El baile de la soledad

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Desde hace mucho esa canción suena en mi cabeza haciéndome bailar en las noches con la luna en su esplendor.

Existió un tiempo en el cual todo mi mundo fue obscuridad, yo no quería ésto y jamás pensé que fuera a ocurrir algo así... No tengo idea de por que pasó, si acaso hice algo mal en mi vida pasada. Frente a mi los podía ver pasar, ellos corrían al mirarme llegar, y es que aún sin quererlo mi cuerpo se movía por su cuenta matandolos en el proceso sin sentido de alimentarme, pero... Una noche esa canción lo cambio todo, las lágrimas que creía extintas en el horrible cuerpo que me mantenía cautiva comenzaron a brotar haciéndome pensar que... Aún había, aunque fuera un poco de humanidad en mi interior.

Cada noche esa canción volvía a sonar, sin si quiera saber de dónde provenía yo solo quería bailarla; el día que abrí mis ojos y no lo ví todo obscuro, creí que era un sueño, un bellísimo sueño dónde podía admirar ese hermoso cielo azul, las estrellas brillantes en él y la luna... Todo se veía tan hermoso... Hasta aquel bosque obscuro a la lejanía lo era. Avance día tras día tratando de seguir viva, pase por pequeños poblados donde conocí a más humanos, pero ninguno conocía aquella melodía; entonces un día, entre las vueltas de la vida apareció ella... Con sus dorados cabellos adornando sus hombros, y me miró, mostrando con más claridad la perfección de su sonrisa. Todo el dolor que viví como Titan, y todo el sufrimiento que viví como humana desapareció entre su pestañear y esa mirada... Sonrío hacia mi, y comenzó a bailar dirigiéndose a mi lugar, me tendió su mano y yo la tomé permitiéndole danzar a mi lado, su cuerpo se pegó al mío y de un momento a otro se alejo bailando para los otros, pero finalmente ella volvió a mis brazos y fue abrazada por mi. Los aplausos se escucharon mientras sus acompañantes comenzaban a pedir monedas.

—Soy Christa —sonrie aún tocando mi cuerpo —Fue increíble bailar contigo.

Sonriendo como idiota busco un par de monedas entre mis ropas que le doy en su suave mano mientras mantengo mi sonrisa, ella ríe hermosamente cubriendo aquella maravillosa sonrisa para enseguida sujetar mi mano y cerrarla mientras niega.

—Asi está bien —sus mejillas se tiñen de rojo —Pero, si tú quieres pagarme con algo...

Mi cuerpo se congela al sentir su tibia mano recorrer mi mejilla, de pronto desliza la fina tela con la cual cubría su rubio cabello y nos cubre mientras poniéndose de puntillas besa mis labios con profundidad, perdida en el beso con mi corazón palpitando con fuerza sujeto sus delgadas caderas devolviendo la acción mientras aquella melodía llena mi mente, entre una leve risa ella se aleja mordiendo levemente sus labios.

—Mi... Mi nombre es Ymir —Digo llevando mis manos al pecho nerviosa.

—Es... Un placer conocerte Ymir —sonrie colocando aquella tela sobre sus hombros.

Sonriendo intento seguir con nuestra plática, pero su caravana la llama interrumpiendo nuestra charla, suspirando entre una risa la miro dudar de si marcharse o no, ella es hipnotizante.

— ¡Oye Ymir! —levantando su mano me llama —Mikasa y yo vamos a ir a tomar el almuerzo ¿Vienes?

—Sera en la taberna de siempre, Eren invita —sonrie con levedad empujando a Eren.

Ambos llegan a mi lado y solo puedo sonreír regresando la mirada por sobre mi hombro para verla, pero ella ya no está aquí, aunque triste solo niego a lo bajo volviendo al mundo real para abrazar a mis amigos por los hombros.

— ¡Suena increíble!

—Oye, parecias estar feliz con el baile de esa chica —insinua divertido Eren.

—Era guapa Eren, no podía negarme a su petición —Digo como todo un caballero.

—En eso tienes razón —rie levemente —Pero no te sugiero enamorarte de Gitanos.

—Eren tiene malos recuerdos con un gitano —Dice divertida.

— ¡Mikasa! —Grita avergonzado.

Deteniendolo por el hombro miro a Mikasa — ¿Que paso? —riendo busco respuestas en su mirada —Anda que quiero saber cómo lo hicieron tonto.

— ¡Agh! —se queja avergonzado —Prefiero no recordarlo —desvia la mirada.

Sonriendo divierta lo observo cruzarse de brazos algo molesto, es divertido molestarlo y de verdad quiero saber que paso, buscando la respuesta en Mikasa por fin luego de exhalar un suspiro resibo una respuesta.

