"Capítulo 5"

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

\\Narradora//

Abrió los ojos, no podía ver nada, estaba todo oscuro. Nuevamente abrió y cerró los ojos muchas veces tratando de enfocar a la nada, pero aún así no hubo resultado, quizás era de noche o el lugar en dónde él estaba carecía de luz.

Se movió un poco en dónde estaba, al sentirse cómodo pudo confirmar que se trataba de algún colchón, intentó recordar cómo había llegado hasta donde estaba, pero no lo lograba.
Se concentró en como se sentía, ligero, un poco mareado, pero sobre todo feliz.
Sonrió sin siquiera saber el motivo, unas inmensas ganas de reírse lo invadieron, quiso aguantarse pero no pudo. Con una mano trató de amortiguar su risa pero fue casi imposible, en toda la habitación lo único que se oía muy bien era aquello, su risa, pero de alguna manera no era sarcástica, llena de burla o de otro sentimiento falso, era auténticamente una de felicidad.

-¿Qué sucede Mikuni?- algo dentro de Mikuni se tenso al escuchar la voz de su Servamp, inmediatamente se calló, por dios, la voz de Jeje nunca había llegado a asustarlo.

Se giró levemente hacía donde había escuchado la voz del vampiro, no pudo ver nada ni siquiera sus ojos color carmín, entonces supuso que podía estar transformado en serpiente cerca de donde dormía, tragó fuertemente saliva dando a entender que el ambiente en sí, era tenso.

-J-jeje, ¿Qué estás haciendo aquí?- Su nerviosismo jugó en contra de él e hicieron que perdiera la voz en pronunciar la primera letra del nombre del Servamp.

-Bueno, quería sentirme cómodo también, es bueno transformarse en estás ocasiones, cuando hay solamente una cama- sintió algo suave y largo posarse encima de su mano derecha, supuso rápidamente que era Jeje, elevó su mano y con cuidado lo empezó a acariciar con ambas manos.

-Bueno, tienes un punto, exactamente yo haría lo mismo que tú- exclamó él rubio con algo de obviedad.

-Mikuni, ¿Te sientes bien?- sintió que Jeje se bajaba de su mano, después sintió un pequeño peso en su estómago, decidió enfocar sus ojos a ver los ajenos, eran pequeños, le dió un poco de gracia.

-Si, un poco mareado pero muy bien- Terminó por decir y sintió que la cama se hundía más. El peso en su estómago había desaparecido, unos ojos color rojo estaban viéndolo directamente desde apenas unos centímetros arriba. Sus ojos sintieron un cálido viento e inmediatamente se cerraron por inercia.

-De acuerdo, le avisaré al doctor- En un abrir y cerrar de ojos dejo de sentir el cálido viento, dedujo rápido que el causante era Jeje, sintió que la cama volvía a elevarse un poco por la falta de peso extra que antes había. Si podía sentir la calidez saliendo de la boca del vampiro eso significaba una cosa, Jeje no tenía puesto esa cosa que siempre tapaba su cara, mentiría si no tuviera curiosidad por ver su rostro.
Sintió que los pasos de Jeje se dirigían a su derecha y escuchó un pequeño sonido, no le tomó importancia, los pasos volvieron a sonar ahora enfrente de él.

-¿Estamos en un hospital?- Mikuni se sorprendió, nunca pensó pisar un hospital porque posiblemente estos drogaban con alguna cosa a las personas para experimentar con ellas, pero no se preocupaba porque Jeje estaba al pendiente de él aunque no ayudaba el hecho de que Jeje no supiera cuales medicamentos son los malos o buenos, que bueno que al menos su presencia espante las intenciones de los doctores en todo caso.

-Si, te traje porque te sentías mal y yo como no soy un doctor, no te podía brindar ayuda- Jeje estaba apunto de abrir la puerta pero su Eve lo interrumpió con tan solo decir unas palabras que nunca pensó escuchar de parte de él.

-Gracias Jeje- Ante las palabras del rubio, el Servamp giro rápidamente su cabeza a la dirección de su Eve, nunca se espero escuchar aquellas palabras de agradecimiento de la boca y propia voz de Mikuni.
Por otra parte, Mikuni no parecía arrepentirse, aquellas palabras las había pensado en inmediatamente habló, era como si fuera otro Mikuni que Jeje desconocía y eso al vampiro lo ponía nervioso, él no sabía cómo actuar ante ello, ¿Lo doctores le habían hecho algo a su humano?.

