Me he puesto a imaginar una obviedad que resulta tendenciosa en cuestiones humanas. Se trata de una mera contemplación que, a lo mejor, alguien más ha pensado, pero que no sé si con el mismo enfoque.

Imaginemos la existencia de un animal. O, más bien, SUPONGAMOS, de forma no determinada, un animal de cualquier tipo presente en cualquier lugar. Este animal sería como muchos otros. No tendría inteligencia exagerada como para "percatarse" de que existe; una criatura que no es consciente de que está vivo. Su existencia es, prácticamente, invisible, transparente. Y su ser, como tal, ni hoy ni nunca podrá ser captado por ningún ser humano. Es decir, que está  condenada por la eternidad a ser solo un tránsito oculto, una partícula inexistente...o, para ser preciosos, que nosotros podamos dar con su existencia. Al no poder ser consciente de lo que es ni nosotros tampoco de él, la resolución que queda es: ¿esta criatura realmente existe?