—El chico lo sedujo y le robó todo el dinero —rie cubriendo su sonrisa —Fue difícil mantenerlo con mi corto salario, y solo fue un baile.

— ¡Mikasa! —se queja apenado.

—Lo siento Eren, pero no puedo permitir que olvides ese error tan fácilmente.

No puedo evitar estallar en risa, Eren parece muy avergonzado mientras Mikasa ríe por lo bajo ante la situación.

Llegada la noche deje a los chicos en la taberna para venir a la pequeña habitación que rento, dejar mis cosas y tomar un baño; mientras el agua moja mi cuerpo no puedo evitar recordarla, su sonrisa, su mirada, su baile y ese color tan puro en sus ojos... Desde siempre lo he escuchado por boca de las mujeres del pueblo "No mire a un Gitano a los ojos, ellos pueden robar más que tu dinero" jamás le había prestado real atención a aquello, pensé que solo era gente fácil de engañar para quien fuera, pero... Quizá sea verdad que los gitanos pueden robarte el corazón sin problemas, al menos se que ella puede hacerlo... No puedo sacarla de mi mente, llevando mis dedos a mi entrepierna inhaló profundo conteniendo me.

—Bien... —tomo la toalla para secar mi cara —Sera mejor ir a airarme un poco —saliendo de la ducha veo la noche a través de la ventana —La noche está despejada, como para ir a las ruinas de cerca.

Terminando de cambiarme me coloco un chaleco para salir y pidiendo el caballo de un amigo inicio mi camino hacia las ruinas, el cabalgar por la noche con la luna tan despejada es muy hermoso y relajante... Aunque a veces no puedo evitar tener miedo, quizá algún día todo se vaya de nuevo, la luz se extinga y... Este cuerpo cuerpo desaparezca devolviendo me a las tinieblas. Jalando las riendas del caballo lo hago detenerse para mirar las hermosas ruinas frente a mi, sonriendo exhaló un suspiro; ¿De que sirve preocuparse? Ahora mismo solo deseo vivir, seguir aquí.

Bajando del caballo acarició su pelaje y tomo sus riendas para seguir nuestro camino a pie. Amo ver el cielo, quizá es... Porqué fue lo primero que vi cuando desperté y era... Realmente magnífico, hermoso, gigante, era y es espectacular.

—Muy bien amigo —acaricio su lomo —Subire a la torre, así que tú debes esperar aquí por mi.

Terminando de amarrarlo busco una manzana en mi bolsillo y se la ofrezco al hermoso animal que la toma sin quejas; subiendo con prisa por las escaleras me encuentro ansiosa de ver todo el paisaje desde la altura, pero entonces me detuve, nuevamente esa melodía... Está melodía que hace vibrar mi corazón, que llena mis oídos con la más dulce vos... Siguiendo mi camino como hipnotizada escucho más cerca aquella suave vos.

— ¿Piensas volver algún día Christa? La verdad estoy muy cansado de todo ésto.

— ¿De robar hablas? —cuestiona deteniendo su música.

—Si, y de bailar, Furlanch e Isabel están bien con eso, se han mantenido de ello toda su vida... Pero no es divertido para mí —su vos es profunda, como la de un adulto, pero no tan viejo —No me gusta sonreír y bailar de aquí para allá atrayendo mujeres y hombres... —parece arrojar piedras contra una pared —Para Furlanch no es gran trabajo, él solo tiene que tocar los instrumentos, pero el idiota se niega a mostrarme cómo... ¡Tsk! —truena la lengua —Solo... Quisiera poder vivir en una casa normal con ellos a mi lado, sin la necesidad de robar.

Pegada al muro me acerco a ellos mirándola reír mientras cubre su boca y toma asiento frente a ese hombre.

—Casi todos en el grupo quieren eso, dejar de vivir de este modo... Pero ya has visto lo hay Levi, con la destrucción del primer muro todo se ha vuelto un caos, y la comida tanto como el dinero son escasos, no hay trabajo y muchos están muriendo de hambre, tenemos suerte de estar en el centro donde los ricos aun nos pagan por bailar —suspira al cielo —Pero aún así debemos tener cuidado sobre a quien le robamos.

—No me gusta estar en problemas cada tanto —rasca su nuca cruzándose de piernas con clase —y siempre a tí y a las otras chicas las terminan molestando los estúpidos hombres ricos.

Ella sonríe un tanto decaída y subiendo las piernas sobre la piedra en la cual se encuentra sentada se abraza a ellas apretando esa falda larga y colorida.

—Eres de la realeza... ¿Porque no solo volver a tu trono de plata? Recibir lo que quieras y vivir bien no suena mal —rie con levedad —Ademas he escuchado que ese lugar sigue completamente impecable.

