Los poderoso Shanin de la Hoja.

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Últimamente muchos rumores sobre el mejor grupo de pandilleros de Konoha, rondaba por toda la manzana y demás vecindarios de la ciudad. Con un suspiro Tsunade hacia su aparición dejando con rudeza  sobre la mesa de madera, su bolso de piel con pinchos, entre un suspiro la rubia tomo asiento cruzándose de brazos y subiendo las piernas a la mesa a pesar de su falda.

—Oi idiotas —los miraba de reojo —Todo el mundo sigue hablando de esa porquería, ¿Que fue lo que hicieron para que aquel rumor comenzará a correr?

Dudosos ambos hombres dejaban los papeles en mano de lado, Jiraya miraba con una sonrisa a Orochimaru quien entre el exhalar de un suspiro se dirigía con la mirada a la rubia.

—Son tonterías, Jiraya y y no hicimos nada.

— ¡Si, seguro es un rumor que corrieron los idiotas de la manzana de alado después de la paliza que les dimos! —reia con entusiasmo sujetando el músculo de su brazo.

Suspirando la mujer jala la tira de su bolso para sacar el móvil dejando de prestarles importancia.

—Lo que sea... Hay nuevos reclutas esperando por nuestra formación, ¿Piensan ir o se quedarán haciendo nada aquí?

—No estamos perdiendo el tiempo Tsunade... —suspira mirándola —Ya no somos tan jóvenes, es hora de dejar de repartir golpes a simples mocosos —cruzandose de brazos tomaba los papeles en mano.

—Orochimaru a conseguido un trabajo en una empresa de la ciudad.

— ¿Ya es hora de volverse un viejo aburrido? —se burlaba cambiando su voz —Vamos —arrojando en móvil a la mesa se ponía de pie —Los Yakuza nos dieron esa oferta —los mira de frente con la mano en la cintura — ¿Realmente vamos a dejar pasar esta oportunidad? ¿Cuánto crees que ganaremos en tu empresa? ¡Los Yakuza nos harán ricos!

Dudoso Jiraya observa la pasión por el dinero en la cara de Orochimaru, pero al percatarse de la mirada del albino solo devia la mirada negando.

—Depende el tiempo que sigamos vivos... —la mira de frente —Firmar con los Yakuza significa dejar la libertad de lado.

— ¿¡De qué hablas!? ¡Los policías no nos arrestaran y podremos hacer lo que queramos!

—No podemos hacer lo que queramos... —intervine por fin el albino —Tsunade, se que fue divertido en la adolescencia, el barrio era nuestro y podíamos pelear contra la gente injusta, pero... Entrar al Yakuza es... Ser la gente injusta, ellos te mandarán cada semana a las tiendas de la zona a pedir la cuota... Y si ellos no reciben nada.

—Es la hora de golpear a los civiles —finalizaba el azabache.

—Pero es dinero...

— ¡Estás poniendo en riesgo tu vida y la de los chicos que nos siguen!

Ante la explosión de Jiraya la rubia se queda en blanco y pensativa solo baja la mirada para girarse y tomar su bolsa.

—Bien, no hay Yakuza... Pero si quiera intenten terminar con los rumores de la zona, ésto de verdad es molesto.

Sin más la joven mujer salía de la habitación dejando a ambos hombres cabizbajos, Jiraya sabía que el hombre a su lado deseaba por todos los medios entrar al Yakuza, pero... Algo lo estaba deteniendo.

—Orochimaru...

—No lo haré... —toma sus papeles —Ya te dije que no entraré al Yakuza así que deja de estar molestando Jiraya...

—Pero... ¿Porqué no lo hará? —tomaba asiento sobre la mesa mirándolo —Siempre habías deseado entrar al Yakuza.

Riendo lo mira —Ahora mismo no puedo comprenderte, pensé que no me querías dentro del Yakuza... ¿Pero ahora me cuestionas el porqué no entrar?—riendo por lo bajo lo mira de reojo —Los Yakuzas son algo grande, y a pesar de su magnitud no existen en lo absoluto... —toma asiento mirándolo —Ser Yakuza sería algo increíble para mí, sabes que me encanta gobernar sobre todo, amo tener el control de las cosas.

—Lo se —sonrie con calma —Por eso mismo me lo cuestionó... ¿Que te está haciendo quedarte?

— ¿Eso significa que quieres que me vaya? —rie divertido recargando su mejilla de su mano —Es por Tsunade ¿No es así? Me estás cuestionando todo ésto porque Tsunade ahora quiere ser parte de los Yakuza —exhalando un suspiro se levanta —Pero lo lamento, no tengo nada que ver en eso... —avanza a la puerta —Tsunade es fuerte, pero sus sentimientos no la dejarían matar a alguien que no lo merece, y así es el Yakuza, no siempre matarás a quien se lo merece...