-¿Qué te pasa?- pronunció en un tono algo brusco y desesperado. Se acercó a Mikuni quién no se movió ante su cercanía que fue disminuyendo hasta estar a unos escasos centímetros, estaban cara a cara. Entonces Mikuni supo que el vampiro podía verlo a pesar de no haber luz, se pegó mentalmente por no haber pensado en eso, era un vampiro, podía ver claramente en la oscuridad.

-¿Qué? ¿No puedo agradecerte?- Mikuni pregunto ladeando su cabeza a un lado, como si se tratará de imitar a un perro, cosa que perfectamente le salió, Jeje se confundió más por su forma de actuar, nunca había visto actuar "tierno" Al humano.

-Sabes perfectamente que nunca has estado agradecido conmigo, ¿y ahora de la nada me lo dices?- Mikuni se concentró en la voz de de Jeje, sonrió, sin esa cosa tapando toda su cabeza su voz sonaba mucho mejor, quería ver su rostro pero la falta de luz no ayudaba.

-Que nunca te lo diga es otra cosa- Pronunció con un poco de dificultad, el mareo se fue intensificando y un nuevo dolor en su estómago lo invadió.

-Mikuni, este no eres tú, le diré a los doctores que estas...empeorando- nuevamente sintió la ausencia de Jeje y escuchó pasos alejarse.

-Si estuviera empeorando, no podría hablar, moverme, y estuviera pálido, incluso mi cuerpo estuviera rechazando mi propia sangre ¿no lo crees? - Al momento de escuchar las palabras del rubio, Jeje meditó la situación, hace algunas horas Mikuni estaba escupiendo su sangre, podría ser que su cuerpo estaba rechazando lo tóxico de su sangre y lo expulsaba, una reacción defensiva. Estaba apuntó de idear otra posibilidad pero un gemido de dolor lo desconcentro.
-Creo.... Que mejor si, llama al doctor- Jeje observo a Mikuni, este estaba agarrándose el estómago y con los ojos cerrados, el podía ver porque sus ojos estaban acostumbrados a la oscuridad.
-Espera, ¿qué hora es?-

-Las cuatro de la mañana- al momento de oír la hora que era, Mikuni se levantó con cuidado de la cama pues no podía ver nada y no quería golpearse fuerte con algo.

-Entonces lo hago yo- dijo animadamente, mientras trataba de no tropezarse con nada.

-Lo haré yo-

-No, no puedes- soltó dramáticamente que puso nervioso al Servamp. Detuvo su caminar.

-Claro que puedo-

-No... Bueno, me refiero a que no debes. Jeje, se supone que no debes estar aquí a estas horas y si estuvieras aquí sería porque estoy demasiado grave para que no me pueda atender solo, ¿Entiendes?- habló en la dirección donde había escuchado la voz de Jeje para no estar hablando a la nada.
-Si te ven aquí, es probable que te saquen- volvió a retomar su caminata guiándose por los ojos rojos de Jeje, el rubio intuía que por esa dirección estaba la puerta.

-No podrán-

-Claro que no podrán, lo digo porque estoy viendo por el bien de ellos- soltó divertido sin toque de burla como solía hacerlo.
¿Ese era Mikuni?, ¿Mikuni desde cuando se preocupaba por otros?

-Sacaré de sus bocas lo que te hicieron-

-¿Y no te gusta como soy?- El rubio sonó herido y triste, que probablemente por su estado, sentía en realidad.

-No, pero estoy más que acostumbrado-

-Me refiero al yo de ahora, con el que estas hablando ahora mismo- Mikuni se señalo con una de sus manos como si estuviera hablando con alguien que no escuchara.

-No... No lo sé, nunca habías intentado mantener una conversación sin peleas entre nosotros- escuchó dudar al vampiro, cosa que hizo que se sintiera culpable en todos los sentidos.

-Créeme que he intentado hacerlo, vivir con rencor solo me hace daño, tanto que algún día ya no podré soportarlo- dijo como si fuera un niño que esta diciendo todo lo que le atormentaba a su madre, soltándose por primera vez al vampiro.

-Mikuni, estas diciendo cosas sin sentido, tu nunca dices lo que sientes-

-No tiene ningún sentido mentir ahora, ¿Que ganaría?- dijo una vez estando en frente del Servamp.

