Mentirosa Seducción

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La noche cubria de poco las calles de Konoha, y entre un andar algo ruidoso el profesor Iruka se despedía de sus amigos con entusiasmo, apenas los caminos se separaban el profesor Iruka suspiraba Sujetando su nuca con algo de cansancio.

—Dios... Que día tan agotador... —observa los alrededores —Naruto ya debe estar en casa, me preguntó si ya habrá cenado... —exhala un suspiro —ese chico, no importa cuánto crezca sigue siendo igual de irresponsable con sus comidas.

—Asi son todos los niños ¿No lo cree?

Sorprendido admiraba al hombre que caminaba detrás suyo con una cámara en manos, rápidamente analizó su rostro en un intento de descifrar de quién se trataba, pero finalmente solo emitió una risa incómoda y rascando su mejilla negó.

—No, no todos son así, menos a su edad, ya tiene diecinueve... La mayoría de niños que he cuidado y visto crecer no son así en absoluto, es solo que... —rie incómodo —él realmente es algo especial.

—Si... —sonrie mirándolo de reojo —parece ser muy especial para usted.

Entre su risa incómoda lo vuelve a admirar de reojo algo incómodo con la forma tan natural de aquel hombre para acercarse a él, y sobre todo... El hecho de que seguia caminando a su lado.

—Disculpe la pregunta indiscreta, pero... ¿A dónde se dirige?

—Oh... —sonrie negando con su mano —por favor no piense que lo estoy siguiendo, ahora mismo he tenido un día muy cansado... —apunta hacia delante  —vengo de visita, pero si no me equivoco el área para adultos está más adelante ¿No es así? He visto a muchos ebrios venir de esa dirección.

—Oh, —rie apenado —si, si, tiene buen ojo, tiene razón y más adelante es el área de los adultos... —da una reverencia —Lamento la desconfianza.

—No, no —detiene su andar —comprendo la desconfianza por las... Épocas pasadas.

—Si... —sujeta su nuca apenado —siempre quedan restos de las batallas.

—Triste —inhala —pero cierto —suspira —asi son las cosas.

—Bueno... Yo debo seguir mi camino, ha Sido un placer conocerlo señor... —tiende su mano.

—Sukea —toma su mano con una sonrisa —puedo decir lo mismo de usted.

—Iruka.

Ambos se sonríen terminando con su apretón de manos, Iruka observa el barrio de reojo mientras los ojos verdes del joven castaño Sukea viajan por los bares y antros del lugar.

— ¡Oh! —sonrie apuntando el lugar —Ese sitio parece tener buen ambiente, creo que iré...

Iruka se sorprende y con prisa detiene el andar del castaño sujetándolo por los hombros y negando incómodo.

—No tienes buen ojo para estas cosas, ese lugar... Definitivamente no es bueno para tí.

— ¿De verdad? —rie apenado —siempre me ocurre algo así al elegir ese tipo de lugares, la última vez perdí mi cámara.

Riendo pasa la mano sobre su cabello — ¿Siempre escoges lugares así? Y eso que pareces tan tranquilo.

—Si, bueno... Me gustan un poco —rasca su barbilla —las cosas agitadas.

Con interés sonríe más tranquilo — ¿Eres de esos borrachos que causan desastre? Con malos hábitos y todo eso... —rie — ¿Te desnudas o besas? O quizá... Peleas... ¿Causas peleas?

Sus miradas se cruzan llenas de interés y tranquilidad, Sukea se sonroja un poco y bajando levemente la mirada da un asentimiento.

—Besos... —rie apenado desviando la mirada —Soy de... Besos... —sacude su cabello —es vergonzoso, pero ya sabes que después de los besos viene una pelea casi siempre...

— ¡Oh! —rie animado — ¿Eso significa que has tenido suerte algunas veces? —palmea su hombro —es de esperarse, tienes buena cara amigo.

Sukea se queda en silencio analizando esa amplia sonrisa en la cara del moreno mientras evita sonreír demasiado por la ternura que le causa aquel hombre.

