Amistoso Canadiense

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Las prácticas terminaban entre charlas animadas y algunas risas, Yuri podía ver desde la orilla de la pista como sus compañeros practicaban o simplemente se relajaban sobre el hielo; al verlos su sonrisa se volvía calida, de verdad le encantaba verlos sonreír de tal forma pues era consciente de la grata sensación que transmitía el hielo bajo los patines.

—Ey... —inclina el cuerpo sobre el hombro ajeno —pequeño cerdito... —sonríe entre su susurro.

Jean Jaque Leroy, uno de los competidores más fuertes en el hielo y un poco fuera de él. Yuri podía saberlo sin la necesidad de volver la mirada porque ese sujeto había tomado las manías del mejor amigo de Víctor, siendo muy... Mano larga. En ese preciso momento Leroy le rodeaba el hombro y muy disimuladamente seguía toqueteando el trasero ajeno y manteniendo su barbilla sobre el hombro de Yuri.

— ¿Vas a practicar? —cuestionaba sonriente.

—Si... —desvía la mirada con vergüenza —en un rato... ¿Podrías... —vuelve la mirada —dejar de tocarme?

— ¿Um? —finge desconocimiento — ¡Oh! —aparta la mano recargado su cuerpo al lado del chico —lo lamento, creo que no me di cuenta.

—Si, lo imagino —intenta sonreír con calma.

Yuri estaba consciente que desde hace algún tiempo Leroy estaba teniendo problemas con su actual pareja; Yura se lo había dicho con mucha burla apenas se enteró; pero la gracia se terminó cuando la forma de Jean para salir de esa mala racha comenzó a ser volverse muy cercano a sus compañeros y bromear todo el tiempo. Yura huía de él apenas lo veía en algún lugar, y gracias a Otabek el chico rubio mantenía su rabia en lo mínimo y solo había intentando ir en contra de Jean cinco veces desde que ese lío inicio. Ya habían pasado cinco meses y para sus ojos... El chico a su lado parecía un poco menos deprimido, aún cuando todos lo evitaban.

— ¿Estarás libre más tarde Jean?

— ¿Um? —eleva la mirada sorprendido para después ver al japonés de frente — ¿Que dijiste?

—Que... —desvía la mirada tratando de mantener su sonrisa —Que si está tarde estarás libre...

—S... Sí, claro sí. —sonríe entusiasmado — ¿Qué tenías planeado?

—Um... Nada muy especial —aprieta sus brazos sobre la baranda —solo ir a tomar algo, quizá ver una película en el cine —vuelve la mirada al hombre a su lado — ¿Qué te parece Jean?

— ¡Sí claro! ¡Claro que sí!

Sin previo aviso el Canadiense lo rodeaba por sobre los hombros en un fuerte y eufórico abrazo que atrae la mirada de todos a su alrededor.

—Um, Jean... —sujeta la sudadera del contrario — ¿Podrías...?

— ¡Oh, sí claro! —aparta rápidamente su cuerpo —Lo lamento Yuri, —frota su nuca —siempre olvidó eso de los japoneses y su reservada forma de ser.

Sorprendido solo niega mostrando una leve sonrisa —No hay problema. —eleva la mirada —Entonces... Nos vemos más tarde frente al hotel.

— ¡Si, sí, claro que sí!

El hombre salía con el entusiasmado se un niño que está por recibir su tan deseado regalo, y aunque eso parece adorable para el japonés... Yura es un asunto diferente. Saliendo entre jalones a la mano de su compañero Kazajo, se muestran delante de Yuri, Otabek saluda con calma mientras el pequeño rubio muestra un claro desagrado en su mirada.

— ¿Qué demonios le dijiste para que se vea tan feliz?

—Nada muy importante, le invité a salir conmigo más tarde... —rasca su mentón con algo de vergüenza —Tomar algo o ir al cine...

— ¿Y eso lo hizo feliz? —cruza los brazos con burla —Bueno... Es verdad que no salía con nadie más que con su prometida —rie —aun así... —cubre su sonrisa —salir con el Katsudon haciendo tan feliz a alguien.

—Yuri —reprende el Kazajo.

El rubio exhala un suspiro de molestia y simplemente eleva la palma sin importancia tomando camino al hielo mientras argumenta que si aquello mantenía al Canadiense alejado todo estaría perfecto por él. Otabek suspira y simplemente se despide agitando la mano para seguir al rubio.

