Un Mal Hechizo.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— ¡Corre anda! ¡Anda! ¡APRESURATE POR FAVOR!

Enfado la toma en brazo dejando el elevador demoníaco de lado para subir a la superficie terrestre.

— ¿¡ME PUEDES EXPLICAR QUE DEMONIOS PASÓ Y PORQUÉ ME HAS SACADO DE MI CASA EN MITAD DE LA NOCHE PARA TRAERME AL MUNDO MORTAL!?

— ¡SOLO CÁLLATE Y ATERRIZA EN MI HABITACIÓN!

Entre su enfado el chico hizo lo que le pedían y cuando sus pies tocaron el suelo de aquella habitación pudo comprender todo por completo.

—Mierda... ¿¡QUÉ HICISTE STAR!?

La chica se encogió ante tal regaño y sin esperar respuesta Tom avanzó con paso rápido tocando el hombro de aquel castaño que se mantenía contra la pared tiritando de miedo.

—Ey... Ey Marco, todo está bien... —traga grueso —ahora estoy aquí para ayudarte.

El chico se aferró a su propio cuerpo negando rápidamente.

—No, no... Nada está bien... Tengo cuernos y cola y mi cuerpo está ardiendo.... Yo... Yo... Me siento extraño Tom.

Al subir la mirada sus ojos se encontraron y Tom tuvo que morderse la lengua para despertar del transe en el cual había entrado al mirarlo, desviando la mirada el pelirosa apretó la mano de su amigo.

—Bien, bien, lo entiendo, definitivamente las cosas no están muy bien, pero... Ahora estoy aquí —suspirando tomaba una manta del suelo para cubrir la cabeza del chico —necesito que intentes calmarte un poco, quiero saber que paso aquí y luego veremos cómo actuar.

—Si... —su voz temblaba temerosa.

El pelirosa suspiro y de encamino hacia la rubia que preocupada no paraba de morder su varita mientras buscaba en su libro con prisa.

— ¿¡Qué demonios paso aquí Star!? ¡Literalmente! —apints al chico con la palma abierta — ¿¡Qué demonios!?

La chica frunció el ceño con total nerviosismo y duda, quedándose en blanco negó una y otra vez.

—No lo sé...

— ¿Cómo que no lo sabes? —la sostiene por los hombros.

—No lo... Sé...

—Mierda... —aprieta los ojos agachándose.

Suspirando la dejaba ir para centrar su mirada en el chico que trataba de moderar su respiración contra la pared.

—Marco... Se que es un poco difícil para tí, pero necesito saber que ocurrió.

—Star... Ella estaba practicando uno de sus hechizos mientras yo comía algunos... Nachos... ¡Mmgh! —se quejaba cubriendo su rostro —yo... De pronto ella solo... Una maldita paloma... Y yo.

El chico estaba perdido, la que había lanzado el hechizo totalmente helada por su error... Y él no sabía cómo había pasado todo aquello. Hartó y entrando en el desespero sujeto a la chica por los hombros guiandolá fuera junto a su libro.

—Bien, necesito que no vengas por nada del mundo aquí y... Creo que es un Incubus así que... —suspira —lo mejor es que hagas un hechizo sobre mí.

— ¿¡Qué!? ¿¡Otro!?

— ¡Bien concéntrate! —la toma por los brazos mirándola a los ojos —es por mi seguridad, necesito que me quites los poderes, que me hagas humano o Marco terminará atacandome.

La chica dudó, si aquel castaño podía atacar a Tom y hacerlo lucir así de nervioso... ¿Eso significaba que era algo grave lo que había hecho? Bajando la mirada comenzó a buscar en su libro y apenas tuvo el hecho lo conjuró sobre el pelirosa, Tom asintió asegurando su cuerpo humano.

—Bien, bien hecho... Ahora, aunque se que odiarás la idea necesito que llames a tu madre y busquen una forma de deshacer el hechizo, me quedaré toda la noche para asegurarme de que Marco este seguro y tranquilo, ya mañana me explicarás que ocurrió.

La chica no dijo palabra y solo asintió partiendo con la mente en blanco y la culpa encima. Tom suspiro mirando su cuerpo humano y cerrando la puerta con seguro avanzó hacia el interior de la habitación.

—Marco, disculpa que te dé está molestia, pero sin mis poderes el calor de mi cuerpo... Bueno, necesito una sudadera.

—Hay en... —se levanta yendo a su armario —solo las tengo en color rojo... ¿Te molesta?

Tom avanzó a su lado inclinandose detrás suyo para tomar aquella sudadera roja, de reojo pudo ver los cuernos del chico y como bajaba la mirada totalmente avergonzado. Marco se encogió levemente apretando las manos dentro de su sudadera.

— ¿Realmente soy peligroso para tí? —lo observa de reojo — ¿Tanto como para... Necesitar que Star remueva tus poderes?

— ¿Lo escuchaste? —cierra la sudadera —no quería que lo escucharás, bueno... Puedes ser un poco peligroso, el tipo de demonio en el que Star te ha convertido es... Un Incubus, seguro has escuchado hablar de su versión femenina, los Succubos...

—ha... La verdad no creo nunca haber escuchado de eso.

—Bien... Te hablaré de ello, pero primero...

Suavemente el chico pasaba su brazo al interior del armario y tomaba la corbata de un trajo de Marco, el castaño bajaba aún más la mirada y podía sentir como aquel chico pasaba la corbata delante de su rostro.

—Necesito cubrirte los ojos, tengo que hablarte de lo que son los Incubus para después tratar de controlar tus poderes... Mientras tanto —asegura la venda —esto debe hacer que tus poderes se mantengan al margen.

Apenas el chico estuvo vendado, Tom lo guío a la cama haciéndolo tomar asiento y tomando asiento a su lado. Con un suspiro la mano del pelirosa busco la del castaño.

—Trata de estar lo más relajado posible.

—Bi... bien.

—Los Incubus son demonios que buscan poder, energía vital, ellos la consiguen... Manteniendo relaciones sexuales con su víctima.

— ¿¡Sex... Sexuales!?

—Si —aprieta su mano —no te preocupes, trata de calmarte.

—Bi... Bien... —traga grueso.

—Se les conoce como los demonios de la Seducción, normalmente son muy atractivos y tienen poderes que hacen que su presa, sea quien sea, caiga en la trampa... La verdad no conozco mucho de los poderes, lo máximo que sé es que tienen cierto control en su mirada, algo que... Te ciega, te pierde, te llena de belleza y serenidad para después atraparte sin salida.

—Tom... Eso no suena nada bien —expresa aterrado sosteniendo su mano.

—Lo sé, lo sé, pero ahora tus ojos están cubiertos —pasa los dedos por los bordes de la venda —y estoy aquí para evitar que algo malo pase.

El chico asentía entre el temblor y duda de su cuerpo, Tom suspiraba al verlo enterrar los dedos en el colchón.

—Otro poder que tienen es... Cambio de cuerpo según los gustos de su presa, puede ser un cambio leve o... Parecer completamente otra persona, y... Lo último que sé es que... Su saliva es como un embriagante elíxir que causa la misma sensación que su mirada, pero en mucha más fuerza, con un beso puedes cegar completamente a alguien y hacer con él o ella, lo que quieras.

— ¿Él o ella?

—Si, depende el Incubus, algunos van directo por el sexo contrario, algunos por ambos o por su mismo sexo, depende del Incubus.

—Bi... Bien... ¿Y qué haremos entonces?

—Estamos a mitad de la noche Marco, ahora mismo lo que necesitamos es que estés calmado, mañana mismo vamos a ir juntos al castillo de mis padres y buscaremos en la biblioteca información sobre tú especie demoníaca, con ayuda de mi padre veremos qué hacer si no es que estar encuentra una solución primero.

—Lo dudó.

El pelirosa lo ayuda a acomodarse en la cama cubriéndolo con las mantas.

— ¿Por qué?

—Star lanzó el hechizo por error, la... Paloma entró en mi habitación por la ventana mientras ella prácticaba otro hechizo, de la impresión cambió las palabras del original y lo lanzó hacia mí... No tiene idea de que fué lo que conjuró.

Con un suspiro asiente inseguro, su mirada viaja por la habitación y seguidamente baja hacia el rostro del castaño, los leves dientes afilados que ahora muestra y su piel algo enrojecida.

—No quiero que te preocupes, yo te ayudaré, mañana mismo vamos a arreglarlo, ¿Bien?

Con una leve sonrisa asentía —Bien, gracias por venir y ayudarme Tom.

—Esta bien, dormiré en tu sofá así que descansa.

—Tú igual.

Con calma ambos chicos se acomodaron en sus camas, pero solo uno de ellos pudo cerrar los ojos para dormir. Era verdad que la presencia de Tom y su conocimiento, aunque limitado, le había ayudado a calmarse, pero... Aún están inquieto, su cuerpo seguía ardiendo y el recordar de la voz de aquel chico, su toque... De pronto los sonidos incesantes de la noche se volvían intensos y desesperantes; el reloj de su habitación viajo por horas y horas que cada vez le hacían más tortuosa la noche, Marco iba y venía en la cama sintiendo el calor subir por su cuerpo, su respiración estaba acelerada y desesperada, y sus manos viajaban por su vientre hasta entrar en su ropa interior, no lo quería, no lo quería pero... Sus instintos le llamaban.

— ¡Mngh!

Al tocar su miembro la sensación fue intensa y entre el contraer de su cuerpo la venda se cayó dejando su vista libre. Entre sus jadeos intensos diviso a aquel chico recostado en su cama, y aunque su mente gritará pidiendo que no hiciera lo que estaba por hacer... Sus pies avanzaban, salía de la cama y con paso que se pausaban por segundo... Llegó al lado del chico en el sofá. Su profunda respiración terminaba moviendo los cabellos rosa de Tom que fruncía levemente el ceño.

—Tom... —susurro en su oído.

El pelirosa se removió un poco y Marco sonrío ampliamente subiendo a horcajadas sobre el cuerpo de aquel chico.

—Tom... —susurro sobre su boca.

Las manos del castaño se deslizaban sobre el pecho del pelirosa mientras reía Inhalando con profundidad el olor que desprendía su piel, eran dos olores distintos... Uno era dulce y el otro... Pesado, duro, el olor de la piedra fundida en lava, eso le excitaba aún más. Mordiendo sus labios comenzaba a mover las caderas sobre aquel chico que despertaba alertado.

— ¡Marco!

El castaño hizo caso omiso a aquel llamado, y simplemente siguió moviendo sus caderas mientras disfrutaba con los ojos cerrados de la sensación de un cuerpo reaccionando a él, con la labios entreabiertos respiraba profundamente mientras se inclinaba contra el pecho del pelirosa que no podía contenerse ante aquella sensación.

—Marco.

Sujetando los brazos morenos del chico, deslizo sus manos por aquella piel, jamás lo había visto asi... Tan irresistible, y parecía que... Ni siquiera estaba usando sus poderes en él, ¿Por qué? ¿Por qué quería tomarlo ahí mismo? ¿Era tanto el poder de los Incubus o...

Los ojos avellana del chico se abrieron encontrándose con la mirada de Tom, y el pelirosa cayó en cuenta. No estaba utilizando sus poderes, sus ojos eran los mismos... Entonces, ¿Por qué? Suavemente deslizo la mano hasta la mejilla de aquel chico, acarició su rostro y Marco respiraba más agitadamente al sentirlo tocar su piel. Tom tragó grueso y entre su excitación sujeto las caderas del castaño haciéndolo caer contra su pecho de la sorpresa, presionando con fuerza aquellas caderas contra su miembro, Tom sonreía sintiendo los labios de Marco rozar su piel, sus leves colmillos deslizarse sobre su hombro.

—Tom... —musitaba, hundido en el deseo.

El pelirosa estalló en desesperación y con un movimiento rápido y preciso, lo tumbó en el sofá.

—Mierda... Yo no sabía que tú —sonreia entre su rápida respiración —que tú... —se sacaba la camisa... Mierda... Marco...

Sin previo aviso de inclino sobre el chico depositando un beso en su boca, era una locura, pero aún ante su sorpresa el castaño seguía aquel juego entre sus labios mientras sostenía con desesperación el rostro del demonio pelirosa. Sus cuerpo aún chocaban en la parte baja, se frotaban, y Tom hacia viajar su mano por el pecho de aquel chico, y de pronto se detenía apretando sus pezones, Marco gimió extasiado en esa sensación.

—Marco...

Sacando sus ropas apretaba el cuello de aquel chico mientras sus labios besaban aquel pecho y mordían los pezones del moreno.

— ¡Mngh! ¡Tom!...

Con un gruñido el pelirosa saco el pantalón del castaño y se deshizo del suyo, no dudó ni un segundo, sabía que los cuerpo de esos demonios estaban preparados para lo que pasaría. Así que entró en él, suavemente lo miró sentirlo mientras aferraba sus manos al sofá, sus morenas mejilla que ahora estaban algo rojas, quizá de la vergüenza, quizá de la transformación, no lo sabía, pero sabía... Que ese chico no estaba utilizando sus poderes en él, no lo hacía porque sus ojos seguían siendo del mismo color que siempre, ese chico... El que estaba siendo ahorcado por sus manos y parecía disfrutarlo, era Marco, Marco Diaz, el de siempre, solo que... Con un par de cuernos, cola y colmillos.

Las embestidas llegaban recias haciendo gemir sin control al castaño, era una locura, pero no podían pensar en nada más que en sentir el cuerpo del contrario.

— ¿¡TOM, QUÉ ESTA PASANDO!?

—¡NADA QUE... QUE NO PUEDA CONTROLAR, SUS PADRES SE PREOCUPARAN ASI QUE PON UN HECHIZO PARA QUE... NO ESCUCHEN ÉSTO!

La chica dudó llena de nerviosismo y culpa, pero rapidamente siguió las órdenes del pelirosa para después volver llena en pánico hacia su habitación donde mantenía una charla apresurada con su madre.

Tom respiraba profundamente sonriendo ante aquel castaño que gemía y se contraía debajo suyo, embistiendolo sin control, podía escuchar el obsceno ruido de sus cuerpos cada vez que se unian, y eso le encendía aún más. Soltando el cuello de aquel chico, lo atrajó por los brazos y se dejó caer sobre el sofá teniendo a Marco sobre su regazo; el castaño parecía encantado y algo agotado, respiraba profundamente sobre el hombro del pelirosa, pero sus caderas se movían instintivamente logrando que el acto de placer continuará.

—Mm... Tom... Tom...

Sus ojos se encontraron realmente cerca, y suavemente sus labios se acercaron en un roce leve que se alejaba, Marco mordió su labio aumentado el mover de sus caderas y Tom sonreía extasiado en aquel encuentro, suspiraba rápida y profundamente cerrando los ojos en un intento de aguantar su eyaculación, pero era difícil, Marco estaba desnudo y entregado sobre su piernas, sus pezones estaban duros, sus labios gemian el nombre contrario entre suspiros, sus manos acariciaban al chico con el que tenía sexo.

— ¡Ah, mierda!

Se aproximó a los labios del castaño iniciando un fuerte beso, mordiendo sus labios en cada separación e introduciendo su lengua en aquella boca que no paraba de gemir. Lo levanto sin salir de su interior y lo llevo a la cama donde volvieron a sentirse profundamente.

—Marco... Marco... (Polo)

— ¡Aaah! ¡Mngh! ¡Ahí Tom! ¡Ahí!

Los gruñidos bestiales llenaban la habitación junto al calor y el deseo incontrolable de aquellos dos cuerpo.

[A la mañana siguiente]

Entre un suspiro Tom se removía un poco mirando como un chico se encontraba contra su cuerpo, sonrío al recordarlo y pasando la mano entre sus cabellos suspiró con el pecho lleno de alegría.

—Marco, ya es de día —se acerca a besar su cabello —tenemos que ir al Inframundo para deshacernos de...

La sorpresa lo llenó, entre su frotar de ojos Marco se apartaba del cuerpo que lo cubría y aún adormilado bostezaba un poco.

— ¿Mm? ¿Que decías? —buscaba la mirada del pelirosa — ¿Mm?

—No están —pronunciaba sorprendido —tus cuernos no están.

Marco despertó de su transe y curioso tocó su cabeza dándose cuenta de que aquel chico no mentía, pero antes de que su palabra felices salieran Tom quitó la manta que cubría su cuerpo desnudo y comenzaba a inspeccionar su trasero en busca de aquella cola que tenía el día anterior.

