Un secreto vergonzoso

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Era en definitiva el secreto más vergonzoso que podía ocultar el joven Kevin *Grenne. (cambiando el apellido porque me dio flojera buscar el original) Era algo tan vergonzoso que ni su mejor amigo Nathan, ni su pareja con la cuál ya había cumplido dos años de salir y con la cuál había experimentado por primera vez el sexo anal, sabían de ello.

Era algo sucio, él creía que era algo sucio, es decir, él sabía que para el pequeño y dulce doble D, ese geniecillo adorable y lleno de vergüenza en muchos sentidos, terminaría siendo algo espeluznante. No era normal. La bisexualidad en sí ya le resultaba normal, y siendo que sus amigos eran tan abiertos y algunos cuantos hasta eran parte de la comunidad, la bisexualidad ya no se mostraba como un problema para él, pero aún tenía algunos pleitos mentales con uno que otro de aquellos términos LGBT+. Todos sabían que Kevin no era tan de mente abierta en muchos aspectos, pero había mejorado un poco con el paso del tiempo y las enseñanzas, muy explícitas, por parte de Nathan en un intento de empujarlo a tener relaciones sexuales con fetiches incluidos para luego obtener jugosos detalles sobre las expresiones que el pequeño doble D era capaz de demostrar.

Nathan era su mejor amigo, el tipo con el cual tenía más confianza, y además adoraba parlotear de su hermosa pareja con él, así que sin dudar era la persona perfecta con la cuál alardear, conteniendo algunos aspectos que quería guardarse para él sobre las expresiones faciales y vocales que doble D era capaz de emitir durante el acto sexual. Doble D sabía que Kevin exponía algunos secretos de cama con aquel chico, pero de cierto modo no le molestaba, sabía que Nathan guardaría el secreto y solo hablaría de esas cosas para avergonzarlo en privado y conseguir uno que otro favor escolar. Cosas fáciles. Pero ni aún siendo uno de sus mayores confidentes, Kevin no se atrevía a confesarle tal secreto.

Y mucho menos pensaba decirle aquello al principal involucrado del asunto, el dulce Eddward Marion, su pareja y principal confidente con el cuál había charlado horas y horas confesando desde lo más irrelevante de su vida, hasta aquello que dejó marcas importantes en su persona.

— ¡Despierta Kevin! ¡El *balón!  (A saber cómo se le llama en el deporte)

Sacudiendo sus ideas volvía la mirada al llamado y con un movimiento rápido elevaba las manos mientras retrocedía en una carrera a ciegas, el público se levantaba dando vítores de alegría al ver el ovoide siendo atrapado por el mariscal. Y Kevin sonreía con el protector en la boca, para salir corriendo al escuchar el grito de su entrenadora. Dando vueltas y saltos esquivaba a todo aquel que intentará taclearlo, derecha e izquierda, cambiaba de rumbo cada tanto sin dejar de avanzar mientras sus compañeros de equipo detenían al equipo contrario, y entonces pasó.

— ¡ANOTACIÓN, PEACH CREAK GANA SU TERCER PARTIDO ASEGURANDO SU PUESTO CON LA INVICTA DOLPHIN SEA!

El comentarista hablaba y hablaba rememorando los mejores momentos del partido de aquella noche como si fuera algo más que un simple torneo escolar, aunque era el torneo escolar más importante para la escuela siendo que el equipo de fútbol americano se había mantenido invicto por cinco años y seguían en racha para ir directamente contra la escuela rival que en todos los años anteriores los había derrotado. El equipo gritaba de emoción lanzando sus cascos sobre el pasto para correr a levantar en manos al capitán de su equipo, Kevin sonreía chocando palmas y puños con sus compañeros mientras las familias y parejas se adentraban en la cancha para felicitar a los ganadores. Al poner los pies sobre la tierra Kevin se sentía el mejor, sus dudas se habían evaporado y mientras algunos compañeros aún le palmeaban el hombro con aprobación, su mirada se centraba en aquel ángel de mejillas coloradas que corría en su dirección esbozando una enorme sonrisa. Al tenerlo cerca Kevin lo tomó por la cintura levantándolo en un abrazo giratorio mientras aquel chico se aferraba a su pareja dando una leve risilla.

—Lo hiciste genial —mencionaba sin esfuerzo al lado del oído de su pareja —eres genial. —desliza su mano por la sudorosa nuca de su pareja para apartarse y mirarle el rostro —Mi especial K es tan genial.

El amor en su mirada lo volvía completamente loco, cuando lo veía con ese orgullo en sus ojos cian dónde su reflejo se mostraba, se sentía estremecer, especial, tal como aquellos labios decían, el mejor. Y no podía evitar abrazarse con fuerza contra los pequeños hombros de Eddward.

—Me distraje a mitad del partido.