-Nuestra relación de ahora ha cambiado, ya no dejaré que las cosas salgan a tu modo, ¿Acaso haz olvidado lo que te he hecho estos días?- Jeje retomo su posición intimidante, Mikuni probablemente estaba actuando diferente con él para tener mejor trato. Ante eso, Mikuni apartó la mirada y trató de enfocar la puerta, cosa que nuevamente no logró.

-Como olvidarlo, me sorprendiste demasiado. Justo cuando planeaba recompensarte sales con tu rebelión- recordó como fue mordido con fuerza y casi drenado de su sangre por el vampiro. Cerró los ojos sintiendo el mismo dolor que antes ese suceso le había provocado, hizo una mueca de dolor por eso, aunque Jeje cuando lo vio pensó que era por el malestar que había surgido hace poco en su Eve.

-¿Realmente te sientes tan mal?- intentó no sonar preocupado, cosa que para los oídos del rubio sonó todo lo contrario, se aguanto las ganas de sonreír por la preocupación del vampiro porque posiblemente reaccionaría mal. Asintió con la cabeza dándole razón a su acompañante, sus ojos permanecían cerrados. Se olvidó del dolor de los días antes y como si fuera magia, sus dolores volvieron a aparecer, pero que cliché era eso.

-No tengas piedad hacia mi, lo haré yo mismo si no me crees, tonto- mencionó dolido e hizo un puchero, todo siendo captado por Jeje. Estiró sus manos hasta que golpeó algo fuerte haciendo vibrar la pared, bajo sus manos y encontró un picaporte, dedujo rápidamente que se trataba de la puerta.
Estaba apuntó de abrirla pero Jeje lo interrumpió con su voz.

-Mikuni, tu estado no es tan grave pero no eres el único que lo está sufriendo-

-¿Te refieres a que muchas personas son mordidas por vampiros?, wow, ¿desde cuándo se hicieron tan populares?- no disimulo su asombró, definitivamente parecía un niño incapaz de ocultar todo sentimiento.

-Ingeriste un alcohol, un vino, ese vino lo han tomado muchas personas, contiene una especie de veneno, muchos han muerto-

-¿es...en serio?- Mikuni se volteó para "encarar" A Jeje, su voz delatando miedo, ¿acaso iba a morir?, ¿por eso se comportaba diferente?, ¿Jeje le estaba diciendo indirectamente que moriría?.

-Desde que lo ingeriste tu estado de salud ha decaído, tu mismo lo sabes- Su Servamp lo estaba asustando demasiado, aquellas palabras parecían sonar muchas indirectas, Mikuni se empezó a alterar respirando rápidamente, no quería morir dejando todos los problemas que le atormentaban, su hermano, "sus amigos", la tienda de antigüedades, Jeje, por dios, hasta pensó en su muñeca Abel.

-P-pero todavía t-tengo que hacer cosas- se repitió a si mismo en voz alta ahora, Jeje se alarmó por el estado del rubio, nunca lo había visto en así.

-¿Mikuni? ¿Qué te pasa?- Jeje tomó las manos del Eve, y lo volvió a encarar.

-Y-yo...¿Me voy a morir?- sus emociones estaban muy altas ese día, Mikuni empezó a llorar, Jeje estaba impactado, no sabía que hacer en esos casos, nunca lo había visto derramar lágrimas, nunca lo había visto así de frágil.

-No te morirás, solo te dije que- fue interrumpido por el rubio cuando quiso decirle que se equivocaba.

-¿Q-que haré?, Yo no puedo morir así-

-Mikuni, tu no-

-Sácame de aquí, al menos quiero vivir afuera de este lugar-

-Los médicos dijieron que-

-Sea lo que sea que te dijieron no es nada bueno, sácame de aquí-

-Escúchame, estas muy alterado-

-Me voy a morir, ¿como quieres que me calme? -

-No lo harás, no morirás-

-No me des falsas esperanzas-

-Mikuni, escúchame, tu eres un Eve, tienes más resistencia que los humanos normales, los doctores dijieron que estas respondiendo positivamente. No hay peligro de muerte en ti- Mikuni dejó de respirar y se concentró en las palabras dichas por el Servamp.

-¿estas diciendo que....no moriré? -

-Exactamente, no morirás y si hubiera aquella posibilidad no dejaré que mueras- él vampiro tomó los hombros de Mikuni y los apretó levemente.

-Oh, gracias Jeje, sabía que eras bu-

-Porque yo seré el que te hara sufrir- Escuchó claramente Mikuni como él tono de voz de su Servamp había cambiado drásticamente a uno enojado mientras sentía que las manos que estaban en sus hombros apretadas cada vez más la fuerza ejercida en ellos.

