Cap. 1

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Me encontraba caminando por los pasillos de mi preparatoria, con los brazos cruzados sobre mi pecho sosteniendo un libro que me encontraba leyendo en ese momento; mientras que en mis oídos se encontraban mis audífonos color menta; sobre el cuello y mis brazos: se encontraban cuarzos.

Soy una persona "esotérica", es decir, que creo en la magia pero no en la magia  de las películas sino la magia real; es por eso que siempre traigo cuarzos en alguna parte de mi cuerpo y obviamente no puede faltar la mano de Fátima. Mientras escuchaba <<My immortal- Evanscene>> divisé a mi amiga Susan, en realidad es la única amiga que tengo.

-Hola Xanthe- me saludo en cuanto yo estaba a su lado
-Hola- le dije con una sonrisa
-¿Pasó algo?- preguntó mirándome con preocupación, es la única que se puede dar cuenta cuando realmente estoy mal y por eso es que la aprecio tanto.
-Lo de todos los días- esa era como una palabra clave de decirle que no estaba bien, que necesitaba un abrazo y alguien con quien charlar era como pedir ayuda a gritos pero solo ella podría distinguirlos.
-Ya veo- me menciono mirándome, mientras yo solo veía cabizbaja como mis compañeros reían y se divertían- ¿Te parece si vamos por un Frappe y me cuentas que pasó?
-Me encantaría- le dije con una sonrisa tímida

En nuestro camino a la cafetería estuvimos hablando de lo que me pasó la tarde anterior mientras que yo solo recordaba el porque nos habíamos vuelto tan unidas... Ambas teníamos un pasado nada bonito y cada una estaba ahí para apoyarnos cuando más lo necesitábamos.

-Ya no sé qué hacer Susi, me siento ajena y extraña en mi casa y en todos los lugares es como si siempre hubiera alguien ahí para matarme por dentro.
-Ya no estés triste por eso, recuerda que la gente hipócrita se burla de las cicatrices de los demás porque son idiotas... "Se burla de las cicatrices aquel que nunca ha sido herido" ¿Recuerdas?
-Si, es de William Shakespeare- le dije con una sonrisa de oreja a oreja.
-Vaya, vaya miren chicas, es la bruja cuatro ojos-

Y ahí estaba esa voz irritante, con tonos de guajolote... Charlotte,Alejandra y Nancy; las tres prostitutas, cuerpo de cirugía y cabezas de leche cortada; lo único que toman como base para estarme llamando como me llaman es que en una actividad escolar yo di a conocer que me encantaba el tarot y la brujería. Si tan solo supieran que puedo hacer que queden en estado vegetativo no me estarían tratando así; esa era la oración que me repetía constantemente mentalmente cuando se me acercaban a mi.

-¿Se te perdió algo?- le pregunte sin siquiera mirarla a los ojos.
-En realidad se nos perdió una bruja que al parecer lee libros para que nos haga la tarea de matemáticas- dijo lanzándome tres cuadernos.
-La queremos para hoy he... Bruja mal nacida- me espetó Charlotte
-Lo siento Zorra pero si tanto quieren tener la tarea de matemáticas lista para la clase será mejor que la hagan ustedes- les dije aventándoles a cada una su cuaderno sin fijarme en sí les caía en el pie o en uno de sus operados senos.
-Ya la escucharon así que váyanse enkros- le sonreí a mi amiga pues esa palabra en un insulto que solo ella y yo entendíamos.
-No es contigo con quién estamos hablando rata de biblioteca- le dijo Alejandra
-Es que son tan estúpidas y ciegas que no soportan que sepamos más que ustedes- dije mientras seguía sin levantar la mirada y la daba un sorbo a mi Frappe
-¿¡Nos dijiste como!?- me reclamó Nancy
-¿Aparte eres sorda? Pues con razón tu novio te dejó- le dije ahora volteando mi mirada a sus ojos.
-No para nada, chicas vamonos.

Las otras dos la miraron extrañada pero no dudaron en seguirla cuales ovejas a su pastor; sonreí victoriosa pues había logrado mi objetivo... En todo el tiempo que no levante la mirada para darles cara estuve preparando mi mente para utilizar unos de los trucos que aprendí a utilizar desde hace tiempo.

-Eso fue genial Xanth, tienes que enseñarme a hacer eso- me dijo con entusiasmo mi amiga
-Pues si estás dispuesta a aprender, con mucho gusto te enseño- le dije con una sonrisa radiante.

No sé porqué pero tenía la sensación de que este día cambiaría algo y no para mal sino para todo lo contrario. Escuchamos el timbre de el inicio de clases y nos dirigimos a nuestro salón, mientras íbamos caminando recordaba todo lo que hasta el momento había vivido no todo fue feliz; en su mayoría fue triste y horrible pero aprendí s vivir con eso... Y ahora estoy aquí en una de las escuelas privadas las privilegiadas del país y me siento orgullosa de eso.

Todo en algún momento cambiará para bien, el destino se encargará de regresar lo que has dado así que asegúrate de que sea algo bueno pues no sabes si te lo regresará con la misma intensidad o podrás salir adelante, ante todo.

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