Ella sonríe con la mirada baja —Con gusto tomaría mi lugar, pero... Parece que todavía no es momento, no me han buscado después de todo.

Mirando al cielo ambos soltaron un suspiro para luego reír levemente, mire al hombre despedirse y me escondí entre las sombras deseosa de escucharla cantar nuevamente.

— ¿Cuánto tiempo estarás ahí? ... Tienes suerte de que le pedí a Levi que no te atacará.

Algo sorprendida trago saliva avanzando levemente a la luz, lo suficiente para que ella me note y se sorprenda un poco.

— ¿Me notaste? —cuestiono intrigada.

—Logre... —se levanta avanzando al borde —Ver al caballo en la parte de abajo —su mirada regresa por sobre su hombro —Levi también te noto, apenas llegaste aquí él me lo dijo... Ymir —se gira hacia mi — ¿Cierto?

Una sonrisa se extiende por su cara mientras avanza a mi, la sorpresa se hace de mí al ver su entusiasmo, estoy muy sorprendida.

—Si, soy yo Christa.

Con la sorpresa en su mirada retrocede algunos paso, pero enseguida sonríe hacia mi uniendo sus manos entre si frente a ella.

—Recuerdas mi nombre.

—No eres... Fácil de olvidar.

Su sonrisa se agranda animada y tendiendo la mano a mi espera mi seguimiento, sin dudas la sigo a tomar asiento a su lado; ella no dice nada y sin soltar mi mano observa el cielo.

— ¿Porque? ... —su mirada se dirige a mi — ¿es que no soy fácil de olvidar?

—Bueno... —la miro de frente —Apareciste de repente he hiciste volar todo mi mundo con tu danza... —tragando grueso sujeto con fuerza su mano —Tambien tus ojos, no son fáciles de olvidar, simplemente es así.

Su mirada sube de nuestras manos unidas a mis ojos — ¿Haciendo... Volar tu mundo? —ella ríe avergonzada — ¿Y que tienen mis ojos?

Rei ante su mirada incrédula que duda de todo lo que sale por mi boca, más tranquila observo el bosque a la lejanía sin apartar mi mano de la suya.

—Entonces... ¿Porque bailaste para mí?

Ella sonríe divertida desviando su mirada un poco, separando su mano de la mía arregla su falda mientras se recarga de mi hombro.

—Solo... Pensé que sería divertido bailar a tu lado.

— ¿Enserio? —la miro de reojo —La verdad es que no soy buena bailando... Solo te sostuve.

—Si... Pero aún así fue divertido.

Sonriendo bajo la mirada sin decir más, aún cuando se muy bien que no me ha dicho la verdad.

—Tus ojos son brillantes, nada comparables a cualquier otra mirada... Jamás había sentido ésto antes, pero cuando te veo... Se siente cálido, realmente cálido.

Bajando la mirada veo como su sonrisa se borra un poco mientras su agarre a mi brazo se vuelve fuerte, de pronto solo se separa y mirándome sonríe con delicadeza.

—Justo así lo siento yo...

Tragando saliva desvío la mirada entre una risa nerviosa y el rascar de mi cabello.

—Ademas... —la miro de reojo —El beso que me diste tampoco es tan fácil de olvidar.

El silencio de nuestras voces se hace presente mientras los grillos y demás animales mantienen este tenso ambiente, aún con aquellos ruidos de fondo siento que mi corazón resuena en sus oídos, inquieta intento levantarme, pero su mano me detiene mientras sus ojos azules decididos se mantienen sobre mi.

—Me pareciste hermosa —confiesa.

Ante mi sorpresa poco a poco toda su cara comenzó a teñirse de un rojo vivo al darse cuenta de sus palabras, dejando de lado a la chica sin vergüenza y valiente cubre su boca mientras comienza a negar por lo bajo sin poder dirigirme la mirada.

— ¡No... Yo! ...

Entre susurros comenzó a preguntarse porque había dicho aquello, divertida por tal escena no puedo evitar reir atrayendo su mirada, aunque avergonzada ella comienza a reír a lo bajo golpeando mi brazo.

— ¡Calla!

Sosteniendo mi estómago sigo riendo —Lo lamento Christa, es que es imposible... —sujeto su mejilla —Es que eres tan linda.

Limpiando las leves lágrimas que escaparon por mi risa me alejo un poco tratando de controlarme; ella se encuentra sorprendida y aún muy avergonzada, sonriendo con más tranquilidad mantengo mi mirada sobre ella.

—Mi nombre... Es Historia —me dice con seriedad.

— ¿Mm? ¿Perdón?

Inquieta sujeta su pecho —Es es mi verdadero nombre... Christa es solo... Cómo mi nombre de artista.