Para nada estaba en sus planes invitar a aquel hombre a una... Casi cita, pero no pensaba decepcionarlo en aquella salida. Al llegar la tarde el japonés tenía un pantalón de tela color gris y una playera azul algo colorida además de una chaqueta de tela un tono más obscuro que el pantalón, no era un experto en moda, pero pensaba haber hecho bien su trabajo. Aún que al verlo llegar podía dudarlo, quizá era más el tipo que la ropa, pero a Leroy le quedaba muy bien cualquier tipo de ropa, ese día llevaba una sudadera roja con capucha, una chamarra sobre la cintura color negro y un pantalón blanco... A donde fuera parecía un modelo.

— ¡Oye Jean!

El chico volvió la mirada mostrando su entusiasmo — ¡Yuri!

Lo que se esperaba a continuación era un fuerte abrazo y que posiblemente lo levantará en un abrazo, pero... Por el contrario el canadiense llegó pasando la mano sobre su cabello entre el alisarlo mientras le dedicaba una amplia sonrisa.

—Lamento llegar tarde —expresaba con pena sujetando su nuca —Es que no me decidía por la ropa qué podría utilizar.

— ¿De verdad? —analiza su estilizada vestimenta —Luces muy bien a mi parecer.

— ¿Lo crees así? —levanta el brazo analizando su ropa —Bueno... Creo que pude haberlo hecho mejor. —sonriendo eleva la mirada —Tú luces encantador.

—Oh... —baja la mirada avergonzado —Muchas gracias Jean, um... —analiza las calles —Yo no conozco mucho la ciudad así que...

— ¡Claro! Yo te guío. Conozco un lugar excelente que podría gustarte, aunque debo advertirte que son un poco ruidoso ahí.

—No esperaría menor de ti —sonríe.

Tomando esas palabras como un cumplido, Leroy tomo al japonés por la muñeca comenzando a guiarlo con entusiasmo, en el camino algunas chicas los detenían, en más cantidad para pedir el autógrafo de Jean que el de Yuri. Al llegar al lugar los dueños dejaron de hacer lo que hacían para encaminarse hasta Jean y poder abrazarlo con entusiasmo, y apenas terminaron su caluroso saludo observaron al chico que llevaba a su lado.

— ¿Quién es tu amigo?

—Yuri Katsuki, de la competencia de este año —sonríe tomando la mano del japonés —mi cita de este día —muestra los incisivos junto a sus manos unidas.

En lugar de espantarse por tal nombramiento Yuri sonríe y da una leve reverencia sin buscar apartar la mano y dándole la razón a Jean.

—Mucho gusto, agradezco que nos reciban.

Todos se miran sorprendidos por la buena o extremadamente buena educación de aquel chico.

—Oh... Japonés ¿Cierto? —asiente para si mismo —no te preocupes chico, cualquier amigo de Jean es amigo nuestro así que... —observa a ambos —pasen, están en su casa.

—En un segundo les llevo nuestros mejores platillo, te aseguro que te gustan pequeño Yuri.

—Estare esperando con entusiasmo.

La mujer sonríe encantada por la ternura de aquel muchacho y todos pueden mirar como Jean lo toma de la cintura baja para guiarlo a su mesa mientras el japonés le habla de lo lindo y colorido que era aquel lugar.

— ¿De dónde los conoces? ¿Quizá eres un habitual de este lugar?

Sonriendo toma asiento a su lado —Son amigos de mis padres, se mudaron hace no mucho tiempo y abrieron su negocio aquí... Te seguro que te gustará la comida de aquí.

—Puedo creer lo que me digas, Jj no miente —eleva el índice y pulgar haciendo la característica pose del patinador frente a él.

Ante tal expresión Jean se sonroja con sorpresa y al segundo comienza a reír, por primera vez la vergüenza parecía atontarlo en gran medida; Yuri lo miraba con sorpresa y simplemente se inclinaba buscando mirar aquel rostro sonrojado. Al llegar la comida Jj no perdió la oportunidad de recuperarse frente a ese chico y rápidamente comenzó a hablarle de los platillos dándole un poco de comer en la boca, cosa que Yuri permitía sin mayor problema mirando aquel entusiasmo que hacía tiempo ese chico había perdido.

Su cita decidió tener continuación en el zoológico en lugar del cine, Jj no perdía el momento para estar en el cuadro de visón del japonés y hablar; y aún con la incesante charla Yuri se mostraba encantando y reía cada tanto atrapando la mirada de aquel muchacho. Para cuando la cita pintaba dar un final Jj se mostraba algo inquieto, Yuri se detuvo frente a su hotel e inclinando la mirada lo comenzó a mirar.

— ¿Ocurre algo?

—No, solo... —sonríe nerviosamente sujetando su nuca —Um... Fue divertido ¿No lo crees?

Sonriendo avanza hasta estar de frente a él —De verdad lo disfruté Jean. Espero que tú también lo hayas disfrutado y hayas... Olvidado tus problemas un segundo.

Problemas, fue un ataque sorpresa que lo tomo totalmente desprevenido. Parpadeando comenzó a agachar la mirada y fruncir un poco los labios, parecía ser un problema muy serio si aquel chico se comportaba así. Pero Jean inhaló profundo mirando las manos algo rojas delante de él, suavemente una sonrisa se dibujo en su rostro y estiró su mano para tocar la mano del japonés con mucha delicadeza deslizando sus dedos sobre el dorso y luego introduciéndolos en la palma; Yuri se estremeció sintiendo como sus manos se unían.

—Um... Me gustó de verdad. —sube la mirada —Quizá podríamos salir alguna otra vez.

Entre su nerviosismo asiente —O patinar juntos sobre el Hielo...

Notando una suave evasiva el rostro de Jean perdía aquel brillo de confianza.

— ¿No quieres volver a salir conmigo?

— ¿Qué? —niega insistentemente con la cabeza — ¡No es eso! Me gustó salir contigo Jean, pero... ¿Cómo decirlo? Soy... Una persona más de interiores, me siento más libre en la pista que en cualquier otro lugar... Además creo que sería increíble practicar contigo si eso no te molesta.

La sorpresa lo invade y la sonrisa de su rostro crece con prisa — ¡Me encantaría!

—Entonces es...

— ¡Una cita! Mañana a eso de... La uno en la pista de práctica.

—Muy bien —sonríe inclinado el rostro a la derecha.

Al sentir como aquel chico liberaba su mano Jean avanzó con decisión besando la boca contraria como un niño pequeño, de manera rápida y únicamente tocando sus labios, para al segundo huir en una carrera veloz. Yuri estaba aturdido por ese movimiento y simplemente tocaba con las yemas de sus dedos el lugar que había sido besado mientras una suave sonrisa pintaba su rostro; los extranjeros eran muy cariñosos.

Al llegar la hora Yuri llegó casi preparado, pero frente a él podía ver a Jean con la mirada sobre la pista mientras tamborileaba con insistencia en el borde de la barra protectora, el chico parecía inquieto y tenía cubierta su boca.

—Jean.

Aquella voz lo estremeció y al segundo enderezó su cuerpo para centrar su atención en aquel hombre sonriente. Se acercó y agachando la mirada decidió acercar su mano a la contraria tomándola para después encontrarse con el rostro tranquilo del japonés.

—Que bueno que viniste.

—Bueno, quedamos en esto, no podía faltar, aunque... Creo que llegaste un poco antes —sonríe —solo déjame ponerme los patines y podemos iniciar. —avanza a una banca — ¿Ya has entrado a calentar?

—No. Te esperaba para hacer el calentamiento juntos.

—Muy bien —rie entre su asentir —Entonces hagamos un buen trabajo hoy Jean.

Al entrar a la pista ambos comenzaron a dar vueltas de calentamiento entre una charla tranquila que iniciaba Yuri sobre la comida que habían tenido el día anterior, Jean le seguía el paso con calma y no perdía la oportunidad de tomar su mano o tocarlo por la cintura cuando podía, hasta lo rodeaba en cada deslizamiento que el Japonés hacia.

Fuera del Hielo Yuri Plisetsky admiraba la escena de aquellos dos junto a su inseparable amigo Otabek.

—Bueno... Parece un ave loca dando vueltas para comer un cerdo.

Sonríe con gracia —Pues... A mí me recuerda al rito de apareamiento de las aves.

