La soledad de un Ninja

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La noche estaba sobre las calles artificialmente iluminadas de Konoha, la boda del gran Héroe Naruto había Sido ya hace tres días, pero los chicos de Suna seguían en la villa ya que... Tanto como la hermana mayor, como el hermano menor, habían conseguido pareja y se encontraban pasando cuatro días de vacaciones con ellos; era la noche del tercer día, y a medio día de mañana ellos partirán de nuevo a su villa.

Entre el alboroto de la calle un azabache de marcas rojas en las mejillas, avanzaba con las manos en la nuca mirando de reojo a los clientes de las tiendas y topandose, sorpresivamente, con alguien totalmente inesperado. Sonriente avanzaba hasta el interior del local mirando como aquel chico bebía con las mejillas ya un poco enrojecidas, y animado solo llego a sus espaldas abrazándolo por el hombro para terminar sentado a su lado.

—Chico Títere... Que novedad verte por aquí tan solitario.

—Chico perro... —miraba de reojo — ¿Y tú dueño?

Divertido Kiba extendía una enorme sonrisa por su rostro y pedía una botella nueva de sake y otro vaso mientras servicial rellenaba la copa del de marcas moradas.

—Bueno... Ya me agradas un poco más —sonreia recargandose de sus nudillos para beber de un solo trago la copa —Pero bueno... Kiba ¿Cierto? ¿Que haces por acá?

—Ha... Acabo de tener una pelea con mi ahora ex novia, Akamaru... —rellena la copa —y su gatos no se llevan muy bien.

— ¡Ja! —rie burlón —Es como si me hablaras de hijos con diferentes padres, los niños no se llevan bien, y los adultos discuten.

Divertido le da la razón —Muy bien, muy bien... Lo acepto, le has dado un buen enfoque —sirve bebida para si mismo — ¿Y tú?

—Gaara está con el cejon en su casa —toma un poco de comida —Y Temari está con el listillo en la casa de él... Es aburrido quedarse en el hotel así que —extiende las manos animado —Aqui me tienes.

Riendo rellena los vasos —Muy bien... Debe sentirse mal que tú hermano menor te gane a conseguir pareja.

—No es realmente importante... Es molesto —toma más bocadillos —Eso de estar preocupado por alguien es una desventaja en el campo de batalla.

—Pero te preocupas por tus hermanos...

— ¡Eso es diferente! Estamos hablando de una persona nueva, un amor "joven" reciente... Hay más preocupación por quién podría "ser tu futuro" que por quienes ya han estado contigo lo suficiente, además... Ahora Lee y Shikamaru se preocupan por ellos y los defienden —rie con molestia bebiendo —ahora ya no debo preocuparme por ellos.

Divertido el castaño sonríe tratando de seguirle el ritmo de bebida, pues el de marcas moradas bebía con cada palabra que salía de su boca, y el sake de la mesa se acababa con prisa.

—Entonces es diferente la preocupación hacia tu familia y tú pareja... Yo siento que puede llegar a ser lo mismo, pero sinceramente... Si mi hermana o mi madre estuvieran en peligro de muerte al igual que mi novia... Siento que iría a salvar a mi madre o hermana primero...

—Lo dices ahora, mientras no sucede, ¿Pero y si realmente sucediera? —se inclina en la mesa mirándolo —Imagina oír los gritos de tu hermana y los de tu novia, ver la cara de preocupación de ambas... La verdad —se deja caer en su asiento —en un caso asi, conociéndote intentarias salvar a las dos... Y quizá tengas éxito.

—No se de qué me conoces tanto —rie entre su beber —Pero tienes razón... Y además me tienes en un alto estima al decir que podría salvarlas a ambas, eso me hace sentir importante dentro de tu corazón de títere.

— ¡Sshhh! Calla pulgoso... —reia animado.

—Amigo, estás muy ebrio —rellenaba sus vasos con gracia.

—Lo se, lo sé... Estoy molesto... ¡Quiero beber mucho más y arrepentirme mañana!

