La fiesta estaba en la cima del gozo, los invitados bailaban al son de la música siguiendo los ritmos locos del avatar Aang que encima de una mesa avanzaba por los cielos en sus esferas de aire que hacían reír a todos los presente, las risas y seguimientos no se detenían y sus propios amigos disfrutan ver eso.

— ¡Ey Katara! —gritaba el avatar acercándose —Vamos a bailar...

Tendiendo su mano a ella la hacia sonrojarse y dudar, la joven morena dirigía la mirada a su esposo que con calma asentía dejándola avanzar al centro de la pista, Inhalando con profundidad Zuko observaba a su esposa bailar con una sonrisa y de pronto se sorprendía ante el roce de una bebida fría en si mejilla, dudoso observaba a Sokka quien sonreía animado dándole la copa.

— ¿No te pone celoso ver eso? —apuntaba la mirada al par en la pista.

—Solo son amigos —pronunciaba con calma —No pienso obligar a Katara a que deje de hablar con él.

—Di me Zuko —se acerca a su oído — ¿Sinceramente es eso?

Dudoso el azabache de la quemadura miraba de reojo ese rostro tan cerca suyo, Sokka sonreía y se acercaba aún más al oído contrario haciéndolo sonrojar.

— ¿O... Es porque te sientes culpable al engañarla conmigo? —sonriendo desliza su mano a la pierna del hombre a su lado —Aang siempre la entretiene la mayoría del tiempo, el tiempo exacto para que tú —sujeta su entrepierna —Y yo... La pasemos bien.

Depositando un leve beso en el mentón blanco del joven emperador se levantaba sin más de su asiento, su moreno perfil se mostraba con superioridad hacia aquel sonrojado hombre que nervioso cubria su entrepierna.

— ¿Vienes?

Dudoso el emperador Zuko observaba por última vez a su esposa bailar y sin más se levantaba de su asiento siguiendo a aquel hombre moreno mientras culposo sujetaba su nuca. Sokka se detuvo antes de salir al patio y tocó el hombro de la capitana Thop que sonriendo bebia de su copa.

—Oye Toph, Zuko y yo iremos a fumar afuera ¿Puedes avisarle a Katara si es que nos tardamos?

—Si, claro... —mencionaba entre un suspiro.

—Gracias Toph, eres la mejor —sonreia avanzando.

—Lamento molestarte —mencionaba apenado.

—No es nada Sukko... —dudosa lo detenía por el brazo —Pero... Ya van tres meses de ésto ¿Realmente piensan seguir? Sabes que Katara podría descubrirlo tarde o temprano... Y ésto de verdad dolería mucho más que una simple aventura con una mujer.

Dudoso miraba a la chica que lo sostenía y culpable miraba a aquel hombre de fuera que lo esperaba con una leve sonrisa en la cara, y aunque la culpa corroía su sangre simplemente apartaba el agarre de la maestra tierra exhalando un suspiro.

—Lo se... No durará mucho más, pronto lo terminaré... Enserio, te lo prometo, ésto acabará...

—Me preocupas Zuko —sonriendo se acerca tocando su pecho —Se que no mientes, tu corazón está tranquilo, pero... —su sonrisa disminuye —Hay tanta duda en tú vos... Creo que está sucediendo algo más que solo sexo con Sokka... Aquí —presionaba su pecho.

—No lo está... Ésto se va a detener, hablo en serio.

Sin más la maestra tierra asentía y volvía a su lugar bebiendo con tranquilidad mientras un dudoso Zuko avanzaba hacia el patio trasero de la mansión siguiendo al hombre moreno que lo guiaba.

— ¿Dónde estamos yendo Sokka?

—Ay un pequeño kiosco por acá atrás, esta escondido entre las plantas... Katara le llama "el mundo secreto" casi nadie sabe que está aquí...

— ¿Y quiénes lo conocen?

—Aang lo hizo construir para Katara —mencionaba con seriedad —Katara, él y yo somos los únicos que conocemos esté lugar —se gira mirándolo —detras de estás enredaderas se esconde el mundo especial que Aang construyó para Katara.

Dudoso el príncipe Zuko avanzaba deteniendo la mano del moreno quien sonriente lo miraba.

— ¿Que estás tratando de decir Sokka? No... ¿¡Que estás tratando de hacer!?

Con seriedad el moreno sujetaba la cintura del hombre y abría aquella gran cortina para hacerlo entrar. Rodeado por árboles, con la luz de luna pegando en el lugar exacto, un pequeño quiosco con un asiento de columpio dirigido hacia una pequeña y hermosa laguna azul, lo hacían ponerse furioso y triste, bajando la mirada llorosa Zuko suspiraba apretando la mirada y limpiando aquellas horribles lágrimas.

— ¿Que es lo que estás tratando de hacer!? —lo empujaba furioso — ¡Antes era divertido Sokka, una experiencia de solo una vez y ya! ¡Pero de pronto! —extiende su mano al panorama —¡Comenzaste a ponerte serio, comenzaste a enseñarme todo ésto! Todo lo que Aang hace para mí esposa...

Apretando su cabello entre el desespero se deja caer en cuclillas sollozando en el pasto verde finamente rociado.

—Antes era un juego —rie levemente tomando asiento bajo el quiosco —Lo era... —tragaba grueso mirando la luna —Pero... Ella te engaña.

La sorpresa se hizo del joven en el suelo que caía sin más dejando fluir las lágrimas por sus mejillas.

— ¿De que hablas? —su voz se rompía — ¿¡De que diablos hablas!?

Molesto se levantaba sujetando a aquel hombre por el cuello de ropajes, firme y sincero Sokka no retrocedía a sus palabras a pesar de ver el odio en los ojos de aquel azabache, sonríendo de lado dirigía su mano a la mejilla del príncipe frente a él que aún más molesto apretaba el agarre.

— ¿De que hablas? ... ¿Que es lo que dices? Sokka... —casi rogaba al borde del llanto.

—Ella te engaño mucho antes de que yo decidiera hacer ésto, ella ha tenido más aventuras con Aang que las que tú y yo hemos tenido... —confesaba con sinceridad —Ella es buena para engañar a la gente, ha engañado a Thop todo este tiempo, te a engañado a tí... Y en su momento me engaño a mí... Mi hermana es una mentirosa, esa cara de santa jamás la creí... Y ahora te hace sufrir.

Soltando el agarre el príncipe Zuko no podía creer lo que oía y es que aquel hombre frente suyo hablaba con tal sinceridad. Sus lágrimas fluían, sin poder evitarlo veía el escenario frente a él y podía creerlo por completo, toda su vida había Sido una farsa, toda su vida... Era una mentira. Con un suspiro Sokka sujetaba aquella cintura frente a él y lo hacía acercarse para abrazarse a aquel cuerpo, el emperador del fuego no podía negarse, no podía ni siquiera pensar... No sabía que hacer y mirando esos ojos directo a él solo... Tragando su dolor se sostenía del asiento de madera y subía a aquel regazo abriendo sus piernas de par en par a los costados de aquel hombre; Sokka sonreía teniéndolo sobre suyo, admiraba ese rostro devastado por la traición y con calma limpiaba aquella lágrimas mirando la molestia del príncipe.

—Te odio, a tí y a tu hermana... Los oído tanto... —su mirada se cristalizaba y sus labios se apretaban.

—Y aún así... ¿Por qué estás sobre mí?

—Porque al igual que ella... Me has engañado lo suficiente.

Sonriendo Sokka avanzaba a aquellos labios que lo recibían sin lucha, sus labios se deslizaban entre los contrarios con profundidad y lentitud entre profundos respiros y separaciones calientes, poco tiempo paso para que el miembro de Sokka se levantará de su calma presionandose contra el cuerpo del príncipe Zuko que igual de excitado suspiraba por lo bajo sintiendo aquel miembro caliente debajo suyo.

—Zuko —suspiraba contra sus labios —Quiero seguir...

Perdido en aquellas palabras lo miraba completamente cerca suyo, sus frentes estaban unidas y sus respiraciones chocaban ante la cercanía de sus rostros, aquellos labios morenos intentaba avanzar mientras sus manos lo sujetaban con fuerza en un abrazo, exhalando un suspiro Zuko se apartaba un poco y pasando la mano entre sus cabellos miraba al hombre grande y fuerte frente suyo. Con delicadeza quitaba la capa sobre sus hombros dejándola caer al suelo y luego comenzaba a desabrochar los botones de su ropaje sin quitar la mirada de aquellos ojos negros que lo miraban con excitación, Sokka podía admirarlo por completo, podía ver cómo aquellas ropas eran sacadas con suavidad y de alguna manera sensualidad, y podía perderse en esos ojos que lo torturaban con tal despliegue de deseo.

La ropa caía, y frente al moreno el blanco y trabajado cuerpo de aquel príncipe se mostraba en todo su esplendor, tomando un respiro profundo Zuko podía sentir aquel miembro bajo suyo crecer aún más y excitado llevaba su mano hasta su vientre y comenzaba a deslizarla por la línea natural de su cuerpo hasta subir a su boca y morder levemente sus dedo medio, Sokka estaba realmente excitado, quería tomarlo al momento... Pero hacia un par de semanas que no lo habían hecho y debía prepararlo.

— ¿Quieres seducirme? —sonreia juguetón.

—Pues... —deslizaba su dedo por el pecho contrarió —Creo que ya lo he hecho... —bajaba hasta la pelvis deteniéndose —Tu amiguito creció... Y no puedes mentirme —sonrie complacido acercándose a su cara —porque yo lo sentí.

Tragando grueso ante aquella palabras, Sokka tuvo que contenerse y sujetando las caderas del príncipe lo hizo bajar de su regazo, confundido Zuko solo lo miraba.

— ¿Que pasa?

—Si quieres seducirme, quiero que lo hagas por completo... Quítate la ropa, toda...

Dudoso ante el lugar en el cual se encontraban Zuko termino suspirando y lentamente deshacían los amarres de su ropa dejándola caer al suelo, prenda por prenda, hasta quedar desnudo. Sokka sonría con la vista y le hacía una señal para que se acercará, el miembro del príncipe estaba completamente erecto y goteando; complacido Sokka deslizaba sus manos por la cintura del joven tocando su costado, tocando los músculos de su vientre y subiendo hasta su pecho dónde apretaba su pezón derecho, el príncipe cerraba los ojos ante las sensaciones y entonces Sokka lo atraía besando su vientre, poco a poco los labios del moreno bajaban hasta llegar a los vellos del joven príncipe dónde se detenía mirándolo temblar.

— ¿Quieres que lo chupe? —presionaba la punta del pene —podria hacerlo —sonreia tomándolo entre su mano —podria meterlo en mi boca...

Subiendo la mirada se encontraba a aquel joven apenado que desviando la mirada asentía algo desesperado. Los labios del moreno esbozaban una leve sonrisa y posandolos sobre la punta de aquel miembro comenzaba a lamer la cabeza del pene rodeando la con su lengua y frotando la punta de igual modo; Zuko se estremecía ante aquello y solo podía aferrarse a las ropas del moreno mientras se sentía introducir a la boca del joven frente a él.

—So... Sokka... Sonkka ba... Basta...

Su cuerpo se contraria encogiendose hacia el frente y sintiendo como salía de aquella boca miraba la sonrisa del moreno que comenzaba a masturbarlo con la mano, su miembro estaba completamente empapado y sin poder evitarlo leves quejidos y suspiros escapaban de su boca, apenas y podía mantenerse de pie... Y entonces se sorprendió, la mano del azabache había llegado a su trasero, no podría mantenerse de pie, él creía firmemente eso.

— ¡Ba... Basta, me voy a caer!... So... Sokka...

Sonriendo el moreno dejaba de masturbarlo y solo sonreía apartando las manos de aquel cuerpo.

—Pues... Siéntate sobre mí... Yo te sostendré sin dudarlo.

Sorprendido bajaba la mirada y seguía el consejo de aquel hombre tomando asiento sobre él nuevamente, Sokka estaba complacido y mientras él volvía a hacer lo suyo Zuko descansaba la cabeza sobre su hombro respirando con profundidad entre leves gemidos, su trasero se tensaba ante el toque de las manos contrarias y solo podía aferrarse a las ropas del hombre frente a él, mirando la poca piel que aquella ropa le permitía ver.

—So... Sokka... Qui... Quiero quitarte la... La ropa... So... Sokka...

— ¿Y que esperas? Quitála si eso te complace...

Interrumpiendo un poco aquella masturbación comenzaba a quitar las prendas de su pareja y admiraba esa morena piel frente a él, acariciaba esos pocos vellos en el pecho de su...

—So... Sokka... —dudaba mirándolo.

— ¿Si? —sonreia complacido.

— ¿Que estamos haciendo? ¿Que somos?

Sonriendo besaba los labios de su pareja para mirarlo con sinceridad.

—Lo que tú quieras que seamos luego de ésto Zuko.

Con algo de sorpresa el príncipe asentía algo complacido y solo lo deba continuar, mientras Sokka volvía a masturbarlo y prepararlo Zuko besaba y se abrazaba a aquella morena piel sintiendo con profundidad el toque de aquellas manos.

Con el azabache algo cansado Sokka por fin se detenía y liberaba su miembro del encierro colocándolo con cuidado dentro de Zuko, el príncipe tomaba una profunda bocanada de aire sintiéndolo entrar en su ser y entonces lo miraba frente suyo, sonriendo con control, aunque... Sus mejillas estaban sonrojadas y parecía estar al límite luego de contenerse tanto, acariciando su mejilla Zuko beso aquellos labios con profundidad y poco a poco comento a moverse entre vaivenes lentos y a compas, las caderas de Sokka no podían soportar el mantenerse quietas y le seguían el ritmo mientras sus manos sostenían con fuerza aquella fina cintura; poco a poco el ritmo subía, el control lo tomaba Sokka y Zuko gemía sin pena mientras el sudor llenaba el cuerpo de ambos y el columpio en el que estaban rechinaba con cada nueva embestida. Cansado de la incomodidad de aquel asiento Sokka se levantaba con Zuko abrazado a su cuerpo y se recargaba contra un pilar del kiosco embistiendolo con brutalidad mientras leves besos se daban entre sus profundos respiros. Ambos jóvenes gemían del placer y posando los pies sobre el suelo Zuko decidía darle la espalda, complacido Sokka se adentraban de nuevo entro de él y besando sus hombros comenzaba a masturbarlo mientras lo penetabra con fuerza, poco faltó para que ambos se vinieran dejando la marca de su acto en aquel lugar mientras exhaustos se recargaban del otro riendo levemente ante tal acto.

—De verdad te odio... Odio que me hayas mostrado todo esto.

Con suavidad tocaba la barbilla del príncipe haciéndolo mirarlo.

—Pero amas hacer esto.

—Y por eso te odio —suspiraba mirando su pecho —Por que... Me he enamorado de tí.

Sonriendo con alegría Sokka abrazaba al hombre frente a él con fuerza.

—Dios... De verdad estoy feliz de oír eso.

—Alejaté idiota —lo empujaba divertido —Ahora vamos a vestirnos por qué me congelo el trasero.

Riendo lo sigue —Como usted diga su majestad.

[Mañana siguiente]

— ¡Sokka! —gritaba aterrada — ¡Sokka mira ésto!

Adormilado el moreno se levantaba entre un bostezo tomando el papel que su hermana le entregaba, y la sorpresa pintaba su rostro con prisa, levantando corrió apresurado hasta la habitación donde se suponía que aquel príncipe debía estar, abrió la puerta con brusquedad encontrándose con Aang y Toph que cabizbajos negaban, el armario estaba abierto y vacío, las valijas habían desaparecido y en las afueras de escuchaba como lo buscaban, apretando el papel en mano sintió una mano en su hombro.

—Esto sera un caos, la nación del fuego sin líder, quiero que te prepares comandante Sokka, debemos partir cuanto antes hacia allá y dar el anuncio...

—Pero Aang...

Siguiéndolo por el pasillo dejaban a Thop y un confundido Sokka en la habitación vacía, con un suspiro la mujer negaba.

—Wow... Lo rompieron, amigo... Se que Zuko fue malo en el pasado, pero como diría Aang "se reivindicó" de verdad lo hizo bien durante su reinado... Y lo hicieron desertar...

Aturdido tragaba grueso mirando la calma en la mirada de aquella fuerte mujer; levantándose Toph saca de entre sus ropas una pequeña nota, ella sonríe y se la entrega para solo darle una palmada en la espalda y salir.

—Suerte.

Dudoso abría la nota notando aquella escritura "Sokka, lamento irme sin decir nada, pero todo está siendo demasiado para mí. No mentí anoche al decirte que te amo, pero... Simplemente no puedo hacerlo siendo el emperador de la nación del fuego, he descertado a mi puesto y ahora mismo estaré a punto de tomar un barco a algún lugar desconocido lejos de todo ésto, estoy tomando el barco xxx con destino a xxx. Si tú estás seguro de quererme eres libre de seguirme, pero si no lo estás... Sinceramente ha Sido un placer estar contigo.

Sorprendido el hombre moreno sonreía aliviado y avanzando por los pasillos comenzaba a idear un plan para desaparecer sin que intentarán buscarlo, en especial su hermana.

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¡Y en ese preciso molesto se le ocurrió la grandiosa idea de fingir su muerte! 😎

¡Ame escribir esto! Agradezcan a mi mestruación que me puso cliente para inspirarme en ésto, adiós.

(Si alguien sabe dibujar y le apetece usar mi historia de guión para un Doujin agradecería que me lo informaran xq de verdad quisiera ver ésto en dibujo)