Ante su salida Jiraya toma su bolso colocándose lo en el hombro y sale con prisa detrás suyo sujetándolo por el hombro.

—Estó no es por Tsunade, simplemente... Me da curiosidad.

— ¿Que te da curiosidad?

—Tú...

La sorpresa se hace de aquella cara palida, con ambos hombres detenidos en mitad de aquel callejón, solo se podía mirar la luz anaranjada del atardecer y oír el golpear del río contra el cemento. Jiraya dudo un segundo dirigiendo la mirada a los labios pálidos de su amigo y apretó los suyos tragando grueso.

— ¡Oigan par de maricones!

Arrojando una botella abierta de agua hacia ellos, se mostraba un grupo de cinco chicos un poco más jóvenes que ellos, sacando su Katana de madera Orochimaru desvío la botella, pero el agua logro salpicar a su rostro haciéndolo bajar la mirada mientras esos tipos reían.

—Ey —mencionaba preocupado sujetado su mano — ¿Estás bien?

—Si... Solo es... Agua con algo de tierra dentro —tallaba sus ojos adolorido.

Furioso Jiraya se volvió a los chicos que sonriendo engreídos comenzaba a mostrar los bats y fierros en sus manos, arrojando su mochila aún lado Jiraya comenzaba a estirar el cuerpo, sonríendo con confianza.

— ¡Los mocosos de ahora ya no tienen la fuerza para atacar a mano limpia! Son todos unos cobardes... —sonreia listo.

— ¿¡Quien es cobarde!? —lanzando su bate avanzaba.

Con el puño limpio el joven se lanzaba contra el hombre tratando de golpear su mejilla sin éxito, apenas lo veo tambalearse Jiraya solo elevó la rodilla con fuerza golpeando su estómago y haciéndolo caer mientras Orochimaru terminaba de abrir por fin uno de sus ojos.

— ¿Decían pequeñas plagas? —tronaba sus nudillos — ¿Realmente pueden vencerme a mano limpia? Acabo de cumplir treinta años... Son un viejo ¿No es así?

Furiosos se miraban entre sí y ante el asentimiento de su líder comenzaban a avanzar sin armas en mano iniciando una lucha cuerpo a cuerpo, pero al ver que no podían contra aquel hombro poco a poco comenzaron a avanzar con sus semanas obteniendo por fin la participación de Orochimaru que animado les daba una paliza con la Katana mientras Jiraya los remataba a puño limpio.

Con todos en el suelo Jiraya se sentaba sobre la espalda del líder riendo mientras observaba a Orochimaru aún doliendose.

—Maldicion, arrojar tierra en los ojos es el más viejo y cobarde truco del libro... Haaa... Realmente podrían herir a alguien de este modo —posando la mano sobre el hombro de Jiraya lo miraba con dificultad —Regresare a la guarida para limpiar mejor mis ojos.

—Deja de frotar o de verdad vas a dañar tus ojos...

—Si, si...

—Te espero aquí.

Con el azabache marchandose Jiraya podía mirar mejor a los chicos rendidos en el suelo y de pronto sujetaba por el cabello al líder.

—Por cierto, al llegar aquí... Ustedes nos llamaron maricones,¿Quien a esparcido ese rumor?

— ¿Que... Que maldito rumor? —trataba de alejar la mano ajena de su cabello —No hay un maldito rumor, alguien a estado filtrando una foto por toda la zona.

— ¿Foto? —cuestionaba confundido.

—En mi celular, está en mi celular...

Sin prisa el albino sacaba el móvil del bolsillo de su víctima y en la galería podía observar una foto reciente, una foto de aquel azabache besandolo en un callejón, sorprendido veía levantarse a algunos del grupo y solo se ponía de pie arrojando el móvil al líder.

—Vayanse de una vez.

Agradecidos huían del lugar dejando a un pensativo hombre que intentaba recordar.

—Ebrio... Fue... La semana pasada —mencionaba por lo bajo —Pero esa foto no es falsa... Se ve perfectamente como sus labios...

Posando su mano sobre sus labios terminaba tragando grueso y sujetando sus cosas se aproximaba a la guarida dónde Orochimaru apenas secaba su rostro.

— ¿Por qué has venido? Yo pude ir a...

Dudoso se detuvo ante el acercamiento del albino, que sin detenerse tomo a aquel hombre por la nuca y lo beso sin más... Y aunque extrañado, Orochimaru sonrío y sujetando las mejillas del contrario comenzó a guiar aquel beso.

Entre las separaciones de sus labios y la profundidad de sus besos, Orochimaru guío a Jiraya hasta el sofá del lugar y relamiendo sus labios con su larga lengua le dedicó una sonrisa mientras soltaba su usual yukata con lentitud, tragando grueso Jiraya solo podía ver cómo más partes de aquel blanquecino cuerpo se mostraban, y como ese hombre subía a horcajadas sobre su regazo, sujetando las pierna del azabache por debajo de la tela solo podía mirar esos ojos llenos de lujuria y sentir la lengua de Orochimaru sobre sus labios y pasando por su mejilla hasta su oreja.

