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La incomodidad se palpaba en el aire con tan solo respirar.
El ferrari con el asiento trasero levemente húmedo estaba lleno por una pobre bolsa con hielos, y un rubio que la sostenía en su entrepierna, sumando a un dipper algo avergonzado por lo que había pasado, sin saber qué decir en situaciones como esa.
Con honestidad hubiesen preferido ir mil veces al típico kiosko, pero este era muy chiquito, y claro que no se había largado de ese cubículo condensado sin pedirle permiso a su jefe para nada.

El morocho en cuestión pensaba que llevar a alguien al hospital por una simple patada en su zona viril era ridículo, y ese malestar era se solucionaba con una bolsa de hielos, pero para el otro chico... hablabamos de planear su funeral; moriría sin haber podido llamar a dipper "Bebé" sin sonar como estúpido desesperado.
"Al menos moriré en un ferrari" se consolaba a si mismo.

- ¿Estás mejor? - se animo a decir el de ojos café una vez vio que el rubio habia parado de contener escasas lágrimas de dolor.
- Algo, pero creo que nos quedaremos sin niños - dijo dejando la bolsa a un lado, sintiendo la incomodidad de tener los pantalones llenos de agua por las razones equivocadas.
- ¿Nos? - preguntó confundido, algo bastante asustado de que huir no habia sido algo tan descabellado, acercandose a la puerta del coche para más seguridad.
"Mierda" pensó el teñido.
- Claro, después de esta no creo que seas tan insensible de tener hijos mientras yo no puedo - dijo tratando de salvarse - ¿O si? - preguntó rematando, mostrando una sonrisa ladina llena de confianza, esperando que se creyera su obvia mentira.

Entonces el menor se llenó de culpabilidad, volviendo a sentirse terrible por lo que había pasado, soltando una risa incómoda como respuesta.
Bill no podía sacarse de la menta la buena jugada que había hecho.

- Lo lamento tanto Bill... - soltó entonces dipper, rascandose la nuca
- Ya lo dijiste como 3 veces - dijo riendose
- Es que de verdad lo hago; no quería que esto pasara, fue un reflejo lo juro - explicó tratando de excusarse - ahora siento que te debo una - finalizó posando su palma en su cara

Entonces algo extraño ocurrió; Bill tuvo una buena idea.
Una verdaderamente buena idea que probablemente no terminaría con alguien en la carcel.

- ¡Entonces págame! - dijo repentinamente, mirandolo.
- ¿Qué? - preguntó confundido - ¿Si sabes que acá el que se compro un puto ferrari sos vos verdad?
- No me refiero a plata, me refiero a un favorsito

Dipper se lo pensó. No le gustaban los tratos, no confiaba en Bill, y menos aceptaría si no estaba aclarado en letra grande a qué se refería con "Favorsito"; ¿quien sabe que podría terminar haciendo por él? quiza le pediría matar a alguien, o lo venderia como esclavo a algún pais remoto.

- ¿Qué favor? - preguntó manteniendo el contacto visual, poniendose extrañamente firme, con los brazos cruzados y una ceja arqueada.
- Una cita - respondió confiado
-¿Solo eso? - cuestionó curioso
- Sip - respondió. - ¿Entonces? ¿Trato? - preguntó extendiendo la mano

En ese momento Dipper no sabía que ningún trato con Bill era realmente bueno y que probablemente esa era una de las peores deciciones de su vida, y si no era lo suficientemente cuidadoso, quizá era la ultima decisión que tomaría.

- Trato.

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