—No está —sonreia emocionado — ¡Marco no están!

El moreno tomaba las sábanas cubriendo su cuerpo con total vergüenza mientras Tom se levantaba completamente desnudo en busca de ropa.

—No puedo creerlo, no están, no se cómo pasó —comenzaba a ponerse el pantalón —pero Star debe ver ésto —se coloca la camisa —aun así iremos a mi reino para investigar un poco y que mi madre verifique que no hay nada demoníaco en tí, pero...

Tomando la ropa del castaño se giraba hacia él, y se sorprendía al verlo esconderse bajo las sábanas, Tom sonreía divertido y tomaba asiento a su lado.

—Oh, vamos cariño, no es nada que no hubiera visto ayer... Además —se acerca besando su hombro —tu cuerpo es hermoso.

— ¡Tom! —se quejaba avergonzado.

— ¿¡Qué!? —reia animado —es la verdad.

Entre su leve risa se acercaba a los labios del castaño depositando un suave beso que Marco recibía con algo de vergüenza.

—No sé que hechizo te lanzó, pero... Anoche no utilizaste tus poderes —acaricia su rostro —lo que hiciste, lo hiciste porqué tú querías hacerlo...

Marco tragó grueso negando —Yo no quería... Intente no...

—No Marco, algo en tí lo quería.

El castaño dudo un poco, pero no negó nada más, y eso causo la sonrisa en el rostro del pelirosa que suavemente se metía bajo las sábanas tocando el cuerpo desnudo de aquel chico para abrazarlo. Marco no se negó y se aferró al cuerpo del pelirosa.

— ¿Estuvo mal que lo deseara?

—No... Yo también lo deseaba.

— ¡MARCO, TOM! —abre la puerta de golpe con la vista en el libro —mi madre y yo encontramos el hechizo, pero es extraño... Resulta que no es un hechizo de transformación a demonio, es... Algo sobre los deseos del interior —rie subiendo la mirada —quizá Marco deseaba... Convertirse en... Demonio.

Su sonrisa desapareció al ver cómo su compañero se encontraba desnudo entre los brazos del pelirosa, Marco se apartó enseguida escondiéndose bajo las sábanas mientras que Tom se levantaba de la cama muy tranquilo y con una sonrisa en el rostro.

—Bueno, la verdad creo que ya lo solucionamos, sus cuernos y cola desaparecieron así que... —rasca su nuca mirándo hacia atrás — ¿Trabajo hecho? —rie volviendo la mirada a la chica —ahora... ¿Puedes devolverme mis poderes?

Entre su confusión hizo el hechizo sin pensar y Tom recupero sus cuernos y cola, Marco se apresuraba a cambiarse bajo las sábanas mientras Star trataba de unir puntos.

—Espera... Entonces lo de anoche.

— ¡Oh, claro! Star, Marco y yo iremos al castillo para que mi madre se asegure de que está bien así que... ¿Nos cubres con sus padres?

De un chasquido el ascensor apareció en la ventana del castaño y rápidamente Tom jalo de la mano al moreno llevándolo consigo. Star parpadeó incrédula y los miró partir, admiró la habitación tratando de descubrir algo y finalmente volvió rapidamente la mirada a la ventana.

— ¡Espera! ¿¡Me acabas de robar a mi ex!?

Dentro del ascensor Marco se escondió completamente apenado contra el cuerpo de su demonio que reía animado sujetandolo por la cintura.

—Si, le robaste a su ex.

Suavemente subía el rostro del castaño sosteniendolo por el mentón y comenzaba a besarlo con una sonrisa.

—Creeme, mi mamá te va ha amar.

—Espera un segundo, pensé que iríamos a comprobar que no haya nada demoníaco en mí...

—Si, pero ya que vamos planeo presentarte con mis padres, además... Creo que tenemos un par de cosas de las cuales hablar.

— ¿Con tus padres? ¿Estás loco?

—Si vas a ser mi novio debes conocerlo Marco, no tengas tanto miedo, mi madre es un poco sobreprotectora, pero es buena apenas la conoces un poco.

El chico que parecía preocupado solo comenzó a reír y tranquilamente ambos comenzaron a bromear y charlar. Un deseó, algo en él realmente deseaba eso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro