Capítulo 10

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Izan

— ¡Debiste intentar decirnos! No sé... explicarnos la verdadera razón... ¡No dejar que tu mujer se muriera en depresión por creerse poca cosa y no poder competir contra otro hombre!

Omitiré lo que me estaba diciendo después; eran muchos reproches, muchos. Pero estar en esta situación me estaba desasiendo.

—No podía. ¡No pude! —no era excusa, no podía defenderme aunque quisiera, pero era cierto, fui cobarde y me escondí sin dar explicaciones, solo dejar que las especulaciones las tomara mi mujer por si sola.

Mi hija me miraba con aquella bruma en sus ojos. Como quien no quiere la cosa porque no llegará a nada y ni nada le devolverá a su madre, el tiempo perdido con su padre, si es que aún podía llegar a...

—Ya no importa ¿no? —fue lo que dijo, sentándose derrotada en el sillón. Sus hombros caídos, la cabeza gacha mientras sus piernas sostenían sus brazos, ella estaba sollozando. —Supongo que este será nuestro adiós.

Por unos largos minutos me quedo desolado. Tal vez me lo merezco, después de todo, ¿qué era lo que esperaba de ella? Volver a la normalidad no podía, menos cuando me hacia una idea de que todo esto era un amargo encuentro para cerrar una etapa que ella misma se impuso. Y yo, yo seguiría viviendo en el pasado, donde los recuerdos de la mujer que amo y mi niña fuimos los más felices mientras duró.

—He venido a que veas por última vez a tu nieto —esquiva mi mirada de sorpresa y culpa. Lo sé, pero no podía pedir mucho después de todo. —Me iré de esta ciudad. Iré a las tierras de mi esposo a formar nuestra propia familia.

Y es que yo ya no formaba algo ahí, no había espacio para un viejo donde el enemigo siempre estaría en el acecho. Y eso dolía mucho.

Cabía decir que esa misma mañana en donde por un momento fui feliz, reencontrarme con mi hija, con mi nieto y su esposo fue entre emocionante. Pero como bien decía mi abuela "Lo bueno siempre trae algo malo"

Así que, aquí estamos.

De nuevo desde el comienzo. En donde por tres días las pase con ellos y esa tarde los perdía como aquella vez que me marché, pero yo los dejaba.

Y esta vez, es donde ellos me dejaron.

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