El Hijo de la Luna

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[Jack]

Quizá alguna vez les hayan hablado dé mí, pero si no es así gustoso me presento, soy... El hijo de la Luna.

Yo vivo en la luna y justo soy su hijo, mi trabajo aquí no es una gran cosa para contar, pero... Mi nacimiento quizá puede interesarles más; pero antes, existe una persona más que vive aquí conmigo, todos lo conocen, y si no es así quizá deberían de ver más seguido la luna, yo le llamo Aster, pero todos lo conocen como el Conejo de la Luna, él vive dentro de mi madre y él fue quien me contó de mi nacimiento, él dice que soy el primer y quizá único hijo de mi madre, pero ahora les cuento bien la historia; bien, pónganse cómodos.

Mi madre la Luna salía cada noche a vigilar y mantener una linda e iluminada noche, pero... Ella se sentía sola con el pasar del tiempo, le era imposible mirar a mi padre el Sol, así que normalmente no tenía a nadie con quien hablar. Fue tanto su desespero que un día decidió escoger al hijo de un humano, un niño puro y libre de pecados para ser su hijo, ella iluminó todos los pueblos hasta poder encontrar a su hijo, era luna llena y ella se dirigió hacia esa cuna iluminando al pequeño y haciéndolo flotar hacia ella, esa fue la historia resumida de mi nacimiento, aunque... Si hablamos de conejo, bueno... Él llego antes que yo, él simplemente tuvo unas piernas fuerte que le permitieron llegar aquí, mi madre le permitió quedarse ya que tenía pensado tener un hijo y no deseaba que el pequeño se sintiera tan solo como ella.

Conejo y yo hablamos hablamos durante toda la noche mirando a los humanos y por la madrugada yo me encargo de atraer a las estrellas para que no sean destruidas con el calor de mi padre, rara vez dejo cambiar la posición de las estrellas y normalmente solo me siento mirando hacia la tierra, aunque claro, por la noche los humanos no se mueven mucho y casi todo es silencio... Hoy, solo es otra noche normal.

—Oye Jack, Luna dice que es hora de que pase una estrella fugaz —señala desde su madriguera.

— ¡Enseguida!

Levantándome tomo mi caña de pescar y la lanzo hacia la estrella más lejana para luego atraerla con fuerza y soltarla dejando que avance por si misma... Sonriente veo a aquella estrella fugaz viajando por el cielo, y al bajar la mirada puedo ver... Algo en la tierra que llama mi atención, ya es tarde por la noche, todas las luces están apagadas en el pequeño pueblo, pero... Una luz llena partes del bosque.

—Conejo —me inclinó hacia la tierra —Hay una persona despierta en la tierra.

— ¿Qué dices? —cuestiona sorprendido.

Confundido sale de la madriguera viniendo a mi lado, conejo es... Como un traductor para mí, él comprende lo que mi madre dice y me dice lo que ella piensa.

—Luna dice que a veces, los humanos disfrutan mirar el cielo nocturno.

—Entonces... Madre —observo su grandeza — ¿Puedo lanzar una estrella fugaz para esa persona?

A mi lado conejo asentía y con total entusiasmo yo me levantaba buscando con la mirada la estrella más grande y brillante a la cual lanzar, Conejo se recuesta boca arriba mirando el cielo nocturno con tranquilidad, sonriente lanzo mi caña y la lanzó como a la anterior.

— ¡Ahí va!

—Buen trabajo, tus dehiluchos brazos han tomado forma —sonrie burlón.

Riendo me acuesto boca abajo a su lado —Hago mucho más trabajo que tú.

—Tampoco es como que haya mucho trabajo que yo pueda hacer, iré dentro mientras estás aquí —sonríe —Y por cierto, Luna dice que trates de mantenerte oculto de los humanos, no deben verte aquí.

—Lo entiendo mamá Luna.

Sonriente observo hacia abajo, el enorme océano siempre nos refleja, o al menos a mi madre, el océano es inmenso, realmente inmenso... Con sorpresa mi mirada se dirige a aquella luz en el bosque, el humano parece correr, la luz avanza con prisa entre los árboles y curioso me asomo con más curiosidad, quiero saber dónde va... Pero de pronto, la luz se apaga. Tragando grueso intento localizarlo, y de pronto, a gran velocidad algo sale del bosque saltando sobre el mar, emocionado me levanto hacia la parte visible de mi madre, los gritos de emoción del humano llenan la noche y yo solo lo sigo con la mirada completamente emocionado.

— ¡Jack! —grita preocupado — ¡Luna dice que vuelvas, el humano te verá!