Yuri se detuvo pensativo analizando la escena delante de él mientras aquellos dos se detenían sujetándose las manos; al segundo comenzaban a patinar siguiendo una coreografía de pareja que se había estrenado en años cercanos y había sido muy reconocida, Jean deslizaba la mano por la cintura de aquel chico y no apartaba su mirada del rostro ajeno que parecía entregado al hielo.

Entre levantamientos y deslices, aquel encuentro dio final con ambos jadeantes uniendo sus frentes en un descanso, sus risas fluyeron y de pronto se vieron alejados por Yura quién los empujó por el pecho hacia lados contrarios para luego detenerse frente al japonés enfrentando a Jean.

— ¡No se te ocurra jugar con el cerdo! ¡No pensé que fueras esa clase de tipo! Isabella y tú siguen saliendo ¿No es así?

—O... Oye Yuri ¿De qué hablas? Jean y yo solamente estábamos practicando, no necesitas.

— ¡Eres un despistado! —expresa con enfado volviendo la mirada al frente — ¡No hagas idioteces si sigues comprometido!

—Ella me dejó...

— ¿¡Qué!? —rodea su oído en un intento de escuchar —No te escucho jugador de primera.

— ¡Que ella me dejó!

El silencio se hizo del hielo, y apenas Jean intentaba huir Yuri salió detrás de él a toda prisa dejando que Otabek se hiciera cargo del chico en el hielo. Quitándose los patines siguió al canadiense hasta los vestidores y al verlo cubrir su rostro sollozante se inclinó sobre él sujetando sus hombros con cariño.

—Venga, cálmate un poco Jean, todo estará bien... Seguro Isabella...

— ¿Quieres saber la razón por la cual me terminó?

—No es algo que me incumba, pero si tú sientes que debes decirme...

—Dijo que ya no parecía que yo sintiera lo mismo por ella, que... Mis ojos observaban en otra dirección.

— ¿Y es verdad? ¿Te has enamorado de alguien más?

—No lo había hecho, solo... Estaba preocupado por el siguiente paso en la competencia, más bien creo que ella perdió el interés en mí, pero... —vuelve la mirada.

Al verlo con lágrimas sobre sus mejillas Yuri tomo su manga sobre la palma de su mano y suavemente comenzó a quitar aquellas lágrimas entre el acariciar del rostro de aquel chico.

— ¿Crees que podría intentarlo?

— ¿Intentar qué?

Jean recobró la compostura y suavemente tomo aquella mejilla entre su palma mientras sostenía al hombre por la cintura. La sorpresa invadía al japonés, pero... Además de no saber cómo actuar se encontraba indeciso por la pena que aquel hombre le causaba. Los labios de Yuri se abrieron suavemente dejando que la fricción hiciera un beso un poco más profundo; Jean no dejó escapar la oportunidad y suavemente comenzó a deslizar su mano hacia la espalda baja de aquel chico logrando hacerlo estremecer mientras el demás trabajo lo hacía con la boca. Al separarse el japonés respiraba de forma agitada y totalmente sorprendido solo cubría sus labios.

—Eres muy bueno... Besando Jean.

Con una sonrisa toma la mano ajena. Yuri observa su unión y al segundo sube la mirada a los ojos contrarios.

— ¿Quieres salir conmigo?

— ¿He?

—Oh... ¿No me besaste por eso? —sujeta su nuca con nerviosismo —Yo pensé que...

— ¡No... Es que...! —agacha la mirada con vergüenza —estabas tan triste que yo...

—Si... Esta bien, lo comprendo, eres muy de ese modo.

—Pero Jean... Salir contigo... No lo sé, yo jamás me había cuestionado algo tan... Complicado, somos de distintos países y nuestras culturas son completamente distintas y...

—Si tú aceptas yo haré lo necesario para poder verte, iré a Japón, aprenderé tu cultura y voy a comportarme de la manera que tú creas correcta.

El chico bajó la mirada y entre su pensar comenzó a percatarse de la desesperación en la mirada de aquel hombre, no quería jugar con él, sinceramente no tenía un sentimiento concreto sobre él.

—Podríamos intentar salir si eso te parece bien.

— ¡Me parece perfecto! Yo quiero intentarlo —toma ambas manos del japonés —De verdad quiero intentarlo.

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