—Si, bueno... No siempre, a veces me golpean.

Ríe a carcajadas —Oh dios, lo lamento —limpia sus lágrimas —es que es divertido beber con gente así... Con los menos desastrosos, lo digo enserio, tengo un amigo que es una verdadera bestia cuando llega a beber, pero es divertido mirar el desastre que causa.

Asintiendo analiza al hombre delante suyo — ¿Te gustaría acompañarme un rato?

— ¿A beber?... —dudoso baja la mirada —creeme que me encantaría, pero mañana es día laboral... Doy clases... No seria muy...

—Bien, lo entiendo, no te sientas presionado —rie —solo... No lo sé, creo que nos llevaríamos bien así que pensé que... —niega —no importa, lo entiendo bien, el trabajo es trabajo ¿No es así Iruka Sensei?

— ¿Sensei? —rie apenado —eso suena tan raro viniendo de la boca de un adulto que no sea padre de los niños...

El castaño traga grueso y admira al hombre delante suyo con algo de duda, su mirada esmeralda tan tranquila... Su rostro tan... Sorpresivamente juvenil, era extraño que ese hombre... Se le hiciera conocido de algún modo.

— ¿Algún problema? —cuestiona señalando su entrecejo —pareces inseguro de algo.

—Oh... No es nada, —sujeta su brazo apenado —simplemente que... —aprieta sus labios —tienes algo que se me hace muy familiar...

— ¿De verdad? —posa con su mano bajo su barbilla — ¿Tienes a alguien tan guapo como yo entre tu grupo de amigos?

Nuevamente las carcajadas del hombre invaden aquella calle mezclándose entre la música y las voces de diversos comensales.

—No lo sé, supongo que sí pero...

— ¡Oh vaya! —sujeta su hombro inclinandose contra su frente —has confesado que soy guapo.

Apenado sigue el juego —Lo eres, ¿Por qué tendría que negarlo? Tienes buena cara Sukea San.

Sus ojos se analizan mientras ambos sonríen para el otro, pero finalmente es Sukea quien se aleja de aquel hombre para apuntar tranquilamente a un local más descubierto al público.

— ¿Qué te parece ir ahí?

—Tu vista... —lo observa —mejoro tras mi comentario.

—Debes ser un buen Sensei.

Entre sus risas ambos hombres avanzan a la pequeña tienda hasta tomar asiento en una mesa retirada pidiendo algunas botanas y la primer botella de soju; su charlas variaban de vez en cuando y poco a poco Iruka contaba cosas de su vida a aquel hombre que lo miraba con suma tranquilidad y atención.

—Entonces aunque estaba preocupado me di cuenta de que lo estaba dejando en buenas manos, Kakashi no es ningún juego, es un muy buen ninja, un prodigio... No dudo para nada de sus habilidades.

—Y aún así hiciste toda esa escena que me contaste.

Riendo le da la razón —Debes entender que le estaba dejando algo muy preciado para mí... —sonrie apenado —ese niño es... Como un hijo para mí, de verdad lo es.

Con una sonrisa servía un poco más de Sake para ambos, Iruka bebida con tranquilidad mientras que Sukea bebía sin restricciones apenas emborrachándose un poco.

— ¿Cuantos años tienes Sukea?

—Treinta... ¿Y tú?

—Veintisiete.

Ambos se miraban fijamente y con completa tranquilidad mientras seguían bebiendo dejando al silencio fluir entre la mesa.

— ¿Quieres saber la razón por la cual bebo?

—Si quiere contarme lo escucharé con atención.

Sonríe bebiendo más —Es por un hombre.

—Ooh... Un hombre ¿He?

La sonrisa del castaño se expandía sorprendida por la calma en la voz de aquel hombre,  ¿Cómo podría ver eso normal?

— ¿No te sorprende?

—No... —juega con su vaso —te gusta un hombre y eso te está causando problemas... Es normal, pasa también entre hombres y mujeres, por eso hay tantas novelas de problemas amorosos... —sube su mirada — ¿Qué ocurrió con él?

—Es solo que... Él no sabe que me gusta y... —sujets su nuca abatido —Hace poco escuché que alguien iba a intentar confesarse a él... Eso me abrumó, supongo.

—En lugar de sentirte abrumado solo deberías actuar —golpea el brazo del ojiverde — ¡Es tú oportunidad! Debes confesarte antes de que la otra persona lo haga.

Riendo niega — ¿Y si me rechaza? Puede parecerle repulsivo el hecho de que yo sea un hombre...

—Bueno, si... Cabe la posibilidad... —sujetando su labio se mantiene pensativo — ¿Cómo es él?

—Pues... Es muy guapo, y maduro... Aunque también puede llegar a ser muy infantil, se enoja con facilidad... —mantiene la mirada directa —pero es gentil, siempre está... Tratando de ayudarte con tus problemas, es como el hombro en el cual te recargas para llorar cuando no ves salida... No le importa cuál sea tu problema siempre... Siempre tiene las palabras adecuadas, siempre te escucha, siempre te apoya... —traga grueso —siempre... Está ahí.

Iruka sonríe y entre su asentir rellena el vaso de su acompañante para beber a su lado.

—Suena a qué es buena persona...

—Lo es de verdad, estuvo ahí, sin darse cuenta... El día en que más lo necesite.

— ¿Que ocurrió?

—Habian... Pasado algunas cosas con mis amigos, nuestro grupo se separó y... Estaba realmente deprimido porque pensé que había Sido culpa mía, él... Llegó como sin nada y se sentó a mi lado ofreciendo un aperitivo para pasar el rato... Se presentó y me sonrío, y dijo que no importaba el problema que estuviera pasando... Todo iba a mejorar con un poco de esfuerzo, me dió ánimos, me dió... Un sentimiento increíble.

— ¿Desde ese día estás enamorado de él?

—Creo... Que sí.

El silencio se hace de la mesa y ambos piden una nueva botella de soju al mismo tiempo; las horas transcurren y sorpresivamente ambos hombres salen en no tan mal estado riendo entre sus bromas sobre el aspecto del otro.

—Um... Ya es hora de irme a casa, pero... Sobre tu chico, de verdad deberías intentarlo, no suena a una mala persona así que por lo máximo llegará a evitarte por unos días si no llega a corresponder pero... Él no te va a odiar, puedo apostar lo.

— ¿Una apuesta? —rie —bien, quiero tomarla... ¿Que ponemos al fuego?

—La vergüenza del contrario, si vamos a jugar lo haremos bien —Dice con suma confianza —si ocurre como yo digo, —presiona su pecho —tú deberás correr desnudo por la villa.

— ¿Desnudo... Desnudo? —cuestiona no muy convencido — ¿Sin nada?

—Unos calzoncillos están bien.

—Bien —asiente convencido —pero si es todo lo contrario... Tú me deberás una cena en el lugar mas caro de la villa... Utilizando la ropa que yo escoja para tí.

Sin mostrar inseguridad cierran el trato estrechando las manos, entre una risa Sukea se ofrece a acompañar a Iruka hasta su casa, el castaño no se niega debido al poco mareo que invade su cuerpo.

Con un andar tranquilo ambos hombres continúan andando y al llegar a la puerta de su casa Sukea sonríe para inclinarse sobre los labios de aquel castaño de coleta que no duda en recibir el gesto... Al separarse del beso Iruka aprieta lo labios algo apenado y solo ríe levemente.

—Un ebrio besucón... No me molesta.

— ¿A si? —deteniendo el abrir de la puerta se inclina sobre los labios del castaño — ¿Uno más?

—Mientras no quieras más que ésto... —besa suavemente sus labios —por mí bien.

Ambos sonríen mirando los ojos contrarios y perdidos en el instante vuelven a unir sus labios con más profundidad; las manos de Sukea se deslizan por la cintura de Iruka mientras esté acaricia la mejilla de aquel hombre permitiendo el tono elevado de aquella unión. Sus profundos suspiros chocan contra un sin fin de besos llenos de desespero... Y al detenerse jadeantes se mirán directo.