Levantando los brazos con ánimos el de marcas moradas parecía irse hacia atrás, así que con prisa y casi tumbando la mesa, Kiba avanzaba sosteniendolo por el brazo y ayudándolo a sentarse normalmente, mientras pedía disculpas a los otros comensales.

—Oye amigo, ¿Y si seguimos bebiendo en mi apartamento? Yo compro la mitad del Sake.

—Si, si... Eso suena bien... Yo pago la otra mitad... —rie atontado.

Suspirando divertido con la escena, Kiba tomaba al chico por la cintura mientras éste recargaba casi todo su peso sobre él. Luego de pasar por algunas bebidas entraban al apartamento de Kiba dónde mientras Kiba le quitaba la ropa extra a su invitado, Kankuro se sacaba los zapatos con las puntas de los pies dejándolos caer dónde fuera, divertido, Kiba se quitaba las prendas de más para seguirlo.

—Muy bien, toma asiento con cuidado, voy por unas copas.

— ¡A tu orden!

Luego de tomar unos vasos, Kiba volvía con prisa tomando asiento en el suelo al lado de Kankuro que ya abría las bebidas bruscamente, Kiba lo relevo a servir.

—Dime chico perro... ¿Volverás a estás con la chica Gato?

Dudoso Kiba le daba su vaso de licor y por su parte empinaba el suyo bebiendo con ánimos, limpiando sus labios lo miraba quitarse el gorro que justo parecían las orejas de un gato, y solo reía con levedad rellenando su vaso para beber más.

—Ella es... Un poco molesta, se enfada por cualquier mínima cosa y siempre culpa a Akamaru de las peleas con sus gatos... Pero yo confío en Akamaru, él no es un mal perro... Pienso que quizá sus gatos iniciaron todo ese embrollo y ahora la culpa se la lleva él —molesto, toma otra copa — ¡Y eso me enfada muchísimo! —gruñe dejando caer su mano con brusquedad en la mesa.

Divertido Kankuro asiente y se recarga del sofá detrás suyo, mirando el techo de la habitación.

—Bueno... Tu perro te es muy fiel —incorporandose lo mira — ¿No has pensado que si... Quizá es como ella dice... Sea porque a Akamaru no le agrada que estés con ella?

Sorprendido ante ese pensar, esta vez es Kiba quien bebé rápidamente, mientras Kankuro disminuye el ritmo al beber.

—Aun que... Akamaru siempre me ha dicho cuando siente peligro o desagrado por alguien... En los exámenes él me avisó que Gaara era peligroso.

Riendo asiente — ¿Y que te dijo de mí?

—Que eras un bobo estirado... —rie divertido —Y que tuviera cuidad contigo y tú hermana también, en lo personal... Para mí eres alguien muy poderoso, pero jamás admitiré que me superas por poco.

—Lo has hecho justo ahora —rie sirviendo más bebida —pero como sea, siguiendo con la plática sobre Akamaru...

—Casi nunca le llamas por su nombre, me veo en la obligación de embriagarte más seguido —Dice divertido —anda, te escucho.

—Quiza le estoy dando muchas vueltas, yo jamás he tenido un perro... Pero... Siempre dicen que ellos son muy leales a sus dueños, tú debes estar muy enamorado de ella.

—Bueno —avergonzado rasca su mejilla —Un poco, es... La primer chica que sale conmigo...

— ¿Y que haría Akamaru si sintiera que ella te hace feliz?

Sorprendido, Kiba bajaba la mirada deslizando el filo del vaso por sus labios, y bebiendo de un solo empinar limpiaba su boca mirando a aquel chico a su lado, Kankuro parecía realmente ebrio, estaba sudando.

—Amm... ¿No quieres... Quitarte eso? —apuntaba su ropa —Debo de tener una camisa que te quede por algún lado —se levanta.

—Lo quitaré... ¡Pero estás evadiendo la pregunta!

