Capítulo 24

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El día

-Solo dime qué lo sabes.

-Lo sé...

-Pero no suenes tan inseguro Kakashi. -ruega con cierta preocupación acariciándole el antebrazo -Quiero que lo digas con seguridad, que lo sepas cariño, que estes preparado para lo que viene.

-Aún son unos niños -expone renuente.

-Con todo un linaje sobre sus espaldas. -explica dulcemente tomando las mejillas de su pareja -Sé que lo entiendes mi vida, pero también debes aceptarlo.

A lo largo de su relación Iruka había sido por mucho el más cercano a ambos niños, si claro, los pequeños acudían al Hatake cuando de entrenamiento ninja se trataba o si simplemente querían perder el tiempo en algún juego, pero las cosas serias, el miedo, pánico, la tristeza, esas cosas vergonzosas que los hacían sentir débiles siempre eran confesadas hacia su padre de menor edad, él era el serio, el que ponía límites, el que estaba ahí para servirles como viga de apoyo si necesitaban tomarse un descanso, por esas razones Iruka había experimentado todo mucho antes que Kakashi, y por eso lo había superado en su mayoría, lo había aceptado.

-Son unos niños -aceptaba -y todavía tienen toda una vida por delante. -sonríe acariciando el rostro de su pareja -Los retos solo seguirán aumentando y seguirán llegando uno tras otro como ya lo han hecho en el pasado.

-Yo puedo...

-No, mi vida, no puedes... Ya no podemos... Son sus luchas... -exhala con desgana -estaremos para ellos y los apoyaremos, pero... Ya no podemos hacerlo en sus lugares. Aún son unos niños, pero dentro de poco... Nos dejarán.

Era de noche. La luz de la farola se colaba por la ventana detrás del Hatake volviendo su silueta semidesnuda un tenue borrón en la oscuridad, Iruka se encontraba de frente a él con las sombras de la persiana cayendo sobre su rostro de cabello suelto.

-No quiero pensar en nada de eso, quiero soluciones al tema de Akatsuki y quiero... No pensar en que un día tan solo... Solo se irán...

-Cariño... -toma sus manos ladeando el rostro en pena -solo quiero que lo tengas claro, no se quedarán eternamente en nuestra casa. Sea la razón que sea, y espero que sea una razón feliz y no dolorosa, terminaran yéndose, empezando sus vidas como adultos.

-No quiero hablar de esto Iruka.

Las misiones para ambos chicos no habían hecho más que aumentar, después de su misión para que Tsunade se volviera la Hokage ambos chicos tuvieron que atravesar diversas circunstancias en cuánto a su trabajo como ninjas, Naruto había tenido que retirarse por dos años enteros para entrenarse con Jiraya, y a su regreso las misiones solo subieron de rango volviéndose más peligrosas, ya no formaban un equipo con su padre, ya no se encontraban mucho tiempo en la villa. En ese momento se encontraban siguiendo las pistas de algunos miembros de Akatsuki mientras su padre se reponía luego de la misión para salvar la vida del kazekage.

-Kakashi... Ya se ha ido por dos años enteros, y te juro que mi alma se encontraba encogida en lo más profundo de mi estómago, tenía miedo, y sé que tú también. Y también sé que has reconocido la fortaleza que han desarrollado ambos. Pero quiero que lo aceptes, -niega -no puedes seguir dando tu vida por la de ellos, en el campo de batalla todos nos encontramos preocupados los unos por los otros... -traga grueso -la situación actual los preocupó de sobre manera...

-Ya he vivi...

- ¡Detente! No te atrevas a decir eso Hatake. -exige con dureza empujándolo -No fuimos capaces de casarnos, pero entregaste tu vida a mí y yo entregué la mía a ti, no te atrevas a... -jadea dejando fluir sus lágrimas -Yo también me preocupo por ellos, pero tú te has negado a dejarme entregar la vida por ellos, en cambio lo haces tú... Sin mi consentimiento. Y estoy cansado de ello. De sentirme inútil e incapaz de protegerlos, preocupado día y noche por las veces que los tres salen en misiones peligrosas... También soy su padre, y tú pareja, y quisiera dar mi vida por ustedes, pero... -limpia sus lágrimas -ellos me han pedido este favor, ambos lo han hecho.

