Ni de juego.

[Escuela Konoha, escalera hacia la azotea]

Exhalando un suspiro la chica de coletas aprieta la mandíbula y apunta acusatoriamente hacia el joven de corte tazón que se encontraba sentado en las escaleras.

— ¡Tú mocoso!

—Tenten, —menciona con calma llegando a su lado —No vas a solucionar nada gritándole de ese modo... —dirige la mirada hacia el chico delante de ambos —Lee... ¿Qué demonios está pasando contigo últimamente?

—Oye... —susurra enfadada empujando el costado del chico — ¿Por qué tú si puedes gritarle y yo no?

—No me grite Tenten, —susurra molesto —simplemente le estoy hablando bien.

—No, no es así, —cruzándose de brazos vuelve la vista sobre su compañero —pusiste esa voz de papá enfadado, lo estás regañando, le estás gritando.

—No lo estoy haciendo Tenten, —expresa enfadado —ya deja está pelea o él no va a tomarme enserio.

— ¿Solo a ti? ¿Y si yo quiero que me tomé enserio a mí?

Ante tal pelea el chico en las escaleras exhala un suspiro entre su levantar y sin decir nada pasa de ellos bajando por las escaleras, al terminar su mini pelea se percatan de la falta de aquel chico y rápidamente emprenden camino a su búsqueda.

—Por dios, para escapar a mis padres... —desciende de una de las vigas —bueno... —exhala un suspiro Sujetando su nuca —ya tengo suficiente en casa.

El chico toma asiento en el tercer escalón y luego de perderse un poco en la nada solo suspira para sacar una caja de metal y de ella unos cigarrillos, toma uno y cierra la caja para volver a guardarla en su bolsillo interior.

— ¿¡A dónde vas Neji!?

—Es Lee, podría estar escondido en algún lugar de techo.

— ¡Oye!

El chico de corte tazón brinca de inmediato subiendo a la misma viga en la cual se había escondido antes. Entre su cansancio, la chica detiene a su compañero por el brazo y lo hace volver la mirada hacia ella.

— ¿Acaso estás loco? La azotea es zona de los Subaku, no podemos ir ahí.

—Solo iré a ver... —explica con cansancio.

—No, Neji, serás todo lo bueno que quieras en artes marciales... Pero los Subaku son duros y crueles, no creo que Lee quiera iniciar una pelea con ellos.

El chico se detiene algo pensativo, al segundo rasca su mejilla y luego exhala un suspiro.

—Tienes razón, entonces... Gimnasio, pista de carreras, el Dojo...

—Pues vamos ya.

Al marcharse los chicos, Lee espera un poco analizando la zona antes de decidirse a bajar de nuevo; con todo despejado se pone el cigarrillo entre los labios y sujetandose a la barra deja caer todo su peso para columpiar su cuerpo y luego caer con perfecto porte al descanso de la escalera.

— ¿Por qué tienen que ser tan molestos?

El encendedor sale de su bolsillo y el cigarro es encendido, al segundo se acerca a las escaleras y luego de guardar el encendedor da una profunda calada al cigarrillo para después dejar salir el humo como todo un experto. Pero su paz en interrumpida por una risa burlona proveniente del descanso de arriba.

—Debe ser una broma... —pronuncia un voz ronca —Rock, el siempre alegre Lee...

Detrás del pequeño muro se muestra un chico pelirrojo de no tan alta estatura, el menor de los Subaku.

— ¿Gaara...?

—Wow... —sonríe levemente — ¿Tan cercanos somos?

—Mm... No —desvía la mirada.

—Bien, —desciende por las escaleras con las manos en los bolsillos —Rock el alegre Lee... —detiene su andar mirándolo directamente —fumando.

— ¿Te molesta? —cuestiona entre el desviar la mirada y seguir con su cigarrillo.

—No... Pero es interesante... —rie tomando asiento con las piernas abiertas —Rock el...

— ¡Deja de llamarme así!

Ante el entrecejo fruncido de aquel joven, el pelirrojo borra levemente su sonrisa sorprendido por tal cambio de actitud, pero finalmente ríe y recargando sus codos del escalón superior sigue mirándolo de arriba a abajo.

— ¿Estás bien?

—No es algo que te importe.

—Si, correcto... —gira la mano sin importancia desviando la mirada —Fumando y teniendo problemas con sus padres... Escapando de sus amigos... Faltando a clases... —sonríe divertido —un chico malo...

Sin poder evitarlo deja salir su risa, el chico frente a él se muestra enfadado, pero decide ignorarlo y solo seguir con su cigarro en un intento de terminar rápido con el para poder marcharse.

—No sé si lo sepas, pero el cigarro es malo para la salud... En especial para los pulmones, eso claramente afectaría tu entrenamiento en la pista y muchos otros deportes... Eres bueno en lo que haces, —sonríe con sinceridad —asi que... Creo que decepcionarías a tu amado sensei si te viera así... El profesor Guy de verdad estará deprimido.

El chico termina su cigarrillo y tira la colilla al suelo para después apagarla con la punta del zapato, al segundo saca una servilleta y levanta la evidencia guardando todo en una bolsa plástica de cerrado fácil.

—Wow, lo tienes todo planeado.

—Tengo que decir... —gira hacia el pelirrojo —que no tengo miedo a la idea de pelear contigo, qué... —se acerca mostrando una amplia sonrisa retadora —sinceramente quiero hacerlo.

—Un chico con agallas, eso eres tú —sonríe —me gusta.

El azabache da una inhalación profunda en busca de controlar su temperamento, y finalmente solo comienza a marcharse sin decir más.

—Deberías dejar ese estúpido vicio que solo te daña... Ahogarte en ejercicio es mejor, y es lo tuyo... Lee.

Al salir de las escaleras el chico tira las colillas en un cesto de basura y luego de verlo por un rato suspira con enfado para seguir su camino hacia su próxima clase.

[Una semana después]

—Lo digo enserio Neji, ésto me está preocupando.

En las ventanas del club de arte se encontraban ambos amigos mirando como el mejor atleta de la escuela estaba siendo reprendido por su profesor favorito en ese instante.

—A mi también... —suspira —algo no va bien con Lee.

—Puedo apostarlo... Pero él simplemente no quiere decirnos nada... Sé que suena a locura, pero... —toma asiento en una silla cercana —últimamente he captado un olor a cigarro de su parte.

—Lo sé, yo también.

—Es porque lo consume, —toca la puerta con sus nudillos — ¿Puedo pasar?

Ambos jóvenes se quedan helados al mirar a aquel chico pelirrojo sonreírles, era una locura verlo ahí... Hablando con ellos. Ante la nula respuesta Gaara jalo el saco del uniforme haciéndolo crujir, su cadena resonó en el aula y mientras analizaba su vestimenta desarreglada solo avanzaba rascando tras su oreja.

—Su amigo Rock Lee, fuma al menos cinco veces en la escuela, falta a la mayoría de clases y faltado al respeto a sus profesores últimamente... Lo he visto beber fuera de la escuela también.

— ¡Wow! ¿¡Qué!? —preocupada se levanta hacia el chico — ¿Beber, fumar? El tipo es atleta, todo eso es...

—Lo sé, la verdad se lo dije...

Al acercarse a la ventana el chico admira como aquel dulce joven que siempre gritaba con ánimos, ahora estaba... Peleando con su profesor favorito. La sorpresa no lleno su rostro, pero si la de los chicos a su lado.

— ¿Cinco? —cuestiona el chico.

—Si... Lo hace a lo largo del día mientras huye de ustedes dos y todos sus demás amigos.

— ¿Tienes pruebas de eso? —cruzada de brazos se mantiene a la defensiva con aquellas palabras —Lee jamás haría eso.

—Bien, pero... —sonríe divertido —tú misma te has percatado de ese tema, pero... Si lo que quieren son pruebas... —suspira alborotando sus cabellos con su mano —el estuche de cigarrillos está en el bolsillo interior del saco, el encendedor en el bolso delantero del pantalón y en el contenedor cercano a las escaleras hacia la azotea pueden encontrar colillas envueltas en servilleta.

Ambos se dieron una mirada y evitaron ponerse en contra de esas palabras que sabían eran ciertas. Con un suspiro ambos desviaron las miradas a lados contrarios, mientras Neji se sostenía del marco de la ventana Tenten tomaba asiento mirándose rendida con esa nueva información.

—No se sienta tan mal, al menos intentaron averigüar lo que le ocurría.

La chica observa al joven que los alienta aún con ese aspecto duro, y simplemente parpadea repetidas veces entre el bajar de su mirada.

—Gracias por decirnos todo eso que ni siquiera nos imaginábamos... ¿Por qué lo haces?

—Es... —sonríe —un secreto. ¿Qué planean hacer?

—Por el momento... —expresa el chico —quizá solo intentar hablar con él de nuevo, pero dudo que podamos lograr algo con lo mucho que se ha empeñado en ignorarnos.

—Quizá... Yo podría hacer algo.

El par de amigos se miran con duda — ¿Seguro? —cuestionan al únisono.

El chico sonríe y simplemente espera a que den la confirmación para llevar a cabo su plan.

[Tres días después, salida de la escuela]

—Una semana de expulsión y llamar a tus padres por lo de fumar, además de qué... No le has dicho nada a tu sensei.

Cerrando los ojos trata de controlarse, pero esa voz ronca se había vuelto insoportable en los últimos días.

— ¿Qué quieres Gaara?

—Hablar.

De un brinco baja de la barda en la cuál se encontraba descansando, hacía tiempo que había visto a aquel chico ahí sentado perdiendo el tiempo, pero Lee no pensaba que fuera a hablarle.

— ¿Cuál es tú problema conmigo? No dejas de molestar desde que me viste en las escaleras fumando, —apretando la mandíbula se contiene de empujar — ¿Ahora te creés la voz de la razón?

Sonríe burlón y niega —Para nada... —eleva la mirada fingiendo pensar —aunque podría serlo si quisiera, es decir, sin importar el como me vean y la reputación de mis hermanos y mi familia... La verdad es que soy muy inteligente, el primero en la clase aunque no asista a todas... No fumo, no bebo, no me meto estupideces ni tengo esa necesidad de probar droga...

— ¿Insinúas que me meto drogas? —sonríe molesto — ¿No fue suficiente hacer que mis amigos pensarán mal de mí?

—Yo no los hice pensar mal de ti Lee, tú los hiciste hacerlo... Hiciste que hasta yo pensará mal de ti.

— ¿Y a mí que me importa lo que tú... —empuja su pecho —piensas de mí?

El pelirrojo sonríe con gracia, y es entonces cuando el primer puñetazo termina en su rostro; sujetando su mejilla escupe la sangre de su labio roto para volver la mirada hacia aquel chico que...

— ¿Qué piensas que hacés Rock Lee? ¿Estás jugando? ¿¡Qué estás solucionando al hacer ésto!? —avanza firmemente tomándolo por la camisa — ¿¡Te sientes mejor!? ¿¡Quieres seguir golpeándome para sentirte menos mal contigo mismo!?

El siguiente golpe es lanzado, pero Gaara logra esquivar el puñetazo y sin dudarlo da una patada al costado de Lee que lo hace contraerse de dolor.

— ¿¡Qué es lo que pasó con el dulce y animado Lee!? ¿Qué es lo que pasó con ese chico soñador y completamente entregado a su meta!?

Lee se incorporó lleno de furia para seguir con un sin fin de golpes errados y detenidos por el joven pelirrojo que le seguía en la lucha; durante su encuentro ambos jóvenes retrocedían por la calle logrando, de pronto, empujar al contrario logrando que se golpeé mientras Gaara continua intentando obtener palabras de una boca que había permanecido en silencio por un buen tiempo.

— ¡Maldita sea, ya déjame golpearte!

— ¡Wow! ¿¡Han escuchado eso!? —esquiva a la derecha — ¡Rock el amoroso Lee ha dicho una palabra horrible!

Entre su burla Gaara termina cayendo al suelo, y Lee le sigue al errar el golpe  logrando caer sobre de él de ese modo. Al levantarse Lee toma al pelirrojo por la ropa con una sola mano, pero antes de poder golpearlo Gaara se incorpora y jalando al pelinegro logra besar aquellos labios.

Entre su confusión Lee se aparta cubriendo sus labios mientras Gaara deja ver la vergüenza pintarse sobre sus mejillas, ambas miradas se apartan.

— ¡Yo...! Lo siento...—expresa apenado —No tengo idea de qué ocurrió y...

Al volver la mirada Gaara se encuentra con un rostro lleno de sorpresa y confusión mezclada con asco, apretando los ojos decide marcharse cuanto antes del lugar.

[Tres semanas después, escaleras a la azotea]

Llegando a los últimos escalones detiene su andar algo apenado y simplemente toma asiento en aquel lugar dónde antes se escondía.

— ¿Vas a seguir evitando me? Sé que estás ahí... Fue difícil obtenerlo de tu hermano, pero Kankuro accedió luego de que lo moleste llevando a Kiba y Naruto para hacer un reto con él...

—Kankuro... —niega con diversión.

—Entonces... ¿Que ocurrió ese día realmente?

—No lo sé, —pronuncia divertido —quisiera que fueras tú quién me explicará... ¿Qué ocurrió Lee?

El nombrado baja la mirada y uniendo sus manos entre si comienza a pensar sus palabras.

—Mis padres decidieron que nos íbamos a mudar, y me dijeron unas pocas semanas antes... No supe cómo actuar, pronto venía la gran competencia entre las escuelas y yo soy...

—El As en nuestra escuela.

—Si, pero me iba a ir sin opción alguna... Me gusta esta escuela, la gente, el profesor Guy que ha abierto puertas en el mundo de la gimnasia para mí... No quería, no podía irme.

— ¿Y decidiste arruinar tu cuerpo con sustancias estúpidas?

Detrás de aquel pequeño muro el pelirrojo pasaba la mano sobre su cabello mientras su cabeza descansaba contra la pared.

—No lo sé... —cubre su rostro —estaba molesto, cegado, solo... Lo hice a lo tonto.

—Pude verlo —sonríe —Rock Lee ¿Un chico malo? Eso es... —rie —simplemente imposible.

El silencio llena el lugar y con ambos recompuestos sobre la vergüenza pasada, Lee decide girar la mirada hacia el final de esa escalera... Tras ese muro estaba el chico que lo había besado hace poco.

— ¿Solucionaste las cosas con tus padres?

—Uh... Hablé con Guy sensei, él me defendió frente a ellos y ahora... Creo que estaré viendo en una pequeña residencia pagada por él, así que... Iniciaré a trabajar.

—Eso no suena mal.

El silencio vuelve a llenar aquel lugar y entre su indecisión el azabache se levanta para subir los últimos escalones; detrás de ese muro se encontraba un chico que además de ayudar... Lo había confundido un poco. Gaara abrió los ojos al escuchar el detener de aquellos pasos, delante suyo se encontraba aquel joven... Así que elevó la mirada a aquellos ojos negros.

— ¿Por qué me besaste?

—Porque... Me gustas.

El azabache agachó un poco la mirada causando el desanimo del chico delante suyo, pero de pronto se puso en cuclillas y delicadamente sujetó aquel rostro duro para acercarse a él. Sus labios volvieron a unirse, y lentamente se separaron para permitirles mirarse de cerca. Ambos sonrieron levemente.