Atrapando a un Alfa estúpido

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Hablando de un idiota.

Zoro es... Un imbécil, posiblemente hasta más imbécil que yo.

Jamás he sido alguien que juzgue, aunque puedo llegar a ser un poco superficial con mis conquistas, y aún así, desde el día que decidí mudarme a la ciudad le dejé muy en claro a mi estúpido compañero de apartamento, mi gusto por salir y tener sexo con ambos sexos, eso... Jamás le molestó a él, al menos no lo hacía si yo le permitía meter a sus conquistas de una noche al lugar. No me rehuse debido a que el tipo es fuerte y puede sacar a cualquier persona peligrosa que le complazca, lo mismo por mi parte, y además... En un principio no me importaba lo que él hiciera con esas personas.

—Entonces Zoro, Luffy me dijo que te llevara conmigo para cerrar el trato... —golpeteo la mesa con mi índice — ¿Paso por ti?

— ¿Dijiste... —eleva la mirada del televisor —que era en un restaurante de lujo?

—Sí, Luffy y Nami no pueden asistir porque surgió un problema en uno de nuestros centros de noche y se tienen que encargar de un tipo problemático...

Vuelve la mirada analizando mis palabras —Lo normal es que nosotros nos encarguemos de los tipos problemáticos y ellos...

—Ya lo sé, —exhalo un exasperado suspiro entre el sujetar de mi frente —Es lo que le dije.

— ¿Y?...

—Ella dijo que era un conocido de ella y quería hacerse cargo directamente, así que nosotros tenemos que ir a cerrar el maldito trato.

Suspirando vuelve la mirada al televisor —Ve por mi cuando acabe mi turno.

—Siete ¿Cierto?

—Si... —cruza los brazos — ¿Ya te vas a trabajar?

—Si —ajusto mi ropa —estoy probando a crear un nuevo platillo y tenemos que poner unos a prueba hoy para ver si tendrán éxito.

—Luego voy para poder probarlo.

Con una leve risa decido salir del apartamento al saber que ni siquiera me está mirando, pero es sincero. Salgo cerrando la puerta detrás de mí y simplemente observó la madera con algo de enfado.

Llevamos tres años y medio compartiendo este apartamento, tres años y medio del mismo trato sobre nuestras compañías sexuales... Pero solo bastó un año para que dejará de ver a Zoro como un simple idiota sin sentido de orientación y comenzará a verlo como una posible conquista, quizá... Porqué durante aquel primer año me vino el celo de forma irregular por una extraña razón aún desconocida, él estuvo ahí para apoyarme, me contuvo y me consiguió un supresor para calmar mi celo... Ni siquiera intentó tocarme aún cuando es un estúpido alfa.

—Disculpa jovencito. —sonríe señalando el asiento — ¿Podrías por favor dejarme tu lugar un momento? Necesito estar de pie por tres parada, solo... Déjame descansar hasta la primera parada por favor, enseguida te regreso el asiento.

—Oh, —niego levántandome —por dios, no sé preocupe señora, tome el asiento. Yo me bajó casi enseguida, además soy joven y tengo piernas fuertes.

Ante mi sonrisa la señora comienza a reír y poco a poco entabla una conversación comigo diciendo, más que nada, halagos sobre mi persona. Pasadas las tres paradas la señora me pide disculpas y luego de apretar mi mejilla se baja del bus con mi ayuda. Aún me faltan dos paradas más para llegar a mi trabajo.

Zoro es un idiota, brusco e imbécil, aun así... Él siempre ha sabido ganarse a las personas, y es por esa misma razón que sus conquistas se vuelven regulares y se turnan a lo largo de las semanas para llegar hasta su cama. El maldito es atractivo, tiene un físico envidiable que en lo personal me enciende bastante...

Recargando el codo en el borde del cristal me percató de la estúpida sonrisa se crece en mi rostro al pensar en su cuerpo, y solo puedo retenerme exhalando un suspiro para volver la vista al frente.

—Oye.

Mi mirada vuelve hacia un tiempo con una complexión similar a la suya, y mi sonrisa vuelve a crecer junto a todo mi interés.

—Si. ¿Qué ocurre?

—Disculpa la pregunta, pero... ¿Eres un Omega?

— ¿Se nota demasiado? —jugueteo jalando la solapa de mi saco entre mi risa —Lo soy. ¿Estás interesado o...

—Um... —cubre su nariz —Si, pero... Más importante, hueles un poco.

— ¿Hu? —olfateo mi manga y hombro — ¿De verdad? Aún falta para que llegué mi celo... —suspiro —y creo que... —busco en mi saco —si, no traje supresores ni pastillas.

—Entonces... ¿Vamos a algún lugar?

Mi mirada sube a su rostro, tiene una barba de candado y aunque su cuerpo es similar al de Zoro... Tiene mucho más bello que él, el tipo no está mal, pero... No es del todo mi tipo, además... Luce demasiado bueno para ser cierto.

—Lo lamento. —saco un papel y un lapicero —Te pasaré mi número de contacto, es que hoy no puedo. Tengo mucho trabajo este día así que simplemente me tendré que quedar con las ganas de algo tan... —observo su entrepierna —interesante como lo que tienes ahí.

Él sonríe con vergüenza —Entonces... ¿Quieres ayuda para llegar a una farmacia o estarás bien?

—No te preocupes mucho, puedo con el inicio del celo a la perfección. Pero me falta una parada más y si eso te deja más tranquilo puedes tomar asiento a mi lado y platicarme un poco de la forma en que te gusta... —finjo sostener un pene cerca de mi lengua —el sexo.

—Oh... —toma asiento —eso me haría tener una gran erección.

Mi jugueteo da inicio y tomo su mano para dejarla descansar sobre mis muslos, él se estremece de una forma interesante menté tierna, y nuestros susurros obscenos dan inicio.

Al llegar a mi parada avisó en mi trabajo para que alguien vaya a buscarme unas pastillas mientras yo inicio con la preparación de la comida. En fin, si, el idiota de Zoro me atrae y sinceramente tengo muchas ganas de que me tomé contra la pared y me meta su gran espada por el trasero... Aunque no se lo he dicho.

—Disculpe, para la entrada...

—Ha, si... Déjame tu libreta.

—Claro Sanji San.

No, si se lo he dicho. Se lo propuse una vez cuando estábamos realmente ebrios, pero él... El maldito me rechazo totalmente, me dijo que era imposible porque no quería nada que ver con un colega del trabajo y peor aún, con un compañero de piso; supongo que el hecho de que ese tipo idiota me rechazará me hizo tener mucho más interés en él, jamás ningún hombre me ha rechazado por más heterosexuales que se digan ser. Pero el maldito idiota de Zoro...

—Aquí tienes, también... Él décimo cliente tendrá el platillo nuevo en su mesa, será solamente cinco personas.

— ¡Muy bien! ¡Prepararemos todo en el frente! ¡Oh y...! Si se siente mal no dude en decirnos para que lo cubramos.

Él realmente me interesa, podemos ser muy idiotas con el otro cuando estamos enfrente de nuestros amigos, pero sorpresivamente somos algo similares... Él comprende mis gustos y yo comprendo sus gustos, en el apartamento el aire que fluye entre nosotros es tan distinto al normal que me vuelve algo loco...

— ¡Ugh! —sostengo mi vientre.

Él maldito de verdad me interesa, yo... Creo que estoy enamorado de él.

— ¡Tengo las pastillas! —eleva la caja llegando con prisa.

—Genial, has llegado justo a tiempo.

Cómo sea. De verdad quiero acostarme con él.

[Un mes después]

Una decisión estúpida, eso es lo que tomaré, una maldita desición totalmente estúpida.

— ¡Zoro! ¡Zoro necesito que hagas algo por mi!

Ha ocurrido algo extraño, mi celo inicio el mes pasado, a mitad de él. Pero no se ha detenido. No sé que es lo que está ocurriendo y Zoro ha estado muy al pendiente de mi, los chicos han venido a verme, un doctor ha venido a revisarme... Y nada.

— ¿Ocurre algo malo Sanji? ¿Te duele en algún lugar? ¿Necesito entrar? ¿Estás bien?

—No lo estoy... ¡Ugh! Duele... Duele demasiado...

—Um... ¿Quieres que llame al doctor? Ya has... Intentado suprimirlo naturalmente y... No hay resultados... Aún si yo lo intentará...

He metido a varios tipos y mujeres aquí, pero nada ha salido de ello, mi cuerpo está insaciable y simplemente sigue doliendo, me siento... Me siento inquieto, tengo esta horrible presión en el vientre y mi agujero está inquieto... Los dedos no sirven, los juguetes no sirven, la gente no sirve... Me estoy volviendo loco...

— ¡Zoro!

Ruego entre mi desespero mientras me arrastro en la cama con dirección a la puerta. No he comido, apenas y he logrado tomar agua... En todo esté tiempo lo único que he sentido es el calor y la ansiedad que me consumen por pararlo. La puerta se abre de golpe y ante mí, Zoro frunce el ceño mirando el desastre de mi habitación... Debe estar completamente asqueroso por toda aquella gente que vino y no logro nada. Su mirada viaja por el lugar y termina sobre mí mientras traga grueso, de un momento a otro se quita la camisa y me siento aliviado por un segundo.

—El doctor dijo... Qué marcarte podría ser la salida... —desvía la mirada —Pero es...

—El collar... —apunto el suelo —esta ahí... Solo... Solo hazlo... Ponlo y hazlo.

Entre un gruñido toma el collar y por un breve momento veo como sus ojos se encienden, creo que se ha activado su celo... Sus manos vienen a mi cuello mientras me recuesta de forma brusca y me coloca el collar al mismo tiempo. Yo jadeo de forma pesada sin control alguno de mi cuerpo... Apenas y puedo escuchar el tintineo de su hebilla al ser soltada.

—Sanji.

Sujeta mis mejillas con una palma. Estoy en lo correcto, él... Se activo su celo. Entre sus jadeos se inclina sobre mi cuerpo, su rostro se acerca y mis labios hormiguean deseosos de probar los suyo, pero...

—Esto va a terminar pronto, solo piensa que... Que esto terminará pronto... Todo va estar bien.

Él parece tan preocupado, pero mi cuerpo me hace incapaz de poder pensar con claridad cuando su miembro se adentra en mí. Su cuerpo se desliza sobre el mío, pierdo la cuenta de cuántas veces cambiamos de posición o cuántas veces es que lo hacemos... Solo recuerdo que cuándo él se vino... Un nudo nos atrapó. Recuerdo su jadeante respiración sobre mi hombro, sus labios, su piel que rozan contra mí... Sus manos rodeando mi pecho, atrayendome a él por los hombros.

[Dos semanas después]

Él doctor no tuvo explicación para lo que había pasado conmigo, ni el hecho de como terminó; ahora estoy metido en un trabajo del gobierno para obtener la más mínima información sobre lo que me ocurrió, entre el trabajo con Luffy y los chicos, el restaurante y lo del gobierno...

— ¿Ya llegas? —seca su cabello —Hoy me perdí de nuevo ya que no fuiste por mí.

—Ya te dije que lo siento —dejo mi saco en el descanso del sofá —esa cosa de los estudios es obligatorio, me mandaron un acta del gobierno y todo... —suspiro dejándome caer en el sofá —estoy agotado Zoro, solo quiero entrar a la cama de una vez.

—Mm... —pasa detrás del sofá —calentare la comida, come un poco antes de... También pondré la tina para que tomes un baño.

— ¿Tan mal huelo? —elevo el brazo olfateando mi ropa para después mirarlo —No te atrevas a decirme que es un nuevo celo o algo así porque ahora mismo me tiró por la ventana.

Él sonríe —No, solamente es para que duermas mejor, así descansas más.

—Bien... —descanso el cuello en el sofá y cerrando los ojos meneó la mano sin importancia —gracias.

Lo único bueno que salió de aquel celo extraño, es que Zoro se preocupa más por mí, está tan al pendiente que es... Un poco tierno. Mi mirada viaja hacia la cocina donde él prepara todo para poder servirme de cenar, parece algo... Inquieto.

— ¿Estás bien Zoro?

—Um... —traga grueso —Yo compré algo que quiero utilices... Es solo por precaución —suspira acercándose entre el buscar en sus bolsillo —No lo tomes a mal.

Mi risa juguetona sale — ¿Qué... Un condón? Pero si ya jugamos con...

—Exacto.

En la mano que me extiende puedo ver una prueba de embarazo y la inquietud me llena por completo, es verdad que estaba tan desesperado por deshacerme del celo que ni siquiera pensé en... Sacudo mis ideas.

—No. Es imposible, Nami se encargo de que él doctor me pusiera un preservativo... —sujeto mi cabeza —la verdad ni siquiera lo escuché bien, y con todo lo que está pasando no he preguntado cuánto tiempo más puedo tenerlo...

Su mirada algo preocupada me analiza, yo hago lo mismo sobre su rostro y al segundo tomo la prueba de embarazo.

—Lo utilizaré por cualquier cosa, um... —vuelvo sobre mi saco —tambien llamaré a Nami para preguntarle.

—Bien. Iré a prepararte la ducha mientras la comida se calienta.

—Si, gracias.

Mi respiración se ha acelerado del miedo, pero... Sinceramente. Al volver la mirada atrás y verlo tan atento a mi estado... No puedo evitar pensar que sería lindo tener un hijo suyo, un pequeño... Zoro...

— ¿Sanji?

—Nami.

[Media semana después]

Un artefacto preservativo especial para Omegas con celo irregular, dura cinco semanas y ni siquiera te das cuenta de que está ahí... Me quitó un susto de encima, pero también me quitó la atención de Zoro que estaba sobre mí. Suspirando giro en mi cama admirando la habitación que semanas atrás estaba hecho un hueco asqueroso de sexo y desesperación. Y al pensarlo... Solo me viene él a la mente.

—Él ni siquiera se percata de lo mucho que le coqueteo... Me tiene bloqueado como posible sexo fácil, no estoy en su radar para nada más que... Golpear idiotas trabajando para Luffy y Nami.

Acostándome boca abajo dejo escapar un extenso suspiro. Estoy exhausto de todo, cansado del trabajo y cansado de los malditos estudios... Cansado de... No poder... Tenerlo. Sé que estoy siendo un estúpido, pero... No lo sé, creo que... De verdad quiero intentar algo a su lado, algo serio... Me molesta verlo con otras tipas.

—Oye —toca la puerta —traje alcohol. ¿Bebemos?

— ¿Hu? —giro boca arriba — ¿Hay algún asunto especial o algo asi?

La puerta se abre y por un momento se detiene sobre mí en la cama, puedo ver cómo traga grueso y al segundo eleva la bolsa de cerveza.

—Solo es beber por beber. Conseguí que Luffy nos diera la semana libre.

— ¿Semana libre? —acomodo mi cuerpo de costado — ¿Por qué?

—Sin razón. —vuelve la mirada hacia el exterior — ¿Vienes?

—Um... —suspiro para luego levantarme —Supongo que estará bien.

Él se marcha primero de mi habitación, y luego de dar una mirada alrededor decidí salir detrás suyo entre el rascar de mi cuello. Desde el posible embarazo Zoro ha estado algo raro conmigo, comenzó a alejarse más de la cuenta. Su mirada viene sobre mí y simplemente toma la botella de cerveza para entregarmela. Con mi asentir la tomo y me dejó caer a su lado en el sofá mirándolo comenzar a beber. Si las cosas siguen de este modo entre nosotros... Creo que Zoro se alejará completamente de mí.

En un suspiro cruzo mis piernas y me inclinó sobre el descanso del sofá entre mi beber. La televisión no esta encendida, no sé el porque de este beber en pareja y Zoro no es de hablar mucho durante la bebida así que... Creo que este es el momento adecuado para atacar. O abordar el tema.

—Sobre lo que ocurrió con el celo, sinceramente te lo agradezco mucho... No se detuvo de inmediato, pero dolió mucho menos después de que tú me ayudarás... Um, aunque no recuerdo mucho de eso, apenas y recuerdo que estabas ahí.

—Fue magnífico.

Sorprendido por sus palabras alejo la boquilla de mis labios para volver mi rostro hacia él. Tan tranquilo como... No, sus dedos juguetean entre si mientras sostiene la botella, él está nervioso.

— ¿De verdad lo fue? —sonrío levemente desviando la mirada —Vaya... Qué lástima no poder recordarlo.

—Quedamos anudados.

—Oh, eso claro que lo recuerdo... —bebo para después cubrir mi boca con mis nudillos —Es una... Sensación muy increíble, difícil de olvidar cuando estamos en celo...

Su mirada viene sobre mí — ¿Sabías que entre en celo?

—Pude verlo en tus ojos por un breve momento... Lamento eso.

—No. De verdad es una sensación increíble. Tienes razón.

Con mi asentir el silencio se instala nuevamente entre nosotros y simplemente vuelvo a desviar la mirada.

—Zoro, yo solo no quiero que las cosas se vuelvan raras entre nosotros por lo que ocurrió aquella vez, todo eso fue debido al celo así que no tienes que sentirte incómodo estando a mi lado... —sonrío mirándolo —sabes que eso no me molesta, puedo tener sexo con quién sea mientras me guste.

— ¿Yo te gustó?

— ¿He? —mantengo mi mirada sobre él — ¡Pero claro que sí, eres totalmente mi tipo! —palmeo su hombro —Eres muy atractivo, claro que sí eres mi tipo... Claro que me gustas.

De algún modo lo he dicho, aunque se puede malinterpretar lo he dicho y eso ya es un logro. Él sonríe y se muestra un poco más relajado subiendo su brazo al descanso del sofá mientras bebe.

—Quiero que lo hagamos otra vez.

[Meses después]

Sus palabras fueron claras después de aquello, me dijo que nuestros cuerpos encajaban de una manera increíble... A partir de entonces comenzamos a tener sexo cada que nos daba la gana, y era fantástico, él no estaba equivocado. ¡Nuestros cuerpos son increíbles juntos! Pero además de eso... Bueno, básicamente puedo comportarme más cercano a él y eso me vuelve un poco loco, parecemos una pareja... Pero únicamente estamos teniendo sexo.

—Sanji... —sonríe quitándose la mochila del hombro —Tengo ganas de hacerlo.

— ¿Um? —elevo la mirada de mi libro.

—Quiero que... —inclina el rostro sobre el mío —tengamos sexo esta noche.

—Oh. —asiento volviendo la mirada al libro —Um... Toma la cena mientras me ducho...

— ¿De verdad? —exhala un suspiro poniéndose en dirección a la cocina —Últimamente estás muy distante, parece que ni siquiera te importa aún cuando en la cama te muestras todo sonrojado y adorable.

Este idiota. Cerrando mi libro me pongo en dirección al baño mientras intento controlar la vergüenza que recorre mi cuerpo. Luego de unas semanas comencé a acercarme sin miedo ni límites, me subía a su regazo para llevarlo a la cama, se la chupaba por la mañana mientras dormía... No lo sé, iba cuando quería y él me aceptaba sin dudarlo, además de que también se acercaba, me abrazaba... A veces besaba mis mejillas o mi cuello... Era todo tan dulce y de pronto... Vino Nami para decirme que todo eso era una simple ilusión y yo no era nada para Zoro más que un simple acoston fácil y seguro.

Y ella tenía razón. Me adentro a la ducha sacándome la última prenda de encima. Ella tenía razón porque sinceramente no éramos lo que yo pensaba... O quería... Solo éramos un revolcón de una noche y ya, simplemente que se repetía varias veces... Aún ante los dulces besos, sus caricias, sus dulces palabras expresando lo lindo que me veía debajo suyo... Siempre he sido... Solo un acoston. Y estoy harto de eso.

—Sinceramente al demonio, haré la estupidez más estúpida que podría cometer en toda mi maldita y jodida vida.

Amarrarlo. Lo ataré a mí, y conozco la forma perfecta para hacerlo. Sea como sea Zoro es alguien de palabra, alguien fiel y sorpresivamente sincero. Tengo la forma de amarrarlo sin necesidad de que me muerda. Con lo despistado que es, esto saldrá a la perfección.

Saliendo de la ducha me dirijo a su habitación con nada más que una toalla en mi cintura, él sonríe al verme pasar y estira la mano para darme una nalgada a lo que pateo su espalda con brusquedad haciéndolo reír. Al entrar me colocó una de sus camisas abrochando los botones hasta el estómago y dejando mi pecho a la vista, mientras él está afuera yo me apresuro a buscar la caja de condones que tiene en el buró de noche y apenas tomo uno...

—Ey, ¿Ya preparando todo? Pensé que no tenías ganas, pero hasta estás un poco ansioso.

—No puedo negarlo —encogiendo los hombros muestro el condón —eres demasiado bueno para complacerme.

Él sonríe confiado en su calidad y simplemente toma su toalla sobre su hombro para salir con dirección a la ducha. Apenas él se marcha me apresuro a buscar una aguja. Sé que está mal lo que estoy haciendo, es egoísta, estúpido y controlador de mi parte... Pero quiero ser un imbécil por un segundo y hacerlo quedarse conmigo.

Al estar solo en su habitación puedo ver botellas de cerveza vacías, un lugar sucio y... Algunas fotos con los chicos y conmigo... La culpa me llena por un segundo y luego me tiró en su cama, observó sus espadas cruzadas en el marco de la pared y sonrío. Estoy jodidamente enamorado de un idiota, quizá algo obscesionado, puesto que estoy por cometer una idiotez que va en contra de su voluntad.

—Ey, ya estoy listo —peina su cabello hacia atrás — ¿Quieres comenzar?

— ¿Um? —observo su rostro —sí.

Él sonríe y se acerca con una dulzura que me llena el pecho; acaricia suavemente mi mejilla hasta llegar a mi cabello y ajustarlo detrás de mí oreja, su brazo roza mi pecho y su rostro se acerca al mío manteniendo la mirada sobre la mía.

—Pareces algo distraído, ¿Esta todo bien Sanji?

— ¿Um?

La inquietud me llena y rápidamente busco unir mis manos a su pecho para dirigirle una sonrisa confiada.

— ¿De que hablas?

— ¿Esta todo bien?

Una charla de almohada antes de... ¿Tener sexo? Ésto no es normal. ¿Qué sigue? Qué me bese sin resultados sexuales o alguna idiotez... Me quedo paralizado al sentir sus labios sobre los míos, se recuesta a mi lado y me hace acostar sobre su brazo mientras se mantiene con la mirada sobre mí. Nuevamente su mano me acaricia.

—Si estás distraído esto no será como siempre... —besa mi frente — ¿Esta todo bien? ¿Tienes algún problema en el trabajo o...?

—He... ¿Qué ocurre contigo? —aparto su mano —pensé que querías tener sexo Zoro... —tomo asiento en la cama —Hablar no me molesta, pero podemos hacerlo sin caricias ni tan... Cerca, es decir... —arreglo mi voz desviando la mirada —puedo hacerme ideas locas sobre nuestra relación si comenzamos a hacer cosas así.

Al volver la mirada puedo verlo mantener la seriedad de su rostro mientras analiza mi rostro; la sorpresa me invade y simplemente aparto la mirada para suspirar. Observo el condón roto en la mesa de noche y subo a horcajadas hasta posar mis manos en su pecho. Él me mira y sujeta mis muslos.

— ¿Puedo hacer los honores? —estiro la mano para tomar el...

—No, quiero hacerlo yo.

En un instante estoy debajo de él en la cama, su leve sonrisa aparte y sus labios vienen sobre los míos. Cierro los ojos y deslizó mis manos por sus hombros hasta rodear su cuello, puedo sentir como sonríe contra mis labios y luego... Luego siento sus nudillos rozando sobre la tela de su camisa, está desabrochando la camisa... Él frío cala por mi vientre y es retenido por el calor de su mano, sus caricias dan inicio mientras nuestras bocas danzan con lentitud y fuerza... Apretando mi cadera hace bajar sus labios sobre mi cuello hasta hacerme estremecer.

—Zoro...

Abro mis piernas dejando pasar su cuerpo; cubro mis labios mordiendo un poco de ellos deslizando mi mano por su cabello mientras su boca se centra en mis pezones, su lengua se desliza sobre mi piel y sus dientes se cierran sobre ella.

— ¡Mngh!

Su mano se cierra a mi miembro y cierro los ojos dejando que las sensaciones me llenen. Zoro desciende hasta tenerme en su boca y no puedo evitar elevar las caderas, él me sostiene.

Para cuando vuelvo a abrir mis ojos él está sobre mí viniendo a mi boca, veo su mano estirarse hacia el condón que deje afuera y al ver qué está por ponérselo...

— ¡Espera!... —trago grueso —Esta roto...

— ¿He?... —observa de cerca él preservativo —es cierto. —suspira inclinándose para abrir el cajón —Lo dejaste afuera ¿Para tirarlo?

—No, no me había dado cuenta. No... —suspiro —Zoro... ¿Qué me dirías si supieras que yo ya me he enamorado de ti? Qué me gustas, me gustas para una relación o una tontería de ese tipo... Qué... Qué pensaba hacer una idiotez para hacerte permanecer a mi lado.

Al subir la mirada lo veo analizar el condón, él me observa mostrándose un poco confundido con lo que he dicho y finalmente exhala un suspiro.

— ¿Estás bromeando? Pensabas dejarte embarazar para que yo me quedé a tu lado... ¿Estás loco? ¿Acaso sabes lo que es cuidar de una vida?

— ¡Si, lo sé, se que me confundí, me equivoqué! Fue una idiotez y lamento si quiera haberlo pensado... Lo siento, de verdad lo lamento.

El silencio es sofocante y él simplemente se levanta para observar su habitación mientras peina sus cabellos con inquietud.

— ¿Y si decidía no hacerme cargo de nada?

—Eres un idiota, pero no un imbécil. Sé que jamás harías algo así, porque aquella vez que pensaste que me había embarazado parecías muy dispuesto a cuidarme...

—Lo que ibas a hacer... —me mira de frente.

—Es horrible y estúpido, algo de total mal gusto...

—Es como si te mordiera sin tu consentimiento.

Inhaló profundamente para exhalar mi vergüenza al aire, él me observa directamente casi juzgandóme, y sé que está enojado aún cuando intenta mantener su rostro tan tranquilo como de costumbre.

—Ya sabía que yo te gustaba.

— ¿Qué?

—Sabía que yo te gustaba desde que estuviste en celo, cuándo estábamos en ello no parabas de repetir mi nombre y confesarte a mi... Te hice algunas preguntar y...

— ¿Qué? ¿Qué preguntas? ¿De que hablas?

—Me estabas pidiendo que te hiciera mi compañero, pensé que era por el celo, pero luego comenzaste a decirme que me querías... Qué quieras que yo siguiera abrazandote siempre... —niega —no supe cómo reaccionar a eso y simplemente dejé que mi celo se hiciera de mi cabeza, pero aún así jamás deje de pensar en tus palabras...

Su mirada desciende y él se acerca hasta poder tomar asiento en el borde de la cama. Nuestra miradas se encuentran.

—Lo habías intentado dejar claro desde antes ¿Cierto?

— ¿He?... Si yo... De vez en cuando... Si.

Rie sujetando su mentón —Um... Sabes que soy despistado.

—Si, yo... Yo lo sé. —cubro mi rostro —de verdad lo lamento. Lamento lo del condón.

—Bueno... En lugar de dejarte embarazado. —frota su nuca — ¿No preferirías que te marque?

— ¿Qué?

Rie subiendo la pierna a la cama —Ahora el despistado estás siendo tú. Estoy tratando de decir que... No estoy en desacuerdo sobre nosotros teniendo una relación más allá de solo sexo...

Mis ojos analizan al hombre delante de mí y luego me decido a pellizcar el dorso de mi mano para cerciorarme de que verdaderamente está ocurriendo lo que está delante de mí, y es verdad. Es verdad.

— ¿Por qué? Soy un idiota —mantengo mi cuerpo sobre mis rodillas — ¡Iba a hacerte algo tan ruin! ¿Por qué querrías?

—No lo sé... —dirige la mirada a la ventana —supongo que también eres atractivo para mí, puedo intentarlo y ya veremos qué pasa después.

— ¿Es enserio? ¿Era así de fácil...?

Dejó caer mi cuerpo sobre la cama y entre su risa lo veo seguirme. Su brazo pasa detrás de mí nuca. Nuevamente estamos recostados de frente al otro y su mano vuelve a acariciar mi rostro, yo cierro los ojos dejando que su mano me acaricie.

—De verdad lamento lo que iba a hacer Zoro.

—Hiciste que me detuviera antes de...

— ¿Y si no lo hubiera hecho?

—Yo me abría detenido... —señala por sobre su hombro —el lubricante se derramó por todo el mueble de noche, sabía que estaba roto... Simplemente quería ver lo que harías.

— ¿¡Estás bromeando idiota!? —pego mi rostro a su pecho luego de golpearlo —mierda... De verdad lo lamento.

—No hiciste nada malo, cambiaste de opinión sobre lo que ibas a hacer y eso es lo que cuenta.

—Oye... —elevo la mirada — ¿No tienes ganas de tener sexo?

—Tu erección se bajó, y... La verdad luego del baño dejé de estar caliente. ¿Podemos dormir? Estoy cansado.

Nuestros ojos se encuentra y en silencio le permito dormitar a mi lado. Él cae primero. Mi plan era atrapar a este estúpido Alfa, pero... Desde el inició él fue el primero en atraparme.

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