Capítulo 47

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


—Te he preguntado, ¿Qué piensas que estas haciendo?- dijo con un rostro neutral, pero sabiendo que en su interior estaba furioso, por la acción de esos dos.

—Antes que nada, Aizen-sama me dejo a cargo de cuidar a esa mujer, entrégamela-

—Que te jodan! - hablo de forma altanera Grimmjow.

—¿Qué acabas de decir? –

—¿Qué pasa? Hoy estás hablando mucho, ¿no te parece Ulquiorra? No creas que no lo he notado—¿Me tienes miedo? ¿tienes miedo de que nos destrocemos el uno al otro? O es que es por...- dijo al mirar hacia donde se encontraba una chica de cabellos naranjas que mantenía sus manos extendidas hacia lo que parecía ser un halo de luz naranja y dentro se observaba la silueta de un chico con ropas negras...

"¿Qué?... ¿dónde estoy?..." se dijo internamente el pelinegro al ver la escena que a pesar de resultarle increíblemente familiar y a la vez irreal, no comprendía nada de nada lo que estaba pasando ahí...

—¿Dónde está? ¿pudo desaparecer su presencia?— Ulquiorra trato de buscar con su vista, por donde podría aparecer Grimmjow, pero no lograba encontrarlo, no hasta que, este le sorprendió tomando su chaqueta, para luego lanzar una caja de negación dentro del agujero Hollow del ojiverde, que escondía en esa misma mano—Mierda...-

.

.

.

—Ulquiorra... por favor despierta...- entre lagrimas le hablaba la chica mientras tomaba de su mano.

—¿Que dijo su madre Grimm?¿Ya llamaron al médico?- le pregunto la peliverde.

—Tsk!, doceava vez, te dije que sí!, ya le llamamos, ahora su madre está tratando de venir porque fue a una reunión de emergencia a la compañía, así que ya deja de preguntar que me pone mas nervioso!- le reclamo mientras se cruzaba de brazos y trataba de disimular a gritos su preocupación.

—Por favor....despierta...-

—Tranquila, veras que pronto pasara...- trataba de tranquilizarla la ojipardo.

—Tengo una pregunta princesa...- le llamo el peliceleste —¿Ya antes le había pasado esto?- Orihime lo miro sin comprender — quiero decir, ¿que se desvanezca?-

Y en eso la chica recordó lo que paso hace meses en el parque...¿acaso, será algún efecto retardado o algo parecido?

—Pues... conmigo solo una vez paso, hace meses... puedo preguntar ¿Qué le paso para que le suceda esto?, quiero decir, ¿Él... él ha tenido algún accidente o algo parecido, antes de su viaje a japón?- ella los miro fijamente.

Ambos chicos desviaron la mirada —Eso no es algo que podamos contar- menciono el peliceleste —solo te diré que si hubo uno y muy grave, todos estuvimos involucrados, las razones, no te las diré... la verdad si eres su novia, ¿cómo es que no lo sabes? – regreso su mirada hacia ella.

—Él... él es muy reservado, aun hay cosas que no me dice- poso su vista al joven que se veía ya con aspecto mas relajado —entiendo que hay muchas cosas que nos separan... pero... pero... yo trato por todos los medios que comprenda que estoy para apoyarlo... no para juzgarlo... no lo haría... no nuevamente – susurro lo último.

—Orihime... veras, Ulquiorra siempre ha sido así, callada, reservado, incluso hasta con su familia, claro que él entiende que estas a su lado para apoyarlo... pero no puedes hacer que todo cambie de la noche a la mañana, desde que era un niño siempre se ha valido por su propia cuenta...- le toco el hombro a la pelinaranja —a pesar de todo, lo que puedo decirte es que si él ha cambiado y me lo demostró cuando vino contigo, es que ahora esta mas animado, es decir... ya no es alguien distante sino despide un aura...-

—Cálida- termino de mencionar la chica nipona. —si lo se... creo que tienes razón ... aún así... ve...-

No termino de hablar porque el pelinegro parecía estar comenzando a despertar, llevo su mano hasta su cabeza donde sentía nuevamente un dolor punzante.

—Ulquiorra!!- gritaron ambas féminas al verlo despertar.

—Que... ¿Qué paso?...- pregunto mientras trataba de incorporarse.

—No espera... no te levantes aun- lo detuvo

—La princesa tiene razón, no sé qué diablos te pasa, pero parece algo que no debes tomarlo tan a la ligera, recuerda tu condición- siseo lo último, ganándose una mala mirada por parte del ojiverde.

Antes de poder refutar lo que decía su primo, hablo la novia del chico —Ulquiorra, tiene razón Grimm, debes dejar que te vea un médico, además si no lo haces, no nos preocuparas a nosotros o a tu madre... sino también a Orihime, o has olvidado que ella está aquí por ti-

En eso el pelinegro miro a la chica, que a pesar de tratar de mantenerse tranquila, estaba muerta de angustia, aun podía ver rastros de lagrimas en sus mejillas, a lo cual extendió su mano y las limpio con sus dedos —Mujer...-

—No... no te preocupes por mi... yo estoy bien, pero si me gustaría que puedas ver a un doctor... se... se que los desmayos así de repente no son normales... y tampoco quiero ver que se preocupe tu madre... por favor... hazlo, deja que te vea el medico...-

—Si así logro que dejen de hacer tanto alboroto, esta bien-

—De acuerdo, tu madre no tarda en llegar, y el docto también, así que creo que deberías descansar, te dejaremos solo- hablo el chico mayor, pero en cuanto vio que Orihime también se levantaba la detuvo —Tu no princesa!, tu debes quedarte a cuidarlo, es tu responsabilidad ¿no?, vámonos Nell, esperemos a que lleguen ellos-

—Si- le sonrió al ver lo que trataba de hacer su novio, regreso su vista a los otros chicos —Que te mejores Ulquiorra, te veré después, así que trata de descansar- y salió de la habitación junto al chico.

Ya estando ellos solos, ella comenzó a hablar —¿Te sientes bien? ¿no te duele nada?-

—No en absoluto, pero-

—Pero...-

—No es algo importante-

—Como no va a ser importante, por favor- le tomo de la mano desconcertando al chico —dime que pasa... estoy aquí no es cierto... no me alejes, por favor, no me alejes de ti, aquí no se a donde ir... si lo haces, dime que debo hacer, ¿eh?, dímelo entonces!-

Ulquiorra trato de entender que era lo que ella quería decirle con eso, a pesar de todo, aun le costaba comprender las cosas del corazón, por lo que no sabia que decir al respecto, pero una cosa si era verdad, y era que ella no estaba ahí por gusto, no, sino que él le pidió que lo acompañara por lo tanto ahora debía asumir.

El pelinegro miro hacia la ventana y comenzó a hablar —A veces, a veces tengo sueños un poco extraños, en ocasiones los tengo mientras estoy despierto, otras mientras duermo, y las pocas veces que las has presenciado es al desmayarme, no entiendo... no entiendo que sucede o porque- miro sus manos, no dejando de sentirse ofuscado debido a eso.

—Puedes decirme que sueños son los que te están perturbando- le pregunto ella, porque si le preguntaban el rostro del chico a pesar de carecer de reacciones, no así sus ojos, que eran los que demostraban lo que él no mostraba.

—Pues... creerás que estoy loco si te lo digo-

—Claro que no- comprendía de que iba el asunto, pero tampoco iba a soltar que todo era cierto así como así.

Suspiro antes de comenzar — vi... vi un mundo irreal, yo era, era un mounstro en ese mundo, y no solo era yo, estaban otras personas ahí, incluso... incluso a veces hay alguien que se parece mucho a ti... pero por mas que he tratado de recordar cuando despierto, no lo logro, solo son pequeñas escenas las que vienen a mi mente, peleas sin sentido... espadas, luces brillantes de color verde, negro, azules, en fin, creo que de verdad estoy loco, ¿no lo crees?-

—No es así!, a veces... a veces los sueños tratan de decirnos algo, es solo que nosotros no somos capaces de verlo en el momento-

—de verdad eres alguien extraña- la miro —Cualquiera pensaría otra cosa pero tu...-

Ella agacho la cabeza avergonzada, será que no le gustaba a Ulquiorra que ella le dijese eso -Lo siento-

—No, no lo lamentes, en verdad, eso es lo que me atrae de ti, esa facilidad con la que puedes ver lo positivo a todo, siempre me dejas desconcertado y luego actúas como yo no lo espero...-

Muy a su manera, entendió que el la estaba elogiando y no solo eso, sino que le decía lo mucho que le gustaba eso de ella, cosa que la alegro y en respuesta le sonrió conmovida.

