Capitulo 16

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Déjalo, papá.

[Presente...]

La noche pasada Naruto nunca llegó a su casa, pero su padre no tuvo razón para preocuparse pues con una sola llamada los padres del chico Nara le habían avisado de la estadía del chico en su casa. El desayuno estaba servido y en la mesa solo habían tres hombres sentados, además de una tensión muy clara.

— ¿Qué pasa?

Cuestionaba finalmente el Hatake hacia los otros dos presentes; en aquella mesa estaba sucediendo lo de siempre, como cada vez que resultaba herido de gravedad y necesitaba quedarse internado un par de días... Las cosas se ponían tensas en la casa.

—Quiero ser un Anbu —confiesa.

—Y eso está bien... —explica el Hatake.

—No lo está.

Ambos padres se dan una mirada casi retadora, posiblemente ese era el único tema en el cual estaban completamente en desacuerdo.

—Pero declinaré de serlo solo si...

—Más vale que no termines de decir eso. —vuelve su mirada enfadada hacia el chico — ¿Te pusiste de acuerdo con Naruto?

—Yo fui quién se lo comentó. —exhala un suspiro enfadado —Hace tanto que estoy intentando decirte lo mismo y siempre me frenas.

Iruka los observa y suspira —Basta los dos. ¿Qué es ésto? Solo tomemos el desayuno y vayamos cada quién por su cuenta.

—No quiero. —declara firmemente manteniendo la mirada sobre su padre —Estoy harto, tú lo sabes tan bien como yo... —observa a Iruka —es un peligro que siga con los Anbu, algún día regresará muerto y...

Un fuerte golpe termina azotando la mesa, las palmas de Iruka habían caído de una manera brusca dejando más que claro que no quería oír una palabra más.

—Escúchame bien Sasuke Uchiha.

La cosa era sería y el chico de cabellera negra podía comprenderlo con solo el nombrar de su apellido, así que solamente agachaba un poco la mirada manteniendo sus manos tensas sobre su regazo.

—No quiero que vuelvas a decir esas palabras, no quiero para nada escuchar esas palabras en esta casa... Y tú... —observa al mayor —por dios, no eres un idiota total Kakashi, al menos escúchalos y luego diles que no ¡O intenta explicarles la razón! Ellos van a seguir insistiendo porqué no tienen idea del porqué estás tan... Aferrado a seguir en el Anbu.

—No gano nada...

— ¡Ésto no es de ganar nada, Hatake! ¡Intenta comportarte como un maldito adulto ante los chicos! Están preocupados por ti.

—Estan más preocupados por ti.

— ¿Y eso es malo?

La pelea estaba siendo tan intensa que Sasuke prefirió pegar el rostro contra la mesa evitando que ambos adultos se dirigieran por él entre aquella masacre, ya que era consciente que debido a él había iniciado esa disputa.

— ¿Podrían parar? No digo que sea una pelea estúpida, papá tiene razón... —tiende la mano hacia el moreno —solo bastaría con que nos dijeras tu razón para seguir en el Anbu y quizá nosotros dejaríamos de intentar que lo dejarás... Tal como él lo hizo.

— ¡Yo no...!

Iruka se quedó a mitad de camino con sus palabras y simplemente observó al hombre que estaba sentado delante de él en la mesa; claro que no lo había dejado de intentar, si... Claro que ya no lo mencionaba tanto como antes, pero...

—Lo has dejado de intentar. —declara firmemente el chico —Simplemente deberías admitirlo, has dejado de intentar convencerlo de dejar su puesto en el Anbu.

—Es un... Trabajo importante, tiene sus razones... Pero no he dejado de intentarlo, Kakashi tiene claro que yo no estoy de acuerdo en que siga trabajando como un Anbu, es peligroso...

Los ojos del mayor se dirigían hacia su pareja que estaba evadiendo su mirada casi por completo, podía ver claramente el nerviosismo que invadía a aquel moreno.

—Hablemos más tarde, con Naruto en casa. ¿Por qué razón no ha llegado?

—Pues nada, se quedó en casa de Shikamaru.

Y con eso la plática llegaba a su final. Mientras ambos hombres seguían con su desayuno Sasuke los observaba y comía de mala gana mientras ellos evitaban volver a poner un tema sobre la mesa.

Al terminar el desayuno Naruto salió al lado del menor de los Nara mientras se despedían de los padres de aquel chico con una amplia sonrisa y una reverencia.

— ¡Gracias de nuevo por dejarme quedar!

— ¡No es nada, vayan con cuidado!

—Llego más tarde.

De ese modo ambos chicos salían a la calle y mientras Naruto llevaba las manos detrás de la nuca en un animado avanzar, Shikamaru sonreía complacido mirando al chico que andaba a su lado.

— ¿Tienes misión?

—Hoy... No. ¿Y tú?

—Una pequeña, dentro de la aldea.

—Um. —asiente —Creo que simplemente iré a casa y me pasaré el resto del día leyendo cómics, ya más tarde debo ir a recoger a papá en la academia, normalmente carga muchos documentos y no puede llevar todo por su cuenta.

—Estoy seguro de que puede llevarlos por su cuenta —ríe.

—Bien, si. Claro que puede llevarlos por su cuenta, pero... —inclina el rostro hacia su compañero —Nos gusta ir por él.

—No se lo van a robar.

—Lo sabemos. Si lo intentan... —ríe mostrando una sonrisa encantadora —Los vamos a masacrar por completo.

Shikamaru ríe sin poder evitarlo y Naruto permanece embelesado al mirar su rostro sonriente, jamás lo habia visto sonreír de tal modo, y quizá era sorpresivo, pero se veía tan guapo.

—Entonces... —detiene su andar señalando el camino detrás suyo —Yo iré por este lado, Naruto.

—Si, ten un buen día.

Al verlo marcharse el chico rubio simplemente se había quedado pérdido en aquel muchacho permitiendo que una sonrisa delineara su rostro al recordar todo lo que había pasado al lado de él, reía con algo de pena y emoción ante tal recuerdo mientras frotaba su nuca agachando un poco la mirada.

— ¿Qué haces?

Paralizado en su sorpresa se tomó un momento antes de girarse hacia Sasuke que elevaba la ceja curioso por el comportamiento de su hermano, pero finalmente dejaba fluir un suspiro cansado restando importancia a su propia pregunta.

—Como sea. —observa firmemente a su hermano —Hablé con papá, lo hice durante el desayuno.

— ¿No crees que el desayuno no fue...?

— ¿La mejor hora para hablarlo? Definitivamente no lo fue, están enfadados ambos. Pero... Hice que Iruka se diera cuenta de que ha dejado de intentar detenerlo, y también logré que tengamos una charla más tarde... —desvía la mirada entre una negativa —se supone que papá tiene una razón para estar en el Anbu, nos la dirá para que dejemos de molestarlo sobre ese tema...

—No pareces muy dispuesto a dejarlo en paz sobre ello, Sasuke.

Vuelve la mirada —No quiero que siga en el Anbu.

—Lo sé hermano, pero si la razón por la cuál lo hace es tan importante para él, simplemente... —encoge los hombros —Lo lamento, pero no quisiera intervenir en eso. Ellos siempre nos han permitido hacer la mayoría de cosas que hacemos, deberíamos tratar de comprender cuando algo así está ocurriendo...

—Algún día volverá muerto. —declara firmemente.

—No digas eso. Sasuke, nunca digas eso.

—No puedo sentirme mal al decirlo... por el simple hecho de que algún día será verdad. Debemos afrontar ese hecho, Naruto. hay muchos problemas fuera de la villa, siguen habiendo asaltos a las familias nobles y además de eso muchos ninjas renegados han estado atacando por doquier, Zabusa y Haku...

— ¡Ellos...!

—Sé lo que significan para ti, pero hay más gente como ellos que han estado haciendo de las suyas. Las villas aún no están completamente unificadas y a pesar del tratado entre aldeas... Hemos visto lo que ha sucedido Naruto, atacaron directamente Konoha anteriormente... ¿Qué evitará que vuelvan a hacerlo?

—Pero aún así Sasuke... Ya no somos unos niños, podemos ayudar a nuestros padres para evitar que terminen heridos.

— ¿Los vamos a cuidar? —niega —Para cuidar a alguien primero es necesario que esa persona quiera cuidarse a si misma.

—No es que papá quiera ir a entregar su vida en la batalla, eso es... Parte del deber de un ninja. Cuándo decidimos convertirnos en Ninja nos lo dejaron claro Sasuke, es un trabajo arriesgado en el que pueden peligrar nuestras vidas, y lo hemos vivido. Papá nos quiere y quiere a Iruka, pero... Si tiene una razón tan importante como para entregar su vida en lucha, al menos deberíamos escucharlo... Entregar tu vida por algo no es cualquier cosa, él es feliz con nosotros, pero... Debe ser algo importante si está dispuesto a dejarnos...

—Tú también lo piensas Naruto, por más que finjas que no es así... Tú también piensas que él va a terminar muerto y nos dejará.

Los ojos azules del chico permanecen estáticos sobre los contrarios, hacía bastante tiempo que no veía esa llama en los ojos del Uchiha, esa llama que le hacia comprender que no quería estar solo; bajando la mirada da un par de asentimientos y luego de tragar grueso vuelve la mirada sobre los ojos de su hermano.

—Escucharé lo que tenga que decirnos, y veré si quiero seguir con ésto.

—Si no quieres seguir con ello, igual yo puedo ir a ver a la Hokage.

—Dijiste que solo habría posibilidad si yo sé lo pedía.

—Iruka y Kakashi han sido unos de sus mejores ninjas por ya varios años, han servido en las misiones más complicadas y han solucionado grandes luchas... Puedo hacerle una oferta.

— ¿Qué harás? ¿Qué oferta podrías darle en cambio de uno de sus mejores ninjas?

—A mí.

—Lo mismo, pero contigo en el blanco.

La mirada sería y casi retadora que había muerto entre ellos hacía años ahora brotaba desde el fondo de sus estómagos para volver a retarse. Ahora, como antes, no había desconfianza, pero había puntos de vista completamente distintos.

—Hablemos más tarde Sasuke, junto a ellos. Y diles. Diles la razón por la que no quieres que él esté metido en esto.

El joven rubio se marchó sin mediar cualquier otra palabra mientras que Sasuke apretaba la mandíbula y los puños a su costado lleno de enfado.

[Más tarde ese mismo día]

La hora de salida de la academía llegó con una sorpresa para el profesor Iruka, su hijo parecía haber llegado desde hacia un buen rato, pero sorpresivamente Naruto no había intentado interrumpir en la clase para llamar su atención, su rostro lucía muy serio mientras esperaba recargado de la pared del pasillo.

—Pareces muy pensativo —acaricia la cabellera rubia del chico — ¿Qué ocurre? Ni siquiera tuviste la mente para entrar a interrumpir mi clase —ríe levemente —los chicos estaban esperando tú entrada.

Vuelve la mirada sobre el rostro de su padre —Sasuke...

Deteniendo su andar Iruka no duda en mostrar un rostro lleno de seriedad, cuando se trataba de sus hijos jamás se lo tomaba tan a la ligera.

— ¿Qué ocurre? ¿Es sobre su hermano? ¿Ha ocurrido algo con su hermano? —gira la mirada hacia la calle y vuelve hacia su hijo — ¿A caso Orochimaru ha vuelto? ¿Qué es?

—Nada tan malo. —suspira entre el agachar de su mirada —Él de verdad tiene... Miedo de perderlo.

— ¿De perderlo? —sujeta el hombro de su hijo inclinando el rostro para obtener su mirada — ¿A quién perderá?

—A papá. Tiene miedo de que papá muera en una misión, no importa la historia que nos cuente más tarde o si estás de acuerdo con él, Sasuke... Él no va a desistir en la idea de hacerlo renunciar al Anbu.

Al ver la preocupación y seriedad en el rostro de su hijo apretaba sus labios y luego de suspira sujetaba las mejillas de su pequeño para brindarle algo de calma con una suave sonrisa.

—No te preocupes de más cariño, yo... Intentaré hablar con él.

Analiza la mirada de su padre —Gracias papá. —cerrando los ojos mantiene la manos de su padre contra su mejilla —De verdad me preocupa que quiera intentar dejar la villa de nuevo.

—Él no lo hará.

Abriendo los ojos admiraba la confianza de su padre sobre las palabras que decía, y eso era suficiente para hacer tranquilizar al rubio, qué sabía perfectamente que su padre era una persona de palabra.

Al llegar a la casa pudieron ver rápidamente al Hatake, el hombre de cabello albino estaba terminando de servir la cena y al verlos entrar comenzaba a quitarse el delantal.

—Sé que es temprano, pero quiero que tengamos una buena comida antes de iniciar con la pelea.

— ¿Pelea? —ríe dejando sus documentos en la mesa de centro — ¿Enserio crees que los dejaré pelear? —observa a su hijo —pon los papeles ahí Naruto.

— ¿No lo permitirás?

Al dejar los papales en la mesa de centro Naruto daba media vuelta manteniendo la mirada sobre la pared de la entrada en espera de que sus padres terminarán con su actuación romántica, pues detrás de él, Kakashi tomaba al moreno por la cintura y se acercaba a besar los labios que le dirigían una sonrisa llena de confianza.

—Siempre he sido el referí de está familia. —aprieta los labios saboreando el anterior beso —Um... —negando sube la mirada hasta su pareja —no pienso dejar que ésto se salga de control. —vuelve la mirada sobre sus documentos —Quizá Sasuke me tomó desprevenido por la mañana, pero... Creo que estoy listo para el segundo encuentro.

Una leve risa escapó de los labios del Hatake, le encantaba ver a su pareja así de decidida sobre sus propias acciones. Dando media vuelta el más joven se abría paso entre sus padres para tomar asiento a la mesa del comedor muy dispuesto a iniciar con la degustación de alimentos, ambos hombres se veían y tomaban asiento uno al lado del otro centrando su atención en aquel chico.

— ¿Qué tal estuvo tu día con los Nara? —cuestionaba tranquilamente —No pensé que fueras a quedarte y nos llamaron muy tarde.

—Lo siento papá, me perdí... —observa a su otro padre —en el sendero de la vida... —sonriente vuelve la mirada al moreno —y no me di cuenta de la hora.

—Bueno... —ríe recargando el mentón de su puño —Alguna otra cosa debiste aprender de mi.

—Vaya cosas les enseñas a nuestros hijos Kakashi —expresa con un poco de enfado entre su sonrisa.

Las risas fluyeron en la mesa pero cuando la puerta de la entrada se abrió los tres presentes supieron que las cosas pronto se volverían incómodas.

—Sasuke. —sonríe levantándose —Ven y toma asiento, comamos antes de iniciar con... —observa de reojo a su marido —la charla.

La fría mirada del chico recorre aquel lugar permitiendo que los recuerdos del pasado al lado de los presentes se revivan, su familia. Sus pasos son tranquilos mientras intenta controlar los impulsos, algo explosivos de su mente, tomando finalmente su lugar a la mesa, dirige la mirada sobre sus padres y une las palmas.

—Gracias por la comida.

Todos se observan y agradecen siguiendo las mismas acciones del chico. La cena transcurre en silencio con el único sonido del masticar y los utensilios rozando la porcelana de sus platos. Al terminar la cena permiten que Iruka lave los platos al lado del otro mayor mientras ellos se quedan sentados en el sofá de la sala adelantando un poco del trabajo de su padre. Iruka eleva la mirada sobre el hombre a su lado admirando su rostro pensativo.

—Te amo. —obtiene la mirada ajena —Pero amo mucho más a esos niños.

Analiza el rostro de su pareja —Yo lo sé.

—Y amarlos... —vuelve la mirada sobre los trastos que lava —significa que si tú decisión le hace daño a alguno de ellos... —detiene sus manos —posiblemente preferiré ir a lado de mi hijo.

Inhala profundamente para después suspirar —Lo comprendo. Y tú deberías saber que no es mi intención...

—Yo lo sé Kakashi. —vuelve la mirada sobre su pareja —Yo lo sé, cariño. Lo sé, pero... Los niños son primero para mí.

Tragando grueso Iruka volvía la atención a los trastos para terminar de lavar todo aquello. Con el trabajo realizado tanto los adultos como los adolescentes se encontraban sentados en la sala de estar mirándose entre ellos en espera de las palabras del Hatake. Kakashi suspira y posa el índice bajo su nariz mientras ordena las palabras en su cabeza.

—Ser Anbu... —niega —Ser un ninja es una gran responsabilidad, sales a luchar por tu aldea entregando todo de ti para que las generaciones futuras vivan en paz y armonía. Mi padre dió su vida por salvar a sus compañeros en una crisis... Mi amigo me salvó la vida cuando apenas éramos unos niños, puedo... —traga grueso —puedo decir que estoy en el Anbu por ambos, pero... Creo que más que nada, estoy en el Anbu por la culpa que me carcome al pensar en ese amigo que dio la vida por mí y al cuál... —muerde su labio inferior bajando la mirada —defraude.

Al ver su desgana Iruka procede a tocar la mano de su pareja —Llévalo con calma cariño, toma tu tiempo si es muy difícil para tí.

La mirada del hombre se dirige hacia su hijo mayor quién se mantiene firme a su mirada.

—Obito Uchiha, Rin Nohara y... Namikaze Minato. Mi equipo cuando niño... Para que se den una idea, Obito era muy parecido a Naruto, hablaba de más y siempre se esforzaba lo más que podía por ser un mejor ninja... Era fuerte, a su modo.

Los chicos conocían esa historia, la historia del equipo de aquel hombre que ahora era su padre, aunque nunca la habían escuchado de su propia boca. Delante de ellos un hombre que siempre había parecido despreocupado de la vida comenzaba a contarles lo que antes había vivido, confesaba los sentimientos que recorrieron su cuerpo durante la tragedia y lo que las personas que había perdido eran para él.

—Soy un Anbu en honor a esas personas que perdí durante la guerra, intento compensar un poco de lo que ellos hicieron por mi, yo... Necesito hacerlo porque... —cubre su ojo —siempre lo recuerdo. La culpa de no haber sido capaz de cumplir mi promesa con él... Con ella... Con ambos.

Al verlo tan devastado Iruka es el primero en acercarse buscando darle un poco de consuelo entre un abrazo, Naruto observa a su hermano y sin mas se levanta poniéndose de rodillas frente a su padre y tocando sus hombros en busca de darle calma.

—Tranquilo Kakashi, ya todo está bien.

—Lo has hecho muy bien papá, todo esté tiempo lo has hecho muy bien.

Aún entre los sollozos que escapaban de la boca de aquel que siempre había lucido como el más fuerte de su familia, Sasuke continuaba sentado al sofá manteniendo la mirada sobre ellos, especialmente en aquel hombre que se contraía adolorido en los recuerdos, le era simplemente imposible pensar en dejarlo seguir luchando como Anbu.

—Eres mi padre...

Todos volvieron la mirada hacia atrás dónde aquel joven se levantaba con un mentón tembloroso y los ojos cristalinos.

—Decidiste... —aprieta los puños manteniendo la mirada —decidiste ser mi padre, decidiste cuidarme y estar conmigo... Has vívido la mayoría de tu vida para cumplir la promesa que les hiciste a ellos...  —exclamaba con voz rota — ¿Y yo? Me hiciste sentir pisar algo firme... Creer que somos familia... Y si te vas...

Las lágrimas escurrían por sus mejillas a tal grado qué ya le era imposible seguir hablando, su familia se levantaba inquieta por verlo de ese modo.

—Si te vas... —agacha la mirada tratando de limpiar sus lágrimas — ¿¡Qué sentido tendrá todo!? ¡Volveré a perder miembros de mi familia! ¡Volveré a... A estar...!

Cuando los cálidos brazos de toda su familia lo rodearon le fue imposible seguir diciendo más; en un instante el joven estaba hecho un mar de lágrimas y simplemente buscaba los brazos de su familia para que le dieran consuelo.

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