Tomando su mano sonrío —Soy Ymir... ¿Está sería nuestra primer presentación oficial?

Ella ríe —Oficialmente, si.

Asintiendo la siento recostarse nuevamente en mi hombro, con un suspiro al cielo ambas apreciamos la vista del cielo nocturno iluminado por estrellas y una gran luna.

— ¿Porque me besaste?

—No pude resistirlo, pensé... Pensé que eras muy guapa cuando te vi... Y simplemente me dieron ganas de besarte.

— ¿No pensaste que te pude haber rechazado? —cuestiono interesada.

Ella ríe —No parecía que lo fueras a hacer... Una ventaja de ser Gitanos es que podemos leer muy bien a la gente, saber leerlos es lo principal, cuando te dedicas a robar necesitas saber si la persona la persona a la cual piensas robar es peligrosa o no...

— ¿Y no lo pareci?

—Si lo hiciste...

Nuestras miradas se cruzan, tragando saliva siento su mano viajar por mi mejilla, cerrando mis ojos ante el toque sujeto su palma guiandola a mis labios para besarla, ella sonríe sin más.

—Al menos lo eras para mí, yo no tengo permitido enamorarme, pero... Cuando te mire ahí creo que nada más importó, fue... Un impulso supongo.

Ella se acomoda incómoda a mi lado y yo solo puedo sonreír, me pongo de rodillas frente a ella sujetando sus manos para besar sus nudillos, sus ojos azules permanecen sobre mi... Respirando con profundidad sujeto sus mejillas inquieta, ella respira profundo, acercándome cierro mis ojos mientras nuestros labios se rozan y dudan sobre avanzar sobre los otros, con dulzura comienzo a besarla... Ella duda un segundo pero sujetandose a mis hombros devuelve el beso, nuestros labios deslizándose sobre los otros. Aunque no lo quiero me alejo con lentitud aún sujetando sus mejillas para verla, observo sus facciones acariciando sus mejillas, apreciando... Su linda cara.

—Tú... Eres la razón por la que estoy de nuevo en este mundo —mi frente se une a la suya mientras mantengo los ojos cerrados —Tu lo eres Historia.

Sin más la abrazo con fuerza, lo supe desde que la escuché cantar, fue la hermosa canción que ella cantaba, esa canción fue la esperanza que me hizo volver.

Entre nuestra plática regrese muy tarde por la mañana a mi casa; los días seguían pasando y cada vez se sentían más cortos, la mañana era tardada, pero cuando la veía por la calle todo cambiaba, todo se volvía rápido y desesperado. Cada noche nos veíamos en el mismo lugar, cada noche nos besábamos, y cada noche la podía ver reír y cantar... Cada noche podía sentirla mia, mi esperanza, mi luz, mi Historia, mi Christa, mi verdadero amor, cada noche yo la podía ver sonreír tan sinceramente, cada noche...

—Vamos pequeña, deja de hacerte la digna, los gitanos siempre se meten con todos —rie jalando con fuerza su brazo — ¿O es que me rechazaras por no ser de tu caravana?

— ¡Anda! —la toma por la cintura —Deja de jugar y ven con nosotros ¡Te vamos a pagar!

Inquieta trata de soltarse — ¡Le estoy diciendo que me lastima!

— ¡Anda mujer! —la jala con brusquedad.

Cinco, seis, ocho... Nueve tipos reteniendo la en el callejón, ella se resiste y apenas un golpe es dado en su mejilla me lanzó contra el tipo que la sostienen derribandolo de un golpe en su mejillas, ella cae contra dos tipos y de una patada en el estómago hago caer a otro, una botella revienta detrás de mi, la veo desesperada apuntando los filosos vidrios rotos contra otro hombre, de pronto un tipo me suelta un puñetazo y puedo ver cómo detrás de ella alguien avanza.

— ¡Christa! —me defiendo contra quién me ataca.

La sujetan por el cabello haciéndola gritar y un golpe es dado en mi estómago, el aire escapa de mi.

— ¡Ymir! —grita preocupada.

Una y otra vez patean mi estómago sin dejarme levantar del suelo, ella llama mi nombre y dejando que le jalen el cabello busca debajo de su falda una navaja que intenta lanzarme, pero un tipo la detiene, sus gritos, los puñetazos en mi cara... Sus ropas rasgándose, sus lágrimas, por última vez grito su nombre y mordiendo mi mano siento como todo se desvanece. Nada era obscuro, pero me siento lejana, aún así su voz me hace seguir... Más gente está llegando mientras tomo a los malditos que trataban de herirla y los destrozó sin remordimientos, la puedo ver sorprendida en el suelo, su amigo llega tomando su mano para llevársela lejos.

— ¡Un titán!

— ¡Matenlo!

— ¡La.. la mujer se transformó en Titan!

— ¡Llamen a la policía militar!

Fuego, lanzas... Su mirada preocupada y confundida directa a mi desde la lejanía, ella se detiene y aunque confundida grita mi nombre, ella intenta volver pero su amigo la detiene, piedras comienzan a ser lanzadas contra mi, tomo a los demas malditos que intentaron abusar de ella y los devoro sin más, las especialistas comienzan a llegar, gritos... Gente huyendo, ella ha desaparecido y solo pienso en correr, correr lejos, entre edificios, escalando muros, escapar es lo primero.

Pero no puedo salir de los muros solo así, no puedo porque ella sigue aquí, ella va ha estar esperando por mi en el lugar de siempre está noche ¿No es así? Historia estará esperando por mi... Corriendo hacia el bosque me destransformo perdiendo los en el camino, mi Titan cae y me desprendo de sus músculos cayendo al suelo para rodar entre mis ropas y piel quemada, el vapor del cuerpo los hará encontrarme.

—Historia... Historia...

Me levanto a duras penas sosteniendo mi dolido cuerpo y con la respiración agitada y un enorme cansancio sigo corriendo, lo principal es alejarme, debo alejarme... No tengo nada claro, solo ella en mi mente, Christa... Historia ¿Estarás esperando por mi?

[Entrada la noche]

Con mis pocas fuerza me arrastró fuera del agujero en el cual me metí durante toda la tarde, la luna apenas ilumina este bosque frondoso, trago saliva levantándome a duras penas, todo está obscuro y borroso, pero su mirada sigue presente en mi cabeza...

—Necesito ir a verla.

Sosteniendome de los árboles comienzo a avanzar mirando las sombras y poca luz de la luna, no se a donde voy, pero seguí avanzando un buen tramo hasta sentirme sumamente débil... Solo por ella sigo aquí, sigo avanzando paso tras paso cada vez más agotada, solo por ella... Sigo con vida...

—La luna siempre... Brillará, la luna... Me guiara a tí... Hacia tí mi precioso lugar... La luna me guiara hacia tus... Brazos... Sin duda... Dudar.

Cayendo de rodillas frente a las ruinas la veo salir a prisa con las lágrimas adornando sus mejillas, apretando sus ropas la veo correr de inmediato, mi sonrisa es amplia al verla... Pero todo se pone obscuro y borroso...

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—Ymir —menciona preocupada.

— ¿Es peligroso tenerla aquí? —cuestiona una voz nerviosa.

—Claro que lo es Isabel —enfadado exhala un suspiro —Estamos hablando de un HUMANO QUE SE PUEDE TRANSFORMAR EN TITAN, es el mayor logro que la legion de reconocimiento ¡No ha podido capturar! ¡Y ahora está en nuestra caravana!

—Furlanch, cállate —es una vos conocida que se le levanta —es hora de salir.

Abriendo los ojos veo la espalda de tres personas, una chica pelirrojo que inquieta aprieta los labios, un chico rubio que molesto evita mirarlos, y aquel chico que se la llevó en el callejón, su amigo, todos salieron y al lado mío la puedo ver a ella.

— ¿Cómo te encuentras?

Su mirada es cansada y hay notorias marcas de que lloro, pero aún así ella sonríe para mí, dedicándole una sonrisa acarició su mejilla.

— ¿Estás bien? —comienzo a reír levemente —Necesito aprender a luchar más como humana —exhalo un suspiro cansada.

Ella intenta seguir sonriendo, pero sus ganas de llorar se lo evitan, de pronto se aferra a mi cuerpo y agradecida yo me aferró a ella, es insoportable verla tan triste.

—Lamento tanto no haber podido protegerte Historia.

— ¿¡Que dices tonta!? —sonrie levemente —No me gusto verte ser lastimada —con seriedad aprieta sus labios —Ymir... —sus ojos se cristalizan al mirarme —Senti más miedo de perderte.

Soltando un leve suspiro acarició su brazo intentando reír para tranquilizarla.

—Realmente esperaste por mi, después de todo aquello... De verme, convertirme en Titan y todo eso... Pensé que huirias...

Incorporandome le doy un fuerte abrazo, pero ella me separa mirando mis lágrimas, con una sonrisa ella seca mis lágrimas mirándome de frente.

— ¿Porque huir? Sigues siendo tú después de todo.

Tragando grueso me atrevo a bajar mis pies del sofá para atraerla a mis labios y sostener con fuerza su fina cintura, entre un beso profundo y lento continuamos sintiendo los labios de la otra esperando que está sensación no acabe... Apenas nos alejamos con la respiración agitada sujeto sus mejillas acariciándola y proporcionándole un último beso.

—En aquel entonces...

Tragando grueso comienzo a contarle mi antigua vida, mi vida en la obscuridad y el como su canción me salvó de aquel terror; ahora ella se encuentra feliz y calmada a mi lado mientras canta para tranquilizarme y me promete que seguirá a mi lado siempre.

—Historia —abre la puerta empujando con su espalda —Traje un poco de comida.

Es aquel hombre que la ayudo, con esa cara fría y sería le da la charola con comida a Historia, apenas su mirada se posa en mí bajo mi cabeza en forma de disculpa, él sonríe levemente y solo devuelve mi gesto para sujetar su nuca y dirigirse a Historia.

—Los de la caravana no están felices... —culpable baja la mirada —Ellos escucharon las quejas de Furlanch, lo siento... —la mira directo —Pero ellos quieren que se vaya.

—Eso es imposible —Dice preocupada — ¿Dónde irá? Todo el pueblo debe estar enterado de ella... —me mira con levedad pensativa mientras regresa la mirada a él —La muralla mayor, todos los lugares seguros... Ella tendría que salir.

La mirada de él se dirige a mi y yo solo me levanto vencida tendiendo mi mano a él, aunque no muy seguro estrecha mi mano.

—Lamento la molestia que les cause, me re enseguida —mi mirada baja —Pero, necesito escribir una carta para unos amigos y... —lo miro —tu ayuda.

Sin decir palabras él asiente con su cara dura y solo sale de la habitación en busca de lo pedido, apenas la puerta se cierra la siento sostenerse de mi brazo preocupada.

—No te puedes ir, es peligroso haya afuera ¡Te pueden herir o comer! Ni siquiera hay un lugar seguro en el cual puedas quedarte —Dice atemorizada ante la idea.

Enternecida ante su miedo la abrazo y ella se aferra a mi —Estare bien —acaricio su cabello —... Supongo que... Trataré de venir a verte.

Se aleja con el ceño fruncido — ¿Atravesando las dos murallas? Eso es... Simplemente imposible.

Me inclinó a ella sujetando sus brazos —Estare bien.

Su mirada dudosa baja y rápidamente cambia a un enojo profundo, veo sus pequeños puños formarse, está molesta.

— ¡Iré contigo!

Dice sin más avanzando a sus gabinetes de dónde toma sus ropas guardando las en una pequeña maleta, inquieta la sujeto por el brazo.

— ¿Esas loca? ¡No puedes salir allá afuera! Es peligroso Historia.

— ¿Pero eso no es importante cuando se trata de ti? —cuestiona molesta.

Su mirada es firme y vencida por ella solo puedo soltarla para retroceder unos paso y acercarme con más seriedad.

—Esta bien, me equivoqué al decir eso, pero de verdad es peligroso, puedo protegerme a mi sola, pero si te hieren, si algún Titan te detecta... Si algo te pasará...

—Hoy paso algo... —Dice decidida —No es necesario que esté fuera para estar en peligro, por eso, por favor Ymir llévame contigo —sujeta mi mano —se que estaré segura a tu lado.

Interrumpiendo nuestra charla su amigo entra tendiendome el papel y una pluma, mirando a Historia avanzó hasta una pequeña mesa donde comienzo a escribir un pedido para Eren mientras a mi espalda su amigo la ayuda a acomodar sus cosas, de pronto siento una mano descansar en mi hombro.

Él me mira con seriedad —Cuidala, sin ella este lugar pronto se vendrá abajo... Así que, debes tener en cuenta que vas con alguien muy valioso a quien pronto intentarán buscar.

No puedo negarme, y no es solo por su petición, yo tampoco quiero dejarla, no quiero alejarme de Historia; asintiendo sin dudar la veo con su maleta en manos, le doy la carta al hombre y esté la sujeta con firmeza, tomando las manos de Historia la miro con decisión.

—La protegeré con mi vida... —le regreso la mirada a él —Eren Jeager, la calle está escrita en el sobre, aún si él no quiere ayudarme trata de buscar mis ropas ya que las necesitaré, debes leerla antes de dársela.

El asiente mirando el papel en sus manos, y yo la observo con decisión en su mirada, ella sonríe sin problemas como si no tuviera miedo alguno de ser devorada haya afuera... Pero yo si lo tengo, tengo miedo de no poder protegerla.

—Levi, Christa...

Los chicos de antes entran en la habitación mirando las maletas en manos de Christa, algo preocupados se miraron entre sí y asintiendo la pelirroja fue la primera en avanzar, colocando una sonrisa de comprensión sujeta la mano de Christa.

—Los queremos ayudar ya que ocasionamos un caos afuera... —Dice apenada —Furlanch se encargará de conseguir escopetas —sujeta a su hermano del hombro —Y municiones Suficiente para al menos una semana segura.

—Algo que las mantenga seguras por el momento.

Con una sonrisa veo a Historia vanzar para abrazar a sus amigos en forma de despedida, de reojo observo como el hombre de pequeña estatura lee la carta, su ceño se frunció en duda y de pronto se acerca a mi mirando la carta de reojo.

— ¿Eren Jeager?... Un chico —eleva su mano al máximo —Mas o menos alto, moreno, cabello castaño y ojos estúpidamente gigantes color verde azulado... ¿Estás hablando de ese chico?

Algo sorprendida asiento respondiendo su pregunta, él de pronto esboza una sonrisa por lo bajo mirando la carta.

—Sera un placer llevarle ésto.

— ¿Acaso... Tú no serás... El gitano que le quitó todo el dinero? —lo apunto extrañada —Eres mucho mayor que él... Bueno, aún ahora es ingenuo, pero igual te aprovechaste de un chico ingenuo.

Sin querer una risa se escapa de su frío rostro, tanto los chicos que se despedían de Historia como ella se sorprendieron al verlo reír.

—Ya no le robaré más dinero, pero... —da golpeteos en su mano con el papel —Si otra cosa —me mira —Fue divertido hacerlo tonto.

— ¿Estás bien Levi? —se acerca entre una sonrisa —Quiza sería bueno que Furlanch y yo te lleváramos al médico.

Riendo la aleja —Estoy bien Isabel, tengo una carta que entregar —abraza rápidamente a Historia —Asi que tengan suerte en su viaje.

Él simplemente salió y los chicos se miraron dudosos encogiéndose de hombros mientras él se iba en su caballo, Historia sacudió la cabeza y con confianza sujeto mi mano. Colocándome una capucha y ella por igual avanzamos hacia las afueras, tenemos que escondernos por lo menos está tarde en lo que aquel hombre trae mis cosas, decidimos esperarlo en las ruinas.

— ¿Enserio confías en Levi? —me cuestiona dudosa —Se que está mal dudar de él, es mi amigo... Pero ya sabes... "Un gitano hace cualquier cosa por dinero" seguro lo has escuchado.

—Entonces... —le dedicó una sonrisa —Preferiria ser traicionada por ti, beneficiarte a tí...

Ella sonríe un poco, pero enseguida se aferra a mis ropas, estamos mirando desde el bosque en espera de no ser encontradas... Yo la entiendo, también estoy preocupada.

—Todo saldrá bien Historia.

—Lo se...

Sujetándola con fuerza tomamos asiento. Pasamos la tarde entre tarareos en espera de no ser encontrados, pudimos ver cómo equipos de búsquedas de movilizaban entre las copas de los árboles y los caminos; cada vez que sentíamos miedo ella se aferraba a mi y yo tenía mi brazo cerca de la boca lista para morderme. La noche llegó y por fin lo miramos llegar dejando su caballo aún lado en nuestra espera, levantándome la sujeto del hombro.

—Ire yo sola, si algo llega a pasar quiero que me grites enseguida.

— ¿Estás segura?

Mirándola directo acarició sus mejillas —Segura, si llegas a ser reina vas a gobernar todo este lugar, si es que me capturan... Tú aún podrás verme, así que no te quiero ver desanimada.

Asintiendo nerviosa me deja bajar y caminar hasta el borde del bosque, apenas su amigo me nota avanza con precaución para entregarme mis ropas, sonriendo agradecida recivo una carta de sus manos, asintiendo me alejo entre el correr y lanzando mis cosas al cielo muerdo mi mano para transformar me, todo se obscurece y de pronto la imagen de mi ropa cayendo me despierta, sujetando mis cosas en manos avanzó hacia la chica rubia que me mira sorprendida desde lo alto de las ruinas. Al llegar acerco mi hombro a ella y gruñendo la hago entender que quiero que suba, ella no lo duda y subiendo sus maletas llega a mi hombro dónde se sujeta de mi cabello y posando su mano en mi mejilla se acerca a mi oído.

—Es hora de irnos Ymir.

Mirando su sonrisa comienzo a correr, no importa lo que viví, ahora voy a comenzar de nuevo, desde cero, a su lado, posiblemente en una cabaña de madera que construyamos juntas... Alejada de todo ésto... Un lugar lejano donde los Titanes no nos lastimen y los humanos no nos encuentren, donde solo podamos ser ella y yo. Trepe la muralla mirando la primer bengala avisar de mi avistamiento, Historia me dice con prisa que aún hay tiempo... Que podía escalar más... De reojo veo al equipo de maniobras subir por el muro, uno, dos y tres disparos son acercetados en mi cuerpo dejándolos subir.

