Capítulo 15

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Despierto.

[Presente...]

Era una hermosa imagen para sus ojos, inclinándose sobre su cuerpo podía escuchar muy claramente el latido del corazón ajeno y su respiración jadeante, Iruka no ayudaba a mantenerlo cuerdo al murmurar su nombre contra sus labios entre jadeos y gemidos, y las sensaciones cálidas y fuertes de los dedos delgado de aquel moreno al aferrarse contra sus hombros y arañar su espalda lo llevaban al éxtasis; jamás había sentido algo tan magnífico antes, las relaciones únicamente de placer no eran comparables a esos momentos cuando aquel hombre entre sus brazos anunciaba lo mucho que lo amaba respondiendo al sentimiento de su pareja, lo sabía, y lo sentía, aquellas palabras cálidas se encontraban llenas de verdad, se sentían como la verdad... Una verdad absoluta...

— ¡Iruka!

Emitía con un jadeo sorpresivo causando que su hijo menor diera un salto al punto de casi soltar la charola con agua que llevaba en manos, Naruto aferró la charola con la cual había limpiado el cuerpo de su padre y volvía la mirada hacia su padre que recién despertaba centrando su sentido en él.

— ¿Na... Naruto?

Era claro que aquel hombre se encontraba confundido, pero la sonrisa del rubio creció sin el minimo control y para cuando la bandeja estuvo segura sobre el pequeño carro de metal Naruto avanzó con prisa abrazando a su padre con fuerza y algo de cuidado.

— ¡Papá! ¡Papá que bueno que despiertas!

— ¿Qué...? —observa la habitación de hospital — ¿Qué paso? —palmea el brazo del chico — ¿Qué pasó, Naruto? ¿Dónde está...?

Entre una risa se aparta —Sasuke por fin logró que papá fuera a la casa. —entrega un pañuelo seco —Con suerte lo hace bañarse, comer un poco de comida casera y regresan al menos en media hora.

— ¿Qué?

Entre su tranquilidad el menor avanza a la puerta y abre entre un tarareo informando a una enfermera que su padre había despertado; al regresar adentro de la habitación Naruto observa a su padre tomar asiento en la cama terminando de secar su cuerpo mientras se percata de sus heridas.

—Posiblemente no deba decirte lo que pasó antes de que despertarás, yo no soy médico... —sube a un banco giratorio posando las palmas entre sus piernas sobre el asiento —pero según los libros que he estado leyendo y lo que dijo la abuela Tsunade... Podrías tener problemas en la mente, desde perdida de memoria hasta algún trauma que te haga olvidar partes de tu vida o sucesos anteriores... —finge sujetar un cierre imaginario —me reservaré mis palabras hasta que el médico venga —ríe cerrando el cierre.

Kakashi observa a su animado Hijo de arriba a abajo y simplemente comienza a reír hasta sentir un pequeño dolor punzante en su cuerpo, su risa se detiene mientras Naruto sonríe de oreja a oreja.

—No deberías esforzarte demasiado. Um... —señala su ojo —aun sigues siendo guapo, así que no temas perder el amor de papá.

— ¿Qué? —toca su ojo algo sorprendido —Oh... ¿Por qué?...

—La abuela lo desactivó con algo de chakra, dijo que lo mejor es descansar un poco tu visión... Nos explicó cuánto tiempo durará desactivado y como podemos hacer para volver a activarlo apenas vuelva a su estado normal. Pero no tienes nada de que preocuparte, ella dijo que estaría bien.

La puerta corrediza se abre dejando ver a un joven de coleta negra que llega con algo de prisa. Naruto sonríe al ver a aquel chico.

—Shikamaru ¿Qué haces aquí?

—Venía a dejarte algunas cosas para que pasarás el rato mientras te hacías cargo del cuidado de tu padre, pero al enterarme que había despertado simplemente vine directo.

—Um. —asiente, levantándose hacia el chico —Gracias.

—No es nada... —observa al hombre en cama dando una reverencia —Es bueno verlo en un mejor estado.

—Gracias... —rasca su cabeza inseguro de lo que ocurría —Estoy algo confundido.

—Ya le dije que es algo muy normal. —señala con tranquilidad —Estamos esperando a que venga la abuela Tsunade o algún doctor.

El joven Nara simplemente ríe y luego de susurrar algo en el oído del Uzumaki simplemente se despide, al estar solos Naruto vuelve al asiento que tenía antes y observa a su padre con una emoción que hacía sentir en plena paz al hombre en cama.

—Soñé algo muy vívido, más bien... Fue un recuerdo.

— ¿Qué recordaste?

—Aquella vez antes de adoptarlos, cuando... Cuando Iruka se marchó en una misión secreta de mucha más relevancia que la mía. —observa a su hijo — ¿Lo recuerdas?

— ¿Cómo podría olvidarlo? —menciona con algo de tristeza —Ni siquiera tú lo sabías, entraste en pánico aquella vez.

—Ustedes también. —sonríe —Es... Tonto como siempre que término en una situación de este tipo todos comenzamos a recordar el pasado.

—Es que... —intenta sonreír —pensar en perderte después de todo lo que vivimos juntos nos pone a pensar en como hubiera sido para nosotros si ustedes no... No nos hubieran visto.

—Pero los vimos.

—Lo sé... —cabecea sonriendo con más calma —Oye, papá. —observa de frente al hombre — ¿No has pensado en jubilarte?

— ¿Jubilarme? Pero si apenas estoy entrando en mis treintas Naruto. Me falta bastante para jubilarme... —eleva la mirada al techo mostrándose algo enfadado — ¿Por qué no vas a avisarle a tu padre que he despertado?

—Sé cuánto te molesta que te diga eso pero deberías pensarlo un poco por el bien de mi padre, de Sasuke y de mí. El hombre no salió de aquí por varios días y con suerte llegaba a comerse apenas la mitad de una porción normal de comida... —exhala un suspiro —Sasuke me propuso que él no entraría al Anbu con tal de que tú salieras de él... Decayó bastante cuando fuiste internado, ni siquiera pudo mantener su pose de chico desinteresado y malo, me permitió cuidar de ambos porque no estaba para nada bien con lo que había pasado contigo.

El silencio tras aquel hombre hacia comprender al menor que no había más que hacer ahí, así que Naruto simplemente negó entre un suspiro para levantarse de su asiento.

—No lo mencionaré más si eso es lo que quieres. Pero Papá... Estaba muy preocupado por ti, apenas y logramos alejarlo para que se arreglará un poco.

— ¿Cuántos días?

— ¿Aquí metido? —eleva la palma contando —Fue una semana completa.

— ¿Tanto así? —vuelve levemente la mirada — ¿Fue muy grave?

—Escuché algo de un posible traumatismo, la abuela dijo que no debíamos preocuparnos tanto, las heridas de tu cuerpo no eran demasiado graves y aunque perdiste mucha sangre estaban respondiendo muy bien a la... A la intervención, pero... —señala su ojo —parece que el golpe en tu ojo realmente te afectó.

En un rato después Tsunade abre la puerta de golpe admirando desde la entrada como su Anbu principal se mantenía recargado de la pared leyendo un libro, al pasear su mirada notó la presencia del hijo menor que se encontraba sentado en un banco comiendo frutas con el ceño un tanto fruncido.

—Oye Naruto, esas frutas deberías dárselas a tu padre en lugar de estar haciendo eso.

—No se preocupe Godaime, yo le he dicho que coma un poco, ya me ha dado algunas.

—Eso es mentira. —frunce los labios con enfado —Si no piensa cuidarse ¿Por qué debo cuidarlo yo?

Su rostro se llena de sorpresa ante tal respuesta y la única información que le da el hombre herido es una sonrisa tranquila que muestra poca importancia a aquellas palabras, sin más que hacer Tsunade exhala un suspiro colocándose sus artilugios médicos, pero antes de poder dar un paso al frente se tambalea habiendo sido empujada por Iruka quién llegaba con prisa en busca de su pareja tomándolo por las mejillas y fundiéndose en un abrazo. Sasuke avanza ayudando a la Hokage a ponerse en pie mientras ella observa a aquellos hombres.

