No te fíes del bosque

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Odio el captura la bandera. Lo odio con todo mi ser.

Esta noche nos había tocado juntos a las cabaña de Hefesto, Atenea, Afrodita, Némesis, Hades y Apolo contra las cabañas de Deméter, Ares, Poseidón, Zeus, Dioniso y Hécate.

Cómo no, iría con Will Solace, aquel hijo del sol del que llevaba mucho tiempo intentado olvidarme.

Annabeth estaba organizando a las cabañas para un buen ataque y, para mi enorme suerte, nos encargó a Kayla, Piper, Will y a mí, atacar por la parte más cercana al lago de las canoas.

Cuando empezó el juego, los cuatro corrimos hacia nuestro objetivo con las armas en mano.

-¿Habéis visto eso? - preguntó, de pronto, Piper - Seguro que era un campista de la cabaña de Hécate. 

- ¿Estás segura? -dijo Kayla, la hermana de Will.

- Eso creo. Ven a ver conmigo.

- Vamos con vosotras. - dije rápidamente, aterrado ante la idea de quedarme solo con Will.

- No hace falta, -replicó Piper -quedaos por aquí por si pasa algún campista.

Suspiré imperceptiblemente y me recosté contra un árbol tratando de evitar la mirada del rubio. Allí, con aquella suave brisa y bajo la pálida luz de la luna, el hijo de Apolo parecía un fantasma, un hermoso espectro comparado con el oscuro hijo de Hades que le acompañaba.

Aparté esos pensamientos de mi mente. Dolía demasiado.

De repente, vi cómo una extraña figura se desplazaba rápidamente entre los árboles mientras se oía un suave siseo.

- ¿Has visto eso? -susurré. 

- Eso no es un campista. -murmuró Will.

Al instante me puse en guardia, preparando mi espada. 

Silencio.

Y, de repente, como salida de la nada, una mantícora se abalanzó sobre Will, clavando sus garras y colmillos en su cuerpo.

- ¡¡¡¡¡WILL!!!!! - grité fuera de mí y, sin pensármelo dos veces, descargue mi espada sobre el vientre de la criatura, no sé cuántas veces, hasta que se desplomó sin vida en el suelo.

Sin pararme un segundo, corrí hacia el cuerpo de Will que yacía en el suelo y examiné sus heridas frenéticamente.

Tenía arañazos por todas partes y le había dado un mordisco en el vientre, que le sangraba sin parar.

Apoyé mis manos manchadas de su sangre en sus mejillas, tratando con todo mi ser que no se desmayase.

- Nonononononononono, te vas a poner bien, ¿vale? Quédate conmigo, quédate conmigo -noté cómo las lagrimas recorrían mis mejillas. - Maldita sea, Solace, no puedes dejarme, no ahora.

- Nico, mi... mi hermano... está en la enfermería -susurró débilmente.

Entonces le levanté como pude y saqué todas las fuerzas que tenía para viajar por las sombras.

Al instante nos encontramos en la enfermería. Un chico moreno y alto corrió a nuestro encuentro, seguramente el hermano de Will.

- Una mantícora - dije solamente - necesita ayuda, ya.

El chico lo llevó rápidamente a una camilla y empezó a vendarle  y a darle de comer ambrosía. Cuando acabó, dijo que necesitaba reposo, pero que se pondría bien.

Yo aún estaba aturdido, todo había pasado demasiado rápido.

Will yacía sobre la camilla, durmiendo inmóvil. Me senté a su lado.

- Casi te pierdo esta noche -murmuré para mí mismo- sé que prácticamente no hablamos, pero no podría haber seguido viviendo si llegabas a morir. Eres demasiado importante para mí como para dejar de existir. Te necesito.

Mis palabras quedaron suspendidas en el aire durante unos minutos.

- Me has salvado la vida - dijo, de repente, el rubio - creo que soy yo quien te necesita.

Le miré sorprendido.

- Pensaba que dormías.

- Y lo hacía. - Se incorporó con una mueca de dolor y me miró. Sus ojos brillaban.- Te necesito, Nico. Te necesito tanto como necesito el agua o el oxígeno y, al haber estado tan cerca de la muerte, debo decirte esto- me miró intensamente.- Te quiero, Nico. No querría haber estado a las puertas de la muerte con otra persona, sino contigo.

No podía creer lo que estaba pasando. Will, la persona a la que más quería en el mundo, casi moría en mis brazos y, minutos después, este me decía que me quería, que me necesitaba a su lado.

Y, entonces, sentí los labios de Will sobre los míos. Y ya no pensaba en nada más, ya no existía el captura la bandera, ya no existía la mantícora, ya no existían los vendajes del cuerpo de Will. Solo existíamos nosotros  dos.

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HELLOOOO, hola de nuevo mis queridos mestizos.

Aquí traigo otro hermosísimo fic de Solangelo para vuestros corazones, espero q lo hayáis disfrutado!!

Acordaos de comentarr, votaar y todo lo que queráis.

Nos leemos luego x3 <3

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