•CAPÍTULO 16•

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•CAPÍTULO 16•

ERRORES DEL PASADO

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El avión hizo su descenso y todo el grupo salió. Condujeron hasta el edificio donde se firmaría el tratado de paz, todos con los nervios a flote, preguntándose si todo saldría bien.

—Elisa quédate aquí —Charles le indicó una vez que se detuvieron.

—No me estás hablando en serio ¿no? —ella rio al principio, pero hizo silencio al ver la cara seria del telépata—. Por favor Charles, ¿ha que he venido entonces?

Charles suspiró. —Eres el plan de apoyo —murmuró.

La mirada de King se posó en todos los hombres, haciendo una cara rara, bufó al final entendiendo que nadie diría nada para defenderla, ¿cómo esperar algo más de hombres simplemente?

—Si vayan y hagan el trabajo como los hombres que son —dijo de mala manera.

No entendía para qué la habían ido a buscar si después de cuentas le pedirían que se quedara en el auto, era casi bastante tonto que haya viajado hasta allí.

—Elisa... —Hank trató de hablar.

Ella lo frenó, ya nadie iba a decir algo que arreglara las cosas, la habían dejado atrás, u escalón más abajo, como siempre pasaba con las mujeres.

Eran los hombres quienes debían hacer el trabajo sucio mientras ella se limitaba a quedarse en el fondo, viendo todo desde lejos, sólo porque ese no era el papel para el cual "había sido hecha".

—Vayan, vayan. Antes que me enfade más y juegue con sus mentes —murmuró la última parte bajo, pero todos allí pudieron escuchar—. Machistas.

Lo último si que no lo habían oído, al menos ella pensó que no. Charles lo había hecho y no le gustaba que ella pensara así. Lo hacía por su bien, aunque no lo entendiera en ese momento. Quería protegerla.

A ella no le gustaba tener que "recurrir" a su mutación, pero simplemente estaba enojada en ese momento. Ahora diría cualquier cosa para tratar de defenderse. Nadie volvió a decir nada y los cuatro hombres entraron al edificio.

Ella volvió a suspirar mientras veía como ellos entraban.

Caminó hacia donde estaban las personas esperando afuera, periodistas en su casi totalidad rogando porque todo saliera bien y pudieran tener imágenes o entrevistas exclusivas con cualquier persona que de allí saliera.

Todos estaban nerviosos, se podía sentir en el ambiente preocupado, ambiente en el cual todos hablaban de prisa, buscando poder conocer más de lo que pasaría, aunque de momento nadie estaba sabiendo nada.

Los minutos pasaban y el pie golpeteaba suavemente el piso, teniendo un estado de nerviosismo bastante alto que no podía evitar. No le preocupaba lo mismo que los demás, ella quería saber si sus amigos y conocidos, debido a que Erik no era su amigo, estarían bien entrando a la boca del lobo.

A Hank y hasta a Logan podía considerarlos amigos, aunque al último no lo conociera, al parecer él si la conocía y su intuición le decía que serían amigos al final. Por otro lado, también estaba Charles. No quería considerarlo en la misma categoría que Erik de "gente que no me importa si lo parte un rayo", pero tampoco le gustaba llamarlo amigo.

Desde que aparecieron nuevamente la relación con Charles había cambiado, ella podía notarlo. La forma en la que él le hablaba, como siempre miraba sus ojos teniendo un contacto visual bastante intenso y la manera suave con que le había tratado.

No se estaba imponiendo, como una autoridad, más bien era una persona preocupada y ella era su preocupación. Esas ideas rondaban la mente de Elisa mientras los minutos pasaban y pasaban.

De pronto, sin saber muy bien cómo, algo o más bien alguien, salió disparado de la ventana causando un ruido estruendoso. Esa cosa azul cayó al suelo con dificultad. Ella se abrió paso entre la gente de inmediato y sólo para notar que aquello a lo que llamó "cosa" era una mujer.

Volando salió Erik también, cosa que a primera vista le pareció súper extraño, pero todos debían admitir que se veía genial y súper cool haciendo aquello, sin embargo, cuando lo pensaba bien era algo muy imprudente por parte de Erik, haciéndose ver entre los no mutantes utilizando su mutación.

Mientras las personas corrían lejos o quedaban parados en shock ella seguía tratando de acercarse a ellos. Sabía que las cosas no estaban funcionando de la manera que esperaban. Erik comenzó a arrastrar a la chica azul quien chillaba de dolor.

—¡Erik! —gritó Elisa una vez que estaba bastante cerca—. ¡Erik basta! —siguió intentando una vez que estuvo más cerca aún.

Llevó dos de sus dedos a la sien dispuesta a controlarle, pero otra persona de color azul salió de la ventana y corrió derribando a Erik. Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas.

—¿Hank? —preguntó confusa al ver a 'bestia' ahí.

Él derribó a Erik y lo llevó a la fuente, lo estaba ahogando. Eso impactó más aún a Elisa quien se disponía de ir hacia allí hasta que vio a la chica azul levantarse.

—¡Alto! ¿quién eres? —preguntó mirándola.

La chica la miró con cara de pocos amigos.

—¿Quién eres tú? —ella habló a la defensiva.

Elisa no pudo evitar entrar a su mente, la situación lo ameritaba y más aún con todo lo que había pasado.

—Raven, tu eres la amiga de Charles. ¿a ti te buscan? —murmuró.

—No entres a mi mente, sea quien seas —hablo molesta—. Yo en tu lugar dejaría de preocuparse por mi e iría a tratar de que no mataran a Erik —señaló el revuelo donde Logan también se había sumado.

Ella le dio la espalda viendo el lío de los hombres en la fuente. Trató, inútilmente, de que ellos pararan sin tener que recurrir a nada, pero falló por lo que no le quedó más remedio que controlar sus mentes.

Nuevamente volteó esperando ver a Raven, pero ella ya no estaba. Para ser una chica herida de una bala se sigue moviéndose rápido, cosa que le sorprendió bastante a la otra chica.

Elisa no perdió más el tiempo en aquella mujer y fue con Hank, quien parecía necesitar más ayuda. Miró mal a Erik, sin poder evitarlo. Él le devolvió la mirada, sólo que sus ojos trasmitían otra cosa, parecía querer decir que lo lamentaba.

Sin embargo, le era imposible, a Elisa, creer eso, alguien como Erik es incapaz de sentir algo que no sea enojo y sed de venganza, mucho menos sentir empatía por los demás.

[...]

El viaje de vuelta fue mucho más tranquilo. Nadie decía nada. Todos estaban algo decepcionados debido al final que todo tuvo y bastantes molestos por todo el lío que allí hubo.

—Charles —King se acercó a él, sentándose frente a su asiento.

Él levantó un poco la mirada y pareció relajarse.

—Dime —él murmuro.

—¿Estás bien? —preguntó verdaderamente preocupada por el telépata.

Sabía que lo ocurrido podría ser algo difícil para todos. Más aún cuando ella se enteró de la amistad que Charles y Raven habían mantenido. Logan se levantó sin decir nada y fue al baño, Elisa agradeció internamente eso, ya que necesitaba un momento a solas con Charles.

—Sé que a ti no te puedo mentir Elisa, aunque no parezca, me conoces —ella asintió con una pequeña sonrisa a sus palabras.

Ella ignoró eso, no es que no quisiera darle importancia a aquello, es sólo que no era el momento de ponerse melosos.

—¿Entonces? —inquirió ella.

—Estoy mal —hace una sonrisa de lado—. Mi viejo mejor amigo vuelve a abandonarme —se refiere al hecho de que Erik los abandonó—. Raven, ella no es mi Raven, no es la niña con la que crecí Elisa. Ella no... —murmura y sus ojos se cristalizan.

Era difícil para Charles que dos de las personas más importantes en su vida sean una completa mierda, porque lo eran.

La chica no era ninguna santa y ella era la asesina a la que debían detener. Erik igual, no eran las personas que Charles conoció hace algún tiempo. Ellos habían cambiado, o quizá habían mostrado su verdadera naturaleza. Algo que él desconocía.

—Tranquilo Charles —Elisa toma su mano por encima de la mesa, acarició con su pulgar la áspera mano de Xavier, buscando así darle algo de apoyo.

Él niega. —La niña con la que crecí no era capaz de matar, ella, ella no es así —murmura con la voz quebrada.

—Charles, tranquilo —habla sintiendo una opresión en el pecho al verlo de ese modo—. Ella es libre de tomar sus propias decisiones. Malas decisiones, pero es lo que ella eligió, no es tarde para ayudarla aún —siguió acariciando la mano de Charles.

No le gustaba ver esta faceta en él. Quería ser fuerte y resistir, pero no podía no sentir empatía por él, se notaba desde mucho antes de llegar a Francia que él ya venía mal y sólo estaba empeorando otra vez.

—¿Tú te quedarás Elisa? Por favor —rogó en voz baja.

Nunca creyó llegar a ese punto. Pero estaba desesperado. No pudo ver antes lo que tenía delante y ahora que volvía a tener la oportunidad, no iba a dejar que el orgullo hiciera devuelta de las suyas.

—Fuiste tú quien nos alejó a todos —trató de que no se notara el tono de decepción en su voz.

El profesor si lo notó, eso le hizo sentir aún más culpable.

—Cometí un error creyendo que sería lo mejor —admite—. Elisa. Por favor, quédate conmigo —volvió a pedir. —Estoy tratando de redimir mis errores del pasado.

Quizá no era muy tarde para intentarlo. Él quería creer eso, creer en que todavía podía mantenerla cerca. Ella sentía una debilidad bastante grande en esos momentos. Sentía que debía permanecer con él, a pesar de que no se comportó de la mejor manera.

Todos tenemos nuestros errores y no está mal tenerlos, son un periodo de aprendizaje, lo importante es eso, que se pueda aprender de ellos para no volver a cometerlos. Ella ya sólo buscaba volver. Porque si, ella nunca se alejó de él, no completamente.

Ella siempre pensaba en todas las buenas personas que había conocido en la mansión. Ella culpaba a Charles por alejarlos a todos, pero no podía vivir con rencor. Aunque quisiera negarlo siempre pensaba en él. De una forma u otra sus pensamientos la engañaban y terminaba siendo prisionera de su propio corazón. Prisión que al parecer podría estar comandada por Charles Xavier.

Todo era como una tormenta, luego de la lluvia salía el sol y ahora este era ese momento de calma, en la cual ya todo lo malo pasó y se debían volver a reconstruir para la siguiente batalla.

Ambos se quedaron mirando fijamente, ella sin detener las suaves caricias que le daba y tanto confortaban a Charles. Seguían hasta que paró para poder de hablar tras un silencio.

—Me quedaré contigo hasta que las estrellas caigan y el sol deje de brillar. 

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