—Él no me verá —Digo tranquilo —Esta ocupado divirtiéndose —le dedicó una sonrisa rápida para volver a verlo —Conejo... Quiero verlo más de cerca.

—Solo... Usa el cayado... ¡Para verlo de cerca, pero en el lado no visible!

Sonriendo corro al lado no visible dónde se encuentran mis cosas, con el cayado en manos acerco una nube que me permite verlo de cerca, su sonrisa es inmensa y su cabello castaño revolotea con la brisa de la noche... Él acaricia el lomo de aquella criatura quien asintiendo comienza a subir en vuelo, inquieto trago grueso y dejando todo de lado corro al lado visible para mirarlo con mis propios ojos. Él apenas y puede mirar por la fuerza del aire, pero aún así extiende su mano a nosotros, sin pensarlo extiendo mi mano a él, aún le falta tanto para llegar a nosotros; Conejo llega a mi lado jalandome en un intento de apartarme de él, pero... Quiero verlo de cerca. Sus ojos de pronto se abren y con sorpresa se suelta de la bestia pegando un grito en su caída, levantándome intento ir tras él, pero conejo me detiene.

— ¿¡Que piensas que haces niño!? ¡Ese humano te vió!

Aun sobre mi madre observo a Conejo recordando que tengo prohibido acercarme a los humanos... Hincándome toco a mi madre pidiendo perdón, cabizbajo regreso a mi lado de la luna y me adentro en ella soltando un suspiro mientras conejo vuelve a su lugar.

[Hiccup]

¿Que fue...? La verdad no tengo idea, sintiendo a chimuelo rasguñar mi estómago por fin despierto y subiendo me con prisa a la silla lo hago elevarse a centímetros del agua, suspirando me recuesto sobre él.

—Chimuelo... Lo siento amigo.

Tragando grueso subo la mirada notando la figura de un chico que de rodillas miraba hacia abajo y de pronto solo... Despareció... Atontado llegamos a las costas de Berg dónde apenas pongo un pie sobre la tierra...

— ¡¡Hiccup Horrendous Haddock!! —se acerca completamente enfadado — ¿¡Cuántas veces debo decirte que no salgas en exploraciones nocturnas con esa bestia!?

Bajando la mirada más pensativo que enojado por su regaño lo siento detenerme por el hombro, con un suspiro él me mira seriamente.

—Tu madre está preocupada por tí... Saliendo en la noche con toda esa gente haya afuera que aun casa dragones... Si alguno te lastimará .. Los lastimaran...

—Nunca me ha pasado nada parecido.

Siguiendo mi camino me adentro al pueblo y al llegar a nuestra casa puedo ver a mi madre en la entrada, sin más me acerco a abrazarla y ella enseguida acarica mi cabello.

— ¿Estás bien?

—Claro que lo estoy mamá... —dudoso observo la luna —Solo... Me dudaron las manos y por eso me solté, pero como siempre... —le dedicó una sonrisa —chimuelo me atrapo antes de caer.

—Vayamos dentro entonces...

Ella me guía hasta la habitación y como si de un niño pequeño se tratara me abraza y arropa, estaba a punto de cantarme cuando la detuve.

— ¿Me puedes contar historias de la Luna?

— ¿La luna? —cuestiona pensativa —Bueno... Solo tengo tres historias que la incluyen, la vaca que salto sobre ella, el conejo que llegó a ella pero se quedó a vivir ahí y... El hijo de la luna.

— ¿El hijo de la luna? —Digo con sorpresa.

Ella ríe levemente y dirigiendose a la ventana abre las cortinas para girarse y mirarme con una sonrisa.

—Cuenta la historia que la luna se sentía sola en la larga obscuridad de la noche, una vaca paso un día cerca de ella, pero solo la saludo y se fue al segundo, eso la hizo ponerse aún más triste y solitaria... Entonces un día el conejo subió —hacia sombras con la luz de fuera —Él admiro la grandeza de la tierra desde aquel punto, él decidió quedarse a su lado a hacerle plática con la condición de que ella lo dejaría quedarse ahí para sentirse un poco importante, ella acepto, pero aún así Luna se sentía sola... Ella envidiaba a las mujeres de la tierra por qué ellas podían estar con sus parejas y tener hijos, podían cuidarlos y quererlos, verlos crecer —se acercaba sentandose en la cama —Deseperada, en una noche donde Luna brillo mas que nuca, ella decidió buscar a un niño para que fuera su hijo... En un pueblo no muy lejano ella escogió a un niño recién nacido... Era un pequeño niño castaño, su verdadera madre ni siquiera había elegido aún un nombre para él, pero aún así ella lo iluminó... Los aldeanos salieron con prisa admirando la grandeza de aquel poder que se llevaba al niño, el cabello del pequeño se había teñido de un blanco puro durante su viaje, y al llegar a la luna ¡Desapareció! —sonrie ante mi sorpresa —De pronto aquel conejo que siempre permanecía en el mismo sitio se movió, no solo una vez, a veces el conejo solo desaparecía... Se dice que el niño aún vive en la Luna y que él se encarga de mover las estrellas del cielo, y... También dicen que el niño se mueve por la noche sobre la luna, a veces riendo, siempre feliz...