-V-vaya... Creo que mejor me muero-

-Cualquier salida es buena pero dolorosa, tu decides-

-¿y si decido vivir sin dolor? -

-No sería justo para mi-

-Tienes razón.... ¿Y si convivimos más?- preguntó él rubio mientras trataba de encontrar algunas palabras para salvarse de la incómoda conversación.

-No lo harás-

-Lo haría pero no puedo permitirmelo, bueno, mi orgullo no lo permite- se sintió libre confesando aquello que en sus cinco sentidos nunca diría.

-Todo lo haz provocado tu, no intentes buscar culpables-

-bueno, a fin de cuentas soy yo mismo ¿Verdad?-

-Si, solo tú-

-Lo acepto, ¿ya estamos en paz?- Mikuni agarró las manos que estaban en sus hombros con la intención de quitarlos lentamente y sin esfuerzo pero Jeje no cedió, el dolor en su cabeza y pecho estaba volviendo a ser insoportable.

-No-

-Bueno, no perdía nada intentándolo, iré a ver a un doctor... Esto ya se hizo insoportable- Jeje con las palabras dichas por su Eve, quito las manos de los hombros de Mikuni para dejarlo ir y que no se siguiera sintiendo mal.

-Te espero-

-Volveré rápido, no me tardaré generalmente están por los pasillos- efectivamente, apenas abrió la puerta un doctor iba pasando por ahí.
-Doctor, siento las molestias pero necesito algo que calme el dolor de cabeza tan siquiera-

-Ingrese a su habitación, ahorita lo atiendo joven- dijo el doctor deteniéndose unos segundos para decirle aquella indicación, se notaba algo ocupado y apresurado, solamente esperaba que fuera atendido rápido y sin esperar mucho.
Decidió cerrar la puerta cuando transcurrieron pocos segundos, se sentía mareado y era mejor que descansara en la cama si no quería un futuro golpe en la cabeza o en algún lado de su cuerpo.

Se giro nuevamente a la dirección que suponía que estaba la cama y fue caminando lentamente para que no se tropezara con algo, o "alguien".
Cuando sintió un leve golpe en su rodilla y que le impedía seguir su camino tocó con sus manos lo que era, sintió el colchón y procedió a gatear sobre esta pareciendo un niño al hacerlo, en ese momento no le importó que Jeje lo viera actuando así.
Jeje estaba viendo todo desde una esquina, iba a decirle algo pero la puerta abriéndose lo sorprendió y se convirtió en una serpiente, se escondió lentamente debajo de un sillón que estaba cerca y procedió a escuchar la conversación del doctor con Mikuni que duró unos pocos minutos.

-Vaya, que rápido. Qué buen servicio- Dijo Mikuni para después tomarse una pastilla con ayuda del agua que le fue brindada por el doctor.
-Nada más espero que esta pastilla haga efecto rápido-

-¿Ya estas mejor Mikuni? -

-Si, algo mejor, mejor que antes si quieres saber- Procedió a taparse con las sábanas que tenía puestas antes removiendose y haciendo algo de escándalo, definitivamente parecía un infante.
-Oye....La forma más rápida de eliminar el veneno de mi sangre es extrayendola ¿cierto? -

-Probablemente-

-Jeje, ayúdame en ese aspecto, te ofrezco un trato-

-¿Que quieres que haga? - Volvió a tomar la forma humana.

-Te ofrezco mi sangre un tiempo indefinido hasta que mi sangre este limpia- no se sentía justo pero el veneno no le hacía daño a él y podía disfrutar de la sangre exquisita de su Eve nuevamente.

-¿Lo harías? - a Jeje le estaba empezando a caer bien este Mikuni, sus ojos brillaron, se sentó en la cana y vio los movimientos del rubio. La voz de su Eve denotaba sinceridad.

-Si quieres grabame para que mi yo del futuro recuerde que lo dije, sino, te doy permiso para que la tomes a la fuerza, no me importa- No necesitaba decirlo, lo había estado haciendo desde hace rato que Mikuni empezaba a actuar raro.

-Acepto tu propuesta Mikuni, yo me encargaré del veneno-

;;;;;;;;;;;;

Perdonen por la gran demora de ¿6 meses?, espero les haya gustado, continúen apoyando si se lo merece :3/

Total de palabras: 2733

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro