Un increíble descubrimiento.

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¡Kevedd sin Hard(escenas sexuales) Disfruten una linda proposición.
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Impresionado Doble D subía a los rieles mirando con asombró toda la estructura; por la mañana alguien había tocado a su puerta antes de que él despertará, eran las seis de la mañana cuando el timbre de la casa del chico lo despertó adormilado, aún bostezando el chico del gorro bajo con su camisón y sin si quiera cerciorarse de quien tocaba abrió sorprendiendose un poco ante la presencia de un pelirojo frentes él.

"—Kevin... Buenos... Buenos días —sonreia avergonzado — ¿A qué debo tu visita?

—Necesito mostrarte un lugar... —desvia la mirada apuntando arriba — ¿Puedes ir a cambiarte?

Dudoso él joven solo asentía —Por favor entra, enseguida bajo.

Sonriente Doble d regresaba la mirada al joven de gorra roja que miraba con una sonrisa el lugar, y solo avanzaba a él.

—Es un sitio increíble Kevin... ¿Pero era necesario venir tan temprano por la mañana?

Mirando esa sonrisa incompleta, Kevin solo reía por lo bajo sorprendiendo al de gorro negro que mantenía su sonrisa ante ese sonrojo y diversión que jamás había visto sobre aquel chico.

Lo siento Doble d, pero venir aquí con el sol en su punto no es para nada divertido.

Riendo le da la razón —Muy bien, lo comprendo.

Divertidos, ambos comenzaban a avanzar por las vías, Kevin iba atento al caminar del de gorro que con dificultad mantenía el equilibrio.

— ¿Crees poder seguirme más arriba?

Dudoso, el joven sonreía mirando hacia arriba y tragando grueso ante la idea, pero al regresar la mirada se vio sorprendido ante unos guantes de goma que aquel chico le mostraba con calma.

—Te ayudaré.

—Muy bien —toma los guantes —Lo intentaré, pero sabes que no soy muy atlético Kevin, así que quizá me quedé un poco atrás.

—Lo dudo —dice con confianza brincando detrás suyo —Yo iré detrás tuyo todo el tiempo.

Sorprendido el chico se colocaba los guantes asientiendo, era extraño ver a aquel bravucón del barrio tan servicial, al menos que fueras la hermosa y bien parecida Nazz. Con los guantes puestos doble d comenzó a avanzar por el riel siendo seguido por el de gorra roja que lo sostenía de la cintura de vez en cuando, las veces que lo veía tambalearse, habían subido ya un buen tramo y Ed comenzaba a tragar grueso mirando la altura y sintiendo el sol comenzar a calentar.

—Debo decir que tenías razón, ahora que lo siento sobre mí, hubiera preferido que llegarás mucho más temprano a mi casa Kevin.

— ¿Te dan miedo las alturas? —cuestiona atento a sus pasos.

—Un poco, mientras no vea directo hacia abajo —gira la mirada con una sonrisa —todo estará bien.

Si llegas a sentir que te mareas, no dudes en decírmelo... O sostener con fuerza de mí, ya veré yo como nos salvó.

—Eso —rie con levedad —No me da mucho consuelo.

Sonriendo lo empuja con levedad  —Lo se, ahora debemos seguir o el sol quemara con más fuerza aún.

—Muy bien —traga grueso —dare lo mejor de mi mientras comiences a decirme el porque de nuestra visita a este viejo parque de diversiones abandonado.

—Pronto... Nos vamos a graduar de la escuela, así que quería hablar contigo.

—Pudimos hacerlo —rie nervioso —a menos metros sobre el suelo.

Sonriente observa aquella nuca blanca del de gorro, y su sonrisa se borra de pronto, Edd se tambalea temeroso y Kevin aproxima sus manos de prisa sosteniendolo por la cintura y haciéndolo sonrojarse ante la sorpresa.

—Lo lamento Kevin, te dije... —sonrie apenado —Que no soy un hombre de deportes.

Tragando grueso lo ayuda a reponerse —No te preocupes, solo hay que apurarnos.

Luego de muchas ayudas y casi caídas, ambos chicos llegan a la parte casi más alta de la montaña rusa, donde sorprendentemente hay un mantel sostenido por piedras algo grandes y un paraguas para refugiarse del sol, Eddward observa divertido tal lugar y solo regresa la mirada al pelirojo que sonriendo sujeta su nuca por lo bajo.

—Eso... ¿Lo has hecho tú, Kevin?

—Si... Bueno, quizá eso te sorprenda, pero...

Avergonzado saca de su bolsillo una pequeña bolsa perfectamente cerrada, con dos emparedados algo aplastados dentro.

—Estó no tanto, es nuestro desayuno... También traje algunas barras de frutas y chocolate, no tengo idea de que golosinas de gustan, claro —rie avanzando a su lado —ademas de los huevos de alien.

Riendo Edd toma asiento mirando con sorpresa la gran vista del lugar, Kevin por su parte toma de una pequeña hielera algunos platos plásticos y sirve el emparedado del azabache para darle el plato, sonriente Edd da las gracias mirando la comida con algo de alegría.

— ¿Por qué... Estamos aquí Kevin?

—Yo... Quisiera pedirte algo...

— ¿Um? —lo miraba interesado — ¿Que pasá?

—Pronto será el baile de salida... Y yo quisiera...

La duda en la mirada y voz del pelirojo solo hacían que aquel azabache se cuestionara la razón de su estadía en aquel lugar, subir no era sencillo, el sol era muy caliente y apenas y eran las ocho... Además, aquella hielera con bebidas, los emparedados, todas las cosas en el lugar... Dudoso posaba su mano en la pierna del pelirojo sorprendiendolo.

—Disculpa Kevin, pero... ¿Cuando arreglaste todo ésto?

—Um... Ayer por la tarde, no fue tan complicado la mayoría del tiempo, solo amarre la hielera y subí todo en ella.

Sonriendo asentía — ¿Estás seguro de decirme lo que quieras decir? Parece ser importante, y difícil para tí... No quiero causarte problemas, que luego te sientas raro al hablarme de ello... Sea lo que sea...

Sorprendido bajaba su mirada hacia aquella mano que se posaba sobre su pierna con delicadeza, y solo podía volver la mirada a ese chico azabache que le sonreía tranquilo mirándolo.

— ¿Por qué veniste?

— ¿Perdón?

— ¿Por qué veniste sin dudar cuando fui tan temprano a la mañana a buscarte? —mencionaba con dureza y duda —Sin explicarte nada solo, solo fui y... Te dije que quería mostrarte un lugar y me seguiste... Sin preguntar apenas nada...

Sorprendido, el azabache dejaba el plato de lado y lo miraba directo, el joven parecía dudoso, inquieto, su mirada que siempre había Sido dura, firme y demandante, ahora huía de aquellos ojos cian casi con miedo, sus mejillas estaban sonrojadas.

—Porqué... Confío en tí —expresa con sinceridad —nos hayas tratado de la forma en que nos hayas tratado... El día que necesitamos tu ayuda, estuviste ahí para nosotros, nos defendiste... ¿Por qué tendría que dudar de ti? Además... —rie levemente — ¿Tomarte la molestia de despertar temprano solo para darme una paliza? No es lógico.

Ante aquella respuesta los ojos verdes del pelirojo se mantenían atentos a aquel chico que sonriendo daba la primer mordida al emparedado preparado por sus manos.

—Esta muy bueno Kevin... De verdad.

Riendo, el pelirojo asentía y solo lo sujetaba por el hombro amigable, mientras ambos tomaban el desayuno juntos hablando de los desastres de la plantilla de los Ed's. Eddward reía avergonzado por el pasado y solo se encogia de hombros dándole la razón al pelirojo; luego del té y algunas galletas, ambos miraban como el sol se alzaba cada vez más dándoles a entender que ya comenzaba a hacerse tarde y debian volver antes de que los chicos entraran en pánico y comenzarán una búsqueda por ellos. Divertidos se ponían de pie guardando todo y solo se miraban entre el avanzar hacia la parte de abajo.

—Yo... No te dije lo que quería decir haya arriba.

—No es bueno que te fuerces a decir algo que te incómoda Kevin, lo que sea que me quieras confesar... Ten por seguro que lo mantendré en secreto y solo trataré de ayudarte con ello, pero... —se gira para mirarlo —quiero que estés seguro de hablarme de ello.

Ante esos ojos cian que resplandecían con el sol, Kevin apenas podía mantenerse con su pose de chico fuerte y entre abriendo los labios no podía emitir palabra alguna, pero cerrando los ojos se atrevió a hablar.

— ¿Quieres ser mi pareja en el baile?

El silencio lleno aquellas villa, y aunque dudoso, aquellos ojos verdes comenzaron a abrirse notando el sonrojo sobre las mejillas del azabache.

—Lo.... ¡Lo siento Eddward!—avergonzado bajaba la mirada —No debí decirlo tan bruscamente... Que estúpido soy...

—... No lo eres.

Aunque algo encogido sobre si mismo, Edd avanza unos paso hasta mirar de frente a aquel chico.

—Dijiste... Cómo tú pareja... ¿Como si... Llevarás a una chica contigo?

— ¡No... No! ¡Es decir... Si... Pero no! —nervioso solo sujetaba su gorra con desespero — ¡Quiero que seas mi cita para el baile!... Pero claro que se que eres un chico...

La sorpresa era clara en la cara del azabache que de pronto solo sonreía algo avergonzado.

— ¿Eso... Estará bien Kevin? Podrían decir cosas de nosotros si vamos como... Una pareja.

— ¿Y qué? Yo puedo fácilmente golpearlos si nos molestan... —pronunciaba con confianza — ¿No te molesta la idea?

—Verdaderamente... No lo hace —confesaba sonriente — ¿Pero... Por qué yo?

—Porque... Creo que... De algún modo tú... Me gustas o... O algo así...

Su sonrisa se agrandaba con ganas y ante la vergüenza de Kevin solo podía asentir y sujetar su mano para guiarlo a seguir su camino.

—Si estás dispuesto a aceptar lo que nos digan... No hay problema por mí... Pero te advierto que no es fácil de escuchar.

— ¿Te han dicho algo?

—Toda mi vida me han dicho que soy "débil" como "una chica" aunque yo he visto a muchas chicas con mucha fuerza... Shara es un ejemplo, o Nazz cuando se enoja —rie cubriendo su sonrisa con su mano —Marie también... Solo soy débil, pero... Ellos siempre me insultan diciendo que parezco una chica o cosas así...

—Ha... Lo siento si alguna vez mis palabras...

—Nunca me dijiste algo así Kevin, lo decías a Eddy, pero... De cierto modo siempre creí que solo era el juego que les gusta jugar de ser rivales... Estuviste ahí cuando él los necesito, y pudiste simplemente no estarlo.

Una vez abajo, Kevin tendió la mano para ayudarlo a bajar de los rieles y tomando su bicicleta lo miro a su lado.

—Me gustas Eddward...

—Ya van dos veces.

— ¿Perdón?

—Jamas me habías llamado por mi nombre Kevin, y ahora lo has hecho dos veces.

Ante su vergüenza Doble d solo podía mirarlo con una sonrisa y avanzando se sujetaba de su brazo para besar su mejilla.

—Agradezco tus sentimientos, pero por el momento no puedo decir lo mismo... Me has tomado por sorpresa —se aleja un poco —y aunque ha Sido lindo... Quisiera pensarlo un poco más antes de... Poder decir lo mismo.

Sonriendo Kevin asiente, pero antes de subir a su bici, lo observa y dudoso traga saliva.

—Solo por... Una vez... ¿Me permitirias besarte?

Sorprendido y sin saber porqué, aquel azabache asentía haciendo dibujar una sonrisa en el rostro dudoso del pelirojo que soltando su bici, avanzaba hasta sujetar aquellas mejillas y besar... Dulce y suavemente ha aquel chico. Al separarse, ambos se miraban sonrojados y solo desvíaban la mirada subiendo a la bici para volver al callejón con una cita puesta en el calendario.

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