— ¿Te gusta?

Susurraba dominante haciendo erizar la piel de su compañero que sonreía excitado.

— ¿Desde cuándo...?

—Ho... —desliza el dedo por el pecho del contrario —Desde hace mucho —agachandose besa su clavícula —Pero hasta ahora te has dado cuenta.

Entre besos y mordidas a aquel cuello las prendas del albino salían poco a poco de su cuerpo dejando su torso desnudo y su bragueta abajo mientras Orochimaru acariciaba aquel pecho y lo lamía con placer haciendo suspirar y retener gemidos al contrario.

—Mierda —apretaba el agarre a los muslos — ¡Agh!... Yo también quiero lamerte —lo hacia subir la mirada uniendo su frente.

Ante esos ojos de cachorro Orochimaru solo pudo sonreír divertido y sin más se vio derribado sobre el sofá con aquel hombre entre sus piernas. Con brutalidad Jiraya besaba aquella piel pálida dejando leves marcas por todos lados mientras escuchaba como un musical aquellos suspiros y sentía sobre sus hombros las uñas del hombre debajo suyo.

— ¡Mngh!

Se contenía sintiendo los dientes del albino sobre su pezón, sus piernas se elevaban rozando con la piel desnuda del albino mientras sus uñas se enterraban en su piel con placer.

—Mierda... —cubria su boca de los gemidos — ¡Aah! ¡Mngh!

Aquel toque profundo desde su vientre hasta su cuello lo volvían loco, sus miembros se frotaban entre sí y aquel albino no dejaba de morder su piel, completamente excitado Orochimaru termino por soltar toda su Yukata dejándola abierta a la vista. Tragando grueso Jiraya saco su miembro y comenzó a masturbarse mirando al joven bajo suyo hacer lo mismo, cada uno miraba la piel desnuda del otro, las marcas que habían dejado en el cuerpo contrario y solo podían suspirar y quejarse por lo bajo más que excitados, entre el cerrar de ojos de Orochimaru, Jiraya se aventuro a sujetarlo con fuerza por la cintura y acercar su miembro a aquella palpitante entrada.

—Ey... —lo miraba perdido en el placer —Quiero meterlo...

— ¿Y que esperas?

Guiando aquel miembro contraía su cuerpo con placer ahogando sus suspiros entre el morder de sus labios, poco a poco Jiraya entraba en él haciendo vibrar su cuerpo mientras una corriente eléctrica lo hacía contraerse contra el azabache perdido en el placer.

— ¡Aah! —suspiraba —Muevete Jiraya... Quiero sentirte dentro mío ahora mismo.

Excitado ante la orden las caderas del albino comenzaron a moverse en un constante vaiven que hacía estremecer a su pareja, que le seguía el juego moviendo sus caderas al compás, Jiraya apenas se abalanzaba sobre él para abrazarlo mientras lo penetabra cuando Orochimaru lo detuvo y guío la mano de su amigo hasta su cuello pidiéndole con la mirada que apretara con fuerza, encendido siguió la orden y con más fuerza comenzó a embestirlo hasta sentirse venir en sus adentros, el vientre de Orochimaru se contraía mientras su mirada de éxtasis y su fuerte y ronco gemido llenaba la habitación, exhaustos se miraban de reojo.

—A la mierda con el rumor —sonreia Jiraya — ¿Y si lo hacemos real?

Algo sorprendido Orochimaru apretó los labios mirando toda la habitación y bajando la mirada suspiro.

— ¿Y Tsunade? Pensé que tú y ella...

— ¿He?

— ¡Par de idiotas! ¡Haaaa!

Gritaba sorprendida ante la escena que se presentaba delante de ella, atontado Jiraya se levantó con prisa sacando su miembro sin aviso del interior de Orochimaru quien sin poder contenerse gimió ante la sorpresa, terminando por cubrir su boca con vergüenza.

—Mierda, mierda, mierda... —los miraba de reojo — ¡Lo siento maldita sea! Mierda... El semen está... —avergonzaba miraba el trasero de Orochimaru.

— ¡No, no lo veas!

Gritaba avergonzado cubriendo su cuerpo con sus propias manos mientras Jiraya terminaba de cerrar sus pantalones y completamente avergonzado miraba al hombre que le cuestionaba con la mirada desde el sofá, divertido comenzó a reír cubriendo con su cuerpo a Orochimaru que avergonzado cerraba su Yukata.

Aún con la vergüenza, parecía estar algo claro para todo el grupo, ese rumor se quedaría, y próximamente lo harían real.

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