Kakashi era un ninja extraordinario y sus hijos más que nadie lo tenían muy en claro, pero las lesiones del ninja que copia solo habían aumentado manteniéndolo en el hospital más de lo normal, por esa misma razón en esa ocasión sus hijos contaban con un nuevo líder de equipo, y un compañero nuevo que parecía no agradarles del todo.

[Días antes]

Iruka tomó asiento en el centro del sofá mientras sus dos hijos se sentaban a cada lado suyo con rostros serios.

-Hemos decidido... -menciona, dando una mirada hacia su rubio hermano -que ya no podemos soportar ver a papá dar hasta lo último de él por protegernos.

-Sé que aún no somos tan fuertes como él, pero si no nos permite intentar defendernos no vamos a llegar a nada. Quizá en esta batalla sus heridas no fueron tan intensas, pero desde que todo comenzó papá no ha salido del hospital.

-Apenas se mejora pide volver a salir en misión con nosotros o directamente participar en las búsquedas de los Akatsuki. Sabemos de sobra lo buen ninja que es y lo mucho que se preocupa por nosotros, pero... Así como ustedes no quieren vernos heridos, nosotros no soportamos verlos en tal estado.

-Somos ninjas, salir ilesos no es una opción, pero ha sido excesivo de su parte. Hasta parece que no confía en nosotros... -baja la mirada para después dirigirla hacia el mueble al lado del televisor donde descansaba la fotografía de ellos y sus padres frente a aquella nueva casa -sé que no tengo un control completo sobre Kurama... O sobre mis emociones -ladea la cabeza -que él tiene más conocimiento en batalla... Pero básicamente no hice nada, y él terminó encerrado en el hospital por dos semanas.

-Y sabes de sobra que se ha negado rotundamente a la idea de que acudamos con un nuevo líder de equipo para el encuentro con el contacto de Orochimaru.

-Los queremos. Y comprendemos que se preocupen por nosotros y nuestras situaciones.

-Pero ya somos unos adolescentes conscientes de todo. Nos preocupamos por ustedes, y queremos ser mucho más independientes.

-Confíen en nosotros como nosotros confiamos en ustedes. Por favor.

[Presente]

Iruka no había tenido tiempo de contestar a sus palabras pues se encontraba plenamente sorprendido ante su forma tan madura de actuar, en aquella ocasión solo los abrazó con todas sus fuerzas tomándose el tiempo para apreciar sus rostros, ya no eran los mismos pequeños que alguna vez se alejaban de todos, hacia bastante tiempo que habían comenzado a ser sus hijos y bastante más que se habían vuelto plenamente conscientes del horrible mundo que los rodeaba.

-Los niños han madurado bastante, se han vuelto conscientes de sus propias emociones y de las nuestras. Eres parte de su equipo y la mejor manera para seguir formando el equipo Kakashi es que salgan igualmente lesionados, deja de dar más de lo que puedes dar para evitar sus lesiones, han escogido este camino ha sabiendas del peligro y quieren enfrentarlo de frente. Ya han crecido, nuestros niños ya han crecido. Déjalos experimentar lo que viene. Afronta la verdad Kakashi... O causa que se alejen de nosotros para evitar que sigamos recibiendo las lesiones en sus nombres.

- ¿Vas a dejar que los hieran en batalla? -expresaba incrédulo en su molestia.

-Voy... A confiar plenamente en su fuerza, en sus ideas, en sus desiciones. Son sus vidas.

-Y podrían perderlas.

-Kakashi... -niega -tienen metas que cumplir, no se rendirán ante la primer lesión. No lo hicieron en el pasado y no lo harán ahora. -suspira -Hace mucho que caí en cuenta de que sus cargas los alejarán de nosotros, sus caminos no siempre van a encontrarse cerca de los nuestros... Tú al menos serás capaz de caminar más veces a sus lados que yo, pero debes dejar de interferir si no es necesario, o ellos mismos decidirán alejarse. Seguirán creciendo, enfrentando nuevas cosas que desconocemos... Y quieren hacerlo por si solos. ¿Estás listo para dejarlos seguir? ¿Para verlos irse?

Frunciendo los labios observó el mueble de noche detrás de Iruka donde descansaba una foto de ambos niños de seis años siendo cargados por el castaño durante una salida al lago, su mirada viajó a la pared donde descansaban dos fotos de los chicos en sus cumpleaños frente a sus pasteles, en su primer día de academia, en su primer equipo sobre el mueble de noche a su lado, en su primer misión, en su primer caída al hospital con un ceñudo Sasuke y un sonriente Naruto, en los cumpleaños de sus padres.

-Con todo lo que ocurre debido a los Akatsuki, ambos deberán detener sus vidas momentáneamente. Escuché que los Hyuga han detenido los procesos para casar a la próxima hereda del clan.

-Y Shikamaru se encuentra cada vez más ocupado incursionando en el mundo adulto.

Traga saliva -Sé que en algún punto se irán, y deseo que no sea en batalla, también sé que escogieron este mundo por algo. -exhala aire -Fue... Infantil de mi parte negarme rotundamente a qué Yamato fuera su líder suplente, sé que es un gran ninja, y sé que cumplirá su rol como líder suplente.

-Deja de repetir que es un suplente, por favor Kakashi, sabes que te ven como el mejor ninja del mundo.

-Bueno... Naruto tiene a un Sannin para entrenarlo.

- ¡Por favor! -golpea el brazo de su pareja -Jiraya lo tomó bajo su cuidado un tiempo y enseguida vino a devolverlo bajo tu enseñanza, tu hijo siempre te verá como lo máximo.

Kakashi sonríe -Bien. Se que son fuertes y capaces... Pero quizá me lleve un poco de tiempo acostumbrarme a dejarlos saltar directo al peligro.

-Pues diles eso cuando vuelvan. De verdad que los has hecho enfadarse en esta ocasion, fueron muy serios al hablar conmigo.

Con una sonrisa en cara observa a su pareja tomar el sitio sobre su lado de la cama, él le sigue dejándolo recostarse sobre su brazo, Iruka permanece viendo el techo mientras Kakashi cierra los ojos.

-Van a seguir saliendo en misiones que los alejen cada vez más de nosotros. Naruto intenta comprender al zorro en su interior... Y Sasuke aumenta su poder con entrenamientos de día y noche.

-Creo que... Es hora de entrenar un poco más con Naruto. ¿Te encargas de Sasuke?

-Sin problemas.

La cama cruje al momento de que Iruka se gira para enfrentar el rostro desnudo de su pareja, suavemente acaricia el mentón del peliplata y cerrando los ojos acude al encuentro con sus labios.

Kiba y Shino detienen su entrenamiento para acercarse hasta la Hyuga que jadeante se incorpora calmando su respiración.

- ¿Estás bien? -cuestiona Kiba.

-Sí, solo un poco cansada por haber dejado de entrenar como debía.

- ¿Y sobre Sasuke?

- ¿He? -dirige la mirada a las gafas negras de su compañero -Bueno... Si, bien.

- ¿Le has dicho ya a tu padre? -interfiere el castaño.

- ¿Qué? Um... Bueno... No ví la necesidad, él decidió por su cuenta detener los planes de... Posible boda.

- ¿Y no te causará problemas?

Akamaru sollozó con tristeza frotándose en el muslo de la joven Hyuga que felizmente poso su atención en el can acariciándole la cabeza.

-Um... No lo sé, pero creo que me he decidido a enfrentarlo sea lo que sea que pase... Han tenido razón todo este tiempo, no necesito casarme para tomar control de mi clan, pero... Igual agradezco que mi padre decidiera buscarme un esposo de las afueras en lugar de alguien de nuestro clan, si ese hubiera sido el caso ya me encontraría desposada.

- ¿Y Sasuke? ¿Se encuentra preparado para enfrentar a tu padre?

-No creo que deba enfrentarlo. Me haré cargo. -expone con confianza -En todo caso solo debe pedir su consentimiento para que salgamos juntos -confiesa apenada.

-El Uchiha y tú... -declara Kiba -no te negaré que me sorprende. Nunca lo hubiera imaginado, pero hasta logró ser más cercano a ti que nosotros, con él te comportas diferente... Aún así, no dudes en decirnos si se merece una paliza. -empuja el brazo de Shino -Nos haremos cargo.

A pesar de todo el Aburame asiente firmemente causando que su compañera de equipo sonría.

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