Raro Amor.

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Con un suspiro Kankuro llega a la cena de los Kages mirando a todos ya reunidos, hacia un par de tiempo que la plática había iniciado y Temari se había tomado la molestia... De ir a buscarlo a la habitación del hotel en el cual se hospedaba.

Sintiendo la mano de su hermana empujarlo al interior del local, Kankuro solo gruño por lo bajo y avanzó sin ganas hasta el único lugar disponible al lado del Raikage que reía animado bromeando con la Tsuchikage sobre algún tema que Kankuro ni siquiera había logrado escuchar, dejándose caer en el asiento con la cara molesta, de pronto sintió un cuerpo empujarlo, el Raikage le dirigía una sonrisa tranquila mientras lo miraba directo, Kankuro no pudo evitar tragar grueso... Es hombre imponente le fascinaba.

—Ey Kankuro, al final te animaste a venir... O más bien —dirige la mirada a la rubia —te animaron.

Avergonzado bajaba la mirada —Si, bueno... De verdad no tenía ganas de ésto.

—Te comprendo, a veces tanta cháchara es abrumadora... Si quiera ahora podemos bromear y no estamos debatiendo sobre alguna guerra o problemas en las villas.

Más relajado asiente dándole la razón —Al menos eso es bueno.

Ante su leve sonrisa el Raikage posa la mano en el hombro del joven ninja de marionetas y levemente desliza la mano hacia su oreja levantando un poco el gorro que cubre su cabello.

—Debo decirte que... —pasa su dedo por detrás de aquella oreja —Me gusta mucho tu cabello... ¿Porqué no lo muestras más? —aparta la mano sonriente —siento que sin el gorro definitivamente te has de ver distinto.

—Ha... Bueno si —mencionaba avergonzado desviando la mirada —Pero el gorro ayuda con el calor del desierto, me he acostumbrado mucho a él.

—Bueno, puedo comprenderlo, pero seriamente Kankuro —acercandose a su rostro — ¿Algún día me dejarías ver tu cabello y rostro sin nada cubriéndolo?

Ante tal pregunta las mejillas del castaño se teñian por completo de robo y tragando saliva solo bajaba la mirada asintiendo.

—Algun día...

Las horas pasaron y algunos Kages se encontraban ebrios mientras otros invitados seguían con una amena plática, pero Kankuro aún se mantenía inquieto y algo abrumado ante tanto parloteo; con paso firme el castaño se levantaba y sujetando el hombro de su hermana, le informaba que iría a tomar un poco de aire fuera, ella asentía tranquila y volvía enseguida a la plática con su pareja.

Una vez fuera Kankuro por fin podía respirar tranquilamente y mirando el cielo estrellado solo rascaba su nuca removiendo levemente aquel gorro mientras las yemas de sus dedos acariciaban su oído.

—Gaara no creo que Kankuro quiera que lo molestemos.

—Es mi hermano Lee, creo saber cuándo le molesta mi presencia.

Con una sonrisa en el rostro, Kankuro se giraba hacia ambos y con ánimos despeinaba a su pequeño hermano.

—Nunca me molesta tu presencia —mirada de reojo al azabache dedicándole una sonrisa —Pero Lee... Tiene un poco de razón —se aleja tranquilo.

Ante tal confesión el pelirojo miraba con arrepentimiento a su pareja que tranquilamente le dedicaba una sonrisa y lo hacía avanzan junto a Kankuro, con los tres en una pequeña banca Kankuro poco a poco borraba su sonrisa.

—Debo decirte... Algo... —desvia la mirada —me gusta alguien Gaara, creo que me enamore de alguien...

— ¿Te enamoraste? —expresaba emocionado sujetando el brazo de su hermano — ¿De quién, cuando, cómo pasó?

—Gaara —le sujetaba el hombro —Dejalo avanzar por su cuenta...

Ante esas palabras Kankuro se giró sorprendido ante el azabache y solo bajo la mirada con el ceño fruncido mientras suspiraba.

— ¿Acaso te... has dado cuenta?

—Un poco —decia sin problemas —Hace un par de reuniones quizá —reia rascando su nuca.

— ¿De reuniones? —cuestiona a su pareja — ¿Es... —se gira hacia su hermano —alguien de dentro?

Avergonzado Kankuro rasca su nuca y solo asiente evitando la sorpresa del rostro de su hermano que cuestiona con la mirada a su pareja.

—No sé si le puedo llamarlo enamoramiento o algo así... Simplemente... Siento respeto hacia... Él.

La sorpresa de Gaara es clara, pero trata de mantenerse tranquilo ante tal confesión y ahora comprendía porque su pareja le pedía dejar avanzar a Kankuro por su cuenta.

— ¿Y que más? —avanzaba cuidadoso —Quiza te sirva escuchar la opinión de un tercero...

Sonriendo más tranquilo Kankuro recargaba los codos de sus rodillas asientiendo entre el mirar hacia la villa de Konoha.

—Me siento... Magnificado ante su poder, su porte, su forma de hacerse ver y escuchar —expresaba orgulloso —su naturalidad... Y de pronto —su sonrisa disminuye —comence a verlo más a fondo, su rostro, su cuerpo... Era extraño, he visto —suspira inquieto —muchos cuerpos increíbles y bien trabajados, los he visto sudar delante de mi —observa bromista al azabache —Gracias Lee..

Riendo avergonzado baja la mirada —Lo siento, es que no me había percatado de que habías llegado ese día.

— ¿Me estoy perdiendo de algo? —cuestiona el pelirojo haciendose notar.

—No, no —niega sin importancia su hermano —Pero volviendo al tema... Quizá si... Es un enamoramiento...

—Denitivamente lo es —afirma su hermano.

—Tiene razón —se inclina sujetando el hombro del pelirojo —Sin querer te enamoraste, como me pasó con Gaara.

— ¿Cómo que sin querer? —rie juguetón empujándolo.

— ¡Oh Gaara, no inicien con sus cursilerias por favor! —rogaba con una leve sonrisa.

Ante aquel comentario la pareja reía animada junto a al avergonzado Kankuro que de reojo escuchaba aquella voz grabé pedir disculpas hacia los adentros, al toparse con aquella mirada Kankuro solo pudo quedarse en blanco y Gaara fue quien hizo levantar a su pareja.

—Bueno, fue refrescante —le dedica una sonrisa a su hermano —Iremos dentro, ¿Nos vemos más tarde?

—Si, claro —sacudia sus ideas mirando a Lee —Despues hablaré contigo.

Con una leve sonrisa Lee se despedía sujetando a aquel pelirrojo para adentrarlo a la habitación, ellos saludaban de paso al Raikage que por igual lo hacía hasta llegar al lado de Kankuro y tomar asiento junto a él.

—Ey... Vine a fumar —muestra los cigarrillos — ¿Te molesta el humo?

—No... No, está bien —sonrie con levedad.

El hombre sonríe tranquilo y encendiendo su cigarrillo da una calada con profundidad y enseguida deja salir el humo de su cuerpo mientras descansa el brazo detrás del cuerpo de Kankuro.

—Ahora estamos solos... No creo que nadie vaya a salir.

El cuerpo de Kankuro se tensa enseguida, aquel hombre le hacía perder por completo el porte de chico dominante, así que solo trataba de normalizar su respiración.

— ¿Y eso significa? —trataba de mantener la calma.

—Que podrías... —acerca sus dedos a la nuca del castaño —sacarte el gorro y mostrarme tu cabello.

Su piel se había enchinado sin remedio, cada bello de su cuerpo estaba erizado y entre una tranquila calada, aquel gran hombre seguía deslizando la yema de sus dedos hasta llegar a la oreja del castaño y subir con lentitud levantando aquel gorro; apretando los puños y el rostro, Kankuro se contenía de entrar en pánico, pero aquella sensación le electrificaba el cuerpo de una increíble manera, sus mejillas y orejas estaban rojas y poco a poco aquel gorro caía mientras el Raikage se encontraba sorprendido ante aquella respuesta del castaño.

—Da... Darui —musitaba aterrado —por favor... Detente.

La sorpresa se hizo del hombre de tez morena que dejando caer su cigarrillo al suelo se apresuraba a sujetar a aquel chico por las mejillas y besarlo sin su consentimiento; aunque la sorpresa lo llenará, Kankuro cerraba los ojos siguiendo levemente aquel beso y sintiendo como aquel hombre se posaba sobre suyo sujetandolo con firmeza, antes de que pudiera recostarlo por completo en aquella banca, Kankuro lo detuvo por el pecho y limpiando sus labios bajaba la mirada avergonzado.

— ¿Que estás haciendo?

— ¿Y tú? —se acercaba buscando su mirada —Kankuro... —exhalaba un suspiro ante la evasión de aquella mirada —Yo lo siento —se recargaba de la banca —No debí besarte sin permiso.

Ante aquello Kankuro solo pudo quedarse atontado, ese hombre era consiente de lo hecho y no parecía tan arrepentido como decía, pero aún así...

—No veo que lo sientas de verdad... ¿Por qué no lo sientes de verdad?

Su mirada viajaba a aquel chico —Porque... Bueno, no lo sé... Me gusta verte tan... Cohibido —sonrie con levedad —eres lindo cuando te pones tímido —le dedica una sonrisa acercando su mano a la del castaño — ¿Por qué me seguiste?

Tragando grueso Kankuro sintió aquella mano sobre la suya y solo se encogió arrepentido de haber hecho lo que hacia, ¿Que le diría ahora? ¿Que podría inventar para no verse tan idiota? Decirle "Me gustas" no era una opción, no en ese momento, no en esa situación, y no con tantas dudas en su cabeza.

—No lo... Se...

Sonriendo suspiraba —Si lo sabes —miraba de reojo aquel sonrojo —se que sabes la razón, pero por alguna razón no quieres decirme... Quizá... —se acerca tragando saliva —Si nos besarnos de nuevo...

—Um... —lo detiene por el pecho —Yo no sé si eso...

—Vamos Kankuro... Digamos que es... No lo sé —desliza sus dedos al cuello del castaño —una forma de... Aclarar nuestras dudas...

— ¿Nuestras?... —cuestionaba sintiendo esos labios al borde de los suyos — ¿También te sientes dudoso?

—Oh... Claro que me siento dudoso —sonrie posando levemente sus labios sobre los contrarios —De pronto he besado a un chico con el cual antes bromeaba sin pena... —con firmeza lo toma por el cuello —pero ahora solo quiero... Besarlo.

Ante aquellas palabras los labios del castaño se entreabren permitiendo el inicio de un nuevo beso, adentrados en tal acto, Darui abre los ojos de vez en cuando mirando aquel rostro avergonzado frente a él, acariciando sus mejillas y deslizando sus dedos por aquellas orejas rojas.

— ¡Mngh!... Da... Darui...

—Dilo más...

— ¡Mngh!

Aquel albino apretaba aquella oreja y se acercaba a ella lamiendola, besando levemente aquella mejilla y apretando el lóbulo entre leves masajes.

—Da... Darui... —se quejaba en su intento de contenerse —aguarda, espera... Espera un poco ¡Mngh!

Con el joven derrumbado sobre la banca, Darui se posaba entre sus piernas mirando ese sombrero caer al piso e inquieto, se acercaba con la respiración agitada palpando el pecho del castaño con profundidad.

—Ey Kankuro... ¿Y si... Tenemos una cita?

— ¿Qué...?

Avergonzado y molesto cubría su rostro y de pronto golpeaba el hombro de Darui con fiereza, mirándolo con el ceño fruncido.

—Bien... ¿Cuando? —se incorporaba sin apartarlo de entre sus piernas — ¿Cuando la tendremos?

Expandiendo una sonrisa en su rostro se acercaba besandolo y acariciando levemente aquella oreja y cabello.

—Mañana, podríamos desayunar juntos... Mejor... Pasar todo el día juntos, ¿No te agradaría?

—Bueno... —avergonzado mantenía el ceño fruncido —No suena mal... ¿Y ahora que hacemos?

—Podriamos besarnos un rato más, luego despedirnos de ellos y...

El suspendo hacia acelerar el pecho de Kankuro que dudoso sentía como aquel hombre se acercaba sobre él.

— ¿Y qué... Que haríamos luego? ¿Ummm? No me creas que soy tan... Fácil... No pienso tener sexo contigo esta noche solo porque me deje llevar un poco... ¡Es que tú tocaste un punto débil y yo no pude...

Riendo lo besa nuevamente —Yo no iba a sugerir eso... Quisiera hablar un poco mas contigo, pero... Parece que tenías unos planes más divertidos.

— ¡Agh! —lo empuja — ¡Cállate!

Riendo se acerca nuevamente —Venga, solo bromeó.

— ¡Baja de la maldita banca, no pienso seguir besándote de este modo!

Sonriendo el moreno seguía aquella orden y sentandose con normalidad seguía besando aquellos labios con tranquilidad y dulzura, después de todo, había palpado un poco más de lo previsto hacia poco.

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¡No solo Kankuro y Darui se quedaron con ganas! Yo también 😢...

Pero es que me distrajeron y se me desactivo el modo puerko 🤣

One- shot dedicado para magdalamp gracias por sugerir está pareja, la verdad es que ese morenazo de fuego se me antojo demasiado 🤣🤣🤣🤣🤣

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