— ¿De verdad ese chico sigue vivo?

Mi madre solo sonrío y me dió un beso para luego salir. Ese chico que mire extender su mano hacia mí... Ël tenía el cabello blanco.

[Narrador]

Los días pasaban y cada noche aquel chico castaño montaba su dragón e intentaba nuevamente llegar a la luna, cada vez podía subir un poco más, pero... El chico albino que vivía en ella jamás salía para verlo. Las noches preocupaban a la Luna pues su hijo estaba cabizbajo aún cumpliendo su trabajo, ante su preocupación Luna decidió enviar a conejo a investigar.

—Oye Jack... Últimamente tus ánimos están por los suelo, ¿Estás bien? ¿Hay algo que te moleste?

Con un imperceptible suspiro Jack desapareció la nube con la cual veía a aquel chico volver a intentar subir, y solo se puso de pie.

—No es nada —toma su caña de pescar —Haré pasar una estrella fugaz si no les molesta.

Conejo tamborileo con su pata al suelo haciendo saber a Luna lo que pasaba y con ella confirmando solo asintió, pero un grito los sorprendió a todos.

— ¡Chico Luna!

Sin poder mantenerse más aquel chico volvió a caer sujetandose con fuerza a su dragón, tragando grueso el albino avanzó hacia el lado visible de la luna para mirarlo bajar, Hiccup sonrío aún a la lejanía de podía notar. Tomando el control de su dragón mantuvieron el vuelo mirando la silueta de aquel chico, sonriendo el castaño levantaba la mano saludandolo a la lejanía, sonriente acarició la cabeza del dragón quien lo miraba divertido con sus ánimos.

—Él salió...

Emitiendo un rugido el dragón llevo a su dueño a tierra firme, aunque sonrojado Jack bajaba la mirada con tristeza mirando alejarse a aquel joven, nervioso conejo lo tomo por los hombros llevándolo al lado no visible.

— ¿Todo bien?

—Si... Yo —suspira —supongo que si.

En los próximos días Luna estuvo estuvo pensativa, cada noche cuando aquel chico subia preguntando por "el chico de la luna" su hijo se encontraba realmente feliz, estaba encantando haciendo su trabajo con total pasión para aquel joven, ella lo sabía, y eso la ponía triste, pero aún así mando un mensaje con conejo.

—Jack, Luna me ha pedido que te entregué... Papel y pluma.

— ¿Qué? ¿Por qué mi madre quiere darme eso?

—Ella dijo que... Para que le escribieras al chico humano.

Aunque sorprendido el joven prefirió cerrar la boca y no negarse a eso. A la noche siguiente Jack estaba impaciente con una pequeña carta en manos en espera del joven castaño que hacia su aparición por los cielos, cuando Hiccup estuvo lo más cerca posible pudo notar como una carta amarrada con un hilo rojo caía directo a él, atrapandola comenzó a descender para volar con más tranquilidad mientras abría aquel pedazo de papel.

—Jack —sonreia sujetando el cuerpo de su dragón —Su nombre es Jack, chimuelo, debemos volver mañana y... —subia la mirada —Tratar de darle una nota por igual...

Las noches siguieron pasando de ese modo y esos chicos ya parecían conocerse por completo, Jack no tenía mucho que decir pues su vida era muy monótona y tranquila, pero Hiccup siempre le contaba cosas interesantes de la tierra, hasta... La carta de ese día.

— "¿Por qué vives en la luna?"

Sus ánimos bajaron al leer eso y decaído de recostó boca abajo mirando desde la orilla hacia la tierra.

—Conejo —mencionaba sin mirarlo — ¿Puedo ir a dar una vuelta por el cielo?

—Luna dice que no tardes mucho... El sol pronto saldrá.

Sin prisa el joven tomaba su cayado y atrayendo una nube se subía a ella mirando su hoja en blanco para tragar grueso mientras escribía una contestación realmente corta "No lo sé" tragando grueso se sentaba en la nube siguiendo con su escritura "Un día solo desperté aquí, mire a conejo que me llamo por mí nombre y me entregaba ropas... Y entonces me presento a mi madre". En la lejanía Luna se encontraba triste y el conejo que vivía en su interior podía notarlo.

—Luna —musitaba preocupado —Tu luz es cada vez más Tenue...

Ella le dijo como se sentía y conejo solo asintió acercándose a la orilla para mirar la tierra.

—Tal vez no debimos dejar que charlará con el humano...

Luna negó con prisa y seriamente dijo que todo aquello era su culpa por haber apartado a Jack de su especie... Esa noche, decaída, Luna decidió algo.

[Jack]

Con la noche llegando a su máximo esplendor mantengo mi vista sobre Hiccup esperando su llegada.

—Jack...

— ¿Si? ¿Que pasas conejo?

—Oye niño, tú sabes que Luna y yo te queremos mucho ¿Verdad?

Dudoso regreso de momento mi mirada a Aster para asentir, pero Hiccup se prepara en la tierra y mi vista regresa abajo.

—Ire a visitarte.

— ¿Qué?

Sin darme tiempo para reaccionar a nada siento sus piernas en mi pecho y al segundo me veo caer, el frío golpea mi nuca mientras cada vez veo como mi madre se aleja más y más de mí, no podía evitarlo, las lágrimas escapan de mis ojos y entonces...

—Jack... Jack ¿qué pasó?

Sus brazos me atraparon a tiempo, podía sentir la calidez de su cuerpo y oír su voz en la cercanía, tragando grueso no puedo evitar que mis manos avancen a sus mejillas, la emoción me gana y solo uno mis labios a los suyos, pero él está tan pasmado que no responde a mi gesto, dudoso llevo la mano entre mis cabellos dirigiendo la mirada arriba.

—Yo no... No tengo idea de que pasó... Simplemente mi madre... Yo...

Ante mis dudas y miedo lo siento acercarse nuevamente a mis labios y cerrando los ojos seguimos en la cercanía probando los labios contrarios con lentitud y calma.

—Lo siento —acaricia mi mejilla —Pero no puedo llevarte hasta allá.

Mirando al cielo ambos notamos una nota descender, Hiccup hace elevar al dragón con prisa y la toma para darme la.

"Luna te quiere, y ella te ha permitido volver con los tuyos. No te preocupes Jack, Luna y yo cuidaremos de tí siempre...

Atte: Luna y Conejo"

Con las lágrimas saliendo de mis ojos puedo sentir los brazos de Hiccup rodearme, él trata de tranquilizarme y luego de tomar asiento detrás de él sujeta mi mano y me dice que... Vayamos a casa, asintiendo me abrazo a su cuerpo descansando mi mejilla en su espalda. Mirando hacia atrás puedo ver a mi madre brillar de gran manera y solo puedo dirigir mi mirada al frente, sobre el hombro de Hiccup que me sonríe levemente y me presenta el lugar donde ahora viviré.

Pequeña parte extra.

Al aterrizar el dragón Hiccup toma mi mano guiandome con una sonrisa hacia los adentros del pueblo.

—Ahora todos están dormidos así que no te puedo presentar a nadie más que... —sonriente me muestra la casa frente nuestro dónde una mujer espera en la entrada —A mi madre.

Valka se levanta de su silla sorprendida y avanza mirando los blancos cabellos del joven como si no pudiera creerlo.

—Jack ella es mi madre Valka, mamá él es... El hijo de la luna.

Con la sorpresa en su mirada la mujer observa el cielo nocturno y tragando grueso solo sonríe tomando la mano del albino.

—Un gusto Jack.

—Muy buenas noches señora.

Ella sonríe de gran manera riendo y lo toma por los hombros haciéndolo pasar, Hiccup mientras tanto lleva a chimuelo al pequeño cobertizo que hicieron para él y vuelve corriendo a la casa mirando como su padre tira todo ante la sorpresa de aquel chico, divertido ríe, pero al notar la incomodidad en la cara de Jack avanza con prisa a su lado sosteniendo su muñeca y hombro.

—A papá siempre le cuesta tiempo comprende todo, es un vikingo de la vieja escuela, vamos —lo atrae —te mostraré mi cuarto, vas a dormir conmigo por un tiempo.

Asintiendo ante aquella sonrisa avanzaba detrás suyo mientras Valka de burlaba de estoico y le decía que tenía que calmarse. Al llegar a la habitación Jack tomo asiento en la cama mirando todo el lugar, por primera vez no todo era blanco, no todo olía igual...