Divertido sonreía entre avanzar al ropero buscado ropa, pero entonces sintió como una prenda algo caliente caía sobre su cabeza, avergozado quitaba la ropa de Kankuro de su cabeza y lo miraba en el suelo, riendo a sus anchas; jamás se había percatado de lo diferente que se veía aquel chico cuando reía con sinceridad, tragando grueso deslizo la mirada... Era de esperarse el buen cuerpo del castaño, pero... Había algo que lo ponía inquieto al verlo.

— ¡No... No lo sé amigo! —sigue en la búsqueda de ropa.

—Oye, relájate con esa ropa —toma la botella dirigiéndola hacia el chico de pie —puedo estar semidesnudo sin vergüenza alguna.

—Si, si... Se muy bien que no tienes vergüenza alguna —cerrando todo regresaba a la mesa —No lo sé ¿Bien? Jamás hemos pasado por algo así con Akamaru.

—Entonces... Supongamos que es un hijo mimado... Él trataría de mostrarte con sus acciones, haciendo travesuras —rie, mirándolo beber con la mirada al suelo —que ella no le agrada.

—Akamaru no es un niño mimado —abre la siguiente botella — ¿Segunda deducción?

—Bueno, como buen niño —rie divertido —él sabe que ella es alguien importante para tí, trata de soportar su presencia y el ser desplazado... Pero hay unos cuantos inconvenientes, la chica Gato tiene dos hijo, y esos dos hijos pasan a ser tú segunda preocupación, tienes que tener felices a los dos hijos gatos para tener feliz a la mamá gato —rie divertido.

—Jodete.

—Y Akamaru queda en último puesto...

Sorprendido, Kiba levanta la mirada pensativo y solo parpadea incrédulo de que aquel chico le haya dado la respuesta, al regresar la mirada, se encuentra con la tranquila y segura cara de Kankuro quien solo sonríe sin apartar la vista.

—Tengo razón ¿Cierto? ¿Quien lo diría? ... Dejaste a tu mejor amigo en tercer lugar.

—Agh... —arrepentido se encoge en la mesa —Soy un idiota.

—No pienso discutirlo —rie levemente acariciando su espalda —Pero no te sientas tan mal.

—Dime algo —lo mira de reojo — ¿Acaso... De alguna forma sientes lo mismo?

— ¿Qué? —sonrie sin comprender.

—Que te dejaron en tercer lugar... —se incorpora tomando de la botella —ellos ahora ponen más atención en sus parejas, que en tí... Te sientes desplazado y por eso molestas tanto a Lee como a Shikamaru.

—No, no... No te equivoques pequeño cachorro... Es normal que un hermano trate así al novio de su hermana, y si es un tipo, al tipo que se roba a su hermanito menor.

Divertido Kiba sigue bebiendo entre una plática en intento de derrumbar a Kankuro de su pose de chico cool que lo lleva todo con calma, pero antes de darse cuenta, la bebida se ha acabado, ambos están muy ebrios y es tarde por la noche como para encontrar una tienda abierta. Tambaleante, el de marcas rojas se levanta medio adormilado y muy ebrio, avanza a duras penas hacia el ropero y arroja el futón hacia Kankuro quien deja de roncar un segundo al sentirlo caer en su cara, atontado observa sábanas y almohadas ser lanzadas contra su cara, y solo las recibe mirando como Kiba avanza al apagador de Luz.

— ¡Ponte de pie chico Títere, ayúdame a mover el sofá para acomodar el futón!

Sin tantos problemas, el joven se levantaba dejando las cosas en el suelo, y con cada uno en un lado del sofá, lo empujaban hacia atrás sin tanto problema, pero ambos caía sobre él exhaustos y algo divertidos de verde en ese estado.

Sonriendo hacia el otro, la luz de la luna se adentraba por la ventana dejando ver sus caras casi a la perfección, las marcas de sus caras estaban algo borradas y fueron las manos de Kankuro las que avanzaron primero hacia la comisura de los labios de Kiba, limpiando con delicadeza la pintura que se había corrido, atontado Kiba sentía el tacto sin apartar la mirada de aquel chico que pronto hacia chocar sus miradas.

— ¿Dónde está Akamaru?

—Lo deje en casa de mi madre, solo es mientras... Consigo un piso donde dejen tener un perro tan grande como él.

Sonriendo Kankuro asentía y alejaba la mano de aquella mejilla tomando una respiración mientras apretaba la mirada intentando centrarse.

—Es un futón doble...

—Ella a veces... Venía a dormir conmigo... Así que lo compre doble.

—Bueno —sonreia animado —ahora yo dormiré contigo.

Divertido lo empujaba levemente — ¡Eso no se escucha para nada cómodo!

— ¿Qué? ¿¡Por qué!? —reia animado.

Encogiéndose de hombros Kiba se quitaba la camisa dejando ver su trabajado cuerpo y haciendo a Kankuro tragar grueso, era extraño, pero... No podía evitar verlo, ver esa sonrisa con esos leves colmillos, y solo sonreía bajando al suelo para acomodar el futón.

— ¿Yo te gustó?

La pregunta congelaba el lugar, aunque aturdido, Kankuro volvía a acomodar todo ignorado un poco aquellas palabras, pero Kiba bajaba y ayudándole a extender el futón se acercaba de más a su cara.

— ¿Te gustó Kankuro?

— ¿Que dices?  —se inclina tomando las sábanas — ¿Que es esa pregunta?

—Hace un tiempo que me miras de más... Cómo ahora que me quite la camisa... Dime... ¿De alguna manera yo te gustó?

Ante esa pregunta el azabache mayor lo miraba directo, miraba esa sonrisa burlona en su rostro y sin pena se lanzaba contra él tumbandolo sobre el futón, algo sorprendido Kiba lo miraba con atención y levemente sujetaba sus antebrazos deslizando las manos por sus músculos hasta llegar a su cuello, donde se abrazo a él haciendo acercarse.

—Te burlas de ella por ser cuidadora de gatos, pero ahora mismo...

Sus respiraciones chocaban, estaban a centímetros de saborear sus labios, pero ambos se detenían un poco, como tentando al otro.

—Has brincado sobre mí como si fueras un gato.

Riendo se inclinaba sobre su rostro haciéndolo abrir sus labios en espera de un beso, pero Kankuro miraba sus ojos con atención.

— ¿Me estás usando para olvidar a tu novia?

—No... —apretando los ojos desvíaba la mirada —me da pena decirlo, pero... De cierto modo no solo te tengo respeto... —lo observa directo —eres un chico guapo, no se porque es que nadie lo ve...

Sonriendo con levedad se inclina olfateando el cuerpo debajo suyo, para ser alguien que se la pasaba cuidando perros, el chico olía muy bien; los labios del castaño se deslizaban por el cuello de Kiba haciéndolo morder su labio y contraerse un poco, aquella respiración caliente deslizandose desde su cuello hasta su pecho podía realmente volverlo algo loco, sentir aquellas firmes manos sobre su cintura.

—Ah... —suspiraba —Kiba... Tus piernas se están abriendo ¿Para dejarme pasar?

— ¡Ugh! Cierra la boca —desviaba la mirada avergonzado — ¿Quieres que no lo haga?

—No, me complace verte hacerlo... Pero... —sube hasta tener su rostro de frente —Prefiero —besa su barbilla —Iniciar aquí.

Uniendo sus labios se besaban deseosos del otro, mientras las manos de ambos palpaban el cuerpo contrario lo mejor posible; mientras las manos de Kiba acariciaban aquellos brazos y se aferraban a la espalda del contrario atrayendolo sobre sí, las manos de Kankuro se centraban en las piernas del otro acariciandolas con profundidad. Sus respiraciones se volvían irregulares y alejándose del beso era Kiba quien acariciaba las mejillas del otro mirando como aquella pintura se corría ante el sudor del momento.

—Oye Kiba...

— ¿Mm?

—Y si yo... —presiona su cadera contra el chico debajo — ¿Lo metiera?

— ¿Quieres meterlo? —rie burlón.

— ¿No te gustaría?

—Suena... Excitante... Amm... —se levantaba abriendo el cajón de su su mueble —Tengo un poco de lubricante que usaba con ella.

— ¿Puedes dejar de hablar de ella? —pronunciaba algo disgustado.

— ¿Que pasa? —divertido se sacaba el pantalón — ¿Estas celoso?

Sonriendo retador el castaño avanzaba sobre el de marcas rojas haciéndolo quedar bajo suyo nuevamente, con una sonrisa en cara, Kankuro posaba su mano en el vientre de Kiba y la deslizaba con firmeza hasta meterla bajo el boxer negro y deslizarlo un poco hacia abajo mientras acariciaba con profundidad aquel muslo haciendo suspirar a Kiba.

— ¿Quieres que te masturbe un poco? —besaba su pecho.

—Mierda... No lo sé —suspiraba excitado—Si... Si quiero... —se rendía avergonzado — ¿Puedes masturbarme?

Sonriendo asiente y deslizando su mano hacia arriba sujeta el miembro erecto del contrario comenzando a masturbarlo con suavidad, con toque largos y fuertes, acariciando la punta y haciendo gemir del placer a aquel castaño que solo se cubría con su antebrazo.

—Ey... Kankuro... —lo atraía.

Kankuro seguía las órdenes de aque chico con una sonrisa, y soltando su miembro, sonreía al borde de sus labios.

— ¿Que pasa? —jugaba acercándose a aquellos labios.

—Deja de hacerte el listo —pronunciaba molesto —Y ya besame de una vez.

Sonriendo el castaño seguía aquella orden y mientras se hundían en un candente beso Kankuro abría la botella de libricante vertiendola sobre el vientre de Kiba y deslizando el líquido con su mano hasta llevarlo a la entrada del castaño que suspiraba al sentir el primer dedo vacilar sobre su entrada.

Con un juego precio muy caliente y cuidadoso, Kankuro se posaba entre las piernas de aquel castaño listo para meter su miembro en su interior, mientras un impaciente Kiba lo veía dudar un poco, el alcohol se había bajado un poco de sus sistemas ante el arduo y caluroso trabajo previo, pero aún así... Ambos parecían algo idos de vez en cuando.

—Ey Kankuro... ¿Lo vas a meter?

Dudoso subía la mirada —Me gustas...

Sorprendido tragaba grueso — ¿Qué? Si yo... Pensé que solo... Te interesaba para ésto...

— ¿Te incómoda? —se adentraba con cuidado en su interior.

—No ¡Mngh! No me incómoda... Pero me sorprende —se sujeta con fuerza a sus brazos —Que tengas el valor de decirlo así... Y en un momento como esté.

Divertido Kankuro sonreía y descansando su frente sobre la del castaño comenzaban a besarse con más delicadeza, a acariciarse con mas profundidad, y a sentirse con cada fibra de sus cuerpo; cada embestida causaba el placer de ambos chicos, Kiba se contraía deseoso de mas, mientras Kankuro lo sostenía con fuerza no queriendo dejarlo escapar.

— ¡Ah! ¡Mngh... Aaah! ¡Dios... Kankuro... Kankuro ve más despacio... Deja de golpear ahí! —sujetaba sus cabellos desesperado.

Sonriente Kankuro se inclinaba sobre sus pezones besandolos con delicadeza y comenzando a lamerlos, apretaba con toda la palma de sus manos aquellos pechos, y delicadamente mordía aquellos erectos pezones mientras sus embestidas eran profundas y pausadas volviendo loco a aquel castaño que con la mirada llorosa solo se sostenia de los hombros de su compañero moviendo sus caderas con algo de desespero.

— ¡Mmm... Agh! Ritmo... Ritmo medio... Lo quiero más rápido, pero con la misma profundidad ¡Mngh! ¡Por favor!

Encendido el joven asentía al pedido y con las manos aún en los pechos del joven comenzaba a embestirlo como había pedido. Ambos gemían por lo bajo extasiados en el cuerpo del contrario hasta que llegó la hora de correrse; Kiba termino primero, y aceptando el cansancio de su pareja salió de su interior comenzando a masturbarse mientras lo miraba exhausto en el suelo, con el cabello más desarreglado de lo usual, la mirada llorosa y la respiración agitada... Miraba su cuerpo, el semen en su vientre y por fin terminaba sobre él al observar el desastre que había dejado en su parte baja dónde escurría ahora su líquido seminal entre aquellas piernas... Extasiado Kankuro se acercaba a aquel chico besando por última vez sus labios y recibiendo una sonrisa cansada de su parte, Kiba estaba rendido y el alcohol no lo dejaba pensar en lo que había ocurrido, así que tomando la frazada cubria el cuerpo del joven y se metía a su lado en el futón mirándolo acurrucarse sobre su brazo y pecho, cómodamente Kankuro se gira hacia él posando su mano sobre sus caderas para cerrar los ojos y dormir.

La mañana llegaba a konoha con unos fuertes y directos rayos de sol adentrandose por las ventanas, Kankuro se removia con dolor de cabeza y abriendo los ojos miraba aquella cabellera castaña sobre su brazo, durmiendo plácidamente, adolorido sujetaba su cabeza observando más atentamente los hombros de aquel chico llenos de marcas.

— ¡Agh... Que dolor de cabeza!...

Ante su queja Kiba se removia adolorido y abrazandose al cuerpo desnudo del castaño solo bostezaba un poco.

—Callaté, quiero dormir un poco más... —abria un solo ojo —Kankuro ¿A qué hora te vas?

— ¿Um?... Medio dia —se abrazaba a aquel joven —Las doce...

—Son como las siete... ¿Dormimos un poco mas o quieres tomar un baño y desayunar?

—Nha... Al demonio...

Adormilado sacaba los hilos de chakra de sus dedos para cerrar las ventanas con brusquedad y solo acomodarse junto a aquel chico.

Llegada la hora de irse, Kankuro llegaba entre una carrera con Kiba hasta la entrada, donde Temari y Gaara lo esperaban algo irritados por su demora, pero al verlo sonreír tan tranquilamente, y con ropa casual y sin su gorro... Ambos se miraron confundidos, y apenas llegan a su lado ambos hermanos avanzan hacia ellos.

— ¿Que ha pasado? —cuestiona el pelirrojo —¿Por qué te has atrasado?

— ¿Y tú ropa? —cuestiona dudosa.

Calmado el castaño les muestra una bolsa de papel donde tiene su ropa, y aún dudosos los hermanos miran como se despide de aquel chico muy amistosamente.

—Entonces... La chica Gato... ¿Que harás con respecto a ella?

—Bueno, no lo se —arregla algunos cabellos del castaño frente a él —Quiza... Comience a preferir los gatos macho...

Entre una leve risa el llamado de la compañera de equipo de Kiba se escucha a lo lejos, Hinata los saluda desde lejos, y ladrando es Akamaru el que se acerca a toda velocidad saltando sobre su dueño y luego comenzando a olfatear minusiosamente hasta llegar al chico a su lado, sonriente Kankuro lo acaricia y aunque un poco dudoso, al ver a su dueño Akamaru comienza a mover la cola con alegría subiendo sobre Kankuro para lamer su rostro.

—Mug bien, muy bien, creo que es mucho para mí —observa al castaño.

Divertido Kiba posa su mano sobre Akamaru —Tiempo fuera amigo, él no es de ser tan cariñoso.

—Pero... No me desagradas del todo —acaricia la cabeza del can.

Divertido Kiba extendía la mano a aquel chico en forma de despedida, y algo ansioso Kankuro la estrechaba mirándolo con complicidad.

—Creo que es... Hora de irme, ¿Nos vemos luego?

—Si... Claro.

Y sin más aquel castaño avanzaba junto a sus hermanos que le cuestionaban bastantes cosas sobre su nueva amistad, pero ni siquiera todas esas preguntas lo hacían decaer de sus grandes ánimos.

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SusanRasgado te lo dedicó solo a tí ❤️

Ame hacerlo, gracias por recomendar la pareja, espero te guste. ❤️❤️❤️❤️❤️

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