"¡Oye jamás me respondiste! No puedes irte así sin más :O"
"Porfa bonito :c, ¿como te llamas :D?"

Leyó otra vez, tomando aire, acomodandosé en el asiento mugriento negro que no había sido re-tapisado hace años, preguntandose si no bloquearlo había sido buena idea.
El pobre chico de ojos chocolatosos estaba que se moría de la impresión.
No era un misterio que no estaba acostumbrado a cumplidos o actos como aquellos, pero más le sorprendía lo directo que había sido aquel chico a cada que se le cruzaba. No sabía si catalogar sus interacciones como acoso o un extraño intento de hablarle.

Aquel día iba cansado, y al verlo en aquel momento, con piel bronceada y ojos ambar con esa pose de badboy en el mostrador no esperaba siquiera una buena actitud de aquel muchacho, y mucho menos a que le pidiese... No, robase su número de una forma tan descarada.
Aún así trató en aquel momento de mantener la compostura, fallando miserablemente y odiandose a si mismo por huir desesperadamente, teniendo que recorrer a pie su camino a casa bajo los treinta y pico grados de calor. Por eso se había propuesto que la próxima vez, no se iba a bancar el calor, e iba a tomarse el colectivo.
Pero ahora se encontraba ahí, en un colectivo que no le corresponde, habiéndo pagado el bendito peso par a el boleto, llevandoselo a la dirección contraria de su casa, mientras el solo agradecía como un tarado que haya una parada donde había un colectivo que lo llevaba directo a la puerta de su casa dentro de unas cuadras más. Se había ido por puro nerviosismo, y algo dentro de él le decía que tal vez había sido muy apresurado. El colectivo paraba, se subía una señora y mientras, él miraba con curiosidad aquel mensaje, con un "¿Y si...?" implantado en la mente

"Soy dipper"

"Soy Bill ;)"

El rubio se recostó en la silla de madera tras responderle a aquel "dipper" bonito, sintiendo el mensaje soso, queriendo agragar algo más.

"Recuerdalo cuando estes en mi ca-"

- No Bill, no te pases, poné otra cosa - pensó mientras borraba el mensaje, volviendo a escribir.

"Pero puedes llamarme chico de tus sueños, aún así sé que Bill es el nombre mas increíblemente genial del mundo, como su dueño en la ca-"

- Loco, nono Bill, lo vas a asustar - dijo para si mismo, borrando lo último y enviando el mensaje

"Pero puedes llamarme chico de tus sueños, aún así sé que Bill es el nombre mas increíblemente genial del mundo, como su dueño ;)"

Dipper por otro lado, no pudo contener una risa ante el desvergonzado mensaje, tocando el timbre para que el colectivero parase, todavía sonriendo por esa frase tan tonta que hasta su hermana habría rehusado usar, respondiendo al mensaje con la confianza que solo hablar por mensajes te da.

"¿Qué me lo demuestra eh?"

"¿Que acaso mi abrasadora personalidad no te lo demuestra?"

"¿Qué abrasadora personalidad?"

"Me hieres dipper :c"
"¿Acaso no soy tan cool porque no tengo un ferrari :c?"
"Ya se, te demostraré que soy genial a mi manera :3"

"Mmm.. ¿Cómo?"

"Mañana te mostraré 737"

"¿Y qué si no voy mañana entonces?"

Y así de rechazado y todo Bill se sintió caer, una risa se le escapó mientras fruncia levemente el ceño.

"Tendré que guardarme mi genialidad para otro día -3-"
"pero que sepas que si no vas jamás vas a saber a que me refiero ;)"

Podía ser Bill fuese un tonto emocionalmente, un impulsivo de primera, y un galán de cuarta, pero si algo no era, era estúpido.
Lo que si estaba implicito, es que el teñido era un loco flechado, y el amor te vuelve pelotudo, por lo que su confianza en sí mismo no le hacía siquiera dudar que dipper iría sin haber dicho algo más. Lo que el rubio no sabía, es que para su suerte, si ese chico con ojos marrones y una disposición nerviosa era algo, era extremadamente curioso.