—No estás para nada ebrio Sukea... —desliza sus dedos cerca de su oído — ¿Estás seguro que estás completamente enamorado de él?

Inqueto se acerca —Sumamente seguro.

— ¿Si?... —desliza sus dedos bajo la peluca —Kakashi... —sonrie —correras desnudo por la villa.

—Lo vale.

Con una amplia sonrisa abría la puerta y se adentraban con aquel hombre a rastras hasta cerrar. Su respiración agitada terminaba sobre los labios de Iruka al cual mantenía preso contra la pared.

— ¿Cuando lo descubriste?

Iruka sonríe y suavemente se deshace de aquella peluca dejando ver la melena peliplata de su compañero.

—No lo sé, creo que de alguna forma... —besa sus labios —me he imaginado tu rostro como muchos otros...

— ¿De verdad? —se acerca ansioso por otro beso — ¿Solo eso?

—Los pupilentes me confundieron un poco, pero creo que tú mirada es inconfundible... —nuevamente besa sus labios —es lo único que siempre he visto de tí... Sería imposible confundirme.

—Ni siquiera Guy logro descubrirme la primera vez... —bromea sonriendo contra sus labios —no te creo del todo.

Iruka ríe animado sacándose el uniforme mientras aparta al peliplata que por igual comienza a quitarse el disfraz.

—Lo había visto antes... —se saca la camisa de maya —cuando les mentiste a los chicos hace tiempo, fue sin querer... Pero Naruto me contó un poco sobre esa aventura.

—Ese renacuajo —rie sacándose la camisa.

Kakashi se detiene al mirar como la espalda desnuda de Iruka se muestra ante él... Aquel hombre iba a ir por todo sin explicarle nada, eso estaba claro para él. Sin dudarlo se acercó a su espalda mirando como desabrochaba su pantalón y suavemente comenzó a besar su cuello y a palpar su cintura.

—Esto no es por el alcohol... —lo observa de reojo — ¿Verdad?

— ¿Me crees capaz de eso? —juega.

—No...

Sujetando su barbilla se acerca a aquellos labios probando su sabor con la mayor lentitud posible, Iruka suspiraba y se dejaba llevar lamiendo los labios de aquel hombre y haciéndolo erizarse.

—Siempre hacen bromas de que eres virgen —presiona sus caderas —pero... ¿Realmente es así Iruka?

—Um... Si —confiesa avergonzado — ¿Hay algún problema con eso?

—No —rie besando su cuello —simplemente que pareces conocer el área.

—Solo me estoy dejando llevar.

Suavemente Kakashi desliza sus manos por las caderas de Iruka hasta tocar su miembro ya erecto.

— ¡Mngh! —sujeta las muñecas del peliplata —Kakashi, espera un segundo... Un segundo... —abrumado lo mira por sobre su hombro —me voy a venir muy rápido si tú...

En un ataque de excitación el peliplata lo levanta en brazo adentrandose por la casa en busca de una habitación, entre su sorpresa Iruka comienza a reír mirándolo detenerse y buscar desesperado por la puerta a la alcoba.

—Deja de reír —expresa apenado.

—Es solo que... Jamás te había visto tan desesperado... —acaricia su mejilla sin apartar la vista de su rostro —es la puerta de la derecha...

Kakashi baja la mirada encontrándose con ese rostro tranquilo que tanto le emocionaba, y tragando grueso se apresuraba a avanzar abriendo con ayuda de Iruka la puerta para llevarlo a la cama; entre un suspiro Kakashi acostaba a aquel hombre sobre las mantas que se arrugaban ante sus cuerpos inquietos; el moreno no pensaba dudarlo más y permitía que el cuerpo de aquel peliplata se posara entre sus piernas mientras sus besos seguían siendo dados con entusiasmo. Entre suspiros y quejidos las manos del peliplata viajaban por la morena piel del azabache hasta llegar a aquel pantalón que detenía por poco su avance.

— ¿Puedo quitarlo? —cuestionaba jadeante.