— ¿Cómo estás? ¿Te sientes mal? ¿Duelen las heridas? —observa con inquietud los ojos ajenos — ¿Me recuerdas?

—Pero... ¿Cómo olvidarte?

Niega totalmente incrédula de la situación —Toda está familia realmente es un caso. —observa al mayor de los hijos — ¿Crees poder quitar a tu padre del medio para que haga un último chequeo a Kakashi?

—Si. —observa a la pareja —Solo espere un segundo, ha estado muy preocupado últimamente...

Naruto se levanta admirando de reojo como su padre bombardea al contrario con mil dudas y preguntas, al estar al lado de Tsunade la hace inclinar un poco hacia él y rodea el oído de la Godaime dispuesto a decirle algo.

— ¿Puedo pasar más tarde por su oficina? Quisiera hablarle de algo importante para mí.

Sorprendida por tales modales solo asiente incorporándose para mirar como Sasuke por fin interfiere entre sus padres; era extraño, y aún entre su andar Tsunade no podía evitar admirar la seriedad y algo de enojó que invadían el rostro de aquel chico rubio. El chequeo normal dió inicio seguido por algunas preguntas sobre el dolor y sus recuerdos.

—Luego de un rato he podido recordar la misión y lo que ocurrió, así que pienso que ahora todo está bien ¿No es así?

—Pues... —analiza la herida del ojo —parece que sí, hay que tener cuidado con tu ojo, Naruto ya sabe la forma de apagar por completo el Sharingan, trata de no utilizarlo por al menos un mes... Fue una herida peligrosa y con algo tan fuerte como el Sharingan hay que tener cuidado, ven cada semana para que te hagamos un chequeo.

—Esta bien Godaime.

—Entonces. —observa a toda la familia —Nos vemos luego, oh, y Naruto... —observa el actuar de los mayores y vuelve la vista al chico —procura pasar más tarde a mi oficina, creo que hay una misión que podría interesarte bastante.

—Entendido —sonríe agradecido.

Tsunade abandonó la habitación permitiendo que los presentes se mostrarán más cercanos, los chicos permanecieron apartados mientras su padre estallaba en un llanto de alegría aferrando el rostro de su pareja con necesidad y cariño; en un suspiro Sasuke se acerca a su hermano.

— ¿Qué misión es la qué...?

—La misión que tú querías.

Sorprendido observa a su padre — ¿De verdad?

—Intenté comentarle de buena manera, pero regresó a lo mismo de siempre terminando enfadado y desviando la mirada... —observa a su hermano —No hay otra opción.

—Bien. —dirige la mirada a su hermano —Lamento pedirte ésto.

—No hay problema —palmea el hombro de su hermano —Después de todo yo soy el que siempre se mete en líos, nadie mejor que yo para hacer este movimiento complicado.

Sonríe levemente —Entonces dejaré todo en tus manos.

—De hecho, Sasuke, quería que intentarás hablar con él. Intenta decirle por boca propia qué piensas no tomar la entrada al Anbu solo si él lo deja... Y luego dime cómo reacciona.

—Bien, lo tengo. Haré lo que dices.

Ambos hombres llamaron a sus hijos y luego de chocar sus puños los dos hacieron caso a sus padres yendo a su lado.

—Ya que Tsunade dijo que no había problema y que lo podemos sacar cuando queramos, deberíamos de ir a cenar hoy a una buena tienda. ¿Qué les parece?

Ambos se miran y Sasuke toma la palabra —Si está bien por papá, no hay problema para nosotros.

—Preferiría algo más tranquilo en casa, Iruka, quiero probar tu comida.

El moreno se estremece encantado con las palabras de su pareja y entre un par de asentimientos rápidos comienza a tomar las ropas de aquel hombre alistando todo para marcharse a casa mientras Naruto sale a la recepción del hospital dispuesto a rellenar el papeleo de salida. Al llegar a la recepción Naruto detiene sus pasos y esboza una tranquila sonrisa al ver a su amigo.

