacia él, Bill llegó con entusiasmo golpeando su hombro como saludo mientras observaba de reojo las bolsas sobre la bicicleta de aquel chico para volver a sus ojos marrones.

— ¿Que haces tan temprano?

Niega divertido —Linda Susan me ofreció un trabajo de medio tiempo, —dudo un segundo mirando la calle frente a él y luego volviendo la mirada al rubio — ¿Necesitas algo? Tengo algo de prisa, lo siento.

—No —niega sonriente —esta bien...  —apunta la bicicleta — ¿Te... Importaría llevarme?

Con diversión aquel chico le hizo la señal para que subiera detrás suyo, entre su andar aquellos ojos ámbar se concentraban bajo los cabellos castaños de aquel chico, en su nuca, totalmente perdido en aquella marca y en el pequeño pino dentro de...

—Nos detendremos —anuncio el castaño tomando dirección a una casa —un momento por aquí.

Bill sostuvo la bicicleta mientras Dipper llevaba sus pedidos a las casas cercanas y él lo observaba de reojo, su cabello castaño cubriendo levemente sus ojos entre cada leve reverencia y sonrisa que les dedicaba a los clientes, entonces guardaba el dinero con cuidado y miraba con una sonrisa hacia aquel rubio. Era una locura, pero había algo en él que le agradaba.

—Bien, listo... —subía a la bicicleta con una sonrisa —proxima parada —lo observa de reojo —estudio de tatuajes de Lee.

Subiendo en la bicicleta le dedicó una sonrisa a aquel chico mientras se sostenía de sus hombros, el castaño no tardó más y siguió su camino; por alguna razón aquellos ojos ámbar no podían alejarse de aquel tatuaje, de aquella marca en la nuca del joven Pine que aunque incómodo se mantenía con la mirada al frente aún teniendo la sensación de una mirada sobre su nuca. Al llegar Dipper frenó con cuidado y sin más sintió bajar a aquel rubio de la bicicleta, Bill paso la mano entre sus rubios cabellos con tranquilidad y una leve sonrisa.

—Gracias.

—No es nada amigo —sonreía tranquilo —es bueno conocer nuevas caras en Gravity Falls, entonces... Nos vemos luego ¿Bien?

El rubio asintió sin más adentrandose a su trabajo mientras aquel castaño se dirigía inseguro a la siguiente parada. Quizá aquel chico lo miraba tanto por pensar que era raro o algo así, esas ideas no paraban de cruzar su mente, quería saber el porqué de aquella mirada directa.

La tarde ya caía sobre aquel pequeño poblado y las farolas comenzaban a encenderse iluminando las aún habitadas calles; Mabel pudo observar desde la colina Noroeste como el atardecer caía sobre el lugar, ella suspiró dejando el trapo de cocina aún lado y solo se quitó el delantal para dejarlo en un perchero y salir de la cocina notando en las enorme escaleras como su agotada amiga bajaba entre un bostezo, la rubia no iba sola, el tipo de antes, mayordomo o secretario, bajaba a su lado apuntandole algunas cosas en los papeles que la rubia tenía en sus manos, le hablaba de números y diversas cosas que mantenían a la Noroeste totalmente distraída de cualquier cosa. Un poco preocupada de ver esa apariencia pálida y agotada en el rostro de la siempre radiante Pacífica, Mabel avanzó al final de las escaleras haciéndose notar por la rubia que le sonrío de inmediato, hasta su sonrisa parecía costarle mucho trabajo en ese momento.

—Bueno —menciona el hombre —creo que eso sería todo por hoy señorita Pacífica, y... —dudoso observa a la castaña de reojo —sus padres —se inclina entre un leve susurro —me han pedido informarle que necesitan un poco de dinero.

El hombre se enderezó con algo de vergüenza al transmitir ese mensaje, desviando la mirada suspiro mientras Pacífica solo bajaba la mirada entre molesta y avergonzada. Mabel sujeto su propio brazo algo incómoda con la reacción de su jefa.

—Manda lo que pidan —responde sin más tomando los papeles que el hombre le daba.

—Aunque... Es una cantidad algo...

—No importa... Sal de aquí.

El hombre asintió a lo bajo obedeciendo lo dicho, el hombre salió dejando a una rubia totalmente perdida en sus ideas y rabia, su ceño estaba fruncido en decepción mientras su mirada se mantenía baja; por primera vez Mabel, que estaba detrás suyo, se podía percatar de la soledad en aquella casa y aquella chica, no había visto a nadie mas caminar por esa enorme casa, parecía... Que la chica Noroeste vivía sola en aquel enorme lugar, sin nadie más... ¿Desde hace cuanto esa chica...?

—Bueno —sonrie girandose a su empleada —Gracias por tu trabajo Mabel, ya puedes irte si gustas.

—Si... —avanzó no muy convencida tomado su chaqueta del perchero —deje... La cena en la mesa, todo está servido.

La rubia asintió tranquila, y aunque dudosa Mabel avanzó hacia fuera de la casa mirando la enorme reja de la mansión Noroeste, y se detuvo antes de siquiera dar un paso fuera de esas casa... La chica dentro de aquella mansión se veía exhausta, pero era casi seguro que no le dejaría ayudarla, así era en el pasado. Avanzando sin más hacia su bicicleta la chica Pine siguió su camino sintiendo un poco mal por su antigua amiga.

En las calles de Gravity Falls algunas tiendas ya cerraban sus puertas avisando el fin del día laboral, Dipper se estiró un poco y se despidió de su jefe que se marchaba con una leve sonrisa en el rostro mientras centraba su atención en el celular en sus manos, el castaño insistía en que había algo mal con ese chico, pero Wendy no había aparecido por el pueblo para preguntarle, al parecer ella estaba trabajando en un pueblo vecino.

—Ey, chico cómics —sonrie ampliamente — ¿Vas a casa? —llevo sus manos a su sudadera amarilla.

— ¿Quieres... —toma su bicicleta con una sonrisa —que te lleve?

—Mas bien —sonrie con tranquilidad —me preguntaba si estaba bien caminar a tu lado.

Aunque un poco dudoso por tal pregunta, Dipper comenzó a avanzar con aquel chico a su lado, claro que no había nada de malo en que fueran juntos, después de todo hasta vivan en la misma dirección.

—Di me Bill, además de los Gnomos —mantiene la vista al frente llamando la atención del rubio — ¿que otra criatura has visto?

Con algo de diversión Bill busco la mirada de aquel chico que se encogia de hombros —Bueno... Además de los nomos feos... Una que otra hada, ellas siempre banda rondando por todos lados —exhala un suspiro exaltado —la última vez me tenían tan harto que termine golpeando a una... —se detiene mirándolo con seriedad y vergüenza —se me vino encima junto a todas sus amigas a atacarme, ¡Me golpearon sin piedad! Hasta que logré encerrarme en mi casa —dramatiza fingiendo tristeza.

Al volver la mirada hacia aquel castaño pudo notar su sonrisa, y risa, retenidas por sus propias manos, Bill sonrío animado y Dipper por fin pudo reír sin más mirándolo.

—Si, si... Te comprendo —sujeta su hombro tratando de recobrar su calma.

—No mueras ahora chico Cómic —sujeta su hombro entre una sonrisa —te necesito para que lleves el próximo tomo a mi casa el próximo sábado.

El castaño comenzó a reír con aun más entusiamos haciendo que sus mejillas se tiñeran de rojo ante las carcajadas sin control por la historia y aquel comentario del chico a su lado. Apenas comenzó a calmarse dejo salir por completo el aire en sus pulmones y tomo una profunda respiración para calmarse más rápido, sus ojos estaban cristalinos de la risa causada, pero el chico tranquilamente dirigía la mirada al rubio a su lado que sonreía animado.

—Bueno... —asintio calmado sujetando su hombro —esto lo aprendí a la mala, pero... En Gravity Falls debes tener más cuidado con las criaturas "Lindas" que de los monstruos feroces —se aparta para seguir avanzando —en mi primer día aquí me tope con los Gnomos, primero creí que eran unos zombies —expresa divertido —pero no era así, mi gemela Mabel comenzó a salir con ellos, de verdad —se acerca a su brazo —hablo enserio, eran novios y todo —rie —asi que yo traté de investigarlo, amm... —baja la mirada ante el recuerdo —resulto que ellos querían casarse con Mabel, y como logré impedirlo, ¡Ellos crearon un súper Gnomo gigante conformado por todos ellos!

—Wow... —pronunciaba entre una leve risa atento a la historia —no me lo imagino.

—Si —rie divertido —y fue súper cool... —aclara —Y aterrador al mismo tiempo.

— ¡Ey Maricones!

El grito al otro lado de la calle los hizo regresar la mirada a ambos, Bill y Dipper se miraron al encontrarse al otro lado de la acera, antes de poder hacer cualquier cosa, decir algo o simplemente salir corriendo, una lluvia de globos de agua lanzados con resorte cayó directamente sobre ellos; sin tener cómo responder o donde esconderse  ambos dieron la espalda a tal lluvia despiadada tratando de cubrirse entre ellos.

— ¡Estos hijos de... —gruñe en un intento de girar hacia ellos.

—Bill, cálmate —sostiene su sudadera amarilla —al menos —menciona con una sonrisa —son solo globos.

Aquella sonrisa hizo desaparecer un poco su odio, el chico sonrío tranquilo —muy bien, ciertamente no tienen valor para algo más.

Sin más tomo la mano del castaño y lo jalo hacia la bicicleta que levantó, con una sonrisa rápida subió a la bicicleta haciendo que el castaño le siguiera subiendo atrás, ambos comenzaron a avanzar con dirección al bosque.

— ¡Ey Maricones no huyan! —gritaba divertido.

— ¡Pero si no les hicimos nada pequeñas nenas!

— ¡Vengan a divertirse chicas!

Expresaba divertidos recargandose del otro entre su descontrolada risa burlona. Algo enfadado el castaño regreso la mirada mostrando el dedo medio a los tres chicos.

— ¡Cobardes, ataquen de frente para la próxima! —con una sonrisa los miraba enfurecer — ¡A ver quiénes son de verdad los maricones!

Furiosos los tres jóvenes estaban por seguirlos, pero un grupo de adultos que había presenciado la escena y terminado mojados por la lucha de agua les cerraron el paso. Dipper regreso la mirada al frente notando como esos ojos Ámbar lo miraban con entusiasmo, divertidos, Bill volvió la mirada al frente animado.

— ¡Ese es el espíritu! ¡Woooujuuu!

Gritaba entre el aumento en el pedaleo de la bicicleta y leves inclinaciones que los hacían reír a ambos, Dipper se aferraba a los hombros de aquel moreno que reía mientras gritaba al aire libre del bosque.

Mabel apenas había llegado al pueblo con un sentimiento extraño aún viajando por su pecho cuando notó, unas calles adelante, un tremendo revuelo... tres chicos de su edad que eran severamente regañados y sorpresivamente tomados de las orejas por sus padres que los arrastraban lejos del lugar; la joven miró divertida como uno de los chicos, el más grande de altura, se quejaba del trato que le daba su madre aún a esa edad. Una vez todo paso Mabel avanzó tomando su móvil de su bolsillo, buscó en sus contactos a dos chicas en especial, pero a final de cuentas se decidió por la más accesible en ese momento, el tono de espera comenzó a sonar y ella suspiró inquieta.

—Janna, ¿Estás ocupada?

*—No realmente. ¿Ocurre algo?

—Necesito un consejo...

*—Claroo... Seguro.

—Comence a trabajar con una antigua amiga, ella... Nuestra relación nunca fue realmente buena —explica con tristeza —pero en éste momento ella... Parece... Muy... Muy triste —confiesa inquieta —no se como explicarlo, siento que algo no va bien con ella, se ve muy cansada y no he visto a sus padre ni siquiera por el pueblo... Ella nunca los menciona, apenas y los mencionó hoy y dijo... Algo sobre que les dieran el dinero que ellos quisieras, pero...

*—Espera. ¿Cual era la pregunta?. Sabes, no me gusta pensar tanto luego de un duro día de trabajo.

—Ha... Si, bueno... ¿Crees que estaría bien preguntarle sobre lo que le ocurre?