— ¿Que te parece? —recogia su ropa arrojándola lejos.

—Jamas había visto algo igual —sonrie tranquilo.

Sonriente Hiccup avanza tomando asiento a su lado y aunque nervioso desliza su mano sobre la de Jack llamando su atención, Jack sonríe hacia él entrelazando sus dedos con los suyos.

— ¿Por qué... —acaricia su mejilla —me besaste cuando me viste?

Sorprendido desvía la mirada a sus manos —Yo... —sus mejillas enrojecen —Estaba muy emocionado de verte.

— ¿Es así? —se acerca sintiendo su respiración chocar con la contraria — ¿Sabes que significa besar a alguien?

—Los humanos —Dice nervioso mirando de momento sus labios y de momento sus ojos verdes —Lo hacen cuando están felices o cuando... Están con... Una persona... Es... Pecial...

Suspirando Hiccup unia sus labios nuevamente sobre los de aquel chico que cerrando los ojos seguía el contacto, lentamente sus labios se deslizban de los contrarios para volver a uniser y entonces Hiccup paro dejando a Jack un poco ansioso de más y con el pecho agitado. Sonriendo Hiccup comenzaba a quitarse la ropa frente a él sin pena alguna.

— ¿Qué... Que haces?

—Bueno, yo duermo sin tanta ropa encima —rie.

No podía evitarlo, por primera vez Jack invadía la privacidad de un humano y veía atentamente el cuerpo un poco marcado de aquel joven frente a él, notando esa mirada sorprendida Hiccup avanzaba a él sujetando su suéter azul.

—Vamos, saca la ropa también.

—Amm... Prefiero no...

—Vamos, no veré —se gira dirigiendose a su lado de la cama —Y estaremos bajo las sábanas.

Dudoso Jack miro como aquel chico le daba la espalda ya recostado en la cama con el cuerpo cubierto por la brazada y aunque dudoso, poco a poco saco sus ropas haciéndolas crujir mientras las doblaba y las dejaba aún lado, Hiccup estaba ansioso, de verdad quería ver, pero le había prometido no hacerlo. Las sábanas crujieron y la cama bajo un poco mientras Jack se acomodaba mirando apenado la nuca de Hiccup.

— ¿Puedo voltear ahora?

—Si...

Girando en la cama se encontraba con la mirada azul de aquel chico y solo sonreía deslizando su mano hacia su pálido brazo y mirando el sonrojo en las mejillas del albino.

—Estoy... Feliz y triste al mismo tiempo, de verdad quería verte de cerca, tenerte aquí no es más que un sueño... Pero verte tan triste allá arriba me hizo dudar de lo que pedí a aquella estrella fugaz.

— ¿Que? —cuetionaba dudoso.

—Si, yo... Pedí un deseo a una estrella fugaz hace algunos días, pedí... —acaricia su mejilla —Que bajarás de la luna para conocerte aún más...

Sorprendido bajo la mirada sientiendo la mano de Hiccup descansar en su mejilla.

—Los deseos a las estrellas fugaces los escucha y cumple mi madre... ¿Por qué ella decidiría entregarme a tí?

—No lo sé, quizá... ¿Por qué lo pedí con muchas fuerzas?

Sorprendido sube la mirada a los ojos verdes de aquel azabache, la mano de Hiccup se posa sobre la cintura de Jack quien avergonzado mira la poca distancia entre sus cuerpos y rostros, sus piernas, Hiccup las está entrelazando con las suyas.

— ¿Que haces?

—De verdad quiero abrazarte... Eres tan lindo que yo no puedo evitar... Querer abrazarte.

Pasando su brazo bajo la cabeza de Jack se unian aún más sus cuerpos, sin pensarlo todas esas cartas en el escritorio de Hiccup de alguna forma había logrado conquistarlo, quería conocer al joven detrás de la Luna, quería verlo, tocarlo para saber que fuera real, y lo era... Era tan real que podía sentir su respiración chocar contra su pecho.

—Es un gusto que tu madre decidiera entregarte a mí, prometo cuidar bien de tí así que... ¿Vas a confiar en mí?

—Claro...

—Muy bien —lo acercaba más —Mañana te presentaré a todo Berg.

Con una leve sonrisa en cara Jack se abraza a aquel chico cerrando los ojos frente a su clavícula para dormir, Hiccup sonreía y besando aquel blanco cabello cerraba sus ojos por igual mientras la luna irradiaba con grandeza su hermosa luz sobre todo Berg.

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