—Ey Shikamaru, pensé que ya te habías ido.

—Que va. —sonríe levantándose —Te estaba esperando.

— ¿Cómo sabías que iba a salir primero?

—Tú mismo me lo dijiste hace dos días, tarado. —golpea suavemente la cabeza del rubio —Tú te estabas haciendo cargo de todo el papeleo del hospital, si tu padre ya se encuentra bien es obvio que vendrías a rellenar el formulario.

—Si, pero... ¿Cómo sabías que le darían el alta?

—Me encontré con Tsunade Sama así que le pregunté.

— ¿Esperaste hasta que la abuela llegó? —avanza al mostrador —Quisiera el formulario de salida de Kakashi Hatake, la Hokage dijo que estaba bien que saliera cuando quisiéramos.

—Déjame revisar.

—Claro.

Al ver a la mujer teclear Naruto volvía la mirada sobre el chico a su lado, Shikamaru observaba a la gente que circulaba aquel hospital mostrando su usual mirada despreocupada, no podía evitarlo, se sentía tan nervioso de estar a su lado, y es que él...

—Aquí están los documentos, solo necesito que rellenes aquí, aquí y aquí, lo demás lo rellenaremos nosotros. Luego de tomar sus cosas procuren dejar las batas con un enfermero y pueden retirarse cuando gusten.

—Si. Gracias. —expresa avergonzado dando una reverencia.

Al dar media vuelta es seguido por Shikamaru quién toma asiento a su lado esperando pacientemente por su atención, pero era difícil no mirarlo, no saber que estaba ahí a su lado... Esperando por él. Dando un arreglo de voz obtiene rápidamente su mirada.

— ¿A dónde irás después de esto?

—Pensaba invitarte a ir por un helado o algo, la Godaime me ha dejado un poco libre de tanta responsabilidad y pensaba quedarme un rato contigo.

— ¿Y Chouji? —cuestiona avergonzado.

—Chouji... —sonríe —él se encuentra en una misión fuera de la villa, y la verdad no quiero escuchar a Ino hablándome de sus enamoramientos.

—Entonces... —ríe fingiendo calma — ¡Soy tu mejor opción!

—Fuiste la primera.

Al ver su mirada sería Naruto simplemente tragó grueso y decidió bajar la mirada para continuar con el papeleo; al terminar la anotación se dirigió hacia la recepcionista entregando el papel y recibiendo una sonrisa en respuesta. Ambos se detuvieron de frente al contrario.

—Hoy estaré en casa con mi familia así que no creo poder salir contigo...

—oh... —asiente.

—Pero... Intentaré hablar con ellos, apenas es medio día, yo creo que me dejarán estar contigo un rato.

—Bien. —sonríe confiado —Entonces nos vemos más tarde.

Con un asentimiento animado ambos partían en direcciones opuestas. Con solo llegar a la casa Iruka fue más que consciente de que su hijo menor se encontraba terriblemente malhumorado, pero decide no interferir mientras sus hijos los acompañan en la habitación principal de aquella casa, cuando los más jóvenes salen Iruka centra su mirada en su pareja que se acomoda en la cama con algo de dolor, mostrándole una sonrisa toma su mano al sentarse en la orilla a su lado.

—Naruto parece enfadado... Él no estaba enfadado sobre nada antes ¿Qué pasó con él? Había sido muy servicial y cariñoso durante todo el tiempo que estuviste en el hospital.

—Me volvió a pedir que deje el Anbu.

Vuelve la mirada sobre su pareja — ¿De verdad?... —aprieta sus manos entre si —Yo hablaré con él para que no vuelva a...

—Sé que a ti también te molesta que aún permanezca en el Anbu, pero es un buen puesto Iruka, ese trabajo a pesar de lo peligroso nos mantiene...

—No me gusta que utilices eso de excusa, mi trabajo en la academia paga muy bien y los chicos ya tienen el rango suficiente para recibir una buena paga, además de que no necesitamos pedirles dinero porque ellos mismos aportan a la casa... —exhala un suspiro entre el peinar de su cabello —Ninguno de nosotros ha vivido en el verdadero lujo, nunca, no queremos nada de eso, solo... Queremos estar juntos, y bien.