*—Si... ¿Por qué no? Después de todo son amigas, y aunque no te lo diga muy seguido... Mabel, eres un rayo de sol, siempre lograr hacer sonreír a la gente y... Te recuerdo que fuiste quien nos ánimo luego de la partida de Star, eres un buen pilar en el cual recargarse para sentir la frescura de la sombra, chica, si sientes que ella necesita decirlo es por algo. Tienes un gran sentido para esas cosas y... ¿Cómo estás?

—Bueno —toma una profunda respiración observando el pueblo —pensando que quizá cometí un error al venir aquí.

*— ¿Por qué?

—Bueno, Gravity Falls a cambiado mucho, bastante... Pensaba que ya tenía todo controlado sobre los cambios, pero ha decir verdad me siguen aterrando, ¿Y si todo ésto no sale como pensé en aquel momento de enojo?

*—Mabel —suspira —estas con Dipper, ya sabes que cuando dudas debes tomar un descanso a su lado, él es... Tu hermano siempre te apoya aún cuando no le agrade la idea que tengas. Pero bueno, yo pienso que fue una buena idea... Es deprimente vivir en una casa en la que apenas y te notan, y no lo digo por completo por tí...

—Si —sonrie asintiendo —gracias Janna, ¿Y cómo estás tú? Y Marco claro.

—Bueno... El chico Nachos está tomando una ducha, al parecer tuvo un día divertido... Y yo... Al parecer —canturrea divertida —Janna banana conoció a un chico interesante.

— ¿¡Qué!? ¡Tienes que contarme los detalles!

*—Si, si —rie animada —fue... Bueno, él trabaja en el mismo lugar que yo, ambos entramos a trabajar el mismo día así que tuvimos nuestras prácticas juntos. Es lindo, y tierno a la hora de molestarlo, pero también es muy caballeroso de hecho... Yo hice enojar a un cliente cuando tiré su sandwich sobre sus pantalones, y él tomó la responsabilidad, debo decir que si me dió algo de pánico, pensé que perdería su trabajo por mi culpa.

— ¿Y que paso?

*—Bueno, solo le advirtieron que tuviera cuidado, que a veces el piso puede ser muy resbaladizo... Creo que tendrán preferencia ante su cara llena de miedo y pena, es... Lindo, jamás pensé que sería mi tipo, pero de cierto modo me atrae.

— ¡Huuu! ¡Janna banana encontró un chico!

Entre risas la plática siguió su curso mientras Dipper y Bill llegaban por fin a casa del segundo, el castaño bajo mirando su ropa mojada y tomando la bicicleta para acomodarla en algún lugar mientras aquel rubio avanzaba a su puerta abriendo.

—Bien —se hace aún lado teniendo la mano al frente —sientase como en casa mi querido señor.

Dipper sonrío divertido y empujo un poco a aquel chico para adentrarse en la casa, el lugar tenía un tamaño normal, frente a la entrada estaban las escaleras hacia la planta alta dónde debían estar las habitaciones y baños, había una habitación bajo aquellas escaleras, quizá un armario o algo.

—Permitame darle el gran recorrido —actuaba como hombre de época llevándolo por el brazo —a su derecha vera la cocina y comedor, a su izquierda la sala y... Arriba hay un baño donde tomarás una ducha.

Dipper sonrío divertido siguiéndolo piso arriba, Bill lo dejó en el baño mientras iba a buscar ropa seca y una toalla limpia, mientras tanto el castaño observaba el cuarto de baño que era muy normal, la ducha al fondo, el escudado cerca de la entrada y un lavamanos no tan grande enfrente del escudado con un espejo arriba y cosas de Bill para la ducha. Dipper tomó un respiro profundo sacándose la sudadera y enseguida la camiseta, apenas se sacaba el pantalón cuando Bill entro deteniendose de inmediato al notar el cuerpo semi desnudo de aquel chico.

—Ha... Traje ropa seca —avanza —la dejo por aquí para cuando termines de ducharte, y... —muestra unos calzoncillos aún en su empaque —para que no los lleves húmedos, luego me los puedes pasar.

Dipper sonrío y se enredo la toalla a la cintura para sacarse la ropa interior igual de mojada que toda su ropa, con algo de vergüenza entrego su ropa interior al chico rubio que lo tomo asintiendo, Bill salió mirando como aquel chico se daba la vuelta alistando el agua de la ducha mientras soltaba la toalla de su cintura, el rubio miró se reojo el trasero blanco de aquel chico y solo cerro por fin la puerta. Entre el ducharse Dipper suspiró con molestia recordando a aquellos chicos que los habían molestado, odiaba que la gente fuera tan cobarde como esos chicos de antes, Bill le había dicho que no les había hecho nada, que ni siquiera los había mirado... No tenían razón ni derecho para hacer lo que les hicieron; con un suspiro el joven termino de ducharse notando, por la pequeña ventanilla del baño, como la noche ya había entrado por completo. Lo más rápido posible se cambió de ropa para salir, debía llamar a sus tíos para avisarles donde se encontraba y apenas ahora recordaba que quizá su celular ya no serviría de nada. Bajo sin tantos ánimos, con un pantalón negro suelto y una sudadera sobre su pecho, al bajar pudo ver a Bill en la sala buscando algo en la televisión mientras chorreaba el suelo con su ropa empapada.

—Oye, debiste sacarte la ropa —señala el suelo con la mirada —estas mojando todo el lugar.

—ha... —observa bajo sus pies —no importa realmente, además... —le dirige una sonrisa —tu ropa sigue secándose.

—Vaya... —sonrie cruzandose de brazos —eres un poco bobo, dime dónde esta tu secadora, llevaré tu ropa mientras tomas una ducha.

Bill sonrío avanzando hacia el pequeño pasillo al lado de las escaleras, le mostró la secadora que aún trabajaba con sus ropas y comenzó a sacarse la ropa obteniendo el sonrojo de aquel castaño, pero era imposible no verlo, su cuerpo moreno estaba muy bien trabajado y los tatuajes de su cuerpo eran muy llamativos, desde la manga en el brazo derecho hasta el signo de interrogación en el pectoral izquierdo, y ese raro tatuaje en su pectoral derecho, confuso hizo avanzar su mano sobre el pecho de aquel chico trazando con la yema de sus dedos aquellas líneas.

— ¿Que pasa? —detiene la mano contraria con una leve sonrisa.

—Ha... No, no es nada... —balbucea algo perdido —es que... Me gustó.

El rubio sonrío sabiendo muy bien a lo que se refería aquel chico, antes había podido observar una marca similar en la nuca de aquel chico. El rubio no dijo nada más y una vez con nada más que sus boxers encima, tomo camino hacia la ducha. Dipper se quedó abajo algo pensativo mientras metía aquellas ropas a la secadora y se dirigía a la cocina a preparar té, su cabeza estaba llena de dudas sobre esa marca, dudas que pensaba exponer al rubio si encontraba la forma correcta de ingresar una pregunta así.

.

Cuando Bill termino de ducharse y bajo a la sala, se encontró con Dipper perdido en sus pensamientos mientras su mirada estaba clavada sobre un programa de ardillas por el mundo que había en la tv, él rubio sonrío tomando asiento al lado de él y recibiendo una taza de té en las manos enseguida.

—Oh... ¿Gracias? —mencionaba divertido.

Sorprendido Dipper volvió la mirada hacia aquel chico —Lo siento, ni siquiera te pregunté si podía utilizar tu cocina.

—No, está bien —observa el reloj de reojo mientras pone azúcar al té —ya es tarde —menciona volviendose a él —no es que te esté corriendo, ¿Pero no te regañaran sin llegas tarde?

Los ojos de Dipper se abrieron con total sorpresa mientras su palma terminaba en su frente causando un fuerte impacto, el chico obsevo al rubio a su lado y se levantó enseguida.

—Mi móvil.

Sonriendo asiente —Lo puse en arroz, esperamos que sirva una vez lo encendemos.

Dipper asintió dudoso mientras seguía al rubio que le mostraba dónde estaba su móvil y le prestaba el teléfono fijo de su casa.

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HOLA, aquí el siguiente capítulo con 2972 palabras.

Gracias por leer y esperar, espero haya gustado, no olviden dejar su estrellita si es así y claro, sus preciosos comentarios son bienvenidos.

Hasta la próxima actualización.

Y recuerden amigos, cuiden su planeta. (Yo en ecológica porque el calor anda dando con todo con tanta quema sin sentido)

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