Capítulo 26

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Capítulo dedicado a Solecito9047 Espero hayas salido bien en tu examen de ingreso a la universidad, hermosa. ¡Fighting! 💜✨

Había sido una noche larga. Jungkook había demorado mucho en analizar lo que le había confesado Jimin. Todo había sido sorpresivo e inesperado, desde las amenazas y vivencias pasadas, hasta la reaparición del susodicho ex novio, intentando arrebatarle la felicidad una vez más. Al actor le había resultado increíble la fortaleza de Jimin, cómo se había sobrepuesto a las amenazas e intentado resolverlo todo sin caer en extorsiones. Sin embargo, se sentía culpable de ser una cadena que atara a su novio y le impidiera deshacerse de ese terrible acosador.

La noticia de que habían sido fotografiados cuando se besaron frente al edificio del escritor, en la madrugada del fin de semana anterior, había sido mucho más sorpresiva. Sabía que Jimin se comportaría de manera diferente si su imagen estaba implicada. El tal Jaewo, ese malnacido, no se cansaba de interponerse en la felicidad de Jimin una y otra vez. Jungkook tampoco comprendía. Si tal y como el escritor decía, ese chico tenía dinero más que suficiente, ¿por qué se aferraba a esta clase de extorsiones? Había notado algo extraño, su novio algo le estaba ocultando, pero no había querido presionar más, era obvio que el solo hecho de desenterrar los sucesos del pasado era ya lo suficientemente doloroso.

Así que había hecho lo que prometió tiempo atrás, reafirmarse como su apoyo incondicional. «Pase lo que pase, lo enfrentaremos juntos. Te dije que no pretendo negarte ante nadie, y lo mantengo. Si ese hombre quiere venir a arruinar tu vida, significa que también viene a por la mía, porque tú eres parte de ella. Eres mi felicidad, Jimin, y no voy a dejarte solo en esto, ni en nada». Esas habían sido sus palabras, y a pesar de que Jimin trató de negarse más de una vez, alegando que debía protegerlo, quedó desarmado cuando Jungkook lo llenó de argumentos por los cuales, en una relación sana, como consideraba la de ellos, una persona no debía cargar el peso de todo, sino que ambas lo compartían y avanzaban de la mano.

En medio de caricias, besos, palabras de aliento y una silenciosa certeza de que podrían sobrepasar cualquier obstáculo en su camino, juntos, fueron vencidos por el sueño. Jungkook estaba sumamente agotado por su viaje, sumado al estrés por la situación de Yoongi. Jimin, en medio de la turbulencia causada por la aparición y las amenazas de Jaewo, tampoco demoró en caer rendido. Si bien sus cuerpos deseaban un contacto físico más íntimo, inconscientemente sabían que ese no era el momento.

─━━━⊱✿⊰━━━─

En medio de la madrugada, los ojos de Jungkook se abrieron al notar el espacio vacío a su lado. Las sábanas aún estaban tibias, así que no había pasado demasiado tiempo desde que Jimin se había levantado de la cama. Escuchó un murmullo apagado que parecía provenir desde el salón principal, se puso de pie lo más silenciosamente posible y se acercó. No tenía por costumbre espiar conversaciones ajenas, pero estaban en medio de una situación inusual y peligrosa. Una ola de preocupación lo sacudió.

—Te dije que iría, ¡¿por qué tenías que llamarme?! —Jimin caminaba de un lado a otro, nervioso, cuidando de no levantar la voz—. ¡Cállate, Jaewo! No me interesa que hayas querido escuchar mi voz. ¡Qué demonios!

Solo escuchar ese nombre fue suficiente para que un rictus de enojo invadiera el rostro de Jungkook y que la tensión se apoderase de su cuerpo. ¿Por qué Jimin estaba hablando con él en medio de la madrugada?

—Estaré ahí, lo prometo. —Se pasó la mano libre por la cabeza, despeinando sus plateados cabellos—. Todavía queda tiempo para la hora acordada.

¿Hora acordada? ¿Había algún tipo de acuerdo entre ellos? No conversaron sobre esto. No entendía lo que estaba pasando. ¿Acaso Jimin estaba involucrado en algo peligroso y no le había dicho?

—Sí... El dinero está completo. Voy a colgar para salir hacia allá, y sacarte de mi vida de una vez por todas.

Jungkook lo vio colgar y dejar un pesado suspiro, con sus ojos fuertemente cerrados y su rostro mirando el techo. La frustración y resignación se le notaban en las facciones. Aprovechando la distracción de su novio, Jeon volvió sigilosamente a la habitación, cubriéndose con las mantas para fingir dormir.

—¿Por qué, Jimin? —Un nudo se formó en su garganta—. ¿Por qué no confiaste en mí? ¿Para qué hacer esta clase de cosas, tú solo? Pudimos resolverlo juntos. Pudo haber otra manera —dijo, frustrado por su impotencia.

En un par de minutos, sintió unos pasos silenciosos entrar al cuarto y acercarse. Jimin pareció abrigarse un poco y acercarse a él. A pesar de sentir la presencia del escritor a su lado, este no lo tocaba, ni se acercaba. Jungkook tampoco hizo movimiento alguno que delatara su vigilia. Luego, cuando pensó que se quedaría solo, sintió el tenue toque de los labios de Jimin en su frente, así como los brazos de este sosteniendo las mantas para arroparlo.

—Perdóname, amor —susurró, desde la puerta, con voz temblorosa—. Volveré pronto.

El sonido de la cerradura de la entrada principal, fue todo lo que Jungkook necesitó para ponerse de pie y, sin siquiera cambiar sus pantalones de chándal o su camiseta, sacar un abrigo de su armario y dirigirse al salón, donde se calzó un par de Timberland negras, tomó su juego de llaves y salió tras Jimin. Iba a respetar la decisión de su novio, fuera cuál fuese, pero eso no implicaba quedarse en casa, mientras el amor de su vida iba en medio de la madrugada a encontrarse con un maldito extorsionador. No lo dejaría correr peligro.

La calle estaba fría y silenciosa, a esa hora era casi imposible encontrar a alguien que no fuera un borracho o un delincuente. Desde que abandonaron el edificio, y Jungkook ubicó la figura de Jimin, lo siguió desde una distancia prudente, viendo cómo se adentraba en callejones y recovecos, a medida que caminaba a través de las manzanas. ¿Acaso su novio estaba loco? La sola hora era una locura, ¿el sitio, tan rebuscado y alejado, no le causaba sospecha? Después de que todo terminara, se encargaría de darle un buen sermón y un par de nalgadas. Sonrió ante el último pensamiento, pero sacudió su cabeza para apartar la sonrisa de su rostro. Le gustaba la idea, pero no era momento de pensarla.

Cuando Jungkook lo vio posicionarse frente a un callejón y mirar hacia los lados, en busca de alguien más, cambiando su postura a una mucho más cautelosa, supo que había llegado. Después de ver a Jimin adentrarse, se acercó despacio, dándole tiempo a alejarse. El callejón era largo, estrecho y oscuro, mucho más que todos los que habían recorrido hasta ahora. El actor se quedó oculto tras un bote de basura, observando a Jimin en medio de un espacio asfaltado y vacío, del tamaño de una cancha de básquet. Los edificios alrededor parecían abandonados.

—Al fin llegaste, Jimin. Me estaba cansando de esperar. —El eco de una voz se escuchó acercarse desde el callejón del lado contrario al que habían llegado—. Casi me dieron ganas de publicar algún adelanto.

—Te dije que venía y aquí estoy, Jaewo. ¿Podrías dejar de comportarte como imbécil? —La voz de Jimin denotaba hastío y enojo.

Jungkook agudizó lo más posible sus sentidos y trató de enfocar en la lejanía. Era la primera vez que veía al susodicho, y para colmo de lejos. Pero se aseguraría de no olvidarlo.

—Estás muy creído, idiota. ¿Acaso has olvidado quién baila en la palma de la mano de quién? Podría acabar con tu imagen y la de tu novio, solo con presionar un botón. Deberías comportarte mejor. ¿Qué tal arrodillarte y rogar?

—No me estás haciendo un favor, me estás amenazando. Deja de pedir tanto, o acabarás colmando mi paciencia.

—Uy, el cordero quiere volverse lobo. ¿A qué se debe este ataque de valentía?

Ante la pregunta, Jimin susurró, inaudible para su despreciable ex:

—A que ya no estoy solo. —Se acercó un par de pasos, dispuesto a ser escuchado y aclarar una duda que guardaba desde hace varios años—. Simplemente, no logro entender. ¿Por qué haces esto? Tienes dinero más que suficiente, ¿para qué necesitas el mío?

—No lo necesito —simplificó, con suficiencia y arrogancia en su voz. Sin admitir que sus padres le habían dado la espalda y retirado su fortuna después de que abandonara sus estudios.

—Entonces...

—Es divertido, Jimin, así de simple. ¿Sabes cuánto puede llegar una persona a aburrirse cuando lo tiene todo? Quise probar algo nuevo, sentirme poderoso en todos los sentidos, tener el control. Y ahí estabas tú, crédulo ingenuo.

—¿Estás diciendo que... arruinaste los mejores años de mi vida, solo por un capricho? ¡No me jodas! —Un par de lágrimas, cargadas de rabia, descendieron por sus mejillas.

—No fue solo capricho. Llegaste a aprender cómo dar una buena mamada, eso me gustaba. Es más, si me la chupas ahora, podría descontarte unos dólares. ¿Qué dices? —propuso, sin inmutarse, como si hablase del clima.

—Estás loco. —El horror y la incredulidad acapararon las expresiones de Jimin.

—Estoy siendo generoso.

Jungkook, desde su escondite, apretaba los puños, tanto que estaban blancos y apenas sentía algo más que sus uñas enterrándosele el las palmas. Si ese hombre seguía hablando estupideces, no podría controlarse más y acabaría golpeándolo hasta cansarse, sin pensar en consecuencias. Sin embargo, la resolución impregnada en la mirada de Jimin, le bastó para comprender que su novio parecía tener otros planes.

—No me interesa tu generosidad; tampoco tu trato. En realidad, he venido a decirte que no voy a caer en tus amenazas otra vez. —Alzó el mentón—. No voy a pagarte ni un centavo. No voy a permitir que continúes arruinando mi vida —afirmó con total seguridad.

—Te has vuelto loco. ¿Es que no temes a las consecuencias? ¡Deberías estarme suplicando, tal y como en la preparatoria! ¡Deberías tenerme miedo y respeto! —La calma y confianza que había mostrado Jaewo hasta ese momento, se agrietaron.

—Lo único que siento por ti, es lástima. Tu existencia es tan patética, que no puedes darle sentido ni valor, si no es denigrando a otros. ¿Diversión? ¡No me hagas reír! Tuviste todo, pudiste ser y hacer lo que quisieras. ¿Es tan difícil ver que, más que arruinar mi vida, has acabado arruinando la tuya?

Jimin estaba sorprendido de sus propias palabras, desde el instante en que vio a Jaewo, las ideas se fueron organizando en su mente. Hablar con Jungkook, le había dado una percepción distinta de su situación. Sentirse protegido, lo llenaba de valor y de una claridad en sus pensamientos que la preocupación había ofuscado. Jaewo se veía, tal y como le había dicho él mismo en palabras, previamente, patético. Sintiéndose rey y ganador, cuando en realidad lo había perdido todo. Con una mentalidad y pensamiento estancados en el pasado, sin haber madurado ni comprendido el peso de sus actos.

—Has perdido la cabeza —rio Jaewo con malicia—. ¿Qué crees que pensara de ti Jungkook, cuando vea ese video? ¡Cuando descubra el puto que tiene por novio!

—¡Permanecerá a mi lado! —alegó con convicción—. Se sentirá orgulloso de mí por haberte hecho frente y no sucumbir ante los miedos de mi pasado. Me apoyará en todo y me defenderá de todo. Confiará en mí, más allá de cualquiera de tus falacias. ¿Sabes por qué? ¡Porque me ama! —aseguró, el orgullo tiñendo su voz—. A diferencia de ti, ha sido sincero y me valora por quien soy. Ha conocido cada una de mis facetas, aceptándolas y amándolas por igual.

—¡Calla! —exclamó, su cara roja por la ira y la impotencia—. ¡Subiré las fotos! ¡Lo haré! Es más, las mandaré a la revista más grande de Corea. También el video.

—¡Haz lo que te dé la gana! —contraatacó—. Digas lo que digas. Hagas lo que hagas. No importa. Mi postura no va a cambiar, y mi decisión, tampoco. Ya no estoy solo, y no soy el niño ignorante al que engañaste una vez. Si decides hacer esa tontería, espero te prepares para asumir las consecuencias.

»Ya no tengo nada más que decir —expresó, con desdén—. Buenas noches.

Se volteó y se alejó, a paso veloz y decidido, con el corazón desbocado dentro de su pecho, pero orgulloso de haberse hecho valer y enfrentar su pasado. Tan concentrado iba en sus pasos, y con su mente tan acelerada por todos sus pensamientos y acciones, que no se percató de la silueta de Jungkook, oculta por la oscuridad del callejón, vigilamándolo y protegiéndolo desde las sombras.

Jaewo, todavía paralizado por los previos sucesos, con la furia y la vergüenza opacando su poco raciocinio, se dispuso a extender sus manos, en un intento inútil para agarrar la sudadera de Jimin, quien ya estaba perdiéndose de su campo visual. No tenía planeado dejar la cosas así. No sería humillado de esa manera. Tenía planes de enseñarle qué daba más miedo que amenazas y un discurso de moral. El dolor físico siempre era un buen incentivo. Hace ya tiempo, su cuerpo vibraba de solo recordar lo que se sentía al estar dentro de Park. Los vídeos y recuerdos habían dejado de ser suficientes. Respaldado por la oscuridad de la noche y la soledad de su punto de encuentro, tomaría lo que quería, sin que nadie interviniera.

—Esto no se ha acabado, Jimin —susurró, relamiéndose los labios con anticipación—. Nadie me humilla de esta forma. ¡Nadie!

¡Holiwis! Tres siglos después, estoy de regreso con esta historia. En esta ocasión, lista para llevarla hasta el final, aunque me duela despedirme de ella. Los últimos meses han sido más de lo que he podido manejar y no he tenido tiempo ni de vivir. Las personitas del grupo de WhatsApp están un poco más al tanto de mi morición xD, así como de algunos spoilers y teorías del final, pero la realidad real sigue modo Top Secret en mi cabeza buajajajaja. 🤣

Perdón por el retraso. Muchas gracias por su infinita paciencia.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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