Metió la pañalera repleta de todo lo necesario en la cajuela y se aseguro que tanto JiMin como sus hijos ya estuvieran asegurados en el interior del auto con los cinturones abrochados y sus hijos descansando sobre los porta bebés que instalaron en la parte trasera del auto.

Visitarían a los abuelos de YoonGi en la finca que la vieja pareja tenía a las afueras de Seúl y donde solía pasar sus vacaciones de la infancia. Su omega se mostró emocionado ante la idea cuando su abuela lo llamo por teléfono preguntando su podían venir o necesitaban que ellos fueran para que no hubiera problema alguno con sus pequeños en el camino.

Sin embargo había conseguido un fin de semana libre que aprovecharía para darle un respiro a la vida de ambos luego de casi dos meses cuidando como nunca a sus hijos que lentamente crecían e iban volviéndose un poco mal humorados algunas veces.

Comenzó su trayecto en carretera después de que JiMin conectará su teléfono al estéreo del auto e iniciará su playlist favorita que solía escuchar a diario en casa.

—¿No quieres dormir mientras llegamos?

JiMin negó sonriendo, creando un sentimiento cálido en su esposo y que se extendía hasta sus manos en un calor que la conocía y que jamás podría dejar de sentir mientras JiMin siguiera a su lado.

—Estaré bien, puedo descansar después cuando tus abuelos estén cuidando a los bebés.

La risita del alfa llegó a sus oídos y se dejó llevar por la melodía compuesta de su respiración y el sonido de su boca. Su mirada se mantenía fija en los paisajes fuera del auto, le gustaba ver aquel camino cuando eran invitados por la pareja de ancianos, así que conocía bien todo pero sin dejar de maravillarse. El lugar al que iban era una casa espaciosa con las suficientes habitaciones para estar cómodos, una pequeña terraza donde su abuela disfrutaba de leer o cuidar sus rosales, al lado de la casa su abuelo había creado un pequeño cobertizo que utilizaba para crear decoraciones de madera en sus ratos libres, por eso YoonGi tenía un pequeño juego de muñecos de un gato junto a un pollito orgullosamente expuestos en la repisa para que pudieran ser vistos cuando tenían visitas.

Le causó gracia ver a su omega cerrar los ojos sin poder evitarlo, era comprensible que se sintiera cansado al desvelarse por las noches, él sin embargo ya estaba acostumbrado gracias a sus exhaustivos turnos nocturnos en el hospital donde estaba trabajando hace unos cinco años. Dejaron atrás los edificios de cemento y calles pavimentadas para entrar a los caminos de piedra y los campos verdes con flores en ellos, el sol en lo alto iluminando el rocío y los pequeños charcos de agua resplandeciendo bajo los rayos del sol.

Si no calculaba mal llegarían en cuarenta minutos así que bajo el volumen de la música para no perturbar el sueño de su familia mientras mantenía sus ojos en el camino que cada vez lucía más hermoso conforme avanzaban en el auto.

El auto recién había aparcado cuando sus abuelos salieron con grandes sonrisas y los brazos abiertos, parecía que ambos hubieran estado revisando por las ventanas en espera de su llegada. El cabello aún negro de su abuela lo recibió con su habitual aroma en ella y la calidez de los brazos de su abuelo lo rodearon casi levantando su cuerpo del suelo y siempre sorprendido de la fuerza que el gran alfa tenía después de tantos años.

—Oh por Dios, tus pequeños son tan preciosos, YoonGi —murmuró su abuela y en su pecho sintió un gran orgullo que le hizo inflar el pecho mientras ellos tomaban a los bebés para meterlos a la casa. Su esposo ni siquiera se había inmutado y se veía realmente cómodo durmiendo, no quiso levantarlo y hacerlo caminar así que abrió la puerta con cuidado y lo tomo en sus brazos pidiéndole a su abuelo que cerrará el auto.

Al entrar vio a sus madres en la cocina, SoYeon sostenía la cintura de Yuqi mientras la omega le veía con una sonrisa y sus manos puestas en su cuello jugando con la ondulación de su cabello. Sonrió y fue directamente al segundo piso para dejar a JiMin sobre la cama, seguía escuchando a sus abuelos halagar a sus hijos así que no se preocupó y les dejo la responsabilidad a ellos esperando que los menores no armarán un escándalo ya que al despertar siempre estaban de mal humor.

En la habitación puso a JiMin en medio de la cama, lo observo por unos segundos con su sonrisa adornando su rostro y estirando sus labios para mostrar sus encías, totalmente enamorado con el adorable semblante de su esposo que entre sueños murmuraba cosas que no comprendía.

Le beso la frente y comenzó a quitarle los zapatos al igual que los pocos accesorios que tenía puestos, su gran suéter lo cubría del frío que hacía en ese lugar así que solo le cambio los calcetines por unos más calientes y busco entre el armario una manta suave y tibia que pudiera darle cobijo hasta que despertara. Antes de cubrirlo noto que sus pequeños ojos miel estaban abiertos y solamente lo veían a él, solo a él.

—¿Desde cuándo estás despierto? —Jugó con él pegando sus narices y moverlas poquito a los lados sonriente acariciando el cuello de su esposo.

—Desde que me estabas poniendo los calcetines. 

Hizo el ademán de levantarse pero JiMin estiró sus manos abriendo y cerrando sus pequeños puños llamando por él y su cuerpo. El alfa suspiro demasiado enamorado al verlo actuando así de tierno tan naturalmente.

—Duerme un rato conmigo.

El alfa no quería negarse y a decir verdad se sentía un poco cansado por el recorrido, así que se metió en la cama quitándose los zapatos y la liga que sostenía su cabello ya muy largo. Abrazo a JiMin por la cintura y lo besó durante un rato hasta que las caricias de sus labios se volvieron perezosas, tan calmadas que apenas se sentían unir unas pocas veces, los dedos que acariciaban cada cuerpo contrario mientras sus cuerpos revelaban su calor para dar una perfecta armonía en la habitación. Y así, JiMin lo besó en el mentón viendo que ya estaba dormido y se escondió en su pecho para llenarse de su aroma y despertar unas horas después para ayudar con la cena.

¿Parte favorita?

Los amo bebés. 💜