—Estuvieron a punto de perder Kevin —exclamaba con admiración —a segundos de perder y tomaste ese ovoide, y corriste, corriste evitando a todos hasta llegar a linea de anotación. —aferra al chico contra su hombro, y dulcemente le susurra —Estuviste genial, aún con la mente fuera del juego fuiste genial. Pero... —ladea la cabeza con gracia —para la otra deberías estar completamente en la cancha.

Jalando su manga contra su palma limpia el sudor de la frente de su pareja y deposita un dulce beso en la frente de su pareja dejándolo totalmente embelesado.

—Necesito volver a las gradas, ya los están sacando. Te estaré esperando en la salida ¿Si?

—Sí... —aprieta el agarre sobre la cintura de su pareja — ¡Oh! Mejor espera en el estacionamiento bebé, estará demasiado repleto en la salida y no quiero que te empujen o algo.

— ¿Cómo crees que llegué hasta aquí Kevin Grenne? —expone su chaleco negro dando unas palmadas sobre la tela —Hasta me cayó algo de queso de nachos en la ropa. —retrocede entre una risa —Pero tenía que felicitarte.

— ¡Ve con cuidado!

— ¡Lo haré! —observa a un árbitro dirigirse a él y rápidamente pide disculpas para salir de la cancha.

—Me sorprende que te besará.

—Ha cambiado mucho desde que empezamos a salir, y ya sabes, —empuja el costado de su amigo —hay ocasiones en las cuales deja sus problemas con la limpieza de lado, especialmente cuando se trata de mí... Y sabía que era algo importante.

—No puedo superar el que me hayas ganado a esa lindura, debe ser un sueño compartir la cama con él.

—Cállate o voy a cerrarte esa boca de un golpe —comentaba con una sonrisa complacida.

Avanzando en una fila se preparaban para estrechar las palmas del equipo perdedor, algunos espectadores regresaban a las gradas celebrando mientras otros cuantos se alejaban en emoción para esperar en la salida del campo y felicitar nuevamente al equipo. Al entrar en los vestidores Kevin comenzó a desvestirse recibiendo palmadas y felicitaciones mientras la entrenadora les daba unas palabras antes de dejarlos ir a la ducha, con la plática finalizada Kevin tomó asiento en la banca exhalando un suspiro algo abrumado para inclinarse sobre las agujetas de sus zapatillas blancas que ahora mostraban manchas de barro y pasto.

— ¿Por qué ese suspiro? —cuestionaba inclinándose sobre su hombro derecho en busca de molestarlo —El Special K acaba de ganar el partido que nos llevará a la final y más cerca del gran trofeo y ese enorme premio en efectivo. —suspiraba con anhelo recargando el cuerpo de la pared — ¿Por qué suspiras como si hubiéramos perdido?

—No es eso... —cabecea, sonriendo con la comisura derecha.

— ¿Problemas con la lindura en el paraíso?

—Definitivamente no. —exhala poniéndose en pie para desabotonar su pantalón —El paraiso a su lado es excelente, una locura muy caliente y sexy... —comenta con vergüenza y cierto orgullo dando una negativa con las mejillas encendidas —pero...

— ¿Pero?... —cuestiona interesado levantándose a su lado hasta recargar el brazo en el hombro ajeno —pero ¿Qué?

Ahí estaba su mejor colega, con ese rostro pecoso, dientes perfectos y cabello erizo de color verde azulado en un tono chicle muy extravagante, mostrándose completamente interesado.

—Bueno, solo estoy decepcionado... —divagaba dando cabeceos de derecha a izquierda mientras se quitaba los pantalones —me felicitó y todo, pero seguramente no habrá una buena noche caliente esperándome en su casa, posiblemente me llevará a cenar y hará algo sumamente lindo, pero ya.

—Oh, entiendo... —niega con gracia para quitarse los pantalones —tu tragedia. En ese caso yo podría ir con ustedes para animar la...

— ¡Ni lo pienses! —declara firmemente enfrentando la mirada de su amigo con nula gracia.

—Solo es verlos hacerlo, no es nada del otro mundo, —comenta con calma —un poco de masturbación mientras ustedes están en lo suyo.

—Eres un asco hombre —declara un tipo del equipo.

—Si fuera tú, —descansa la palma en el hombro de Kevin —yo ya le habría roto la cara un par de veces.

—Creéme que a veces me lo pienso.

—Son una bola de sensibles, vayamos a la ducha de una vez.

Dando una risa Nathan se apresuraba por su toalla enrollando la tela para fingir un látigo contra el trasero desnudo de sus compañeros, todos entraban a las regaderas entre risas y empujones. Kevin tenía claro que Nath era mentira al mismo tiempo que verdad, no se podía hablar completamente en serio con él ni tomarse a broma todo lo que decía; el interés de Nath por Eddward era muy claro ante sus ojos, definitivamente se encontraba interesado en él de una manera sexual, y mínimamente en forma romántica, y aunque eso le molestará sabía muy bien que su amigo no haría un movimiento a menos que él accediera a ello, y que Eddward estuviera dispuesto, lo que... De cierto modo si le molestaba, porque sabía que Eddward no estaban tan desinteresado de ese chico, había algo entre ellos dos que los hacía llevarse demasiado bien para el gusto de Kevin.

Al salir y llegar a los estacionamientos tanto él como su pareja se despidieron de Nath quién saldría con otros miembros del equipo a divertirse, y al estar solos se besaron la boca para subir en la moto y ponerse en marcha. A pesar del casco el aire frío se colaba por sus rostros  logrando que Kevin volviera a perderse en su mente y en aquel secreto que le costaba tanto expresar, la vergüenza lo invadió al mismo tiempo que la calentura se elevaba bajo su piel.

La cena en casa fue una cosa refrescante y sumamente normal, Kevin estaba feliz, y al mismo tiempo cansado por el esfuerzo del campo, así que esa noche no tendrían acción. El reloj marcaba las dos de la madrugada y la película se había ido a cortes comerciales, la luz estaba apagada y el dulce chico recostado sobre su hombro bostezaba con unos ojos adormilados.

— ¿Qué era lo que te mantuvo tan perdido en la cancha? —bosteza frotando sus ojos —Pude notarlo desde la mitad del partido, no era porque no me encontrarás en las gradas... —eleva la mirada — ¿Ocurre algo que te moleste?

Había algo que lo molestaba, realmente había algo que lo molestaba desde que se dió cuenta que doble D gozaba de una manera increíble el ser penetrado durante el sexo, desde que la curiosidad le ganó y decidió explorar aquellos confines desconocidos que nunca antes había pensado explotar, y sobre todo, desde que se imaginó a su pequeño y dulce novio penetrándolo con esa cara sonrojada perdida en el éxtasis entre jadeos... Había algo que lo molestaba. Algo que lo hacía morder su labio inferior y tensar las manos contra la tela del sofá, algo que lo estaba dejando completamente expuesto ante su pareja que fruncía el ceño y se apartaba para mirarlo de frente entre la luz tenue de un comercial en la televisión.

— ¿Realmente ocurre algo? —descansa la palma sobre la pierna de su pareja —Sabes que puedes decirme lo que sea Kevin... —observa cómo el chico desciende el rostro evitando su mirada con cierta frustración —Kevin... Sin importar lo que sea, yo estoy para ti.

Era vergonzoso, humillante, era... Un tabú. Aquella noche no fue capaz de confesar nada, se mantuvo en silencio y siguió de ese modo durante al menos tres semanas en las cuales doble D comenzaba a incomodarse y ponerse nervioso. Era viernes y Doble d habían decidido ir a la plaza de la ciudad a escondidas de Kevin, en el auto de Nath. Una vez el chico pecoso tomaba asiento dejando el batido de doble D frente a él y sorbiendo de su propia bebida, Eddward no fue capaz de callarse más. No podía hablar de eso con sus amigos porque ellos y Kevin no eran tan cercanos, y Nazz era buena consejera y amiga de ambos, pero era una chica y además iba por detrás de Nath en la escala de personas importantes para Kevin.

— ¡Lo siento pero estoy muy preocupado! No quería gastar tu tiempo en algo que posiblemente sea nada, pero no encuentro razones para el comportamiento de Kevin... —suspira luego de soltar todo aquello en una bocanada veloz —desde antes de la noche del partido Kevin había estado muy raro, —comienza más lentamente apretujado sus manos bajo la mesa con inquietud —pero esa noche parecía mucho más inquieto de lo normal, y últimamente lo parece mucho más, se encuentra algo perdido y sé que el partido próximo es importante para él y... —observa los ojos ajenos que se mantiene atentos y en calma.

—Prosigue, te escucho.

—Me preocupa que ese secreto que guarda causé problemas en su rendimiento, he visto que lo hace... De pronto pierde la concentración de la cancha y se detiene, tú también debiste notarlo.

—Todos lo notan, también en el equipo están preocupados, la entrenadora me pidió que hablará con él.

— ¿Y qué te dijo? —cuestiona con prisa.

—Nada. —recarga el cuerpo del respaldo de su silla para jugar con la pajilla de su vaso —Le dije que la entrenadora y todos hemos notado que se distrae mucho últimamente, que ella pensaba que podría ser algo personal y con el partido próximo... —encoge los hombros enfrentando la mirada ajena llena de preocupación —le preocupaba que no diera todo de sí. Él dijo que era una tontería, que iba a resolverlo y que yo no tenía nada de lo cual preocuparme.

—Ni siquiera te lo dice a ti. —expone abatido dejándose caer contra su respaldo —No hay cumpleaños próximos, ni el tuyo, ni mío, ni de Naz, sus padres no tienen planes de venir pronto así que no podría estar preocupado por eso y... Su bandeja de correo electrónico no tiene algo de importancia.

— ¿Revisaste su correo electrónico? —comenta con gracia y emoción — ¿También el celular?

—Lo revise todo. —confiesa con desgana —No hay nada, no entiendo que es lo que lo tiene tan preocupado y distraído, y el partido que es tan importante para él se encuentra a la vuelta de la esquina y yo... —cubre su rostro con ambas palmas —no puedo hacer nada por ayudarlo.

Nathan no podía seguir tomándose aquella plática a la ligera, era obvio que ese pobre chico estaba completamente preocupado y muy abatido por no poder encontrar una respuesta, pero a decir verdad no tenía nada que pudiera ayudarlo.

— ¿Cómo van en el sexo? ¿En su relación?

—Todo va bien, tenemos sexo cuando tenemos ganas. —confiesa sin más —Hasta he intentado hacer lo que le gusta, tomar más el control de la situación... —exhala un suspiro bajando su cuello de tortuga —le he permitido dejar marcas en lugares visibles... Nuestra relación es tranquila, no tenemos mayores peleas que sobre las tareas que no quiere hacer, lo reprendo sobre la calidad en limpieza de su casa y... No lo sé, cuando se acaba los productos de limpieza de mi casa y no me avisa, pero lo solucionamos casi al instante y sin entrar en un verdadero conflicto, así que... —niega.

—No es su relación contigo y no es su familia, y no creo que sean los nervios por el partido y todas las expectativas, yo lo he visto nervioso y no se pone de ese modo... —baja la mirada sujetandose el mentón para pensar —creo que deberías intentarlo nuevamente, a solas y de frente, quizá despues del sexo cuando tienen esas charlas íntimas de almohadas, si le dices lo preocupado que estás posiblemente no pueda resistirse a tu carita llena de culpa y tristeza.

— ¿Cuál sería la posibilidad de éxito si ya lo he intentado un par de veces? —cuestiona con desánimo.

Entorna la mirada con una sonrisa —Setenta por ciento. En algún momento se debe cansar de que sigas preguntando, y tú últimamente te has mostrado más triste que nadie dejando en claro que estas preocupado, Kevin no es un idiota total, debió darse cuenta y por eso se encuentra más inquieto que nunca desvaneciéndose del presente para pensar en como decirte ese enorme secreto.

— ¿De verdad lo crees?

—Oye. —acaricia los nudillos de la mano ajena sobre la mesa —No pierdas la esperanza, tú eres su favorito sobre todos, eres el que tiene más posibilidad de enterarse.

Al volver al *Cul de Sac (al callejón pues, su vecindario) Kevin pudo verlos desde la ventana de su casa, el como su pareja bajaba del auto de Nath con un rostro abatido y como aquel chico lo guiaba hasta la puerta de su casa levantándole el mentón con su índice como todo un jugador, para después abrazarlo con fuerza. Aquel rostro deprimido de su pareja lo tomaba por completa sorpresa, parecía a punto de llorar. Eddward daba un par de asentimientos y sonreía levemente para adentrarse a su casa luego de despedirse del chico, y cuando Nathan daba la vuelta podía percatarse de la presencia de su amigo con el torso desnudo, una toalla sobre su cabello de fuego y otra rodeando su cadera. Ahí permanecieron, mirándose, y luego Nathan sonrió para marcharse a su auto e irse.

Kevin sabía que Nathan jamás jugaría sucio entre Eddward y él, y sabía que Eddward no lo dejaría por Nathan pues aunque tuvieran cierta conexión Doble D había estado enamorado de él desde que eran niños, y era sincero. Después de vestirse Kevin cruzó la acera y se adentró en la casa de la cual hacia tiempo tenía llaves, no había nadie en la cocina ni el recibidor, y al cerrarse la puerta Eddward no había bajado con prisa del segundo piso.

— ¿Edd? ¿Estás en casa? —posa la palma en la barandilla mientras sube —Sabes, estaba un poco triste y quería perder el tiempo contigo... Solo un rato si no tienes tiempo...

— ¿Por qué no tendría tiempo?

Al girar en el pequeño pasillo podía ver la puerta de la habitación abierta, y al adentrarse podía verlo a él, recién bañado y cambiado, con las cortinas corridas para evitar que lo mirarán desde la acera, con el cabello suelto, negro y lacio cayendo sobre sus hombros cubiertos por la pijama negra que Kevin le había regalado en su último cumpleaños.

—Wou... No me esperaba que me recibieras tan cálidamente.

— ¿Qué dices? —sonríe con gracias terminando de cerrar los botones de su camisa —Me he sentido algo cansado últimamente y quería dormir un rato, así que me duché.

— ¿Puedo dormir contigo? —toma dulcemente la mano ajena —Yo también he estado un tanto cansado.

—Claro.

Al meterse en la cama se mantuvieron de frente al otro, Kevin deslizaba sus dedos sobre la sien de su pareja dando pequeñas caricias durante el acomodo de su cabello negro, acariciando la cicatriz de su cabeza y mirando directamente aquellos ojos azules expectantes.

—Estoy preocupado por ti Kevin.

Inhalaba profundamente —No es nada, lo juro.

— ¿Cómo podría no ser nada? —aferra su mano sobre la prenda del costado de su pareja —El partido contra los Dolphin se encuentra a la vuelta de la esquina y tu mente está en esa cosa que no es nada... —observa con desgana cómo su pareja aparta la vista — ¿Por qué no puedes contarme? ¿O a alguien más? No me importa si no es a mi, pero me preocupa que sigas así de distraído, el juego es importante para ti y quiero ayudarte en lo que pueda para que des lo mejor de ti Kevin. ¿Qué es lo que ocurre con mi Special K? —acaricia la mejillas ajena.

—Es vergonzoso —murmura.

—Esta bien cariño, sabes que no voy a burlarme de algo que es importante para ti.

Una sonrisa se expande débilmente por su rostro —Es extraño.

—Bien, lo entiendo, es extraño y vergonzoso, lo tengo, estoy preparado para lo que venga Kevin.

Al levantar su mirada no podía más que comprobar lo que aquel chico le decía, estaba decidido a escucharlo y aceptar lo que saliera de su boca fuese lo que fuese, y sabía que podía confiar en él.

—Me... —cierra los ojos inhalando profundamente —Yo... —abre los ojos para girarse boca arriba llevando los puños contra su frente —Es extraño, es jodidamente extraño y vas a pensar que soy un raro calenturiento, pero... Tuve un maldito sueño super extraño.

—Muy... —expresaba con duda, no sabía que pensar —bien... Bien, lo tengo, un sueño extraño. ¿Qué pasó en él?

Avergonzado hasta las orejas regresaba la mirada a su pareja pensando en las palabras que abandonarían su boca para ir a aquellos lindos oídos.

—Tú disfrutas mucho cuando yo te toco el trasero, —el chico asiente con sinceridad absoluta —cuando lo pongo en ti pareces disfrutarlo completamente.

—Claro que si, mi Special K conoce mis mejores puntos y siempre se aprovecha de ellos —sonríe con orgullo acariciando el mentón fruncido de su pareja.

—Pues me dió curiosidad. —confiesa finalmente apretando los labios entre su duda de continuar —No quería hacerlo, pensé que sería raro, y lo fue... Al inicio... —cierra los ojos escondiendo el rostro casi contra la almohada —pero luego pude encontrar el punto correcto y comprendí la razón por la cual lo disfrutabas tanto.

—Espera... —parpadea con incredulidad y sorpresa —un momento. —descansa los codos en el colchón para mirarlo — ¿Tú... Probaste hacer el anal?

— ¡Solo con mis dedos! —confiesa en un grito contra la almohada girando boca a bajo para cubrir su vergüenza — ¡Yo de verdad lo siento!

— ¿Qué? Pero... —observa los grandes hombros de su pareja y desliza su mirada bajando por su columna hasta su pequeña cintura que lo lleva al levantamiento de sus firmes glúteos, una sonrisa crece en su rostro — ¿Qué tiene eso de malo Kevin? No tienes porque pedirme disculpas. No es anormal que quieras explorar tu cuerpo, y no es anormal que toques el mejor punto de excitación de nuestro cuerpo, la anatomía hizo que ese lugar fuera tan genial y... —encoge los hombros para descansar contra el hombro de su pareja —extraño a la vez, pero así es, no es algo que se pueda deshacer... —observa el trasero de su pareja —no estoy enojado, ni decepcionado, ni... Bueno, si, un poco sorprendido, pensé que querías que fuéramos sinceros con respecto al sexo, me dijiste que te dijera si me sentía a gusto o disgustado con lo que hacías, y tú también me decías si alguna cosa no te complacía o te incomodaba, o si te fascinaba. ¿Por qué te tomo tanto contarme ésto? No creo que de verdad pensaras que yo iba a burlarme de ti o verlo mal.

—Claro que se ve mal, yo soy el activo —expone sin apartar el rostro de la almohada —yo no debería andar tocando... Mi trasero. Por curiosidad.

—Cariño... —menciona contra su oído descansado el mentón contra su hombro —Tambien mereces disfrutarlo completamente, tú me haces sentir increíble al hacerlo, yo también quiero que lo disfrutes completamente y me esfuerzo para lograr que lo hagas, no me importaría empezar a... —desliza su índice y dedo medio por la espina dorsal de su pareja logrando la tensión del cuerpo y que Kevin levanté la mirada levemente de la almohada —tocar está parte tan bella. Sabes que siempre me ha gustado tocar tu trasero.

—Si claro, pero... —expone con esfuerzo sintiendo una caricia con las yemas de los dedos de su pareja —una cosa es tocar por encima, y otra es... ¡Mm! —aprieta el rostro contra la almohada elevando el trasero instintivamente —meter... —suspira.

Con un movimiento brusco toma la delgada palma de su pareja para observar de frente los ojos cian que no parecían ni arrepentidos ni molestos.

—No me molesta, quizá no seré un experto como tú al hacerlo —aparta suavemente la mano del chico —pero puedo aprender, puedes guiarme. Quiero que ambos disfrutemos de ésto Kevin, y quiero que dejes de preocuparte, no me molesta, no me parece raro, y no necesitas ser siempre el que dirige el acto y reprimir tus deseos, si hablamos las cosas podemos llegar a algo y... —presiona el pecho ajeno para invitarlo a recostarse mientras sus labios son separados por la unión de sus reparaciones —disfrutarlo juntos.

Sus suaves movimientos tomaban el control de aquel beso profundo que daba buen inicio. Al tenerlo besándole la clavícula y el cuello Kevin se daba cuenta que Eddward era perfectamente capaz de tomar el control, y es que había sido despojado de su camisa mientras sus labios aún se encontraban juntos y ni siquiera se había centrado en ello porque la mano de Eddward apretando su cintura había logrado distraerlo de todo, menos de la caricia que escalaba por su abdomen y pectorales para finalizar en el despojo de la prenda. Luego llegó el movimiento que lo dejó sin aliento, mientras los labios de su pareja encontraban los suyos, sus suaves manos se encontraban viajando por su costado hasta ser capaces de adentrarse bajo la tela de la ropa interior palpando con un fuerte apretón y suave desliz. Kevin abrió las piernas en un jadeo, y doble D sonrió contra sus labios sin abrir los ojos.

— ¿Estás listo? Si te sientes incómodo solo cierra los ojos.

— ¿Seguro? —musita con la respiración agitada —Sigo creyendo que puede ser algo...

—Kevin. —sonríe con ternura para incorporarse y abrir el cajón de su comoda sacando un lubricante mediano —Me gusta. Y me gustas. Y lo quiero hacer.

Al volver a besar sus labios Eddward regresó hasta la ropa interior del chico para comenzar a deslizarla por sus piernas logrando despojarlo del short suelto y la ropa interior al mismo tiempo. Su cuerpo estaba expuesto, y sorpresivamente, eso le excitaba bastante. Bajo aquel vello rojizo cortado cuidadosamente para formar un triángulo, se encontraba su erección, de un color rosa muy lindo. Eddward se mantenía de rodillas admirando aquel cuerpo bien trabajado por el entrenamiento mientras abría el frasco de lubricante y vertía el líquido dejándolo deslizarse desde el miembro hacia la parte trasera de su cuerpo. Kevin suspiraba cerrando los ojos mientras sus labios se mantenían abiertos y sus palmas se aferraba a las mantas bajo su cuerpo.

—Siempre me ha sorprendido que jamás te muestres avergonzado de tu cuerpo, a mí me tomó mucho tiempo sentirme seguro de mostrarte todo de mí.

Kevin sonreía sintiendo como los labios de su pareja viajaban por su regazo subiendo entre caricias, de pronto Eddward ya lo tenía con las piernas flexionadas y abiertas, y él se encontraba en medio, frente a él, mirándolo. Una sonrisa les surco la cara a ambos.

—Te amo Kevin.

—Cállate, me da vergüenza.

Entre su risa Eddward volvió a besar la pierna izquierda de su pareja y dió aviso de que iniciaría. Lo primero era mantenerlo concentrado en lo habitual, así que inició acercando la yema del dedo indice desde la base del miembro hasta llegar a la punta, Kevin trago grueso al sentir su miembro ser sujetado, y cerro los ojos permitiendo que las sensaciones lo invadieran por completo. Pero el sonido insistente de la revoltura de algunas cosas lo hizo volver la mirada sobre la comoda, mientras era masturbado Eddward buscaba entre sus cosas hasta dar con un condón que abría profesionalmente con los dientes.

—No es que me disguste, no pienses mal, es solo que... Ya sabes, eres nuevo en esto, y... La limpieza y yo...

Sus piernas se cerraron y en un segundo el chico se dió la vuelta envuelto en su vergüenza, murmurando con insistencia que había sido un tonto al pensar que eso sería posible teniendo en cuenta la pequeña enfermedad de su pareja con la suciedad y los gérmenes. Pero Eddward se encontraba tranquilo y abrazando a su pareja por la espalda comenzaba a besarle los hombros.

—Deja de esconderte, vamos, te digo que estoy bien con ello Kevin, debes creerme.

—No... —musitaba abatido —Debe ser tan asqueroso para ti... No quiero forzarte...

Exhalando un suspiro Eddward miraba con enfado a la persona que se escondía de él, sabía perfectamente que cuando Kevin era necio no había forma de hacerlo entender, así que decidió hacer oídos sordos, se colocó el condón sobre los dedos índice y anular y ajustó lo sobrante para ir directamente a la entrada de su pareja y comenzar a palpar entre las firmes y carnosas nalgas de su pareja. Kevin no se rehusaba, y era de esperarse, Edd podía notarlo, su pareja de verdad deseaba que aquello pasará.

La preparación inició con caricias en el exterior, con toqueteos que lograban poner impaciente al receptor de caricias, luego llegó la inserción de una forma lenta. Kevin suspiraba, apretaba las piernas y se removía manteniendo el rostro escondido contra una almohada, y Eddward cada vez estaba más erecto. Era sorprendente hacerlo de esa forma, ver el cuerpo de su pareja removerse en gusto, y fue mucho mejor cuando pudo encontrar la zona buena en la retaguardia de su pareja, Kevin emitió un profundo gemido ahogado por sensaciónes increíbles, Edd volvió a tocar esa parte unas tres veces más antes de hacerle comprender a su pareja que todo aquello lo había excitado bastante.

—Oye Kevin... —susurra contra la piel de su espalda —Quiero meterlo ya mismo.

Y suavemente acercaba su miembro a los glúteos ajenos logrando que Kevin regresará la mirada con las mejillas encendidas y el rostro un tanto perdido.

— ¿De verdad te excitaste?

—Bueno... Definitivamente estás sintiendo mi miembro contra tus glúteos.

Una breve risa y Kevin se giro para abrazarlo contra su pecho —Tenía tanto miedo de que pensaras que era asqueroso.

—Te dije que no lo era, debiste creerme.

—Pero no te conté todo mi sueño... —confiesa con vergüenza.

— ¿Qué más falta? —baja la mirada sobre los pezones de su pareja y saca la lengua para lamer el pezón izquierdo logrando estremecer a su pareja —Dímelo, podríamos cumplirlo la próxima vez, ahora mismo... Solo quisiera meterlo.

—Mhng... —jadea —no los muerdas... Yo... —cubre sus labios con el dorso de su mano —quisiera verte con un traje de animadora...

— ¿Qué? —eleva la mirada con sorpresa —pero tú... ¿Lo meterías o lo haría yo?

Con la vergüenza pintando todo su rostro se atrevía a señalar a su pareja —Tú.

Eddward sonrío con entusiasmo, habían jugado de ese modo con distintos trajes anteriormente, Kevin era quien los conseguía y llevaba a la casa de su pareja, y era obvio que disfrutaba ver a su pareja luciendo aquellas piezas, pero ahora sería diferente, ahora Eddward no sería el pasivo mientras llevaba esos trajes... Y de cierto modo esa idea lo encendía, era un hombre, claro que tenía esos instintos raros que no terminaba de entender, pero disfrutaba bastante ver a su pareja complacido debajo de él. Desde que inició su relación con Kevin había cambiado tanto, su problema con la limpieza disminuyó, disfrutaba sin tabúes de las relaciones sexuales y se mostraba más tranquilo ante las burlar e insinuaciones de Nath al respecto, Kevin lo había vuelto más relajado, y Edd lo había hecho más centrado y feliz, el mariscal ya no se la pasaba con la cara larga fingiendo divertirse, ahora se divertía de verdad.

—Eso me gusta —confiesa con cierto brillo en la mirada.

A mi también, les conseguiré un traje de porrista para dentro de dos días, ya sabes que los trajes que te consigo siempre salen de la mejor calidad, pero... ¿Podrían seguir? Tengo la erección en su punto, y necesito oír un gemido complacido de la lindura para poder venirme.

Dejando la sorpresa de lado ambos regresaban la mirada tras el tocador de Doble D, ahí de dónde la voz de Nathan parecía provenir. Kevin le hizo una seña a su pareja indicando que se levantaría a ver lo que había ahí, pero sorpresivamente Eddward negaba un par de veces.

—Dime Nath. ¿Tienes cámaras de vigilancia en mi alcoba?

— ¿Qué? ¡No, claro que no! ¡No soy un pervertido!

—Amigo, nos has estado escuchando tener sexo desde... No tengo idea ¿Cuando demonios pusiste lo que haya puesto para escucharnos?

Uuh... No voy a decirlo.

—De verdad voy a golpear tu cara Nath, voy a apagar esa mierda para que Eddward y yo podamos seguir en lo nuestro así que... ¡Aaah! —cubre su boca con vergüenza y regresa la mirada hacia su pareja quien sonríe complacido entre jadeos —Edd...

Levanta el índice contra sus labios —No pienso emitir ningún ruido de ahora en adelante Nathan... —desliza su mano bajo su cabello peinando hacia su nuca —asi que tú decides si quedarte a escuchar los gemidos de Kevin o no.

— ¡Eddward!

— ¿¡De verdad ya lo metiste!? ¡No! ¡Yo quería escuchar tu dulce voz! ¡Me niego a apagarlo! ¡Kevin también me gustaba así que voy a utilizarlo!

— ¡Jódete y apaga esa mierda!

Las embestidas dieron inicio. Los gemidos eran acompañados por los usuales sonidos obscenos de sus cuerpos uniéndose, y Eddward mantenía su palabra mordiéndose el labio inferior y cubriéndose la boca contra el cuerpo ajeno, únicamente jadeaba en los oídos de su pareja, le confesaba lo bien que se sentía estar dentro de él. Y Kevin parecía disfrutarlo también, miraba de frente el rostro extasiado de su pareja que intentaba contener su voz, las venas marcadas en la garganta de doble d por forzarse a callar, y sentía sus manos apretando su cadera para atraerlo o cerrarse contra su pectoral. Y al borde del éxtasis tomaba la mano derecha de Doble D para guiarla a su garganta, y aunque un poco sorprendido, Eddward asentía y guiaba ambas manos al cuello ajeno comenzando a extrangular al mismo tiempo que sus caderas se movían en un vaivén lleno de necesidad y deseo.

— ¡Mngh! Mierda —jadeaba —mierda... Hoy de verdad... Lo hicieron increíble.

¡Cállate! —decían al unísono.

El primero en terminar fue Kevin, era la primera vez que Kevin terminaba de primero, y entre la sorpresa, Eddward terminó también, estaba gozoso, feliz a más no poder. No solo había sido el activo, sino que también había terminado después de Kevin. Apretando sus labios subía la mirada hacia el rostro de su pareja encontrándolo con la mirada en el techo y la respiración igual de agitada que la suya, con una sonrisa en cara.

— ¡Oye idiota! El maldito uniforme, más vale que sea bueno.

—Si me dejan seguir teniendo mis micrófonos les consigo hasta el escenario. Si me dejan ver, les financio el estudio entero con cámaras y profesionales de los videos porno.

— ¿Qué estupidez estás diciendo?

—Y si me dejan participar... Haré lo que sea.

Nathan era extraño, pero decidido, en algún momento se había enamorado de Kevin o había sentido algo por él, al menos en el aspecto físico, pero con Eddward era una cosa completamente distinta, el chico de verdad le gustaba en ambos sentidos, se podía notar a simple vista y eso era algo que en un principio había incomodado a la pareja, pero... Eddward, cada vez parecía más interesado en ese chico que buscaba por lo bajo ganarse su aprecio. Y ahí estaba Kevin, con aquel chico de cabello negro recostado sobre su pecho mirando en dirección a aquel espejo desde donde la voz de Nathan fluía algo ronca. Tragando grueso relamió sus labios dando una caricia sobre el cabello de su pareja para dedicarle una sonrisa, Eddward sonrío con sinceridad.

—Lo pensaremos.

Y aunque sorprendido, Eddward negó —Quizá lo hablemos, deja de... —traga grueso —Pedir algo tan raro Nath.

Kevin y Edd se estaban abriendo a un nuevo mundo desconocido para ellos, pero ni siquiera eso arruinaría su relación.
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Tenía una imagen tan buena para ésto, pero con las nuevas políticas tengo miedo de que me llamen la atención
Ó⁠╭⁠╮⁠Ò
En fin, sigan a la artista en Facebook, mayormente tiene historias de Timxtheo de la película de un bebé en pañales, algunas otras de estos "detectives" 👇👇

Adjunto imagen xq se me olvidó el nombre.
La imagen no es de la artista, es la que tenía más a la mano (⁠-⁠_⁠-⁠;⁠)⁠・⁠・⁠・
Algunas otras parejas son estás:
(Ed,edd y Eddy) Kevedd
(Ralp el demodelor) RaplhxFelix Martinxchris (de una serie de dos amigos que buscan animales de la cual desconozco nombre)
Y del libro de la vida, que no me acuerdo del nombre de la pareja...
Ando mal con la mente lo siento.

Y otros cuantos Shipps no tan conocidos por mí, quién sabe ustedes.

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