— ¿Eso significa que quieres que lo deje?

—Eso significa. —observa de frente a su pareja —Que no quiero que nos utilices de excusa para permanecer en el Anbu, tú estás ahí por Óbito, no hay más. Quieres cumplir la promesa que le hiciste a tu amigo.

Frunciendo el ceño Kakashi solamente aparta la mirada tragando grueso, sabía que su pareja no se andaba con rodeos cuando algo no le parecía bien, y en ese momento tenía razón.

—Sé que no te gusta que lo mencione, pero Kakashi, evita cargarnos una responsabilidad tan grande a nosotros, si mueres... —traga grueso al casi perder la voz —si mueres en una misión del Anbu yo no quiero cargar con el peso de que haya sido mi culpa debido a la necesidad de nuestra familia. Yo trabajo, y los chicos trabajan, no necesitamos lujos ni buscamos tenerlos, nosotros solamente estamos... —toca suavemente la espalda de su pareja —preocupados por ti. Muy preocupados por... Por ti, mi vida.

La puerta de la habitación se abre y Naruto suspira admirando de frente a su padre que aún estaba sentado en la cama.

—Shikamaru me invitó a pasar la tarde con él, ¿Puedo?

— ¿He? Sabes que si, solo... —ajusta su voz — ¿Llegarás a cenar o irás a su casa?

—No estoy... —rasca su muñeca —no estoy seguro papá, cuando salgo con Shikamaru normalmente pierdo la noción del tiempo. Quizá me quedé a cenar en su casa.

—Bien, si, está bien. —avanza hacia su mueble de la entrada —Procura no llegar muy tarde, —entrega un poco de dinero —y no dejes que él pague todo.

—Tengo dinero de mi trabajo, —regresa el dinero —llegare a eso de las diez.

El moreno sonríe y su hijo se acerca hasta ser capaz de darle un beso en la mejilla, luego de despedirse Naruto sale con una sonrisa en cara y por el pasillo aparece Sasuke quién los mira a ambos.

— ¿Quieren que me encargue de la cena?

—Uh... —observa al hombre en cama —No, yo iré a ayudarte.

Una vez solo en aquella habitación Kakashi simplemente podía poner presión sobre sus ojos, a pesar de tener a aquel hombre que le ayudaba a no pensar demasiado en aquel pasado doloroso, le era imposible olvidar del todo a aquel buen amigo que murió en vano.

Luego de pasar gran parte de la tarde sentados frente al atardecer, Naruto y Shikamaru entraban a la casa del Nara avisando de su llegada a los adultos que estaba en la cocina y sala. Al tener las pantuflas puestas Shikamaru tomó la mano de aquel chico rubio y lo guió hacia las escaleras.

— ¡Vamos a estar en mi habitación, me llaman para la cena!

Los padres del chico eran muy relajados, o al menos su padre, ya que Naruto sabía muy bien el genio que podía tener la madre de aquel chico. Al llegar a la habitación Shikamaru suelta la mano del rubio para dejarse caer en su cama posando ambas palmas detrás de su nuca, Naruto suspira y simplemente se deja caer a su lado mostrando una sonrisa tranquila hacia el techo.

—Nunca hacemos nada... —gira la mirada hacia el chico de coleta — ¿No te aburres?

— ¿Y tú? —vuelve la mirada al chico a su lado — ¿No te aburres de estar conmigo, Naruto? Sabes que soy... —gira el cuerpo siendo capaz de tocar suavemente los dedos ajenos —un perezoso aburrido.

Los ojos azules del chico Uzumaki se pierden en aquellos ojos llenos de sinceridad y una paz absoluta; así era Shikamaru, ese chico siempre había sido de ese modo desde que se habían conocido, pero... Recientemente...

—Me gusta bastante estar contigo —confesaba dejando fluir un leve sonrojo sobre sus mejillas blancas.

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