Mamá, Phineas y Ferb no están.

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Con tranquilidad una pelirroja bajaba entre el mirar su celular con dirección a la cocina, al entrar paso directo al refrigerador y su madre la miró perdida en aquel móvil con algo de desanimo.

—Candance... ¿Y los chicos?

—Mamá —la mira con enfado —te dije por la mañana que ellos no iban a estar está noche, la madre de Baljet llamo cuando no estabas y pidió permiso para ellos, papá dijo que si.

Algo sorprendida hacia viajar la mirada a la barra de la cocina notando con algo de vergüenza a una muchacha azabache que sonreía con calma y estilo.

—Va... Vanesa... —mencionaba avergonzada — ¿Que... Que haces por aquí?

Sonriendo cerraba la nevera para recargarse de ella y fingir tranquilidad, la azabache sonrío divertida mirando a la señora Flint.

—Al parecer Ferb le iba a ayudar con su proyecto de ciencias, pero... Se habrá olvidado de ello —rie más amistosa —eso lo heredó de mi, ya que no recordé que me dijiste que ellos no estarían, bueno —se saca el delantal —tengo los ingredientes listos y Ferb no está, lo siento Vanesa, quizá Candace pueda ayudarte.

—Oh, no, no —se levanta sonriente —no quiero molestarla, pero... ¿Que te parece tontear un poco en tu habitación? No tengo nada que hacer si Ferb no me va a ayudar.

—Cla... ¡Claro! —menciona nerviosa —Si, si claro... Vayamos arriba...

Tomando a la azabache por el brazo la arrastra piso arriba mientras la señora Flecher le pide que no la arrastre por la casa sin más. Al llegar al segundo piso Candace se detiene dudosa y se gira hacia la azabache.

— ¡Tengo que! —nerviosa observa la habitación — ¡Limpiar... Debo limpiar un poco!

Riendo, la azabache sostiene la mano contraria sobre aquella perilla, sus rostros están cerca de la otra y mientras una parece totalmente relajada y divertida, la otra está ardiendo en pánico.

—Oye, solo relájate, mi habitación también está hecha un asco... Te invitaré próximamente —abre la puerta con tranquilidad — ¡Oh, vaya! Es completamente rosa —rie levemente.

Ante tal risa Candace baja la mirada avergonzada mientras juega con su cabello, al notarlo Vanesa avanza a su lado sujetando su mano y se acerca para mirarla con algo de culpa.

—Oye, no lo digo de mala forma —rie tranquila —Deberias ver mi habitación, es totalmente negra.

La peliroja ríe algo calma y toma asiento en su calma junto a la otra chica, Vanesa observa toda la habitación recargando sus manos del suave colchón bajo ella y solo sonríe.

— ¿Realmente es totalmente negra?

—Con unos matices morados por aquí y allá... —rie —me gusta tu habitación, tus peluches son lindos, y las muñecas... Mi padre compro una zusie Maggufin para mí, es la única muñeca de color que tengo.

La peliroja ríe y Vanesa aprovecha para levantarse y pasar sus dedos sobre las paredes y peluches observando todo con más detenimiento.

—Espero que no te tomes a mal el que no quiera que me ayudes con mi proyecto, pero Ferb elaboró un proyecto muy elaborado... Si yo no puedo lograrlo sola dudo que podamos terminarlo juntas.

—Lo comprendo —Digo con tranquilidad —Ferb y Phineas sobrepasan mi intelecto —sonrie tranquila.

—Y el mío —rie animada —Oye —avanza a su tocador — ¿Por qué siempre te pones tan nerviosa a mi lado? Hoy es la primer vez —la observa de reojo —que te veo tan tranquila estando conmigo.

—Es que... —extiende sus manos entre sus piernas —Eres... Muy genial —expresa avergonzada —te ves tan adulta, eres tan madura... ¡Vas a fiestas súper geniales y la gente con la que te juntas es tan...

Deteniendose observa esa sonrisa encima suyo, aquella azabache la mira sin más y solo se encoge de hombros con calma.

— ¿Y qué? Soy tan normal como tú.

—No, no lo eres —Dice más tranquila —las chicas como tú están en otro nivel, tienen... Lo suyo —la señala completa —se ven y actúan increíbles.

—Candace, sabes que yo no me siento superior a ti ¿Verdad? Una persona tiene lo "suyo" cuando es como es... Tú tienes lo tuyo —verifica el maquillaje —Eres dulce y animada, muy extrovertida y honesta, me gustan esas cosas de tí.

—Pero tu estilo es mucho más genial... —Dice con desanimo.

Vanesa ríe y tranquilamente muestra el maquillaje en sus manos con una sonrisa.

— ¿Puedo pintarte?

—Si... Aunque debo decirte que el maquillaje no es por completo lo mío... Me veo muy rara con él.

—Tampoco era lo mío —la tumba en la cama —las cosas se aprenden con el tiempo y práctica Candace —sube a horcajadas sobre ella —ademas... Cuando las madres no te enseñan, puedes aprender de amigos o... Internet —sonrie tranquila.

— ¿Y para que el recostarme? —cuestiona avergonzada.

—Para mí, el maquillar es... Como un arte, en este momento tú eres mi lienzo y necesito relajarme y analizar te con profundidad para guiar cada pincelada.

Divertida cubría su boca —Eso se escucha tan raro... Pero está bien, haz tu mejor intento.

Sorprendida ante la ternura de aquella chica solo tomaba una toalla húmeda para limpiar el rostro de Candace que cerraba sus ojos dejándola proceder. Vanesa tomo el rimel y tranquilamente acomodo sus cabellos para que no le estorbaran, y se inclino sobre Candace sorprendiendola ante la cercanía de sus rostros.

—Aquel chico, Jeremy... ¿Cómo vas con él?

—En poco tiempo él irá a estudiar en París... —menciona con tristeza —es difícil salir con alguien mayor que yo.

—Bueno... Pues yo creo que es bueno que se vaya.

— ¿Por qué?

—Si superan una relación a distancia, creo que lo superarán todo.

Candace sonríe ante aquel pensamiento y solo observa detenidamente el rojo de los labios de aquella chica, aquel carmesí opaco y profundo, sus ojos negros... Directos a su rostro, atentos a sus movimientos.

— ¿Tienes pareja? —cuestiona sin pensar.

—Pues... Por el momento no —contesta con calma —No tengo prisa con eso, papá se volvería loco con cualquier chico que le presente.

Candace ríe —creo que así son todos los padres... Amm... Vanesa.

— ¿Si?

— ¿Realmente crees que soy... Bonita a mi modo?

Ampliamente le dedica una sonrisa y dejando de mirar el rimel, observa los ojos frente a ella.

—Lo eres, tu cabello pelirojo debe ser tu mayor atributo, es muy lindo... —cerrando el rimel palpa sus cejas con su pulgar —tus cejas están cuidadas y tiene una linda medida —desliza su dedo por la nariz contraria —tu nariz es respingada, es tierna... —y tus labios... —se inclina tragando grueso —son... Lindos... —suspira —tus ojos también lo son.

Nerviosa, Candace aprieta sus manos sobre su vientre admirando esa mirada penetrante y llena de significado, de un... Deseo algo extraño, pero llamativo. Vanesa deja la pintura de lado y sentandose sobre el cuerpo de aquella chica muerde sus labios con levedad posando su mano sobre el vientre de la peliroja que avergonzada se contrae se la sorpresa.

—Tu figura es linda y tus... —desliza la mano —pechos son... Tienen —palpa en contorno algo inquieta —Un lindo volumen.

—Vanesa —aprieta los dientes —Amm... Mis labios —posa sus dedos sobre ellos — ¿Realmente son lindos?

Nerviosa asiente y se inclina nuevamente con el estómago hecho un nudo y la excitación llenando su cuerpo, lentamente ambas cierran los ojos mientras la mano de la azabache se desliza sobre aquel pecho y... Sus labios se juntan con profundidad deslizandose sobre los contrarios con deseo. Con la respiración agitada ambas se miran entre el alejarse de los labios contrarios, y entonces dudan.

—Yo... —desvia la mirada relamiendo sus labios.

—Vanesa...

— ¿Si? —cuestiona avergonzada.

— ¿Te atraigo? —cuestiona con sinceridad.

—Eres... Realmente linda Candace, pero... Creo que solo fue... Un impulso estúpido, es decir... Tienes novio...

— ¿Y si no lo tuviera?

La cuestión tomaba por sorpresa a aquella joven y bajandose de la peliroja tomaba asiento a su lado.

— ¿Porque lo preguntas?

—No es solo curiosidad —se incorpora jugando con su pelo —Es que... Me pareces linda, al verte tan cerca me dieron ganas de... Besarte y esas cosas —confiesa apenada.

— ¿Esas cosas? —sonrie dudosa.

— ¡Solo es... No pienso que sea curiosidad, simplemente... Me dieron ganas de hacerlo... —une sus manos en su pecho —me gusto.

— ¿Quieres que probemos un poco más?

Ante esa cuestión la peliroja asiente lentamente y acercándose toma sus manos, Vanesa sonríe tomándola de la barbilla para iniciar un tranquilo beso entre suspiros mientras sus manos buscan el cuerpo contrario, las manos de Candace pasean por las piernas de Vanesa, mientras las manos de la azabache buscan más... Suben por el vientre de Candace apretando sus senos, deslizando sus dedos sobre ellos y frotandolos con profundidad mientras el beso sube de ritmo. Las manos de Candace suben aquella falda negra y sonriendo Vanesa se separa de aquellos labios mirando el sonrojo de aquella chica.

— ¿Y si vemos más de cerca tu cuerpo? Te dejare ver el mío —desabotona su camisa —solo se vale decir cosas lindas del cuerpo contrario.

Tragando grueso, Candace podía ver el sostén negro y los senos de Vanesa quien sin pena dejaba caer aquella prenda en la cama; aunque dudosa Candace le seguía el juego sacando su blusa roja y dejando ver su sostén rosa. Vanesa sonreía ante la vista y levantándose de rodillas la hacia seguirla para sujetar aquella falda y desabrochar la, uniéndose en un nuevo beso Candace hacia lo mismo con la falda contraria dejándola caer sobre la cama, de reojo entre sus besos veían la ropa interior de la contraria, por mucho la ropa de Candace era más... Reservada, mientras la lencería de Vanesa era de una chica adulta y sexy.

— ¿Te gusta? —sonreia contra sus labios —podemos ir luego a comprar una para ti —deslizaba sus dedos por la ropa interior de la peliroja —Uno muy sexy... —suspiraba con desespero sobre los labios contrarios.

Candace trago grueso y sujetando la cintura de Vanesa se acercó de nueva cuenta a sus labios, Vanesa sonreía y lentamente posaba la palma de su mano en el vientre de la pelirosa para adentrar con delicadeza, su mano bajo aquella prenda. Al sentir el contacto Candace suspiro excitada, pero no sé aparto dejando que aquella mano palpara su parte íntima... Poco a poco Candace se excitaba más y hacia lo mismo que aquella azabache masturbando a su amiga mientras besaban el cuerpo contrario y gemían a cierto compás. Cayendo en la cama ambas comenzaban a besarse mientras tocaban el cuerpo contrario con deseo, sus ojos se miraban de vez en cuando y luego observaban el contraer del vientre contrario, el levantar de los pezones ajenos, inquieta y encendida, Vanesa saco su mano de la ropa interior rosa y subiendo sobre Candace bajo aquel brassier besando y acariciando sus pechos, la joven peliroja cubría su labios evitando los gemidos mientras sujetaba las piernas de la azabache con deseo.

—Vanesa ¡Mngh! Quiero... Quiero hacer lo mismo.

Sin pena la azabache se apartaba de aquellos pezones erectos y se deshacía de su sujetador dejando ver sus pechos, Candace trago grueso e incorporandose los acarició sorprendiendo a Vanesa que sonreía permitiendole seguir, poco a poco Candace comenzó a lamer los pezones ajenos como aquella chica había hecho con los suyos. Ambas estaban excitadas, mojadas y deseosas. Mirándose a los ojos decidieron sin decirse nada quitarse la ropa interior y masturbándose frente a la otra llegaban a un profundo y excitante climax que las hacia apretar sus pechos, morder sus labios, y caer rendidas en la cama, exhaustas y felices, complacidas.

—Oye Vanesa... ¿Estamos bien como amigas?

—Claro —sonrie animada —si claro... Amigas, por mi bien... —muerde sus labios Inhalando profundo.

— ¿Sigue en pie lo de invitarme a tu cuarto próximamente?

—Si... —sujeta su mano —definitivamente, podríamos salir mas seguido también, como amigas, a comprar y esas cosas.

— ¡Mm! —asiente —esas cosas...

— ¡Candace, Vanesa! —gritaba desde el piso de abajo — ¡Jeremy está subiendo!

Sorprendidas se levantaban con prisa cambiándose lo más rápido posible y manteniendo los oídos en aquel pasillo, para cuando Jeremy tocó la puerta Candace quitó las sábanas con prisa arrojandolas a la ropa sucia mientras Vanesa abotonaba su blusa dando la espalda a la puerta.

— ¡Entra Jeremy! —gritaba animada.

Aliviada Vanesa bajaba la mirada notando las pantaletas de Candace en el suelo y tragando grueso solo las arrojaba bajo la cama con su pie para dirigirle una sonrisa al rubio que entraba.

—Hola...

—Oh, hola... ¿Te he visto antes?

—Ha... Si... —menciona nerviosa —le diste clases de guitarra a mi padre una vez.

Pensativo trataba de recordar mientras Vanesa hacia señas a la peliroja para que se diera cuenta que olvidaba algo importante, Candace no entendía nada y solo llevaba cobijas nuevas a su cama.

— ¡Ha, creo que ya se, Doflenmirtz!

— ¡Casi lo pronuncias bien! —saca levemente las pantaletas con su pie.

El rostro de la peliroja se tiñó de rojo al ver aquello y escondiéndolas con su pie sujeto el brazo de Vanesa.

— ¿Puedes terminar aquí? Llevaré las cobijas al lavado o la mancha no se quitará.

— ¿Que ocurrió? —cuestiona el rubio.

— ¡Bebíamos jugo de uva!

— ¡El maquillaje se cayó!

Se miraron nerviosas ante aquello y Jeremy solo las miraba dudoso.

—Es que traje jugo de uvas —aclara Vanesa —y mientras la maquillaba se cayó sobre la cama.

Candace tomaba ropa interior con cuidado de no ser vista.

—Y por levantar el jugo se tiró esmalte en las sábanas, todo un desastre.

—Entonces voy a... —avanza de espalda hacia la puerta —Ahora vuelvo.

—Si, toma tu tiempo, no es nada muy importante, le ayudaré a Vanesa a tender tu cama.

— ¡Muy bien! —lo toma de los hombros — ¡Tú de aquel lado, yo te esté!

—Muy bien —rie curioso.

Mirándose de reojo con la azabache, Candace salía de la habitación algo nerviosa mientras Vanesa le hacía plática a Jeremy. Era extraño... No sé sentía como si lo hubiera engañado, pero... Aún así... Definitivamente no le podría contar eso a Jeremy jamás, haya Sido lo que haya Sido... Jamás volvería a pasar... O eso pensaba.

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