— ¡Vamos Ymir! 

Su apoyo y miedo me hace saltar el último tramo, una vez lejos del muro solo tengo que huir al bosque, a mis lados los cañones se preparan, detrás de mi la gente grita mientras los del equipo de maniobras se acercan rápidamente, sin más salte de un solo brinco y cubriendo a historia con mi mano ruedo por el suelo para enseguida ponerme de pie y seguir hacia el bosque, los caballos nos siguen y como puedo los alejo para poder huir.

— ¡Falta poco! ¡Podemos hacerlo Ymir! 

Tres disparos del equipo de maniobras se ensartan en mi cuerpo, y de pronto la escucho gritar mientras trato de apartarlos, con furia me detengo sosteniendola y de un rugido fuerte los ahí temblar, la acerco preocupada a mi cara y ella solo sonríe acariciando mi mejilla.

—Vamos, vamos, aún podemos lograrlo.

Correr y perderlos en el interior del bosque era mi único pensamiento, correr y estar a salvó a su lado, los disparos seguían sobre mi cuerpo, metí nuestras aletas en mi boca para atacarlos con ambas manos y entonces la escuché disparar por primera vez, en mi hombro ella disparaba contra quién intentada subir por mi cuerpo. La noche por fin llega y ahora estoy agotada a morir, luego de perder a los humanos tuve que pelear con un grupo de Titanes cuidando que ella no saliera herida... Hasta que por fin encontramos una cueva, sintiendo una tela fría en mi frente le dedicó una sonrisa mientras su mano acaricia mi hombro con cariño, tan brillante como solo ella puede serlo me mira con esa sonrisa entre alivio y preocupación.

— ¿Fue... Difícil cuidar de mi?

—Eso debería de preguntarlo yo, pero... No lo fue.

—Es... Un buen lugar para escondernos ¿Cierto?

—Un lago pasa cerca y el bosque cubre la entrada... Además aunque parezca una gran madriguera es... Grande, cabemos bien.

Ella sonríe de una hermosa manera y quitando los cabellos de mi rostro de pronto se acuesta sobre mi hombro mirando junto a mi a unas extrañas rocas en el techo que se iluminan.

—Pronto construirnos una cabaña —Digo sonriente —La haré cerca del río y estoy segura de que la vas a decorar de una hermosa manera.

Ella ríe y entre un suspiro se abraza con fuerza a mi, con cariño deslizo mi mano por su cadera.

—Me aseguraré de decorarla bien.

—Ahora estaremos juntas.

—Ahora lo estaremos.

Ella se levanta con esa sonrisa en su rostro y acomodando sus rubios cabellos detrás de su oreja me mira directo acercándose para acariciar mi mejilla, no puedo evitar sonreír, nuevamente a dado el primer paso; incorporandome la sujeto por la barbilla uniendonos en un beso mientras deslizo mi mano por sus caderas, pero esta vez no nos detenemos con solo eso, poco a poco mi mano sube por su costado hasta terminar sobre su pecho acariciándolo con algo de fuerza, ella se estremece ante mi toque y muerde levemente sus labios conteniendo un quejido, con sus mejillas sonrojadas observa mis labios al filo de los suyos dibujando una sonrisa, más que avergonzada de pronto entra en razón empujando mi cuerpo, divertida me abrazo a mis piernas escondiendo mi sonrisa entre mis brazos.

— ¡I... Iré a traer más leña! —se levanta con prisa —la que tenemos no servirá para pasar la noche.

— ¡Espera! —la sostengo por el brazo preocupada —No tenemos hacha, vas a tardar mucho si recolectas...

—Te.. tengo una en mi maleta.

— ¿No había quedado dentro de mi cuerpo de Titan?

—Como te desmayaste... Traje las maletas y agua del lago para cuando despertarás.

Sorprendida observo las valijas cerca de la entrada de la cueva, ella avergonzada recibe mi sonrisa orgullosa y sin más me levanto abriendo la maleta para acar el hacha.

— ¡Yo me encargo de ésto!

— ¡Estás cansada Ymir! —me sostiene del brazo —Deja eso, yo puedo hacerlo.

Salí con ella detrás mío y entre su enojo comenzó reír entre el perseguir me; encajando el hacha en un árbol finjo dolor para que ella se acerque preocupada y apenas la tengo cerca la tomo por la cintura robandole un nuevo beso, ella me mira avergonzada y solo se deja caer sobre mi hombro para luego subir la mirada a mi sonrisa; perdida en sus ojos verdes vuelvo a besar sus labios con mas cariño, ella me lo permite mientras comienzo a reír danzando con ella entre los árboles; se que podemos lograr vivir aquí afuera, se que lo puedo hacer con ella a mi lado.

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