— ¿Um? —lo atrae por la nuca —Si, no importa hazlo... —busca sus labios —pero sigue aquí... —suspiraba sobre los labios ajenos.

Kakashi sonreía mirando lo entusiasta que aquel hombre se encontraba con lo que ocurría, y sin dudarlo deslizo su mano izquierda por el muslo de aquel hombre para comenzar a bajar poco a poco aquella prenda sin abandonar los labios del moreno.

La preparación corrió con prisa y desespero, ambos estaban ansiosos por lo que tenían en frente y entregados a ello no se limitaban en sus fuertes jadeos y gemidos; mientras Kakashi preparaba a Iruka, éste no se quedaba quieto y por su cuenta acariciaba el miembro de su compañero.

—Oye, —besa sus labios —creo que con ésto es suficiente, no te dolerá tanto... ¿Estás listo? —se inclina sobre su rostro desesperado —si no lo estás yo puedo...

—Lo estoy —expresa con seguridad.

Kakashi viajo por los ojos de aquel hombre y miro como su sonrisa se expandía brindándole confianza en lo que deseara hacer, suspirando bajo la mirada sobre la entrada de aquel hombre que se pintaba dispuesto a aquella unión... Pero la duda de Kakashi brincaba por la habitación deteniendolo.

— ¿Por qué?

— ¿Qué?

— ¿Por qué estás aceptando todo ésto?

Iruka dudo un segundo y simplemente sonrío deslizando su mano por la mejilla blanca de aquel hombre hasta obtener su mirada.

—Porque me gustas.

— ¿Te gustó? —frunce el ceño incrédulo.

—Me gustas Kakashi —asiente —fue... Luego de todo nuestro tema con Naruto cuando tú comenzaste a gustarme.

— ¿Cómo? Quiero saber cómo pasó.

Suspirando niega enternecido —si sigues así terminaré poniéndome flácido y solo podremos dormir abrazados —acaricia su mejilla — ¿Entiendes?

—No me molesta —frota su rostro contra la mano que lo sujeta.

Iruka inhala profundo y luego de analizar aquel rostro lleno de sinceridad solo asiente.

—Nunca dude de tu fuerza y poder, sabía que eras increíble en el trabajo... El pequeño problema que tuvimos con Naruto fue porque ese niño es realmente especial para mí, pero... —niega —simpre te he visto Kakashi, todos te han visto, todos tienen un ojo sobre tí... Y entre ellos estoy yo, un casi... Admirador —rie apenado —me gustas porque poco a poco centre toda mi atención en ti y fui perdiendome en la idea de tí... Siendo más especial para mí —toma una respiración desviando la mirada —de una forma más cercana que... Amigos.

La sonrisa de Kakashi se extiende por su rostro mientras observa esas miradas evasivas de él pelinegro junto a la vergüenza que pinta sus mejillas. La risa de Kakashi llena la habitación y sus miradas vuelven a encontrarse con ternura, ambos analizaban el rostro contrario con una leve sonrisa llena de calma y lentamente se acercaban a los labios contrarios besandolos suavemente.

—Entonces.... —acaricia su cabello —tu erección a bajado, ¿Dormimos abrazados?

Sonriendo desliza sus manos por los hombros contrarios —Nada me apetecería más Sukea...

Kakashi comienza a reír avergonzado de haber Sido descubierto y simplemente se deja caer al lado de aquel hombre, ambos se giran al contrario mirándose con cariño mientras inician un plática tranquila sobre el tema presente se su... Tal vez, futura relación. Kakashi sonríe animado y quitando la liga que detiene el cabello de Iruka admira como ese castaño cabello adornar la almohada, suavemente desliza su mano por la mejilla morena de aquel hombre y se acerca para besar su frente.

— ¿Un par de besos más antes de dormir?

—Si... —sujeta la cintura del peliplata —suena muy bien.

Entre una risa tranquila se acercan a los labios contrarios besando con calma aquellos labios que comenzaban a ser suyos; con una sonrisa se unían más deseosos del contrario dispuestos a retomar su antiguo juego.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro