Capítulo 7

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Los ojos de Izuku se iluminaron al ver el parque de diversiones frente a ellos, con sus atracciones brillando bajo el sol del atardecer. Antes de entrar, Todoroki encontró un sombrero para cubrir el distintivo cabello verde de Izuku, recordando cómo ambos habían soñado con este lugar desde niños. Tomándole de la mano, Todoroki lo condujo a través del parque, donde la atmósfera mágica y emocionante parecía cobrar vida, como si el lugar supiera que albergaba sueños de antaño.

Cerca de un puesto de algodón de azúcar, Todoroki sorprendió a Izuku al comprarle uno, provocando un sonrojo en las mejillas del joven héroe. La brisa del atardecer llevaba consigo un murmullo, casi imperceptible, de risas infantiles, como si el parque mismo susurrara secretos de felicidad.

—Esta dulce —murmuró Izuku, disfrutando del dulce que se derretía en su boca. Sin darse cuenta, un poco de algodón de azúcar quedó cerca de la comisura de sus labios, captando la atención de Todoroki, quien lo limpió con un suave beso. En ese instante, un leve resplandor rosa emanó de donde sus labios se tocaron, desvaneciéndose rápidamente.

—Si, es dulce —respondió Todoroki, apartándose ligeramente. Izuku tocó sus propias mejillas ardientes, abrumado por las sensaciones, mientras flores efímeras se materializaban y desvanecían a su alrededor, sus pétalos flotando brevemente en el aire antes de desaparecer.

Decidieron montar varias atracciones como montañas rusas y la noria, pero una en particular atrajo la atención de Izuku al caer la noche: un globo aerostático. Todoroki sugirió que fuera la última atracción del día, a lo que Izuku asintió. Ascendieron en el globo y disfrutaron de la impresionante vista del parque iluminado por las luces nocturnas. A medida que el globo subía, las luces del parque parecían formar constelaciones, transformando el paisaje en un cielo estrellado al revés.

—Es una hermosa vista —murmuró Izuku, con los ojos brillando de asombro.

—Todoroki-kun... Y si no logro recordar nada, ¿que pasara? —preguntó Izuku, desviando la mirada hacia el paisaje nocturno. Un silencio cargado de incertidumbre llenó el aire, mientras luciérnagas mágicas comenzaban a rodear el globo, iluminando sus rostros con una luz suave y cálida.

—Ya has recordado algunas cosas, se que lo harás —respondió Todoroki con seguridad, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de Izuku. Cada vez que hablaba, las palabras parecían tomar forma, flotando en el aire antes de desvanecerse en una lluvia de estrellas fugaces.

—Yo quería... Ser un héroe, y no se si podré hacerlo una vez recupere los recuerdos de mi vida pasada... ¿Qué pasará conmigo? Yo seguiré siendo yo, ¿desapareceré?

Otro silencio, más corto esta vez, en el que las estrellas fugaces parecieron detenerse un momento antes de seguir su curso.

—Yo creo que serás una mejor versión de ambas personas, no importa lo que pase. Yo te amare —aseguró Todoroki, con una certeza que tocaba el corazón de Izuku. En ese momento, una suave brisa levantó pétalos de flores inexistentes que comenzaron a girar a su alrededor, formando una danza de colores y fragancias.

Una sonrisa se formó en los labios de Izuku ante las palabras reconfortantes de Todoroki. Colocó sus manos sobre las de Todoroki, sin darse cuenta de que cada árbol cercano comenzaba a florecer, transformando el paisaje a su alrededor. Cuando volvió su mirada al frente, en lugar de ver el parque, vio un páramo, sorprendiéndolo. Los árboles florecían en un caleidoscopio de colores, sus ramas formando arcos que parecían puertas a otros mundos.

¿Y si trato de salvarlo? Es muy difícil no culparlo, agarrate fuerte.

—He hecho esto para aquí, se que extrañas tu hogar —decía esa voz tan conocida. —Espero te guste.

—Me encanta.

El globo aterrizó suavemente de nuevo en la Tierra, y ambos observaron maravillados cómo los árboles estaban ahora llenos de flores, un cambio que Izuku atribuyó inconscientemente a la recuperación de sus recuerdos.

—Fui yo quien lo hizo, de alguna manera —murmuró, contemplando las flores en los árboles. La experiencia lo hizo sentir tanto feliz como melancólico; si hubiera sabido de sus poderes antes, tal vez su infancia habría sido diferente, con menos sufrimiento por no tener una peculiaridad.

Todoroki tomó la mano de Izuku y le dio un beso en ella, haciendo que Izuku sonriera ante el gesto cariñoso. Por primera vez, Izuku acarició la mejilla de Todoroki con ternura, encontrando sus miradas conectadas. Sus rostros se acercaron lentamente, los fuegos artificiales estallando en el fondo mientras sus labios se encontraban en un suave beso. Todoroki rodeó la cintura de Izuku con sus brazos mientras profundizaban el beso, sintiendo una leve mordida en su labio inferior como una invitación a explorar más. El beso se prolongó antes de terminar, dejando solo un hilo de saliva entre sus labios.

—Todoroki-kun...

—Te amo, Midoriya.

Ambos sonrieron, compartiendo un momento de felicidad pura y complicidad. A su alrededor, las flores seguían danzando en el aire, celebrando su amor con una sinfonía de colores y fragancias.

—¡Joven Midoriya! —y con esto ambos fueron bajados de la novena nube. 

























N/A: Voy a decir que las actualizaciones van a ser más pausadas porque acabo de regresar a clases y ahora le pertenezco en cuerpo y alma a la universidad.

Gracias por leer, los veo en el siguiente capítulo. 

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