Hablar con el castaño le había sido algo gratificante, ya estaba mas que seguro que a él le gustaba Otabek, pero lo estaría Otabek de él. Capaz en algunos días lo descubriría.

Llegó a su habitación dada por Sara, abrió la puerta vio la cama bien tendida se acercó a ella y se recuesta. Sus ojos se encontraban fijados en el techo, pensando en como podría decirle a su amigo que tiene sentimientos por él. A veces confesar algo como eso puede, no, logra ser difícil.

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En otra de las habitaciones se encontraban, un peliplata y un pelinegro.

- ¿Cuanto crees que tarden? .-Preguntó el omega.

- ¿Eh...? No se..., pero creo que pronto los veremos juntos.

- Eso esperó...

- Yuuri, todos esperan lo mismo. Todos quieren que ellos sean felices, lo único que falta hacer es esperar a que eso pase.

- Sí... Ahora solo es cosa de tiempo.

Siguieron conversando de cuanto querían que esos dos se dieran cuenta del sentimiento mutuo que tienen.

Por otra parte, Otabek regresaba a su habitación después de charlar con su amigo. En su cabeza solo tenia un nombre ese era... en su amado Yuri. Cuando podría ser el momento de poder decirle el amor que siente hacia el rubio, sus sentimientos se desbordaban a cada instante.

- Yuri, como deseo que sientas lo mismo que yo. -Se dijo a si mismo mientras entraba a la recámara.

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- ¡Leo! -Llamo el castaño a su amado.

- Guang ¿que sucede?

- También te diste cuenta, ¿verdad? -Sabia a lo que se refería el pequeño omega.

- Sí. Ellos se aman, pero son incapaces de decirlo en voz alta.

- Yurio, piensa que Otabek no siente nada por él. Ya que ellos se conocieron de pequeños, y siente que Otabek solo le ve como un amigo o mas... como un hermano.

- Otabek, también piensa lo mismo.

- Yo creó, que esta muy cerca el día en que esos dos digan lo que sienten.

Leo y Guang se sentían tan cerca de Otabek y Yuri. La relación de Altin y el nuevo Nikiforov era casi la misma que la de ellos.

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Era el comienzo de otro día, pero este no era un día cualquiera. Este sería el día de la boda de Sara Crispino y Mila Babicheva.

Unos ojos verdes se habrían gracias a la luz que sobresalía de la ventana. Su cabello rojizo, brillaba por la luz, estrecho su brazo para saber si su pareja se encontraba a su lado, pero esta no estaba. Bueno era de esperarse, no se podían ver antes de la boda.

Salió de la cómoda cama, camino directo al cuarto de baño para poder darse una refrescante ducha y poder estar despierta.
Ya estaba lista, vestía ropa holgada, primero tendría que comer un buen desayuno. Bajaba las escaleras, al llegar al comedor se encontró con sus amigos.

- Buenos días Mila .-Saludo el omega pelinegro. Seguido por los demás.

- Buenos días a todos .-Devolvió el saludo, su sonrisa era hermosa. Todos pudieron percatarse de ello, aunque era de esperarse después de todo no te casas todos los días con el amor de tu vida.

- Te ves de un buen humor, esperemos que puedas estar así todo el día. -Comentó el rubio.

- Pues claro que lo estaré. Hoy es un día muy especial para mí, y tal vez lo sea para ti también .-Susurro.

- Bueno, todos nosotros -Miro a todos los omegas- te ayudaremos con lo que podamos. Tu solo dinos que hacer.

- Gracias a todos. Estoy muy agradecida con ustedes.

- Pero si todavía no hemos hecho nada. -Exclamó el moreno- Debes de agradecer nos cuando acabemos con esto.

La omega sonrió, estar al lado de sus amigos era increíble.

Los minutos pasaban, con ello también las horas. Habían visitado varios lugares, el vestido había llegado a sus manos.

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Yurio había terminado de haber ayudado a la pelirroja, ahora los demás harían lo que faltaba. Era momento de que el rubio se cambiará. Entró al cuarto de baño, se dio una merecida ducha, al salir del cuarto vio en la cama se encontraba la vestimenta que usaría.

Su cabello estaba semiseco, su cuerpo se encontraba cubierto por sus ropas. Un terno a medida para el omega, una camisa de un color claro. Se podría decir que estaba casi listo, solo faltaba el peinado que usaría. La persona que lo peinaría sería su madre, ahora ya podía llamarle de esa manera al pelinegro.

Esperaba a que llegara el ojimarrón... se acostó sobre la cama, faltaba una hora para la boda y para que el sol se pueda ver desde el horizonte. Cerro sus verdes ojos, la luz le pegaba...

- Beka, por que siempre estas a mi lado .-Preguntó un Yuri de tan solo 6 años.

- Porque prometí cuidarte, Yura.

Un pequeño recuerdo llego a su mente. Sonrió. Le gustaba mucho que Otabek le llamaba por "Yura", ¿hace cuanto dejaron de llamarse de esa manera?

- Beka -.Pronunció- Me gustaría volverte a llamar de esa manera -.Pidió haciendo que una sonrisa nostálgica apareciera en su rostro triste.

Todavía no estaba preparado, quería poder decirle aquel sentimiento que le tenía, pero tenía... miedo, podría seguir viéndole si Otabek le rechazara.

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El pelinegro se hallaba listo. Vestía de un terno oscuro, una camisa a color con el terno. Quien le viera capaz se enamoraría, aunque a el no le interesaría, ya que quería que ese rubio se enamorará de él. Salio a contemplar el paisaje que tenía desde la habitación donde se encontraba. Ver ese paisaje hizo que recordará algo.

- Beka, tú eres como un hermano -.Comentó el niño.

- ¿Por qué lo dices...?

- Mi mamá me contó como era mi tía con ella, y lo que ella hacía la haces tú.

En ese entonces no le había dicho nada, pero ahora lamentaba que el rubio dijera eso. Seguiría pensando que Otabek es como un hermano.

- Beka...

Hace cuanto Yuri no le decía de esa forma. Le gustaba que le llamará de esa manera, el pequeño no sabia pronunciar su nombre así que en vez de decirle Otabek le había nombrado Beka.

Le parecía tan tierno que el omega le llamará así. ¿Cuando podría volver a escucharlo llamar le Beka?

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Oha ~

Mis disculpas. Nunca pensé en demorar me en escribir, pero tengo mis razones.

Razón 1: Me enferme, estuve dos semanas enferma. Me dolía mi cabeza, tenía fiebre. Me llevaron al hospital, estuve tomando varias pastillas -entre ellas unas que no me gustaron-.

Razón 2: La inspiración. Sí la inspiración, aunque no tanto ¿creo? Un bloqueo total, día y noche me la pasaba pensando en que escribir, como continuar la historia. O si lo que pensara estaba bien publicarlo, pero pude continuar.

Razón 3: Ok. No hay razón 3.

Que tal, un nuevo año. Cuando menos te das cuenta ya estas a finales de un año y al inició de otro. ¿Que nos deparará este 2018? No lo sabemos, pero esperemos que sea cosas buenas.

Espero que les haya gustado el capítulo hoy.

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Galletitas para ustedes 🍪🍪🍪