—Gracias Ulquiorra... mmm, puedo ¿puedo preguntar algo?-

—Que sucede-

—Veras, no quiero que te molestes con el resto, pero me comentaron que tuviste un accidente... ¿puedo saber que paso?...-

—No- la miro duramente, esos dos que no tendrían que ser más discretos, no claro que no lo eran.

—Que?!- le sorprendió la respuesta.

—Veras, eso es algo, de lo que no estoy muy cómodo en hablarlo- observo como ella bajaba la cabeza decepcionada, logro ver como sus ojos se cristalizaban, era obvio que la estaba lastimando, coloco su mano en la cabeza de ella, acariciándola, mientras la pelinaranja lo miraba asombrada —Aun no puedo decirlo, pero ... algún día lo hare... lo prometo-

Sin decir más, asintió, no era necesario seguir hablando, tenia que entenderlo, sino, entonces quería decir que no había comprensión, y eso no era bueno en su relación.

Mientras ella se quedó ahí haciendo compañía en lo que llegaba la madre de este y el médico, no tardó mucho en que ambos aparecieran, ella se retiro de la habitación en lo que era chequeado el pelinegro, solo madre se quedo dentro con una cara de angustia mientras el doctor comenzaba la revisión.

.

.

.

Una hora mas tarde, les comentaron al resto de los chicos y a ella que Ulquiorra solo había tenia una ligera anemia, quizas debido a estrés del viaje o falta de nutrición debida, por lo que el médico le recomendó por lo menos reposar unos días y tomar los medicamentos y vitaminas que le dejaba recetados, mientras la madre del pelinegro acompañaba al doctor a la salida de su hogar, los chicos decidieron que era mejor dejar a Ulquiorra descansar, y que mañana seria otro día, así se dispusieron a cenar con tranquilidad e ir a dormir, habían tenido un largo viaje y era normal que estuviesen cansados, Grimmjow y Nelliel se despidieron de Orihime y Johhana, retirándose a sus habitaciones, y Orihime también fue encaminada a la habitación de ella.

Muy grande si se lo preguntaban, era como el cuarto de una reina o algo similar, quien podría dormir con tatas cosas en esa alcoba, es decir, una cama del tamaño de su cuarto en japón, sin mencionar su baño igual de grande, no digamos el resto de la habitación, pero lo que mas le fascinaba era el ventanal. Hermoso y grande, que daba una vista hermosa del bosque y al final se podía observar un lago, que bajo la luz de la luna mostraba un hermoso color azul...

—Esto es muy bello...- se sentó en una de las sillas que estaban cerca del ventanal, aun no tenía sueño, le preocupaba lo que pasaba con Ulquiorra —esta comenzado a recordar...- suspiro pesadamente —me pregunto si Nell y Grimmjow, tendrán sus memorias de Espadas y sus poderes ¿o no?... — Orihime cambio su vista del lago a mirar las estrellas y la hermosa luna llena frente a ella.

—Creo... creo que debo hacer algo, si en verdad están buscando a los chicos, ellos no pueden estar indefensos, tengo...- se decidió —tengo que lograr que recuperen sus memorias, se que es peligroso, pero si no lo hago, sola no podre enfrentarme y derrotar a quienes los están buscando... mis poderes son mas fuertes para proteger que para luchar, así que... como no tengo el respaldo de la sociedad de almas, tengo que lograr entonces, que ellos puedan defenderse contra el enemigo...-

—Si eso es lo que debo hacer... pensé que alejarte de tus recuerdos era la solución, pero no creo que sea lo mejor, aunque... no se como hare, pero debes recordar... todos tienen que recordar... tienes que regresar a ser Ulquiorra Cifer, Cuarta Espada y antiguo estratega de Las Noches-

Orihime, se dispuso a meterse a la cama, ya el cansancio le había ganado, por lo que era hora de descansar, ya mañana pensaría en que forma pudiese lograr que los recuerdos de Ulquiorra y del resto, regresen sin provocar algo peor.



—Ulquiorra Cifer... ¿Cuarta Espada?- susurro por lo bajo quien en ese momento al ver un poco abierta la puerta se acerco al observar que la chica aún no se dormía, pero ¿Qué era eso de Cuarta Espada?

.

.

.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro